José Miguel: No lo sé Bonita... ¿Como estás Alonso?
Alonso: bien, de hecho estoy en el Milagro.
José Miguel: y eso? Que haces en la hacienda?
Alonso: vine con mi hijo a pasar unos días y a presentarle a Analia, y Valentina?
José Miguel: está justo a mi lado, la necesitas?
Alonso recordó que era mejor no echar de cabeza a José miguel con lo de Martina.
Alonso: sólo quería saludarla, consideré importante avisarles que estoy en su casa, no quiero más adelante mal entendidos.
José miguel: no te preocupes, tú y Santiago son bienvenidos.
Alonso: gracias, bueno te dejo, voy a ver a mi novia.
José Miguel cortó la llamada."
Valentina: que extraño que te llame para reportarse.
José Miguel: bueno, ya lo dijo no quiere problemas.
Valentina: hace mucho terminaron.
José Miguel: mejor vamos por los dos loquitos que andan sueltos a desayunar, recuerda que hoy visitaremos las pirámides.
Valentina: si! Vamos.
En la hacienda...
Analia: entonces no pudiste decirle nada?
Alonso: no! Valentina estaba con él.
Horacio: creo que mejor lo llamo yo, digo puedo usar de pretexto algo de la hacienda.
Alonso: es cierto, hazlo tú, pero prométeme que me mantendrás al tanto, no quiero que nada le pase a Valentina o a sus hijos.
Horacio: ta bueno, yo te aviso.
Iluminada: buenos días! que madrugadores, gustan un cafecito?
Horacio: Gracias Iluminada, pero voy de salida.
Iluminada: bueno será otro día, que le vaya bien.
Horacio: gracias Iluminada.
La llamada de Alonso tenia pensativo a José miguel, sabía que no lo había llamado para evitar lio, sino por algo importante, mientras viajaba a su primera parada que estaba casi a dos horas en coche sus pensamientos se apoderaron de él, Valentina no lo notó porque venía cantando con sus hijos a todo pulmón.
Alonso: quiero enseñarte algo.
Alonso sacó su teléfono y le mostró la grabación que había hecho del encuentro de Analia y Martina en el hotel.
Analia: no entiendo, de que sirve esa grabación?
Alonso: pienso dársela a José Miguel.
Analia: No!! Para qué?
Alonso: tiene que saber la clase de loca que los está rondando su casa.
Analia: a lo mejor lo dice de dientes para afuera.
Alonso: en verdad lo crees?, si recuerdas que se atrevió agredir a una niña de 5 años?
Analia: pero eso no quiere decir que intente algo peor.
Alonso: no la defiendas.
Analia: no la estoy defendiendo, recuerda que fue mi amiga por años.
Alonso: sólo espero que esa "amistad" no sea más fuerte que tu ética y lealtad ante Valentina y su familia.
Analia: a dónde vas?
Alonso: por mi hijo a casa de Juan.
Analia: aun no terminamos de hablar!!
Alonso: yo sí.
Alonso no pudo evitar enfadarse, temía que Analia los traicionara, pero solo trataba de convencerse que aquella mujer que los últimos años había sido como su hermana no podía ser un monstruo.
Leonor se preparaba para viajar a la hacienda, estaba realmente feliz de volver a ver sus nietos y llevarles su regalo, pero su sonrisa se borró cuando recibió una llamada.
"Leonor: cómo estás? .... Qué? Pero cuando sucedió?, no te preocupes, puedo cancelar el vuelo, voy para allá."
El paseo a las pirámides parecía divertido, Valentina no dejaba de tomarle fotos a sus hijos en cada vestigio que veía, José Miguel le regresó la llamada a Alonso.
"Alonso: perdóname, no pensé que tuvieras tan cerca a Valentina.
José Miguel: gracias por preocuparte, que querías decirme?
Alonso: Martina le ofreció dinero a Analia para que le ayudara en un plan contra Valentina.
José Miguel: que dices? Te dijo de que se trata?
José Miguel se estaba preocupando y el tono de su voz era angustiante.
Alonso: aún no, al principio todos creímos que se trataba de una mujer celosa que quería venir a dar una pelea, pero ese soborno es realmente lo que me preocupa, no la conozco pero odia a Valentina con todas sus fuerzas y estoy seguro que ni ella misma sabe de sus alcances, así que por favor prolonga ese viaje, no regresen hasta que esa loca este fuera del pueblo y ninguna corra peligro.
José Miguel: haré lo que sea, nuevamente gracias por tu apoyo"
José Miguel colgó, justo cuando su esposa se acercaba.
Valentina: que andas haciendo?
José Miguel: le llamaba a mi madre, pero no contestó.
Valentina: debe andar en alguna de sus visitas a fundaciones o con sus amigas tomando el té.
El celular de Valentina sonó.
Valentina: bueno?... espera, por favor trata de hablar más lento, no te estoy entendiendo...
Qué?? Cuando fue eso? No, de inmediato salimos para allá, no importa esto es más importante, pero por lo que más quieras no la dejes sola, Gracias.
Los niños seguían felices tomándose fotos entre ellos y vigilados por Francisco mientras José Miguel abrazó a Valentina que se sentía bastante agobiada.
Francisco se acercó y en seguida recibió órdenes, los dos tomaron a sus hijos y aunque no parecían felices por la interrupción del paseo no les quedó de otra que subirse a la camioneta.
Durante el camino de regreso Valentina se dedicó a mandar mensajes de texto y llamar a médicos.
Analia llamó a Alonso pero él no quiso contestarle, seguía molesto, además en ese momento le importaba más la seguridad de Valentina que cualquier cosa, sus días en San Pedro estaban por terminar y debía regresar a la capital, por eso sentía que debía actuar con rapidez, después de todo quería que Valentina estuviera bien.
La familia Montesinos Villalba seguía en carretera, José Miguel entrelazó sus manos a las de Valentina, quería darle fuerza, sabia lo sensible que era sobre todo con las personas que más quería.
Leonor no parecía no era muy católica pero rogaba a Dios y a la Virgen de Guadalupe a quién la escuchara que su hijo, nuera y nietos llegaran a tiempo.
Los niños se miraban entre sí sin entender que pasaba, porque de una manera tan abrupta sus vacaciones se estaban interrumpiendo.
Gabriela apuraba a Horacio a terminar las maletas, a la vez que dejaba la hacienda a cargo de Iluminada y Crisanta, su madre, teniendo la precaución de llamar la vigilancia que semanas atrás estuvo cuidando la hacienda.
Felipe y Sandra no podían viajar por cuestiones de trabajo, tenían muchos pacientes que atender en San Pedro de las Peñas y nadie podía sustituirlos si se ausentaban unos días, además de que aceptaron echarle un ojo a la hacienda.
Valentina, José Miguel y los niños hicieron sus maletas rápidamente, compraron los boletos de avión desde la computadora para no tener que esperar mucho en el aeropuerto; agradecieron a los empleados su amabilidad y prometieron volver pronto.
Los niños no preguntaron nada, con ver a su mamá y a su papá preocupados les pareció suficiente, aceptaron todas sus indicaciones sin rezongar.
Todo parecía ocurrir de manera simultánea, Valentina y José Miguel y sus hijos se subían al avión al mismo tiempo que Gabriela y Horacio con su hija.
Después de un par de horas Valentina, José Miguel y los gemelos llegaron al hospital en el DF, en una sala estaba Leonor muy afligida.
Leonor: que bueno que llegaron.
Valentina: cómo sigue?
Leonor: no lo sé, él medico está adentro.
José Miguel: mamá puedes ir a la cafetería con los niños? Nosotros nos quedaremos aquí.
Leonor: si hijo, vamos niños.
La puerta se abrió, una enfermera se quitó su cubrebocas, al ver que no había más personas supuso a quien debía dar la triste noticia, se acercó a ellos.
Enfermera: Lo siento, no pudimos hacer nada por salvar su vida.
Valentina empezó a llorar, mientras José Miguel la abrazó tan fuerte como pudo para darle valor.