—¿Sannie?
—Dime, Woonnie.
—Te amo.
—¿Sabes que estoy en pleno turno de trabajo, cierto?
San y Wooyoung llevaban cinco meses de noviazgo, y juraba que habían sido los meses más hermosos de todos. El menor visitaba el trabajo de su ahora novio cada día libre, este había regresado a la cafetería en donde lo aceptaron de vuelta inmediatamente, ya que Hongjoong consideraba a Choi como parte de su familia al igual que a los otros chicos.
Los dos chicos se mimaban mutuamente, y ese momento no era la excepción. Era la típica tarde de trabajo de San, mientras Jung casualmente se acercaba a la barra y le susurraba pequeños "te amo", haciendo sonrojar al castaño.
—Wooyoung, ¿así que tú también viniste a ver a tu novio, eh?
—Seonghwa, es bueno verte por acá —le respondió Jung mientras Choi le regalaba una sonrisa.
Como por arte de magia, cuando Wooyoung pronunció el nombre del más grande, rápidamente Yeosang salió de la cocina para saludar a su novio seguido de un Yunho que traía su celular en mano.
Ambas parejas se encontraban platicando tranquilamente entre ellos, hasta que un grito lleno de frustración que no solo los asustó a ellos sino también a los pocos clientes que estaban en aquel local, lo que provocó que el dueño de aquel grito pidiera disculpas rápidamente.
—¿Qué demonios, Yunho?
—Es que perdí este nivel de Candy Crush y era mi última vida —susurro con pena el más alto.
Después de ese comentario todo el grupito estalló en risa, mientras los tres chicos regresaron a su trabajo y los otros dos ocuparon una mesa de la cafetería mientras pedían sus bebidas para lograr conversar un rato.
—Yunho me contó todo lo que hiciste por San, me parece increíble lo tanto que amas a ese chico. Espero que todo funcione de maravilla entre ustedes dos —comentó sinceramente Park.
Wooyoung solo sonrió y siguió tomando su café, siguió platicando tranquilamente con el mayor hasta que la hora de salida de su novio llegó, yendo juntos a casa.
—¿Hoy quieres pasar la noche en tu departamento o en el mío? —preguntó San.
—En el tuyo, quiero jugar con Byeol un rato.
—A veces pienso que quieres más a ese gato que a mi —respondió con un puchero para luego recibir un casto beso de su novio, haciéndolo sonreír.
Iban caminando tomados de la mano por aquel parque por el que pasaban todas las noches, el camino era tranquilo y silencioso, hasta que Choi soltó una risita nasal.
—¿Qué es lo gracioso?
—Recordé que la primera vez que te vi, pensé que descubriría el por qué no tenías un Musubi, pero tú terminaste descubriendo todo primero.
—Bueno, ese era nuestro destino, amor.
Siguieron en su recorrido a su hogar, pero antes de salir del parque, Wooyoung se detuvo para tomar ambas manos del castaño, mirándolo como si fuese lo más precioso que existiera en todo el mundo, y para el rubio si que lo era.
—Prométeme que te quedarás conmigo en esta y en las próximas vidas, Choi San.
—Sabes que mi respuesta siempre será si, Jung Wooyoung. ¿Por qué preguntas esto de repente?
—Solo porque me gusta ser dramático.
—Vaya que lo eres.
—Aún así me amas.
—Y aún así te amo.
Aunque no estuviesen conscientes de ello, ambos chicos habían prometido algo que en cualquier vida iban a cumplir: estar juntos.
Porque el Musubi era para siempre, y aquel hilo rojo, pasara lo que pasara, seguiría atando a aquellas dos almas que después de tantos obstáculos habían logrado estar juntos para la eternidad; porque si, el destino siempre jugaba con la vida de las personas, pero siempre llegaba a donde tenía que llegar, y Choi San junto a Jung Wooyoung era la clara evidencia.
Fin.
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Woooahhh, ¡llegamos al final!
De nuevo les agradezco infinitamente a todos aquellos que leyeron esta fic desde el comienzo hasta aquí y por todo el apoyo dado que me motivó cada vez más para seguir escribiendo
✨ Espero que hayan disfrutado esta historia bastante ✨
Espero regresar pronto con más contenido para todxs ustedes
¡Nos vemos en la próxima historia!
- Ren 💛