José Miguel y Horacio tenían un plan romántico para esa misma noche antes de su regreso a San Pedro.
Las dos amigas regresaron con los niños al penthouse, Horacio y José Miguel se sorprendieron por su repentina llegada.
Horacio: pensé que estarían más tiempo en la alberca.
Gabriela: el sol está muy fuerte y no quiero que me haga daño.
Valentina: niños, vayan a darse un baño y a cambiarse.
Los gemelos corrieron a obedecer a su mamá.
José Miguel: hace rato salimos a dar un paseo con Coquito.
Valentina: y cómo se portó?
José miguel: parece que lo entrenaron un poco, pero todavía falta, ya lo haremos en la hacienda.
Valentina: y dónde está?
José Miguel: mi madre y tu tía salieron a comprar unas cosas al súper y se lo llevaron.
Valentina: ya veo, bueno voy darme un baño, tengo bronceador por todas partes.
Gabriela: nosotras también vamos a cambiarnos.
Horacio: oye José Miguel pos, con quién vamos a dejar los niños?
José Miguel: Pues con mi mamá y doña Isabel.
Horacio: si es cierto, por un momento olvidé que venían con nosotros.
José Miguel: pues donde tienes la cabeza Horacio?
Horacio: es que me dan nervios.
José Miguel: por qué?
Horacio: qué tal que no les guste?
Jose Miguel: no pienses eso, más bien ayúdame a ver que nos hace falta.
Horacio: creo que tenemos cubierto todo.
José Miguel: no, mira, tenemos la vajilla, los cubiertos, las copas y la cena.
Horacio: ahí está! no falta nada.
José Miguel: y la champagne?
Horacio: que menso, y si se la encargamos a tu mamá?
José Miguel: no creo que tarden, además no quiero que carguen muchas cosas.
Horacio: pues si ya están viejitas, tons vamos no?
Martina llamó a Analia, está tenía miedo de contestar pero era necesario saber en que andaba.
"Analia: Bueno?
Martina: se puede saber dónde carambas están tus patrones? recorrí gran parte de la capital por dos largas semanas y no he encontrado pistas de su paradero, o a caso ya regresaron y no quisiste avisarme?
Analia: nada de eso; la hacienda sigue a cargo de sus empleados de confianza.
Martina: no sé si debería creerte, puedes estarme mintiendo, y si es así más te vale que me regreses el dinero que te di.
Analia: si no me crees confírmalo tú misma, y por el dinero no te preocupes puedo depositarlo de regreso a tu cuenta, está intacto.
Martina: que te pasa? por qué estás tan cortante conmigo?
Analia: todos tenemos problemas personales, deja de pensar que eres el centro del universo.
Martina: está bien, igual puedes contar conmigo, somos amigas.
Analia: esto es algo que debo resolver sola, tengo que colgar estoy algo ocupada."
Analia estaba en un café del pueblo analizando que pasó seguir, estaba hasta el cuello con su metida de pata, y a un pie de perder su trabajo y el hombre que estaba empezando a querer.
Analia: que hago Dios mío? qué hago?
Analia no tenía cara para enfrentar a Valentina y José Miguel; así que escribió una carta.
Martina llamó a la hacienda pero alterando un poco su voz.
"Iluminada: casa de Familia Montesinos Villalba, le habla Iluminada, con quien quiere hablar usted?
Martina: buenas tardes, quisiera hablar con Valentina.
Iluminada: la señora está fuera de la ciudad, pero si gusta puede dejarle un recado, yo mismita puedo dárselo apenas regrese"
Martina colgó.
Martina: aún no regresan... pero donde pueden estar? llevan semanas lejos de ese pueblucho... creo que lo mejor es regresar y esperarlos, ya no tengo nada que hacer en esta ciudad.
Martina: llamó a recepción para pedir su cuenta y rápidamente hizo su maleta.
Isabel y Leonor regresaron del súper con Coquito, los niños emocionados salieron a jugar con él al jardín del edificio bajo el cuidado de una de las muchachas; mientras Valentina y Gabriela analizaban la actitud de sus esposos, un teléfono sonó.
Gabriela: es el tuyo.
Valentina: sí.
"Valentina: bueno?
Valentina? eres tú? qué alegría oírte.
Valentina: quien habla?
Soy Leticia, la amiga de tu tía, nos vimos el otro día en el funeral del licenciado Galeana.
Valentina: ay señora, perdón es que no le reconocí la voz, como ha estado?
Leticia: bien hijita, estaba por llamarte desde hace días por dos razones.
Valentina: dígame.
Leticia: como está Isabel?
Valentina: tranquila, aún le cuesta aceptar su perdida pero el cambio de ambiente le hecho muy bien.
Leticia: que bueno hija, la verdad que estos casos el estar contigo y tu familia es lo mejor.
Valentina: exactamente, y cuál es el otro motivo de su llamada?
Leticia: hace como dos semanas vino a la casa un mujer muy extraña a buscarte.
Valentina: una mujer? quién?
Leticia: no lo sé, jamás me dijo su nombre.
Valentina: que le dijo?
Leticia: que querka hablar contigo, yo le dije que hace unos años tu nos habías vendido la casa, eso pareció disgustarle y se marchó.
Valentina: Leticia como era esa mujer?
Leticia: bueno era bajita, de cabello negro, como de unos 35 años, vestía algo formal pero aunque intentó demostrar elegancia, pude darme cuenta de que no de nuestra clase, ya sabes es alguien del común.
Valentina seguía ansiosa por saber un poco más.
Valentina: tenía actitud arrogante?
Leticia: me pareció que sí, no dejaba de observar lo que veía en la casa.
Valentina: no puede ser!
Leticia: pasa algo?
Valentina: creo saber quién es, le dio alguna información?
Leticia: no, pero te repito que no me dio buena impresión, tenía mucha prisa de verte.
Valentina: entiendo, gracias por informarme"
Valentina colgó.
Gabriela: que pasa?
Valentina: espero equivocarme, tal parece que Martina nos siguió hasta la capital.
Gabriela no pudo disimular su actitud, se puso nerviosa.
Valentina: tú lo sabias?
Gabriela: que cosa?
Valentina: desde que llegamos a Cancún José Miguel ha tenido una actitud muy extraña.
Gabriela: cómo cuál?
Valentina: ha recibido llamadas de Alonso, cuando ni siquiera son amigos.
Gabriela: y eso que?
Valentina: Gabi, no soy tonta, ellos se toleran pero de ahí a llamarse? hay una gran diferencia; no sé por qué pero presiento que tú sabes algo y ahora mismo me lo vas a decir.
Gabriela: ay Valentina!
Valentina: dime lo que sepas, de todas maneras voy saberlo, sabes que no me quedaré cruzada de brazos.
Gabriela se puso de pie y empezó a caminar de un lado a otro muy nerviosa.
Valentina: lo ves? ni siquiera puedes disimularlo.
Gabriela: sólo prométeme que no vas a enojarte?
Valentina: qué? Habla!!!
Valentina se estaba exaltando
Gabriela: está bien, yo sólo sé que el día que tú, José Miguel y los niños salieron de San Pedro de las peñas, regresó Martina a buscarte, varias personas del pueblo la vieron, incluso fue a la hacienda.
Valentina: y qué quería?
Gabriela: Iluminada dijo que estaba muy enojada, que temía quisiera hacerte daño; la amenazó con encontrarte.
Valentina: quiere vengarse por lo que pasó en la escuela la otra ves; claro, quién más lo sabe?
Gabriela: bueno es que...
Valentina: por favor, no te guardes nada.
Gabriela: Analía le dijo a Alonso y luego le advirtió a José Miguel, Horacio y yo no queríamos decir nada por temor a estropear sus vacaciones, no después de todo por lo que tu has pasado.
Valentina: pero por que no me lo dijeron?
Gabriela: Después del secuestro, la muerte de Fernando y luego de don Ernesto no queríamos preocuparte más, José Miguel quería que estuvieras tranquila, no te enojes con él.
Valentina: entonces a eso se debían las llamadas, pero quién le dijo a Martina que estábamos en la capital?
Gabriela: no lo sé, pero si anda persiguiéndote no puede ser para nada bueno.
Horacio y José Miguel entraron muy animados, la cena especial para sus esposas estaba casi lista.
Horacio: de verdad que no pensé fuera tan costosa, yo podría vender algo mejor.
José Miguel: es de Paris por eso su alto costo Hola!! Cómo están? y los niños.
Valentina lo observó muy seria y se acercó.
Valentina: se puede saber porque no me dijiste que Martina regresó y está buscándome?
José miguel tragó saliva y se quedó sin habla.