Maratón 1/2
≈Emilio≈
Estoy muy enojado, mi mamá me levanto muy tempano para venir a la escuela, le dije que si podía faltar hoy y venir mañana, pero no quiso, y lo peor de todo ¡hizo a que me bañara! Le dije que podía hacerlo al regresar y poder aprovechar el tiempo para dormir, pero no quiso, dijo que tenía que estar limpio por mi primer día, y a pesar de que ya me bañe todavía me siento dormido, sin contar el dolor que siento en mi cabecita por el golpe que me metió mi mama.
Me despedí de mi mami, y entre a la escuela, pero antes de llegar al salón me tropecé y me caí -genial- me levante antes de alguien me viera y se empezaran a burlar de mí, al entrar logro ver cómo están empujando a un niño, se me hizo conocido, sentía que a ese niño de bonitas pestañas ya lo había visto
-¡Suéltenlo!- grite al ver que el pequeño de bonitas pestañas ya derramaba unas cuantas lagrimas
Nunca me ha importado saber que le pasa a otras personas, cuando hermanos o mis amigos de donde antes vivía lloraban o algo por el estilo, prefería decirles que los veía más al rato o al siguiente día, no me gustaba ver a las personas llorar, no por mala onda, pero no sé, simplemente no me gustaba.
Pero con este pequeño no sé qué me pasa, siento que está muy bonito como para que lo hagan llorar, ¿Quién tendría el corazón tan duro para hacerle eso él?
En cuanto los dos niños me oyeron lo soltaron, venían contra mí, pero no les tenía miedo, o bueno si, un poquito, pues como no, eran los dos contra mí, pero no lo iba a demostrar, no ahora.
-¿Qué está pasando aquí?- hablo la maestra entrando al salón.
Los tres negamos con la cabeza, mientras el pequeño estaba levantando sus cosas y limpiándose las lágrimas. Se levantó y camino hacia mí, una vez que estuvo en frente de mí, vi sus bonitos ojos, brillosos por las lágrimas, inmediatamente me acorde de él, es el pequeño que defendí en el parque cuando venimos a ver la casa, el mismo que me dio un beso en la mejilla.
-gracias por ayudarme- dijo mientras posaba sus manos sobre mi cintura abrazándome.
Me quede en shock como aquella vez que me dio el beso, como dije antes, nunca había tenido este tipo de contacto con nadie que no fuera mi madre, pero algo dentro de mí se sintió bien, bastante bien para ser sinceros, así que le devolví el abrazo.
-No agradezcas boni... Joaquin- sentí como mis mejillas se calentaban
-¿Cómo sabes mi nombre?- pregunto mientras nos separábamos del abrazo
-me lo dijiste la vez que te defendí en el parque ¿recuerdas?- el me miro confuso, hasta que me regalo una sonrisa
-¡Claro! Cuando mi mami nos compró una paleta- yo asentí, al saber que me recuerda me pone feliz, no sé por qué pero lo hace
-Ya tomen sus lugares que ya vamos a empezar con la clase- nos interrumpió la maestra.
Vi como todos se sentaban en sus lugares, Joaquin también lo hizo, todos los lugares ya estaban ocupados, excepto dos, uno a lado de una niña güerita y otro lado de Joaquin, la niña me sonrió y yo le regrese la sonrisa.
-¿Te sientas conmigo?- en cuanto me lo dijo no dude ni dos veces y lo hice, me senté a lado del niño bonito
Al sentarme mi estómago se empezó se empezó a retorcer haciendo ruidos extraños, pues claro cómo no, no deje desayunado, si mi mamá no me hubiera obligado a bañarme ahorita no tendría hambre
-¿Qué fue eso? Perece un rugido de un tigre- pregunto Joaquin entre risas
-nada, nada- fue lo único que pude decir, sentía mucha vergüenza al saber que escucho el extraño sonido salir de mi estomago
La maestra nos pidió que nos presentáramos, cada a uno se fue presentando poniéndose de pie en su lugar, hasta que llegó el momento de Joaquin, era muy penoso, pues cuando se empezó con nuestra fila veía que se estaba limpiando las manos en su pantalón, supongo que estaba sudando.
Cuando le pidieron que se pusiera de pie para presentarse sus mejillas se pusieron levemente rojas, me causo mucha ternura, tenía muchas ganas de agarrar sus mejillas y apachurrarlas, tenía ganas de abrazarlo y decirle al oído que todo iba a estar bien, que no tenía por qué tener pena... ya no se ni lo que digo
-Hola me llamo Joaquin Bondoni Gress, tengo cinco años y espero hacer muchos amigos- dijo tartamudeando a lo que me dio ternura, los demás rieron, tenía ganas de decirles que se callaran, la maestra lo hizo y me sentí un poco mejor, el me miro apenado me dio una sonrisa forzada y se sentó en su lugar.
Ahora me toca, me puse de pie como la maestra me dijo.
-Hola soy Emilio Osorio Marcos, tengo cinco años y espero nos llevemos bien- sin más me senté.
Después de que todos se presentaran, la maestra nos puso a colorar un corazón, yo veía que Joaco estaba coloreando con mucha concentración, inconscientemente sacaba su pequeña lengüita, a mí me daba mucha ternura, en cambio el mío lo coloree rápido, total que solo era colorearlo de rojo, termine antes que él.
-ten te lo regalo por haberme defendido dos veces- dijo con mucho entusiasmo, con su bonita sonrisa, pude ver que se le formaban pequeños hoyuelos arriba de sus mejillas
-gracias, está muy bonito- tome el dibujo
Y valla que si estaba muy bonito, sentí la necesidad de hacer lo mismo con el mío, quería que él lo tuviera, tome mi dibujo y me dio pena, pues él había tenido cuidado de no salirse de la marca, en cambio el mío estaba feo
-ten yo te doy el mío- dije muy apenado, él lo tomo y su sonrisa se hizo más grande.
-está muy bonito, ahora tu tienes mi corazon y yo el tuyo- en cuanto dijo eso me sentí feliz, feliz por saber que si le había gustado mi dibujo, aunque para mi estaba feo, al saber que le gusto me hacía sentir mejor.
La mañana se pasó, y yo me sentía morir de hambre, no exagero, nunca había durado tanto tiempo sin comer, lo bueno ya se acercaba la hora de comer, lo malo no traía lonche ni dinero, mátenme por favor.
≈Joaquin≈
Estoy muy feliz, por fin tengo un amigo, en la mañana me defendió de los niños que me estaban molestando, al principio no lo reconocí, pero fue el mismo que me había ayudado cuando me tiraron mis preciosas burbujas.
Cuando me presente frente a todos me puse muy nervioso, todos se dieron cuenta y se empezaron a reír, a excepción de Emilio, el miraba a todos muy mal, pensé que estaba enojado, pero después me vio a mí y me sonrió, y se la regrese, me siento tan cómodo con él, me siento más feliz, siento que va a ser un gran amigo.
Aunque es muy raro, pues en la mañana cuando lo abrace al principio se quedó quieto, y me asuste, pensé que me iba a empujar, pues a todos los que eran mis amigos de mi calle lo hacían, por eso ya no me hablaban, pero no fue así, me abrazo
Intercambiamos los dibujos que coloreamos, cuando me dio el suyo lo vi muy inseguro, pero cuando le dije que me había gustado volvió a sonreír.
Llego la hora para comer, salimos juntos y nos sentamos debajo de un árbol, yo saque mi lonchera donde traía mis dos sándwiches y el juguito que me puso mi mami, vi que él no traía nada y se me hizo raro
-¿No vas a comer?- se me hizo raro, vi que él no traía nada
-em, este, es que no traigo nada- dijo tartamudeando y algo apenado
-ten-dije mientras le daba un sándwich
-no, tú tienes que comer, te lo mandaron a ti
-no te preocupes, tengo dos- dije mientras se los enseñaba- tu uno y yo uno, y el juguito lo compartimos, es de mango ¿te gusta?
El asintió y me sonrió, y sin más empezamos a comer en silencio, ambos compartíamos mi juguito.
Una vez que terminamos me puse a jugar con mis burbujas, el solo veía y a veces las reventaba con sus dedos, estábamos tan felices hasta que los niños que me estaban molestando en la mañana llegaron uno de ellos me arrebato mis burbujas y tiro todo el liquido
Emilio se puso de pie y empujo al que lo hizo, este cayó al suelo
-¿Qué te pasa?- pregunto mientras se levantaba
-no lo vuelvas a molestar- dijo Emilio mientras lo volvía a empujar, yo quería llorar, ya no tenia mis burbujas
-te voy a acusar con la maestra de que me empujaste- dijo el niño que me molesto
-y yo le voy a decir que tiraste las burbujas del boni... de Joaquín- el niño se fue enojado
Yo estaba derramando unas lágrimas, cuando Emilio me vio me abrazo, yo le correspondí, así duramos varios minutos, después nos separamos y el me limpio mis lágrimas con su pulgares
-ya no llores- me dijo sosteniendo mis mejillas- si dejas de llorar te prometo regalarte otras burbujas.
Yo asentí, siempre que mi mami prometía algo o decía algo para que dejara de llorar, cuando me calmaba me decía que de condición le tenía que dar un beso, así que sentí que debía darle uno a Emilio, y lo hice, le di un beso en la mejilla para después abrazarlo
-Prometo que siempre te voy a proteger bonito- dijo mientras nos abrazábamos y dejaba un beso en mi cabeza
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*Se va antes de que le reclamen
Amigxs, perdón por no haber actualizado antes, al principio tuve unos problemas con mi computadora, después vino la semana negra, después un problema familiar, después quise actualizar y en el momento que di "publicar" se borró todo, en fin mil disculpas, espero que ya me pueda desocupar otro poquito y actualice más seguido.
Perdón si aparecen palabras juntas, pero cuando reviso todo están bien y al momento de publicar se juntan, ya lo estaré arreglando
Y así como vieron, para recompensarlos les traigo dos capítulos, en unos minutos público el otro, espero y los disfruten 💜