Todo estaba completamente lleno, las personas llegaban para la gran función, los niños miraban con atención el gran lugar agarrados de la mano con sus padres. Mientras que Shampoo y Akane iban caminando a la par hablando de la decoración de circo.
Ranma miraba la cara de Pucca, la miraba con ternura al ver como ella miraba con asombro y curiosidad todo su alrededor. Ambos iban caminando juntos, estaba presente aquel silencio entre ellos dos, pero no era un silencio incomodo, era agradable.
Si bien Ranma daba gracias que la chica a su lado no sea tan ruidosa como las chicas que tenía enfrente.
-E-escuche que eres una gran amiga de Shampoo- dijo Ranma tratando de entablar una conversación, o en este caso darse a conocer- Me alegra saber que ella se lleva bien con otra chica- dijo mientras rascaba su mejilla apenada, pues no sabía que decir frente la azabache-Soy Ranma amiga de Akane, t-tengo el nombre igual que su prometido ¿Raro no?
Pucca asintió dándole una pequeña sonrisa, al menos le quedo claro que se llamaba Ranma, pero no le cuadraba que trajera la misma ropa que el chico.
-Tú te llamas Pucca ¿no?- dijo mientras miraba como la azabache jugaba con su collar- Akane me hablo mucho de ti, tienes un nombre muy bonito- Dándose cuenta del error, tapo su boca con la mano derecha.
Pero fue demasiado tarde para él pues aquello salió sin pensarlo y Pucca lo había escuchado.
La azabache le miro curiosa y asintió, no sabía el porqué de aquel comentario, pero decidió ignorarlo, volteo a todos lados buscando a las dos chicas, a lo lejos miro que Akane y Shampoo ya se estaban acomodando en los asientos por lo que sonrió, agarro la mano de la pelirroja y apresuro el paso para llegar con ellas.
Ranma solo miraba las manos entrelazadas, no evito ponerse más nervioso de lo que ya estaba, no sabía lo que le pasaba, nunca le paso esto con alguna chica.
-¿Por qué tardaron?-Pregunto Akane con una ceja alzada, pues no dejaba de ver como Pucca traía agarrada de la mano a Ranma.
-P-pues- hablo la pelirroja tratando de explicar.
Pero las luces fueron apagadas, dando señal de que la función estaba por comenzar.
Entre aquellas grandes cortinas azules que estaban en medio del escenario, salió el Maestro de ceremonias, el que presenta cada función y las dinámicas del circo.
Por lo que, todos empezaban a emocionarse y aplaudir.
Empezó a sonar la música, entre los telones empezaban a salir algunos bailarines acompañados de pandas.
Pucca no evito recordar cuando fue al circo Vagabundo, donde poco después se enteraron que era manejado por Pandorga, Shaman y Payaso los que ahora están trabajando con tobe, habían tomado aquel circo solo para arruinarles el día.
Aunque para ella ese día fue especial, pues Garu también fue aquel circo para acompañar a Abyo y ella aprovecho la oportunidad para sentarse a su lado y agarrarle de la mano.
Aunque ahora se daba cuenta que eso a él le fastidiaba, porque se cambiaba de lugar o quitaba su mano.
Pucca soltó un suspiro cansado, solo se imaginaba como el la esquivaba en el circo y en una ocasión brinco hacia la explanada encima de una torre que era parte de la función y esta empezaba arder en llamas.
Recordó como aquella vez tuvo miedo de que le pasara algo, recordó en como tumbo aquella torre con una patada para así agarrar a Garu en el aire.
No sabía de donde venía aquella fuerza, pero le daba gracias por que la ayudo en muchas ocasiones.
Ranma solo miraba de reojo la cara de Pucca, pues esta solo miraba la función con una cara nostálgica.
-¡Ahora en el siguiente número, necesitaremos ayuda de dos personas del público y como premio tendrán este peluche de felpa!- dijo el maestro de ceremonias mientras mostraba aquel peluche de Akane.
Pucca miro de reojo a Akane, algo raro pasaba y tenía que ver con la venganza de aquel chico. Si bien Pucca sabía que había una trampa, pues por algo les habían mandado boletos a ellos.
-Es mi cerdito- murmuro Akane preocupada.
-¡Hay no Akane!- dijo Ranma mientras miraba al cerdito- ¡Pensé que te habíamos rescatado!- dijo mientras fingía preocupación.
-¡Ya me cansaste con tus bromas!- grito Akane enojada mientras agarraba a la pelirroja de los brazos y con fuerza la lanzaba al escenario.
Ranma dio un giro en el aire para caer de pie en el escenario, haciendo que todo el público se emocionara por su gran entrada y ella solo saludara.
Pucca no evito sonreír, también lo hizo aquella vez Garu cuando fueron al circo, fue el centro de atención.
Pero se giró al escuchar los gritos de un muchacho a lo lejos.
-¡Mira Sasuke!¡Es la pelirroja!¡El amor de mi vida!
Pucca trato de ver aquel muchacho, pero la multitud era bastante y no lograra verlo, por lo que puso sus ojos sobre la función.
-¡Excelente! Tenemos a una señorita para nuestra función- dijo el maestro de ceremonias mientras miraba a Ranma- Necesitamos a otra persona.
Pucca miro de reojo como Akane se levantaba del asiento, pero Pucca fue más rápida y la detuvo, pues ella sabía que aquello era una trampa.
Ese tal Mousse sabía que si Ranma iba, también estaría Akane.
Pucca tomo impulso y salto desde las gradas, dio un giro como Ranma y cayo de pie en la explanada.
-¡Increíble!¡Tenemos a una bella dama en el escenario!
Mientras en el publico gritaban, Pucca a paso firme se dirigió hasta Ranma y se situó a lado de ella.
-¿Por qué bajaste?- dijo la pelirroja al ver a Pucca a lado de ella.
Pucca solo se encogió de hombros y desvió la mirada, pero se encontró con unos ojos aqua que la observaba desde lejos. Mousse estaba entre los telones, con una mirada seria y cargada de odio, las observaba desde la oscuridad con una sonrisa maliciosa.
Pucca frunció el ceño, definitivamente habían caído en una trampa.
Sintió como agarraban su mano y la dirigían hacia un poste, miro de reojo como a Ranma la guiaban a otra parte de la explanada.
La ataron al poste y colocaron una manzana sobre su cabeza.
Chasqueo la lengua al saber de lo que se iba a tratar.
-¡Muy bien!¡Veamos cómo le va a nuestras participantes!
De una bandeja de plata, salió un pato color blanco con unos pequeños lentes que lanzo varios cuchillos alrededor de Ranma y uno a los pies de Pucca, pero la azabache no se inmuto en lo absoluto. Pues logro ver la trayectoria en donde iban aquellos cuchillos dirigidos.
-¡Oye ¿qué te pasa?¡- grito la pelirroja enojada y asustada a la vez.
-¡Tengan cuidado con las chicas!-decía un muchacho que estaba dispuesto a meterse a la explanada, pero era detenido por las personas y los guardias- ¡Suéltenme, mi chica de cabellos de fuego y la de rojo me necesitan!
Mientras que aquel pato se situaba en medio de toda la explanada.
-Ahora el siguiente segmento será hecho por el famoso pato monje de la civilización china- las luces enfocaron aquel Pato blanco- ¡El gran Pato Mousse!- todos empezaron a aplaudir, mientras que Ranma y Pucca no evitaron pensar en aquel chico raro- Nos dará una presentación con sus navajas asesinas.
Aquel pato saco sus navajas que estaban ocultas entre sus alas, enviándolas hacia ambas chicas. Ranma atrapo aquellas navajas con su boca mientras que Pucca solo movió su cabeza a un lado, pues iba directo a su cuello.
Ese pato no era normal y algo tenía que ver con aquel muchacho.
Miro aquel Pato volar por toda la explanada, soltando bombas de humo por todo el lugar. Pucca aprovecho ese momento para empezar a zafarse de las sogas.
Cuando sintió que ya estaban flojas aquellas sogas, las tiro al suelo y dio un paso dispuesta a ir por la pelirroja, pero sintió como la sujetaban de la cintura y la llevaban afuera del circo.
Cuando salieron de la explanada, Pucca vio que la pelirroja la había sacado, por alguna razón Ranma agarro de la mano, la atrajo hacia ella y le dio un abrazo.
Pues Ranma se había preocupado que le hubiera pasado algo.
-¿Estas bien?- dijo en un pequeño susurro.
Pucca asintió y le devolvió el abrazo. Ranma se separó de ella y miro a todas partes.
-Voy por Akane y Shampoo para irnos de aquí.
Pucca asintió y miro como aquella pelirroja daba la vuelta y salía corriendo. Empezó a caminar para observar las cosas, pues habían salido por atrás del circo, donde estaban las cosas de los payasos o los camerinos.
Pero se frenó al ver como aquel pato se aventaba sobre una tina de agua caliente y se convertía en una persona, o más bien, en Mousse.
Ahora Pucca sabía que Ryoga no era el único que podía convertirse. La azabache desvió la mirada por respeto, ya que aquel chico no traía nada de ropa y salió como si nada de aquella tina.
Pucca empezó a caminar hacia el lado contrario, quería evitarse problemas.
Logro llegar al frente del circo y se sentó en una de las bancas para esperar a las chicas, pero brinco rápidamente al ver como unas cadenas impactaban contra aquella banca y la destruían.
Miro la dirección en la que venían, Mousse se encontraba en medio del camino con una sonrisa maliciosa en su rostro.
-Buenos reflejos preciosa, prometo no hacerte daño- dijo mientras traía de vuelta sus cadenas y empezaba a caminar hacia ella- Si me dices dónde está Ranma.
Pucca solo frunció el ceño y apretó sus puños, no dejaría que este tipo que casi las mata se salga con la suya, así que se puso en modo de pelea.
Si él quería pelea, pues pelea tendrá.
-Je- sonrió de lado al ver la determinación de la azabache- está bien si no quieres decirme, entonces acabaré contigo.
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