Alex: En momentos como estos es cuando sueles reunirte con personas que hace años no ves, me alegra verte Valentina, te doy mis condolencias a ti y tu tía Isabel.
Valentina: gracias.
Alex: todos los de la editorial estarán aquí para acompañarlas, tienen muchas ganas de verte, te ves muy bien.
Valentina: Alex, él es José Miguel, Mi esposo, mi cielo, Alex trabajaba conmigo en la editorial.
Alex: mucho gusto .
Alex y José Miguel estrecharon sus manos.
Alex: hace semanas he intentado buscar a Fernando, pero no he corrido con suerte.
Valentina: Sé que tú le dijiste como encontrarme, estuvo en san Pedro de las Peñas, hace unos días lastimosamente falleció.
Alex: cómo? no tenia idea.
Valentina: si, padecía una enfermedad terminal, de hecho estábamos en Cancún esparciendo sus cenizas como algo que nos pidió antes de morir, pero ya con los de don Ernesto nos vinimos a la capital.
Alexn: vaya!! Definitivamente lo que tenemos seguro es la muerte, y tu prima Ivana y Benita? Dónde están? No las he visto.
Valentina: ambas Murieron hace años.
Alex: discúlpame Valentina, no lo sabía, hace tanto que no nos veíamos ni sabíamos de ti que pensé que..
Valentina: no te preocupes, es lógico, cuando me fui a la hacienda corte comunicación con todo el mundo.
Alex: y tienes hijos?
Valentina: si! Dos, son gemelos, niño y niña.
José miguel: Bonita, voy a ver si tu tía necesita algo, quieres café, agua?
Valentina: un vaso con agua.
José miguel: está bien, ya regreso, con permiso.
Alex: creo que mi presencia le molesta a tu esposo.
Valentina: no es eso, es que esta abrumado como todos nosotros, estimaba mucho a don Ernesto.
Alex: entiendo, y como se llaman tus hijos? Qué edad tienen? Perdóname tantas preguntas, pero es que me da tanto gusto verte.
Valentina: la nena se llama Cecilia Benita.
Alex: como tu mamá y tu nana.
Valentina: así es, y el niño José Federico.
Alex: José supongo que por tu esposo y Federico?
Valentina: por su abuelo.
Alex: ya veo, mira están llegando los de la editorial vamos para que los saludes.
Los antiguos compañeros de trabajo y subalternos de Valentina en la editorial se alegraron mucho de verla a pesar de las circunstancias, no dejaron de decirle lo hermosa que se veía y demostrarles su apoyo en ese difícil momento, casi todos la habían visto por última vez cuando fue plantada en el altar por Alonso.
Analia siguió llamando a Alonso sin obtener respuesta, se preocupó tanto que decidió ir hasta el hotel donde se hospedaba con su hijo.
mientras los detalles de la nueva cabaña seguían en proceso, cada vez faltaba menos para terminarla, era pequeña pero muy cómoda y con todo lo necesario para pasar un buen rato, Chuy y Teresita estaban emocionados ayudando a Juan, Sabino y dos trabajadores más de la hacienda.
Analia: como que ya se fue? Creí que estaría aquí hasta mañana.
Recepcionista: hace un par de horas pagó y salió con un jovencito.
Analia: me dejó algún mensaje o algo?
Recepcionista: no señorita, tenían mucha prisa, escuché que debían estar en la capital hoy mismo.
Analia: está bien, gracias.
A quien buscas con tanto interés?
Del otro lado se escuchó una voz muy familiar.
Analia: ahh eres tú.
Martina: quién más? A quien esperas?
Analia: un amigo.
Martina: amigo? Quién?
Analia: no lo conoces.
Martina: espera, ya sabes cuando regresa José Miguel y su flamante esposa?
Analia: aun no dicen nada, supongo que se quedaran una larga temporada fuera.
Martina: si al menos supiera donde están?... tú lo sabes verdad?
Analia: yo?
Martina: no te hagas, trabajas para ellos y algo debieron decir antes de irse.
Analia: están lejos.
Martina: fuera del país?
Analia: no lo creo, necesitaban descanso, estar alejados de todo, respirar aire puro.
Martina: a ver, a ver, no me digas que están en la playa? es eso no?
Analia sintió que había cometido un grave error.
Martina: dime dónde están?
Analia pensó rápido.
Analia: en Acapulco.
Martina: Acapulco?
Analia: si!
Martina: no estarás intentado engañarme?
Analia: querían estar cerca de la playa, cambiar de aire, de personas, bueno debo irme, dejé algunas cosas en la hacienda pendientes.
Cuando José Miguel regresó vio a Valentina rodeada de varias personas, los observó algo extrañado.
Son parte de su antiguo grupo de trabajo en la editorial y no se ven desde el día en que Alonso la dejo plantada en el altar, dijo Gabriela al verlo confundido.
José Miguel: algo supe, pero no imagine que vinieran tantos.
Gabriela: mi amiga tenía muchos conocidos y personas que la estimaban aquí en la capital y se fue sin despedirse deben estar poniéndose al día.
José miguel: y tú los conoces a todos?
Gabriela: si, ese de allí es Alex su antiguo asistente, el otro su antiguo jefe...
Gabriela le señaló uno a uno las personas que rodeaban con gran interés a Valentina.
Martina regresó a su habitación, hizo rápidamente su maleta, pidió su cuenta y salió del hotel.
Analia seguía pensando en Alonso, estaba preocupada por su repentino regreso además de que no respondía a sus llamadas.
Felipe y Sandra se sentían mal al no poder acompañar a sus amigos en ese mal momento, sólo se les ocurrió ir a la iglesia y rezar por el alma de Don Ernesto.
Hijos, pero que hacen aquí? La misa termino hace una hora... Se escuchó cerca la voz del padre Ventura.
Felipe: discúlpenos padre, queríamos rezar por el alma de Don Ernesto.
Ventura: Ernesto?
Sandra: si! Desgraciadamente murió esta tarde.
Felipe: por nuestro trabajo no pudimos ir a la capital a despedirlo.
Ventura: Dios mío! Y que le pasó?
Felipe: sufrió un infarto fulminante.
Ventura: que Dios lo tenga en su santa Gloria, pobre doña Isabel, Valentina.
Sandra: ellas están en la capital.
Ventura: pero luego no estaba de viaje con José Miguel y los gemelos?
Felipe: lo ha dicho padre, estaba, tuvieron que interrumpir sus vacaciones.
Ventura: válgame Dios! Pero así es la vida, unos se van, otros llegan, y su hijito?
Sandra: está con mi mamá.
La funeraria estaba a reventar, aunque don Ernesto no tenía familia, muchas de sus clientes y amigos más cercanos se manifestaron para darle el último adiós, había muchas flores alrededor de su féretro que provenían de empresas, bufete de abogados, vecinos etc.
Pero se tornó algo extraño después de un par de horas más cuando Alonso atravesó la puerta de entrada, algunos se quedaron observándolo sin siquiera disimular, en especial aquellos que tenían conocimiento de lo que le había hecho a Valentina en el altar años atrás...