Veo mi reloj digital que llevo en la muñeca y noto que falta solo 1 minuto para completar la hora trotando, prosigo realizando mi trote mientras disfruto de la fresca brisa de la ciudad golpeando mi rostro, llego hasta mi casa y termino mi ejercicio diario estirándome un poco en el patio que hay en frente de la puerta de entrada. Saco las llaves de bolsillo de mis pantalones deportivos y abro la puerta de casa.
-¡Ya llegue!- grito al entrar y dejo las llaves en la mesa que hay justo en la entrada.
-Estamos en la cocina, ya está lista la cena- escucho la voz de mi madre.
-Me voy a bañar y bajo- le aviso.
-Vale cariño.
Subo hasta mi habitación y entro al baño para ducharme rápidamente, luego me coloco la pijama y bajo a cenar.
Me siento en la isla de la cocina, justo al lado de mi papá, y mi madre deja un plato con comida frente a mi.
-¿Se quedarán a dormir?- cuestiono.
Estoy acostumbrada a que mis padres no se queden por la noches, tienden a estar muy ocupados.
-No amor, tenemos mucho trabajo- responde mi padre.
-¿Han matado a alguien hoy?- pregunto casual.
-Deja de hacer esa pregunta como si nosotros mataramos gente por diversión- me regaña mi madre.
-Es básicamente lo que hacen.
-Somos policías hija- dice mi padre.
-Lo sé- me río- ¿les darán el ascenso por fin?, ustedes se lo merecen, llevan demasiado tiempo trabajando allí y son los mejores hasta ahora.
Mis padres son policías desde hace muchísimos años y sin duda alguna son los mejores que tiene el estado actualmente. Su plan de vida era dedicarse plenamente a su profesión por que lo que más aman es la justicia y salvar vidas, pero justo cuando estaban a punto de ascenderlos me tuvieron a mi... digamos que fui un pequeño cambio de planes, y tuvieron que dejar de trabajar por un tiempo para cuidarme, debido a eso ascendieron a otros dos policías y perdieron el cargo que tanto deseaban. Ellos no se lamentan por haber perdido el cargo, siempre me dicen que soy lo mejor que tienen y que ese cargo lo obtendrán después, su jefe hace una semana les dijo que lo más probable es que sea el momento de darles ese ascenso que tanto han deseado, y estoy feliz por ellos.
-Casi nos lo van a dar amor, pero justo queríamos hablar contigo de eso- dice mi madre sentándose a mi lado y frunzo el ceño.
-¿Qué sucede?
-Nuestro jefe está pensando en darnos el ascenso y pasarnos a jefes de la comisaría, el cargo que tanto queremos, pero nos tiene una misión de prueba primero- explica mi padre.
-Eso es genial, ustedes siempre logran los casos.
-Si, pero este es un tanto complicado. Se trata de un hombre que vende drogas a menores, llevan tiempo intentando detenerlo pero es muy inteligente, no han logrado agarrarlo con las manos en la masa y sin pruebas suficientes no pueden hacer nada.
-Ustedes siempre lo logran, ¿qué tiene de complicado esto?
-Que nuestro jefe nos ha pedido que te involucremos a ti- dice mi madre y mi mueca se cambia a una de confusión.
-¿De qué hablas?
-Este hombre tiene un hijo de 19 años, y nuestro jefe cree que la única manera de descubrir algo de él para encarcelarlo, es por su hijo, y para llegar a su hijo quiere que tú nos ayudes, acercándote a él- concluye mi madre y yo me quedo sin palabras.
-El plan es darte primero una charla para explicarte todo con detalles y que estés sumamente preparada, nosotros te protegeremos en todo y no te ocurrirá nada, pero de todas maneras debes aprender ciertas cosas antes- agrega mi padre.
-Amor es algo arriesgado, y no aceptaremos sin tu consentimiento.
-Yo... estoy en shock, realmente no se que decir.
-Si no lo quieres hacer solo dilo, no hay ningún problema, encontraremos otra manera.
-¿Por qué su jefe quiere que sea yo quién me acerque a él?
-Por varias razones, primero él dice que al ser tú, sabe que es alguien de plena confianza, no es como contratar a alguien que no conoce. Segundo, sabe que practicas distintas artes marciales desde pequeña y sabes cuidarte sola, además que al criarte con dos padres policías conoces mucho más de este mundo que cualquier otra adolescente- explica mi papá.
-Se que es mucho para una niña de 18 años hija, si no lo quieres hacer dínoslo.
-No, si lo haré, por ustedes lo haré. Solo estoy un poco sorprendida.
-Es normal cariño, ante una noticia así cualquiera se sorprendería.
-¿Hay probabilidades de que todo salga mal? ¿Qué se supone que deba hacer? ¿Cómo me acerco a él?- empiezo a preguntar.
-La idea sería que te hicieras muy buena amiga de él, y que ante todo intentes siempre mantenerte al tanto de la situación- suelta mi madre.
-¿Y si él llegara a descubrir todo?- pregunto.
-Para ello vas a asistir esta semana a un curso especializado para ti en la comisaría, te explicarán el plan, responderán tus preguntas, te guiarán en todo y te darán los conocimientos necesarios para la misión.
-Bien- es lo único que respondo.
-Amor, si sientes que esto es mucho para ti, dinos. No estás obligada a hacer esto, tú no nos debes nada, y si no te sientes preparada encontráremos otro plan para esta misión.
-Lo haré- respondo y mi mamá me abraza.
-Te amamos cariño.
Desde muy pequeña estoy acostumbrada a este mundo de la justicia y se cuidarme sola, pero debo admitir que por primera vez siento un poco de nervios, y no por que algo me pase, sino porque sé que de esta misión depende el ascenso de mis padres, pero haré lo mejor que pueda por ellos.
...
Nota de autora:
Les tengo una pregunta, en algunos de los siguientes capítulos voy a explicar cómo está vestida Jessica, ¿les gustaría que en multimedia les deje una foto del outfit o prefieren dejarlo para la imaginación?
Los quiero ❤️