Por instinto los seguí, además no era la única, todos corrían para ver lo que sea que estaba ocurriendo. Salí por la parte trasera de la escuela, era como un gran patio, en medio pude ver como Liam luchaba con una chica muy parecida a Bael.
Debe ser su gemela.
El le gritaba cosas mientras ella esquivaba y lanzaba golpes muy ágilmente, era muy obvio que los dos parecían estar acostumbrados a luchar, porque ella sentía estar viendo una escena de acción de una película. Se preocupo un momento por él, pero en el momento que Liam lograba arrebatarle el bate de béisbol y empezar a intentar romperle la cabeza con eso, mientras la gemela de Bael parecía desquiciada, incitándolo a que le dé, se dio cuenta que ellos parecían divertirse.
Se preguntó dónde estaba Bael y porque no era el que intentaba calmar a su hermana, lo vio cargando a la chica que ella suponía que era Bonnie.
Siguió a Bael hasta lo que parecía ser la enfermería de la escuela, ella ingresó silenciosamente y mirando una escena extraña.
—¡Aléjate de mí! —Bonnie pateaba a Bael, que intentaba curar sus piernas—. ¡Tú eres un monstruo como ella!
Bael hacía caso omiso a los reclamos y patadas, estaba arrodillado mientras Bonnie estaba sentada en una camilla, sujetando de manera fuerte sus piernas para empezar a curarlas con mucha paciencia. Leia se escondió detrás de unas cortinas que separaban camillas.
Bonnie dejó de forcejear y lloraba silenciosamente, tenía algunos arañazos en los brazos, las piernas con algunas heridas abiertas y el labio roto con un notable ojo morado. Pero después de ver a la gemela lanzarle a Liam una serie de patadas que parecían sacadas de una película de Bruce Lee, supo que la hermana de Bael no quiso hacerle daño de verdad.
Era eso o que los chicos habían llegado a tiempo.
—¡La loca de tu hermana le rompió la pierna a James y lo ha dejado medio muerto en el estacionamiento!
Definitivamente habían llegado a tiempo.
—Odette está con él —Bael tenía la voz más ronca de normal—, y vendrá a curarte después.
El se levantó cuando terminó de curar las heridas de sus piernas y quiso curarle el rostro, pero una bofetada de parte de Bonnie le impidió hacerlo.
—No te atrevas a tocarme —Bonnie lo señaló—. Quiero que tu y tu horrorosa hermana, se mantengan lejos de mí, esto no se quedará así, haré que mi padre se queje con el rey por esto —lo volvió a empujar—. Entiende que ya no te quiero y que jamás voy a volver contigo, eres un monstruo.
Bael salió de la enfermería, Leia salió de su escondite, miró a Bonnie, que le devolvió la mirada con sorpresa.
—El no es un monstruo —Bonnie la miro con odio—, y no merece que lo trates así.
Salió corriendo detrás de Bael, vio su espalda al final del pasillo y empezó a correr detrás de él. Era más rápido que ella, pero al final pudo alcanzarlo cuando ingresó a una sala algo alejada de las aulas de clase.
Leia se dio cuenta que era una especie de almacén de cosas rotas, se asustó cuando Bael empezó a golpear lo que parecía ser puertas oxidadas de acero. Pudo sentir el calor emanar de él, pronto prendería fuego a todo como el día anterior, pero ahora no estaban en un campo descampado, estaban en la escuela, todo se prendería fuego rápidamente.
No supo porqué lo hizo, pero corrió hacia él y lo abrazó con fuerza de la espalda. Lo sujetó con fuerza y el paro en el acto, ella temblaba, aún temía de él, pero no sabía qué era exactamente lo que temía, si le hiciera daño o que él se hiciera daño.
—Por favor —Leia hundió su rostro en su espalda—. Por favor cálmate.
El se dio la vuelta abrazándola nuevamente y se quedaron así por varios minutos.
—Eres buena.
—¿Por qué suena a reproche?
—Porque esta escuela te comerá viva —escucho su gruñido.
—Sé cuidarme.
—Para nada —él se separó de ella sujetándola aun de sus hombros—. Note cómo te ponías cuando Liam nos habló.
Leia se sonrojo.
—No sé de qué hablas.
—Liam es mi primo, y es una de las personas que más me importan, pero reconozco que es un hijo de puta cuando a chicas se refiere —sonrió—. Sé que puede ser muy caballeroso, parece que huele flores y caga bombones, pero si intenta algo contigo solo será por diversión.
Leia lo miró ofendida y se zafó de su agarre.
—¿Entonces eso es lo qué piensas de mí? —ella lo miró dolida—. ¿Que un chico solo se acercaría a mi por diversión o para una farsa como lo que me dijiste hoy?
—Me estas malinterpretando, lo que quiero decir es que Liam siempre juega con los sentimientos de las chicas y yo prometí cuidarte, no dejaré que juegue contigo.
—No está jugando conmigo —ella frunció el ceño—. Apenas lo conozco un día, solo somos amigos.
—Créeme que no solo quiere ser tu amigo —él se acercaba lentamente a ella, mientras ella retrocede—. Eres muy pequeña.
—¿Qué haces? —ella susurró cuando él la atrapó contra la pared.
—No eres la clásica chica bonita —ella lo miró indignada de nuevo y quiso escapar, pero el uso sus brazos como barreras para inmovilizar y asustarla—. Pero tienes algo que me hace sentir una atracción extraña.
—Me empiezas a asustar.
—Estoy muy enojado y triste.
—¿Y eso porque me tiene que importar? —ella puso sus manos en su pecho para empujarlo, pero su fuerza no era suficiente—¿Qué pretendes?
—Eres muy inocente —él volvió a gruñir—. Eso no es bueno.
El empezó a acercar su rostro y yo sentí como mi rostro se quemaba por lo sonrojada que estaba.
¿Quería besarme?
—¿Qué haces? —susurre y el sujeto mi rostro.
—¿Qué crees?
Me beso empujándome más contra la pared, era tosco, demasiado tosco, podía sentir toda su furia en sus labios, me mordió un poco para que yo pueda abrir mas la boca y así ingresar, yo intente separarme, pero el me sujeto con más fuerza. Al final terminé cediendo, dejándome llevar por su ritmo y sus caricias, empecé a sentir que flotaba.
Cuando sentí que mis labios ya me ardían un poco, el paro, me quedé con los ojos cerrados un momento, gracias a dios él me sujetaba, porque si no yo estaría en el suelo.
¿Estos eran los besos que te hacían olvidar todo? Ella suspiro ¿De esto se referían las novelas románticas?
—¿De verdad soy monstruo?
Abrí los ojos y pude ver como dos lágrimas caían por su rostro, instintivamente acerqué mis manos para limpiarlas.
—No lo eres —le sonreí—. No para mí.
—La amo...
—Lo sé, lo vi.
Volví a abrazarlo y él apoyó su cabeza encima de la mía.
—Eres buena.
Sonreí.
—Ya me lo habías dicho.
***
Salimos del almacén como 30 minutos después de que él se calmara, me llevó a lo que se supone era mi aula de clases, me dijo que probablemente sus primos y su hermana estarían en la dirección y que tenía que ir. En el salón de clase, el profesor me presentó y pude sentir el escrutinio silencioso de todos mis compañeros de clase, como una hora después que yo ingresara, Liam llegó con una nota en la mano.
O dios, está en mí misma clase.
—Mi justificación profesor —él le sonrió—. Siento tanto interrumpir su clase, le prometo que haré todo lo que esté en mis facultades para no hacerlo de nuevo.
Pero si intenta algo contigo solo será por diversión...
Las palabras de Bael resonaron en mi cabeza, haciendo que mi corazón duela, no voy a mentir, Liam me atraía demasiado, apenas lo conozco, pero sé que me gusta.
Y yo realmente, por primera vez en mi vida, pensé que era recíproco.
—Liam siéntate conmigo —escuche que una de mis compañeras que tenía su asiento de al lado vacío (ya que eran asientos de dos), lo llamaba—. Guarde el asiento para ti.
El sonrió y pareció pensarlo, pero justo en ese momento se encontró con su mirada, yo me sonrojé como siempre, jamás había controlado mi cuerpo. El pareció sorprendido por un momento y se acercó a mi asiento.
—¿Puedo sentarme a tu lado?
Yo solo asentí, ya que estaba tan nerviosa que no podía hablar.
El profesor reanudó su clase y yo intenté prestar atención, de verdad lo intente.
Pero la mirada de Liam parecía quemarme.
Lo enfrente, él estaba recostado en el asiento de al lado mordiendo su lapicero, con su mirada concentrada en mí.
Madre santa ¿Por qué tienes que ser tan hermoso?
Sentí un nudo en mi estomago y supe que estaba perdida, completamente perdida.
—¿De verdad estás saliendo con Bael?
Pase saliva.
—No —negué con la cabeza—. No sé porqué dijo eso.
—¿Ha sucedido algo más entre ustedes desde lo de ayer?
Yo sentí que me dolía la cabeza.
Solo estuve en un almacén sucio, besándolo y reconfortándolo.
—No —negué otra vez con la cabeza—. Solo me pidió disculpas en la mañana y después ustedes se fueron.
Él sonrió y sujetó mi mano debajo de la mesa.
—¿Quieres que almorcemos juntos?
Le dije que sí ,volví a prestar atención a mi clase, pero él mantenía nuestras manos unidas.
¿Por qué siento que esto no terminará bien?