Valentina se sorprendió alegremente al ver la nueva cabaña, era más grande que la anterior, de dos niveles .
José Miguel: te gusta?
Valentina: está preciosa, pero en qué momento la terminaste?
José Miguel: mientras estuviste en cama recuperándote del disparo, luego con nuestro viaje de casi un mes se la encargué a Sabino, a Juan y uno que otro empleado de la hacienda que quiso ayudar, mi objetivo era que estuviera lista a nuestro regreso, quería sorprenderte.
Valentina: pues en realidad lo hiciste.
José Miguel: vamos? tienes que verla por dentro, Sabino me dijo que es un sueño.
José Miguel se acercó a una de las macetas y sacó una llave, abrió la puerta y al entrar la sorpresa fue para ambos; todo era en madera, había un chimenea, frente a esta un sofá enorme, también había una pequeña cocina.
Junto al sofá podía observarse unas escaleras en madera también que daban a un cuarto ubicado en el segundo nivel, recorrieron todo el lugar, aunque no era muy grande el ambiente era bastante cálido.
Valentina: tienes muy buen gusto mi cielo, los muebles , las cortinas, la cocina todo está precioso.
José Miguel: bueno, en realidad fueron Gabi y Sandra las que eligieron todo, yo sólo fui la cabeza de esta obra de arte.
Valentina: pues esta obra de arte quedó padrísima!, será nuestra nueva cabañita.
José Miguel: la cabañita el amor.
Valentina: tú y yo desbordamos amor a donde vamos.
José Miguel: te parece si la estrenamos?
Valentina: me encantaría quedarme aquí toda la noche contigo, pero tenemos dos asuntos muy importantes que atender, lo recuerdas?
José Miguel: Martina!
Valentina: y nuestros hijos, hay que protegerlos de ella, me dijiste que el síndico estaba en camino, ya debe estar en la hacienda.
José Miguel: si tienes razón, hay que resolver ese asunto de una vez.
Valentina: gracias por esto, en cuanto pase todo esto estrenaremos la cabañita.
José Miguel: asi será! Sabes que eres la razón de mi vida? Por ti construiría todas las cabañas para hacerte el amor como un loco por horas.
Valentina: José Miguel!! Aunque soy una mujer fuerte tu sacas mi lado más débil.
Valentina besó a su esposo.
Analia decidió refugiarse cerca, en Pachuca, una vez más intento comunicarse con Alonso pero él de nuevo rechazó su llamada.
Martina regresó al hotel, le llamó a Analia pero no obtuvo respuesta, así que volvió a salir del hotel para buscarla en su casa.
El síndico llegó a la hacienda, mientras esperaba a Valentina y José Miguel, en la entrada principal observaba a los gemelos jugando con su perro.
La camioneta de Valentina llegó, ella y José Miguel se bajaron.
Valentina: buenas tardes Sindico.
José Miguel: como está Sindico?
Síndico: buenas tardes José Miguel, Valentina, me dijo Sabino que ustedes querían hablar conmigo.
José Miguel: así es, vamos a adentro por favor.
José Miguel y Valentina pusieron al Síndico al tanto de su situación, Iluminada incluso intervino y le relato sobre el día que Martina entró a la hacienda a la fuerza y amenazó con hacerle daño a Valentina.
Los gemelos fueron a echarle un vistazo a sus potros en compañía de Coquito, su cachorro, querían que sus mascotas se conocieran.
Valentina: quedarme encerrada en la hacienda? estás loco?
José Miguel: es por tu seguridad.
Valentina: sabes perfectamente que debo estarme moviendo todo el día, entre la empacadora, la procesadora, la hacienda y el kínder.
José Miguel: lo sé, pero si sales y te la cruzas no sabemos que pueda hacerte, es mejor estar alerta.
Síndico: señora Villalba, hágale caso a su esposo, si antes esa mujer se metió con sus hijos y ahora va contra usted puede lastimarla y eso hay que evitarlo a toda costa.
Valentina: no le tengo miedo.
José Miguel: está bien hagamos algo, cuando creas conveniente ir a la empacadora o procesadora de lácteos te llevas a Filadelfo o Juan o cualquiera de los empleados si no puedo acompañarte, es mejor que no estés sola, yo puedo llevar y recoger a los gemelos.
Síndico: la hacienda estará vigilada las 24 horas del día, aunque les aconsejo solicitar una orden de restricción.
José Miguel: pero para eso necesitamos un domicilio y lo más seguro es que se este quedando en un hotel.
Síndico: es cierto, entonces la buscaré en el pueblo para advertirle que de acercarse a su esposa la ley recaerá en su contra.
Valentina: pero bajo qué cargo? celos?
Síndico: el testimonio de Iluminada será de gran utilidad, además del antecedente de que agredió física y verbalmente a uno de sus hijos.
Valentina: no sé si advertirle sea lo mejor.
José Miguel: a lo mejor sirve para que se retracte de intentar algo.
Síndico: independientemente de lo que se haga en esa situación, dejare mis hombres a su cuidado.
José Miguel: me parece perfecto.
Valentina: está bien.
Al caer la noche Valentina, José Miguel, Leonor, Isabel y sus hijos cenaban cuando tocaron a la puerta, era el síndico con 5 hombres que venían a cuidar la hacienda.
José Miguel les enseñó todos los rincones del lugar mientras Valentina acompañó a sus hijos a la cama y le explico a su tía y a su suegra las medidas que debían tomar para evitar que Martina le hiciera daño.
Al día siguiente José Miguel llevó a sus hijos al kínder, quienes fueron recibidos con mucha alegría por sus compañeros, Gabriela se reunió con los demás profesores para ponerse al día y organizar el festival que estaba programado para ese fin de semana en la hacienda "El Milagro"
Valentina decidió pasar a la nueva cabaña y dejar unas cosas que podrían tal vez necesitar, como cobijas, sabanas, le pidió a Filadelfo que la acompañara a la empacadora y luego a la cabaña a dejar las cosas.
Mientras José Miguel por sus propios medios quiso ubicar a Martina, dio un paseo por el pueblo sin poder verla y regresó a la hacienda.
Valentina decidió llamar a Alonso, estaba segura de que él le ayudaría a dar con Analia que no respondía a sus llamadas.
"Alonso: Valentina, que sorpresa, como estas?
Valentina: bien Alonso.
Alonso: eso me alegra mucho.
Valentina: te llamo porque creo que tú puedes ayudarme en algo.
Alonso: claro, de que se trata?
Valentina: es sobre Analia.
Alonso: Analia?
Valentina: estoy al tanto sobre las amenazas de Martina.
Alonso: yo le insistí en que te dijera lo que pasaba.
Valentina: lo sé.
Alonso: Valentina, perdóname por no avisarte directamente, preferí hacerlo con José Miguel.
valentina: no te preocupes, lo que quisiera es saber en dónde puede estar?
Alonso: Analia? supongo que en la hacienda.
Valentina: no Alonso, ayer regresamos, incluso intente conversar con ella pero sintió miedo, me dejó una carta donde se disculpaba por no prevenirme y hoy no vino a trabajar, estoy segura de que huyó.
Alonso: es probable, la verdad no sé dónde pueda estar, cuando me comentó que había dirigido a Martina hacia ti, corté con ella, me enojé muchísimo, pensé que era otra clase de mujer.
Valentina: entonces no has hablado con ella?
Alonso: hace como 2 semanas, y lo has hecho tú recientemente?
Valentina: si, varias veces, pero tiene el teléfono apagado, tal vez fui muy dura ayer con ella.
Alonso: no lo creo, es lógico que después de lo que hizo la trataras fuerte, te falló, yo la verdad no quiero saber nada de ella, sólo espero que deje de acobardarse, ella no es como tú.
Valentina: lo sé, pude notar que es una miedosa.
Alonso: intentaré llamarle, si corro con suerte te aviso.
Valentina: gracias Alonso"
Después de colgar Valentina fue a darle un vistazo a Altanero a las caballerizas.
Martina nunca recibió respuesta en la casa de Analia así que siguió caminando por el pueblo, se detuvo en el kínder y por su mente aparecieron recuerdos de los días que había pasado allí, sintió mucho coraje cuando recordó la manera como las madres de sus alumnos la señalaban para luego ser expulsada, y como eso la había hecho sentirse humillada.
La puerta del kínder se abrió, Martina se escondió, poco a poco empezaron a aparecer los padres de los niños que venían a recogerlos tras terminada la jornada de estudio, le sorprendió bastante ver la camioneta de José Miguel, de la que segundos después vio bajarse y entrar.
Martina: así que ya estás de regreso, que bien! los días de tu feliz matrimonio van a terminar muy pronto.
Unos minutos después José Miguel salió de la mano de sus hijos, los subió a la camioneta, pero al escuchar su nombre se dio la vuelta, era Gabriela que lo llamaba.
José Miguel: Gabi, hola!
Gabriela: pensé que no te alcanzaba.
José Miguel: me necesitas?
Gabriela: bueno algo así, crees que sea posible que en la tarde pueda ir a la hacienda con los organizadores de la feria, es para que vean lo de la ubicación de las actividades.
José Miguel: es cierto, claro sabes que siempre eres bienvenida.
Gabriela: estaremos a eso de las 2.
José Miguel: esta bien, nos vemos entonces.
José Miguel se despidió y dio marcha hacia la hacienda.
Alonso le marcó a Analia un par de veces sin conseguir respuesta.
Martina tomó un taxi con destino a la Hacienda, le pidió al taxista que la esperara y entró, se asombró al ver que tenia vigilancia.
José Miguel, Valentina y el resto de la familia se sentaron a comer, Martina se armó de paciencia un buen raro esperando la oportunidad de entrar sin ser vista, pues suponía el porqué de la presencia de tantos hombres.
Después de unos 30 minutos Valentina salió por la puerta principal, se dirigió hacia las caballerizas para ver a Altanero; Iluminada salió con una jarra de Limonada para ofrecerle a los hombres, lo que tomó sólo un par de minutos, tiempo suficiente para que estos perdieran de vista la entrada principal y Martina lograra filtrarse con el objetivo de seguir el mismo camino de Valentina.
Valentina acarició su caballo.
Valentina: te extrañé sabes? casi un mes sin poder montarte, perdóname, te prometo que pronto daremos un paseo , ahora tengo que pensar en conseguir otro veterinario. - pensó en voz alta.
Martina se encontraba a unos escasos metros de distancia de Valentina, lista para salir a enfrentarla; abrió la puerta sin hacer el menor ruido...