Valentina: cómo van a llamarlo?
José Miguel: es macho o hembra mamá?
Leonor: macho.
José Federico: que mami escoja un nombre siempre tiene buenas ideas.
Valentina: yo?
Los niños asintieron.
Valentina: que raza es?
Leonor: un Beagle
Valentina: vamos a ver, que les parece "Coquito"
José Miguel; suena raro pero me gusta, que dicen niños?
Cecilia Benita: re chistoso mamita, me gusta.
José Federico: si esta bien padre!.
Leonor: entonces denle la bienvenida al nuevo integrante de la familia "coquito"
Todos aplaudieron.
Leonor se había tomado el trabajo de comprar comida y cama para el perrito, mientras los gemelos lo alimentaban de la mano de sus papás se acercó a Isabel que todavía seguía muy desconsolada.
Leonor: sé exactamente lo que sientes, también entiendo que mis palabras no van a quitarte ese dolor pero, sabes que puedes contar conmigo.
Isabel: Gracias Leonor, sé que los últimos años nos hemos querido como hermanas, agradezco tu amistad y cariño.
Leonor: quien lo diría no? Antes no podíamos estar en un mismo lugar y ahora parecemos ser otras personas.
Isabel: aprendimos a perdonar, reconocer nuestros errores y empezar desde cero, además tenemos a nuestros nietos que nos llenan el alma de felicidad.
Leonor: por ellos no puedes derrumbarte, perdieron a alguien a quién consideraban como su abuelo, pero tú sigues viva, y podrás disfrutar por muchos años de su cariño.
Isabel: es cierto, esos niños han llenado el vacío que me dejó la muerte de mi hija.
Leonor: no recuerdes acontecimientos tristes, mira lo contentos que están con su mascota y con la idea de ir a la playa, hay que disfrutarlos ahora que están pequeños, en donde esté tu hija está descansando.
Isabel: y si no? Se portó muy mal.
Leonor: nada de esos pensamientos, el ciclo de la vida siempre será así, unos nacerán y otras morirán, sé que no podremos acostúmbranos a perder personas queridas pero si a aceptarlo como la voluntad de Dios, además piensa, en la otra vida cuando llegue nuestro momento nos encontraremos con los que se nos adelantaron, toma esto como un viaje.
Isabel: tienes razón, no lo había pensado de ese modo, gracias Leonor.
Leonor le dio un abrazo a Isabel, Valentina y José Miguel las observaron sonrientes.
Al día siguiente todos se encontraron en la capilla para despedirse de Don Ernesto definitivamente.
Uno a uno caminó junto a la urna que contenía sus cenizas para decir unas palabras de despedida.
Isabel tomó la urna y después de una oración del padre Justino la introdujo en el nicho que contenía también las de su hija.
Más tarde todos se reunieron con un notario por petición de Don Ernesto, en este no sólo Isabel quedaba como su única heredera sino que le pedía que se fuera a vivir con su sobrina para que no se quedara sola en esa enorme ciudad.
Isabel: no quiero ser una carga para ti hija.
Valentina: tía, jamás lo has sido, la hacienda es lo suficientemente grande te hace muy bien, que vas a hacer en esta ciudad tu sola?
Isabel: puedo conseguir una enfermera para que me cuide.
Valentina: no se trata de eso, además eso se hace cuando no se tiene familia, y tú nos tienes a nosotros.
Isabel: José Miguel y tú tienen su hogar y yo estaría de más.
José Miguel: eso no es cierto.
Valentina: nada de eso tía, estaré feliz de tenerte cerquita de nuevo y los niños ni hablar.
Leonor: si me permiten, se me ocurre algo.
José Miguel . de que hablas mamá?
Leonor: bueno, ya saben que yo me la paso de allá para acá con los actividades altruistas, Isabel podría venirse conmigo, estoy segura que le encantara ayudar a tantas personas, conocer lugares y además podremos viajar juntas a verlos a la hacienda por temporadas, es más puedes venirte a mi departamento conmigo y pones este en alquiler.
Valentina: suena bien, que dices tía?
Isabel: bueno, no niego que es muy interesante esa propuesta, en esas actividades me sentiría útil y viajar más seguido a la hacienda me parece estupendo, de verdad no te molestaría vivir conmigo?
Leonor: claro que no, las dos podemos hacernos compañía la una a la otra, conoceremos lugares fascinantes y serás muy útil en las fundaciones hay mucho trabajo.
Isabel: entonces sí, acepto.
Martina ya había recorrido los hoteles más sofisticados de Acapulco sin correr con suerte.
Martina: a lo mejor fueron a uno más sencillo, para no llamar la atención; seguiré buscando.
Al día siguiente todos incluyendo el cachorro salieron muy temprano rumbo al aeropuerto, Valentina había llamado para avisar de su regreso desde el día anterior para que el penthouse estuviera listo para todos.
Durante el vuelo pudieron disfrutar de un hermoso paisaje, de hecho, hasta la vista de un arcoíris mientras el avión descendía en la hermosa ciudad.
Alonso no tuvo una buena noche, dio tantas vueltas en la cama que pudo ser testigo del amanecer en la capital, las palabras de su hijo retumbaban su cabeza, era consciente de que sentía algo por Analia pero a la vez Valentina no le era indiferente, hace años había renunciado a su amor pero sus sentimientos por ella no habían desaparecido del todo y ese pequeño detalle no le había permitido solidificar ninguna relación amorosa, era un padre dedicado pero a pesar de contar con el cariño de su hijo, tenía un gran vacío en su corazón y ese solo podría llenarlo el amor de una mujer muy especial.
Mientras tomaba su café muchos recuerdos llegaron a su mente, pensaba que habría pasado si en vez de dejar a Valentina plantada en el altar se hubiera casado con ella a pesar de las amenazas de Ivana, el hombre a quien le debía dinero y la presencia de Brenda, la madre de Santiago.
Alonso: sólo he cometido error tras error, si hubiera sido un verdadero hombre Valentina nunca habría huido a los Cascabeles ni muchos menos habría conocido a José Miguel, nooo! Por Dios porque estoy pensando eso justo ahora? las cosas no se pueden cambiar, por idiota la perdí.
Santiago: te pasa algo papá?
Alonso: buenos días hijo, no sólo pensaba en voz alta, como dormiste?
Santiago: bien, pero parece que tu no tuviste una buena noche.
Alonso: la verdad no.
Santiago: imagino en quienes o quienes pensaste.
Alonso: no te equivocas, quisiera hablar con ella.
Santiago: con Analia?
Alonso: no! Con Valentina, como estará? Ayer llevaron los restos de don Ernesto a la capilla.
Santiago: seguro que es solo eso?
Al llegar al penthouse todos admiraban la belleza de lugar, se ubicaron en las habitaciones, se cambiaron de ropa y salieron a dar un paseo, los gemelos se turnaban a Coquito de su correa, era una belleza, parecía un peluche con vida, provocaba mucha ternura entre todos.
Alonso se decidió a mandarle un mensaje a Analia
"Hola, sé que fui un tonto por haber salido del pueblo sin avisarte, pero en cuanto supe de la muerte del Licenciado Galeana quise acompañar a Valentina y a su tía, todos viajaron al DF para darle el último adiós, te prometo que en cuando pueda darme una escapada regresaré para hablar, un beso, Alonso".
Analia leyó el mensaje y tuvo el impulso de responder pero lo borró.
Analia: no vas a jugar conmigo, primero aclara tus dudas, por ahora prefiero no saber nada de ti.
Al mismo tiempo recibió una llamada de Martina.
"Analia: bueno?
Martina: necesito que investigues en que hotel se está quedando José Miguel su esposa y esos mocosos, he recorrido medio puerto de Acapulco y no hay señales de ellos.
Analia: que dices?
Martina: que investigues donde se están hospedando.
Analia: con qué objetivo fuiste hasta allá?
Martina: por favor! No te hagas la mustia, sabes bien que quiero echar a perder sus vacaciones, no voy quedarme de brazos cruzados hasta lograrlo.
Analia estaba atareada y habló sin pensar.
Analia: bien; sucede que si aún no los encuentras es porque no están allí.