Loyal Knight.

By Syldae

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"Todo practicante de nigromancia será ejecutado por orden del rey." El reino Lanling Jin ha declarado que cu... More

Referencias.
Capítulo uno.
Capítulo dos.
Capítulo tres.
Capítulo cuatro.
Capítulo cinco.
Capítulo seis.
Capítulo siete.
Capítulo ocho.
Capítulo nueve.
Capítulo diez.
Capítulo doce.
Capítulo trece.
Capítulo catorce.
Capítulo quince.
Capítulo dieciséis.
Capítulo diecisiete.
Capítulo dieciocho.
Extra.

Capítulo once.

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By Syldae

Autora POV.

—Lo sentimos, Han Guang-Jun. —habló uno de los guardias.

—El rey está... —miró a su compañero pidiendo ayuda, pero este solo apartó la mirada.— Pidió no ser molestado...

El aura del jefe de la Guardia real era completamente distinta, pues por alguna razón que los soldados desconocían, Lan WangJi parecía estar molesto.

¿Eso era imposible, no?

Era conocido por ser el jade del reino, pues su rostro a pesar de ser tan atractivo siempre se veía inexpresivo, pero últimamente parecía que su actitud perfectamente fría se había estado deshaciendo poco a poco.

Su presencia siempre había sido abrumadora, dejando claro que nadie se podía comparar con él, pero ahora el ambiente se había vuelto tan pesado que incluso respirar era difícil.

Sin esperar ni un segundo más, pasó a los guardias y abrió la puerta por si solo, caminando hacia el interior de la sala del trono.

—¡H-Han Guang-Jun...! —los soldados no se atrevieron a detenerlo.

Además, ahora mismo solo pasaba una cosa por la cabeza del soldado, pues de camino hacia el palacio había escuchado la conversación de dos ancianas que estaban en frente de la panadería del distrito PinQuiong.


☀☀☀


—¿Cuantos días seguirá sin abrir? —comentó la mas joven mirando el cartel de aviso de la panadería.

—Ay, querida... ¿No te has enterado? —la joven negó con la cabeza.

—Deja que te cuente, parece que el panadero ha recibido una maldición...

Al escuchar sobre una maldición, Lan WangJi, quien estaba comprando manzanas para su yegua prestó más atención a la conversación.

—Hace unos tres días llegó al reino corriendo mientras gritaba, su mano estaba rodeada de fuego... Aunque el color era más rojizo que lo normal y por más que agitara su mano o la metiera en agua la llama no se apagaba. —dijo sorprendida.— Hasta el rey pidió que fuera al palacio para tratarlo...

—¡Seguro es obra de algún cultivador demoníaco! Menos mal que el rey ya los está capturando...

—Sí... Pero he oído rumores por Hutong...

—¿Qué clase de rumores? Esa zona no es de fiar... —comentó con cierto interés.

—Unos semanas antes de su maldición, siempre habían dos huérfanos que intentaban robar algo de sus panes y ya sabes cómo reaccionaba cada vez que los veía... Una vez hasta los persiguió mientras les lanzaba piedras del tamaño de su mano. —susurró horrorizada.

—Según lo que he oído, logró atrapar al hermano más mayor y lo golpeó hasta... Tu sabes...

La señora que estaba escuchando se cubrió la boca con ambas manos.

—Y lo peor es que un guardia lo había visto todo y no actuó, es más... ¡Dicen que se rió mientras miraba la escena! Y cuando el panadero se dio cuenta de su presencia, le dio unas cuantas monedas de oro comprando su silencio.

—Qué horror... ¿Y su hermano?

—Después de eso no se le volvió a ver hasta que intentó robar de nuevo un pedazo de pan, en unas condiciones lamentables he de decir... Afortunadamente, un soldado lo detuvo antes de que llegara a golpearlo y después de eso nadie ha sabido de él.

—Si el rumor es cierto... ¿Podemos seguir confiando en los soldados? 

Antes de que la otra mujer contestara a su pregunta, notaron la presencia de Lan WangJi y rápidamente desviaron el tema de la conversación y se fueron nerviosas.


☀☀☀


¿Cómo era eso posible?

¿Quién de los guardias había presenciado tal escena y no había actuado?

¿Y el juramento al entrar a la Guardia real?

Más y más preguntas habían surgido en la mente del mayor mientras caminaba rápidamente por la alfombra roja de la sala. Una vez llegó al trono alzó la mirada y no vio a nadie, en cambio, escuchó unos ruidos que provenían de la puerta que estaba cerrada detrás del trono.

Pensó en acercarse y entrar, pero se detuvo al instante cuando la puerta se abrió por si sola.

—Ese desgraciado... 

—Tranquilo, ya envié a mis soldados... ¡Oh, Han Guang-Jun! —dijo el rey.

Al lado estaba el panadero, que al ver a Lan WangJi no pudo evitar ponerse nervioso y empezó a tartamudear.

—B-Bueno su m-majestad, me retiraré... —hizo una reverencia bastante torpe y caminó rápidamente hasta la entrada, desapareciendo por esta.

Antes de salir, Lan WangJi había observado atentamente sus manos.

Ni una sola quemadura.

—Bueno, bueno... Veo que las ordenes del rey no significan nada para ti. —dijo mientras se sentaba en el trono.— ¿A qué has venido ahora?

Lan WangJi no dudó.

—Quiero dejar mi puesto.

Jin GuangShan abrió los ojos sorprendido.

—¿Quieres un título más alto? Puedo...

—No. Quiero dejar de ser soldado. —sus palabras fueron firmes.

El rey lo pensó un poco y se levantó del trono, caminando hacia Lan WangJi lentamente mientras pasaba una de sus manos por su barbilla, cómo si estuviera pensando.

—Ya tuvimos una conversación parecida a esta hace tiempo... Y cambiaste de parecer cuando...

—Esta vez estoy preparado.

Jin GuangShan se colocó detrás de él y observó su espalda.

—Dejar la Guardia real... —Lan WangJi lo miró de reojo.— Bien, veo que esta vez es serio, así que haré realidad tu deseo.

—Primero, deberás de recibir tu "castigo" por romper el juramento... Treinta y tres golpes con el látigo de la disciplina serán suficientes... Aunque si crees que es imposible, puedo darte una segunda oportunidad para retirar tus palabras...

Lan WangJi no habló.

—Bien... Vosotros dos. —señaló a dos soldados.— Ya sabéis que hacer.

Al instante, los dos jóvenes discípulos se miraron dudosos y se acercaron a Lan WangJi sin atreverse a mirarle a la cara. Sus manos ya tenían el instrumento preparado para el castigo del mayor y una vez este se arrodilló en el suelo, estos empezaron a golpearlo en la espalda seguidamente.

—Más fuerte. —comentó serio el rey desde su trono, observando cómo la inexpresiba cara del soldado intentaba ocultar el dolor.

Los discípulos volvieron a mirarse con cierta preocupación, pues solo con dos golpes con el látigo de la disciplina bastaba para que al día siguiente la persona que lo había sufrido no pudiera caminar, además de que las cicatrices se quedarían de por vida.

Lan WangJi notó el miedo de ambos jóvenes en sus ojos y cómo si estuvieran esperando una respuesta del soldado y no del rey, hasta que el mayor no asintió levemente con la cabeza los discípulos no continuaron.

Al llegar a los doce golpes, la ropa de Lan WangJi ya se había teñido del rojo de su sangre y al siguiente golpe sintió cómo el sabor a hierro se acumulaba en su garganta. Finalmente, no pudo contenerlo más y la sangre cayó por su boca, provocando que la alfombra roja se volviera aún más oscura.

Después de un par de golpes más, Lan WangJi cerró fuertemente sus puños, haciendo que de estos también brotara un poco de sangre, pero una vez estos cesaron logró levantarse y mantenerse de pie sin necesidad de ayuda, cosa que impresionó a los presentes.

—Con esto... Yo... —miró al rey.

Jin GuangShan estaba sonriendo por dentro, no había cada día que Lan WangJi no le sorprendiera. 

Perder a tal soldado era un desperdicio...

Con una mano retiró a los jóvenes discípulos, quedándose de nuevo ellos dos solos.

—Bien, solo una cosa más y dejarás de ser parte de la guardia real... —dijo con una sonrisa mientras alzaba una mano.

Lan WangJi lo miró confuso.

—Su She, déjalo entrar.

Las puestas se abrieron y junto al soldado que miró satisfactoriamente a Lan WangJi al ver su estado, empujó a la persona que estaba a su lado encadenada.

Los ojos del mayor se abrieron sorprendidos y su respiración se detuvo.

—¿A-Yuan?


🌧🌧🌧


La cabeza de Wei WuXian estaba a punto de estallar, sentía cómo todo su cuerpo dolía y su hombro ardía más que la primera vez que transfirió el veneno de la herida de lan WangJi a su cuerpo.

Estaba tumbado en el suelo y podía notar cómo la humedad se colaba por su piel, haciendo que pequeños temblores por todo su cuerpo aparecieran cada par de segundos.

¿Qué había ocurrido?

Abrió sus ojos lentamente, pero no lograba enfocar la vista y apenas podía distinguir el lugar donde se encontraba. En un intento de levantarse del suelo escuchó un sonido metálico al instante, sintió que apenas podía mover sus brazos y sus muñecas ardieron ante el movimiento.

"Genial..."

Poco a poco su vista comenzó a acostumbrarse a la oscuridad del lugar y siguió con la mirada las cadenas que estaban enganchadas a unos grilletes en la pared. Intentó liberarse de ellas, pero al tercer intentó sintió cómo las nauseas se apoderaban de él y perdía la fuerza.

"¿Qué es ese olor?"

Cada vez que respiraba, sentía cómo un aroma ácido y para nada agradable entraba por sus pulmones, provocando que tosiera he intentara taparse la nariz con su hombro. Aún con el molesto olor, Wei WuXian buscó por las oscuras paredes alguna base de antorcha o candelabro y cuando encontró una movió sus dedos creando una palabra de color rojo en lenguaje antiguo y esta voló hacia el objeto metálico, prendiendo una llama al instante e iluminando un poco mejor la sala.

Estaba en una celda.

Frente a él habían unos barrotes oxidados junto con una puerta, la cual no llegaba debido a las cadenas; por las paredes había crecido moho y había tanta humedad que se habían formado pequeñas goteras en el techo de piedra.

A su derecha vio algo moverse y cuando su mirada se posó en la forma que había tirada en el suelo no pudo evitar sentir las nauseas de nuevo y el vómito junto con la sangre acumulada no tardaron en subir por su garganta, se giró hacia un lado y dejó salir todo.

Después de unos segundos, un escalofrío recorrió todo su cuerpo, su respiración se volvió entre cortada y sintió cómo su corazón se encogía de terror.

No quería volver a mirar hacia esa dirección.

Mas de diez cadáveres humanos estaban amontonados unos encima de otros, y no precisamente estaban "completos".

Lo que había visto moverse eran los gusanos que estos mismos habían creado debido a la descomposición de sus cuerpos y el olor de la carne pudriéndose inundaba cada vez más el sótano. Tan solo pensar en lo que estaba respirando provocaba que su estómago se volviera a retorcer.

Después de unos minutos, se atrevió a mirar los cuerpos sin vida para analizarlos un poco.

Eran mujeres, hombres y dos niños; a algunos les faltaba un brazo, otros tenían las manos quemadas y la expresión en sus rostros era cómo si hubieran vivido el mismísimo infierno antes de morir.

—¿Qué demonios...?

Lo único que todos tenían en común era que sus cuellos habían sido degollados y su sangre había sido drenada.

Era realmente escalofriante.

¿Cómo había terminado en esa situación? 

Al ver los cuerpos de los niños sintió cómo una punzada se clavaba en su corazón.

¿Y A-Yuan?


🌧🌧🌧


Jin GuangShan observó divertido la expresión de Lan WangJi.

—Tu último servicio para la corona. —señaló al niño.

...

—Se juntó con un cultivador... 

El corazón del soldado se detuvo por unos instantes.

—Mátalo y te dejaré ir.

Si A-Yuan estaba con él... 

¿Dónde estaba Wei Ying?

  ~~~~~~~~~~~~~~~~~~

~¡Nos leemos!~

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