𝐅𝐄𝐀𝐑𝐋𝐄𝐒𝐒 || Alec Ligh...

By _shadxw_girl

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[Primer Libro] - ¿Estás jugando conmigo? - No lo sé. - respondió rozando su nariz con la del chico - ¿Quieres... More

𝐀𝐜𝐥𝐚𝐫𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬
𝐂𝐚𝐬𝐭
𝐏𝐥𝐚𝐲𝐥𝐢𝐬𝐭
Capítulo I
Capítulo II
Capítulo III
Capítulo IV
Capítulo VI
Capítulo VII
Capítulo VIII
Capítulo IX
Capítulo X
Capítulo XI
Capítulo XII
Capítulo XIII
𝐀𝐧𝐞𝐱𝐨
𝐒𝐞𝐠𝐮𝐧𝐝𝐚 𝐓𝐞𝐦𝐩𝐨𝐫𝐚𝐝𝐚

Capítulo V

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By _shadxw_girl

|La Cacería|
¤

Un grito hizo que toda la atención se centrara en torno a dormitorio de Clary.

— ¿Quién dijo eso? — Thalia se acercó a la pelirroja.

— Valentine. Está con mi madre.

— ¿Y te habla mediante ese colgante? — Alec apareció por el mismo lugar que la castaña — ¿Aquí, en el Instituto?

— Es como cuando vi a Dot.

— Es un fragmento de portal. Tu madre se aseguró de que lo tuvieras.

Thalia le devolvió el collar a la chica tras examinarlo.

— ¿Sabes dónde está? — interrogó Alec y ella negó — Has dicho que los habías visto, ¿había algo que lo indicara?¿Equipo?¿Armas?¿Fotografías?

— No lo recuerdo, fue horrible.

— Alec, cálmate.

— Intento dar con algo que nos sea útil. Clary, ¿qué viste exactamente?

— Valentine tiene a mi madre, eso es lo que vi.

— Las emociones son una distracción, te dominan. Nosotros sabemos controlarlas. — Alec se cruzó de brazos.

— ¿Y crees que así te va mejor?

— Mi deber es proteger el Insituto. Si Valentine puede vernos, debo cerrar esa puerta. Bien, deja que vea tu colgante.

Jace le entregó el collar a su parabatai y Clary intentó frenarlo al ver que se lo llevaba.

— ¿A dónde vas?

— A guardarlo donde nadie esté tentado de usarlo. Si yo fuera Valentine, lo usaría para poder haceros creer que podéis rescatar a Jocelyn y atraer a Clary hasta mí para intercambiar su vida por la Copa.

Alec dibujó una runa en el suelo y una estantería emergió, mientras guardaba la joya les explicaba la diferencia entre los vampiros y Valentine. Clary se enfrentó al mayor de los Lightwood mientras Thalia salía escaleras arriba.

Al día siguiente, Isabelle y Clary estaban hablando en el pasillo cuando la castaña salió de su habitación.

— Créeme, he querido matar a Alec muchas veces. — le contaba Izzy a la pelirroja — Mi hermano puede llegar a ser insoportable pero no es malo. Ese colgante es peligroso.

— Yo asumiré ese riesgo.

— El problema es que no estás sola, Clary. — habló Thalia — Ahora estás con nosotros.

— Ojalá supiera qué hacer. Esto es nuevo para mí y yo haría lo que fuera para salvarla.

— Lo entiendo, la quieres mucho.

— ¿Cómo es tu madre? — preguntó Isabelle.

— Amable, divertida, es... Alguien a quien quieres tener cerca. Mis amigos siempre querían estar en mi casa por estar con ella.

Las tres rieron.

— Parece más una amiga que una madre.

— Es ambas cosas. La verdad es que sacrificó su vida por mí y quiero hacer lo mismo por ella.

— Que no puedas quedarte el colgante no quiere decir que no vayas a verla más. — Thalia le tendió la mano ambas — Venid conmigo, cuéntanos todo de ella.

Por el camino, Clary les explicó lo que ocurrió la noche anterior.

— Así que Alec ha pasado de ti y ha hecho lo que ha querido, yo también me enfadaría. — la apoyó Isabelle.

— Me ha quitado lo que me permite ver a mi madre. Quería saber cómo era donde vivía Valentine.

— A mi hermano le interesa el estilo de Valentine, genial.

— No, creía haber visto algo que nos llevara hasta él.

— ¿Y tú recuerdas algo?

— No, pero hay otra forma.

Las puertas frente a ellas se abrieron con un brillo morado y de ellas apareció una mujer.

— Isabelle, vas vestida para matar. Parece que has estado jugando con las reliquias familiares. — la mujer analizó a la castaña y después se dirigió a ella — Thalia, cuánto tiempo, ya veo por qué Isabelle y tú sois parabatai. Robert se alegrará de saber de ti.

La pelirroja se quedó un poco aturdida al no saber si se refería a su atuendo. Thalia llevaba un mono corto azul marino con unos volantes en la parte de abajo que imitaban a una falda, desde luego no era tan provocativa a la hora de vestir como Izzy. Atrevida pero no provocativa.
No le dio mayor importancia y decidió presentarse:

— Hola, soy Clary Fray.

— Clary Fairchild, eres igual que tu madre. En Idris te conocemos.

— ¿Idris?

— La tierra de los shadowhunters, si crees que el Instituto está bien escondido espera a ver ese lugar. — explicó la castaña.

— ¿Cómo está Max? Lo echamos de menos. — Isabelle habló — Nuestro pequeño hermanito, mono pero pesado. Un poco como Simon.

— Robert ha ido a recogerlo al Instituto de Mumbai. — la mujer respondió sin ni siquiera mirarla — ¿Dónde está Jace? Necesito tratar un asunto importante enseguida.

Una vez la mujer avanzó por el pasillo dejándolas atrás, Isabelle le explicó a Clary quién era:

— Y esa es mi madre.

— ¿Siempre es así de fría? — preguntó Clary cuando llegaron a la sala de entrenamiento — Ni un abrazo.

— Los shadowhunters no nos damos abrazos.

Cuando Jace terminó de entrenar se acercó a la mujer, que lo recibió con un abrazo.

— Maryse, hola, me alegro de verte. — Clary dirigió su mirada a Isabelle que parecía triste — ¿Cómo va todo en Idris?¿Dónde está Max?

— No está. — interrumpió Izzy — Sólo mamá con muchas prisas.

— Madre, qué sorpresa. — Alec entró a la sala de entrenamiento — No te esperábamos.

— Estad preparados, me esperéis o no.

— Lo estoy, lo estamos.

La mirada de Alec viajó por unos segundos a Thalia, que observaba a Maryse de brazos cruzados.

— Luego hablaremos del Instituto. Tenemos problemas más graves. — la madre de los Lightwood comenzó a rodearlos mientras hablaba — Los seelies han cortado comunicación con la Clave y no sabemos por qué. Imagino que siguen molestos por pedirles que enviaran exploradores en busca de Valentine pero nadie de su reino nos lo dice.

— Tengo amigos seelies. — comentó Isabelle intentando ayudar.

— Sí, sé de tus amistades. Isabelle no nos mezclamos con los seelies por un buen motivo.

Mientras Maryse reprendía a su hija, su parabatai pedía a Alec con la mirada que la sacara de esta.

— Espera, no lo entiendo, ¿culpas de todo a Izzy por tener amigos del Submundo?

— Cuando algo vulnera el orden natural, todo se desmorona.

— ¿Orden natural? — Clary intervino — ¿Qué estás diciendo?

— Puedo ayudar.

— Es cierto, que visite a Meliorn para averiguar lo que sabe. Puedo ir con ella si quieres.

— Prefiero que esta vez vaya Jace. —
— el azabache intercambió miradas con su parabatai — Alec, Thalia, vosotros quedaros con la joven Fairchild. Ya ha causado demasiados problemas.

— Puede que sea que hasta hace unos pocos días no era una shadowhunter.

— Y qué días tan emocionantes han sido. — Maryse habló con sarcasmo a la pelirroja — La Clave cuenta con que los Lightwood mantengamos el orden.

— No hace falta que lo digas. La misión es importante para la Clave, yo acompañaré a Isabelle.

— Como os gusta a todos hacer lo que preferís. — la mirada de la mujer se dirigió a su hijo mayor — Es hora de que lo asumais: la vida no es hacer lo que quieres, es hacer lo que debes. ¡Os he dado una misión, ahora id a cumplirla! ¡Tú y tú, conmigo ya!

Los cuatro intercambiaron mirada y Jace e Isabelle salieron tras Maryse.

— Que situación tan extraña. — Clary se acercó a Alec — ¿Qué has hecho para enfadar a tu madre?

— Imagino, para empezar, que todas las misiones no autorizadas en tu nombre no han hecho gracia a la Clave.

Alec abandonó la sala dejando a Thalia y a la pelirroja solas.

— Oye, no te lo tomes a mal — la castaña habló — Dale tiempo, para él todo esto es muy complicado. Digamos que Maryse no es una persona fácil de manejar.

— No si ya me he dado cuenta.

***

— Eres el director en funciones, si hay una misión diplomática debes ir. Intercambiemos las misiones.

— No. Voy a obedecer las órdenes y seré el canguro de tu novia.

— ¿De Clary? Es responsabilidad mía. — Jace frenó al azabache — Cuidarás de ella, ¿verdad?

Jace notó como la mirada de Alec viajaba hasta el pasillo de enfrente. Thalia daba instrucciones a un grupo de shadowhunters y cuando notó la presencia de ambos chicos comenzó a acercarse a ellos.

— ¿Qué problema tienes?

— Yo... Tienes todo el derecho a enfadarte conmigo.

— ¿Qué has hecho? — Jace bromeó — ¿Has vuelto a meter mi chaqueta en la lavadora?

— Esto va en serio. — Alec siguió una vez Thalia estuvo con ellos — Con Magnus, el demonio y tu imagen...

— ¿Qué? Me quieres, ¿y? — el azabache se quedó paralizado — Como yo a ti Alec, venga tío, somos parabatai, somos como hermanos. Hemos pasado juntos casi toda la vida, ¿cómo no vamos a querernos?

Alec bajó su mirada al suelo.

— ¿Eso es lo que te preocupa?

— Si, yo... Suponía que dirías que... Olvídalo. — volvió su vista a sus dos acompañantes mostrando una sonrisa de lado.

— Mira, si quieres seguir las órdenes de mamá, genial. — Jace miró a ambos — Juradme que no perdereis de vista a Clary.

Los parabatai se abrazaron y Jace se alejó por el pasillo. Alec se pasó las manos por el pelo y soltó el aire, cuando posó su mirada en la chica no pudo evitar que una sonrisa de lado se le dibujara.

— Me supongo la respuesta pero, ¿quieres hablar?

— No sabes el peso que me acabo de quitar de encima. — ella asintió dispuesta a irse — Thalia, espera, te debo una disculpa. Si no hubiera soltado a Jace en casa de Magnus no te hubieran atacado.

— Ah, eso. No es nada de verdad — la risa de la chica Blackwood le produjo un pequeño alivio — Deberíamos volver con Clary, no me fío de dejarla sola en una sala de entrenamiento.

Ambos bajaron corriendo las escaleras. Clary deambulaba por el cuarto girando la barra de madera. Al verla, Alec tomó una similar y se colocó frente a ella.

— Condenados a estar juntos. Si te sirve de algo, tu madre se ha pasado contigo.

— Las madres son así.

— La mía no. — las dos chicas hablaron a la vez. Clary bajó su barra y extendió sus brazos - Venga, túmbame de un golpe. Te sentará bien.

— No lo tientes. — la castaña la guiaba desde la esquina — Separa los pies.

— ¿Por qué ha sido tu madre tan borde con Izzy?

— No avances hasta el golpe, atraviésalo.

— Izzy se pasó. La ley es dura, pero es la ley. Hasta yo lo olvido a veces.

— ¿Y dejas que envíe a Jace en vez de a ti?

Alec atacó a Clary.

— Cuando meto la pata espero un castigo, se supone que soy un líder.

— ¿Sabes lo que hace un líder? Decide. — Clary intentó derribarlo — Tenéis que encontrar a Valentine y detenerlo, yo tengo que encontrarlo y rescatar a mi madre.

Alec esquivó el ataque de la pelirroja y rodó por el suelo. En pocos segundos, estaba en el suelo y él la había desarmado.

— Tienes que trabajar la defensa. — Thalia la ayudó a levantarse — ¿Crees que no lo estamos intentando?

— Claro que sí, pero se puede ir más lejos. Él se resiste a pensar de otro modo.

El mayor de los Lightwood devolvió la barra a la pelirroja y empezó otro combate. Mientras peleaban Clary les contó sobre una caja que su madre guardaba, la abría una vez al año y lloraba.

— Vamos a por ella. — la pelirroja miró suplicante a Thalia.

— De ninguna manera, sin permiso no.

El teléfono de Alec sonó. Al otro lado de la línea, Magnus habló y el chico hizo señas a la castaña para que se acercara.

— ¿Magnus Bane me acaba de invitar a tomar algo?

— Pues tendrás que dejarlo para otro momento. — la chica giró sobre sí misma — Clary no está.

Los dos salieron corriendo de la sala de entrenamiento, Thalia hacia su cuarto y Alec, a la sala de control. No estaba por ningún lado.

— Genial, ¿qué le vas a decir ahora a Jace?

El chico la fulminó con la mirada y salieron del Instituto a toda prisa.

***

— ¿Para qué te has escapado?

— ¿Y para qué quieres una runa de invisibilidad si no silencias el móvil? — Alec se colocó junto a la castaña — Huir así ha sido muy infantil.

Clary hizo caso omiso y se alejó para contestar al móvil. Thalia miró mal al chico, que se limitó a encoger los hombros.

— Voy de camino a mi casa, a recoger algo que nos ayudará a llegar hasta mi madre. - al otro lado de la línea se oía a Simon.

— Tranquilo, gafitas. No está sola con Alec. — el nombrado alzó una ceja — Vale... Hasta luego, gafitas. Dice que te espera en el atajo de siempre.

Una vez colgó, Thalia le devolvió el móvil a la pelirroja.

— Mundanos, parecen hormigas.

— ¿Por qué estás siempre tan amargado? — Alec se detuvo en seco y miró a Clary — Tiene que ser difícil estar colado por Jace y que sea hetero.

— ¿Qué?

— ¿Qué pasa? — Thalia fulminó con la mirada a la chica, pero hizo caso omiso y siguió hablando — Estaba allí cuando salió ese recuerdo. ¿Te he pillado?

— Somos parabatai.

— Venga, Alec, dilo. Te sentará bien, estás enamorado de Jace.

— Creo que tú estás enamorada de Jace. He visto cómo miras a Thalia cuando está con él y si eso no son celos para ti no sé como los verás.

— Oh, qué bien, hemos vuelto a preescolar.

— Tenemos problemas de verdad. Los dos, venid conmigo. — Thalia pasó entre los dos shadowhunters y se dirigió hasta la dirección que Simon le había dicho.

En un callejón un par de calles al este de la Academia de Artes de Brooklyn, Simon esperaba sentado sobre un contenedor. Al ver a los tres llegar, se levantó para abrazar a Thalia. El chico de gafas guió al grupo entre las estrechas calles hasta el antiguo apartamento de Clary.
La pelirroja indicó que debían subir por la escalera de metal camuflada entre las enredaderas.

— Los mundanos se emocionan por trepar una escalera. Nunca acabaré de entenderlos.

Alec ayudó a subir a la castaña. Al escuchar el comentario rodó los ojos y soltó una pequeña risa, siguiendo a Simon. Frente a ellos, el apartamento estaba cubierto de runas dibujadas por un brujo.

— Oye, Clary, ¿qué son todas estas firmas?

— ¿Puedes verlas?

— Es difícil no verlas.

Simon devolvió la sonrisa a la chica Blackwood y abrió la puerta del apartamento. Alec miraba extrañado al mundano.
En el interior, el edificio parecía haber sido consumido por el fuego. Los cristales estaban rotos, los muebles rasgados y las runas se extendían por todas las paredes. Simon levantó una de las tablas del suelo y Alec cogió una caja escondida en el hueco.

— Esta es la caja. — Clary tomó el pequeño cofre de madera — Mamá esperaba a que me quedara dormida para sacarla. No sé que son estas cosas.

Unos pasos se oyeron en el exterior y Thalia salió a comprobar de qué se trataba, Alec bajó con ella. Cuando quisieron darse cuenta, unos hombres de negro estaban metiendo a Clary y a Simon en un coche oscuro.

El mayor de los Lightwood llamó a Jace e Isabelle, cuando llegaron Thalia les explicó lo que había pasado.

— Alec, hay que hacer rastreo parabatai. — pero algo no parecía ir bien. Jace se separó molesto y las dos chicas tuvieron que ponerse en sus lugares — ¡Tú único deber era protegerla!

— ¡Lo he intentado, Jace!

— Pues tu madre tenía razón, no estás a la altura.

— ¡Jace, Alec!

— ¡Basta, los dos! — Thalia interrumpió la discusión — Los he localizado, vamos.

***

Jace y Alec sacaron a Clary de Jade Wolf.

— ¡Mi mochila!

— La tengo, tampoco la he cagado del todo.

— No os mováis.

Jace desenfundó su cuchillo serafín y Alec apuntó con su arco. Los hombres lobo comenzaron a rodearlos y pero uno de ellos se abalanzó sobre el alfa.
Cuando el combate terminó, Luke mostró ser el responsable.

— ¡Dios mío, Luke!

La pelirroja corrió a ayudar al hombre, que cayó inconsciente al suelo.

— Tiene heridas profundas, hay que llevarlo con un brujo.

La castaña intentaba frenar la hemorragia sin éxito. Al escuchar la mención de Magnus, avisó de que debían darse prisa.

— Clary y yo lo llevaremos, tú vuelve al Instuto con Alec e Isabelle.

La chica Blackwood asintió y echó a correr para alcanzar a los hermanos.
Isabelle interrogó con la mirada a Alec:

— ¿Os pasa algo?

— No lo sé.

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