Virgen a los 25

By kidrauhlshawtys

81.6K 2.3K 73

Sinopsis: Su mala experiencia sexual le hace tomar medidas desesperadas.... pedirle consejos a su mejor amiga... More

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capitulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Epílogo

Capítulo 3

4.1K 127 9
By kidrauhlshawtys

Siento un quejido de dolor y veo como se levanta lentamente con una de sus manos tocando su ojo. Él me mira incrédulo desde los pies de la cama y solo tomo mi camiseta que se encuentra a un lado mío, poniéndomela por encima de la cabeza.

Antes de que pudiera abrir la boca para decir algo, lo tomo por el pecho y lo empujo fuera de la habitación junto a su ropa. Me siento realmente avergonzada en este momento.

—Creo que deberías irte —murmuro, y él solo se queja nuevamente sobando su ojo suavemente y toma la ropa que le he aventado.

Él sale del departamento sin decir absolutamente nada, agradezco inmensamente que eso haya pasado. Pero aún así, las lágrimas caen de mis ojos sin parar. Estoy tan avergonzada y triste por la situación que estoy pasando. Me siento en el suelo luego de deslizarme por la puerta y envuelvo mis piernas mientras entierro mi cabeza entre ellas y sollozo fuertemente.

Soy un verdadero desastre, era la quinta vez que arruinaba los planes de perder la virginidad, a esté paso, moriré siendo virgen y tendría que dedicarme quizá a entrar a karate o alguna cosa parecida.

Secó mis mejillas y me levantó caminando hacia la cama para enterrarme en ella ¿Cómo se supone que le diría al Doctor Bieber que nuevamente casi había noqueado a mi amante? Tal vez le diría que me arrepenti a último momento o solamente me había quedado dormida y Sara no me había llamado. Necesitaba una excusa rápido, no me arriesgaría a quedar como una inútil ante él otra vez.


Sara había llegado a primera hora al día siguiente, usaba unos lentes negros tapando las ojeras que había provocado desvelarse hasta tarde. Yo también las tenía, pero no por haberme dormido tarde, si no por haber llorado tanto sin razón alguna. El silencio incómodo que había en el auto era estresante, pero no tenía ninguna intención de hablar si no era con el Doctor Bieber y al parecer ella tampoco tenía intención de hacerlo conmigo.

—Pueden demorar todo lo que quieran, me gustaría tomar un siesta —murmura desabrochando el cinturon de seguridad y deslizándose fuera del auto. Solo rió mientras tomo mi chaqueta.

La sala de espera esta ocupada por dos personas quienes leen distraídamente unas revistas del mostrador. Me siento a un lado de Sara quien se recuesta en el sillón pequeño para dos personas dando un sorbo a su café. Me encuentro aún más nerviosa que la primera vez que pise el consultorio del sexólogo. Tengo un presentimiento algo extraño, eso es lo que me hace tiritar. Además que nunca he sido buena para mentir, por lo que estuve todo lo que resto de la noche quedarme dormida encontrando alguna excusa convincente para el momento. Pero ninguna se oía realmente creíble y eso era un gran problema.

La secretaria dijo mi nombre luego de un rato, me levante nerviosa mirando a Sara quien practicamente roncaba. Solo negué con la cabeza mientras tomaba el pomo de la puerta entre mis manos y lo giraba lentamente.

—Buenos días, ______ —fue lo primero que escuche al poner un pie dentro de la "habitación". El doctor Bieber tenia una expresión divertida en su rostro y me di cuenta que lo sabía.
—Buenos días —murmuré sentándome donde él me indicaba. Solo me miraba fijamente mientras acariciaba con sus dedos su barbilla.
—¿Cómo te fue anoche? —preguntó.
—Pues bien, creo, ni siquiera salí de casa... —mentí jugando con mis manos, mi cabeza se mantenía agachas, no podía mentir no mirándolo, menos si lo miraba.
—Dime la verdad —pidió serio, trague duro obligándome a mirarlo.
—Esta bien, nuevamente lo golpee y cuando lo eche de casa, literalmente, aunque si sucedió... me puse a llorar como una magdalena ¿contento? —dije rápido aunque si entendible. Una sonrisa se curvo en su rostro y baje la mirada. Su mano toco la mía y me sobresalte por el acto.
—Tranquila —murmuro divertido—. No te haré nada. Aunque sabía que algo como eso había sucedido y no encuentro la razón para mentir.
—¿Cómo sabías tú que eso sucedió? —pregunté confundida. Una sonrisa sin mostras los dientes fue lo primero que vi en su rostro.

Se levanto, tomando su laptop y apretando un botón que hizo que un vídeo comenzara, la sangre de mi cuerpo se congeló y lo miré incrédula ¿Él se había atrevido a poner una cámara en el collar que me regaló?

No. Puedo. Creerlo.

Él se encuentra con una sonrisa inocente mientras sigue mostrando el vídeo. ¿No le bastaba con que yo le contará mi vergonzoso problema, si no, quería verlo con sus propios ojos?

La cólera sube por mi cuerpo y sin pensarlo, llevo mi mano al collar sacándolo de golpe sin importarme el daño que me he echo y se lo lanzó a la cara con una furia inimaginable.

—¡¿Por qué me has grabado?! —pregunté gritando, histérica, él asustado se llevo una mano a la mejilla donde el collar había caído y dejaba la portátil a un lado—. ¿Qué querías ver, eh? ¿Para qué querías saber que mierda hacia yo? ¿Por qué lo hiciste? —pregunté nuevamente, pidiendo una explicación.
—Debía ver como era tu comportamiento.
—¿Engañándome?
—Yo no te engañe —se defendió.
—Si, lo hiciste, me regalaste un collar que tenía una cámara.
—¿Te lo hubieras puesto si yo te hubiera dicho siquiera de que se trataba? A todas las chicas que han venido a esta consulta se los he regalado y las he engañado, como lo hice contigo.
—¿Y ninguna a reaccionado como yo lo hice?
—No, eres la primera que me lo lanza a la cara —dice lanzándolo a un lado. Ahora me siento arrepentida, pero aún así, la furia seguía allí.
—¿Por qué lo hiciste?
—Ya te dije, para ver todo el problema con mis propios ojos, y lo vi, y me he puesto a analizar y pienso que estoy muy próximo a adivinar cual es el problema.
—¿Y cuál es tu hipótesis?
—Aun no puedo decírtelo, tengo que esperar aún un poco, no quiero estar diciéndote mentiras o decirte cosas al azar, quiero llegar al problema verdadero.
—¿Así que estaré contigo mucho tiempo más?
—Así es —respondió con una sonrisa.

Aquella sonrisa que realmente ya me estaba cansando. Tenía que haber probado mejor mi puntería y haberle lanzado justo allí el collar.

—Bueno, si ya pasamos un poco tu ataque de furia, me gustaría hablar de lo que sucedió anoche. ¿Por qué te has apartado de él si ibas bien? —mordí mi labio nerviosamente y suspiré.
—Cuando sentí que sus manos iban mucho más allá de lo que alguna vez alguien tocó, me puse nerviosa y tenía unas inmensas ganas de gritar.
—Pero eso no paso, pude notarte a traves de la cámara muy tensa.
—Lo estaba —dije mirándolo—. Y luego, cuando su mano me acarició mi... —junte los labios y reí ruborizada incapaz de decirlo. El Doctor Bieber rió divertido tomando mi mano.
—Soy un sexólogo _____, estoy acostumbrado a escuchar cosas que personas como tu encuentran vergonsozo, vamos dímelo. El primer paso es no tener vergüenza sobre lo que es normal.
—Cuando me acaricio por encima de las bragas —continúe—, supe que todo estaría mal y simplemente, hice lo primero que mi cuerpo respondió, pateándolo...
—¿Cuándo comenzaste a patear chicos? —tuve que entrecerrar mis ojos para mirarlo al escuchar el tono gracioso de su pregunta. Él se estaba burlando de mi situación— no me estoy burlando.
Contestó adivinando lo que estaba pensando, abrí mis ojos sorprendida.
—Hace unos, dos años —respondí.
—¿Por qué?

¿Por qué era que los golpeaba? Quizá porque me asustaba, ¿no? Su tacto me hacia poner los pelos de punta y como le había dicho ya, me hacia querer gritar desesperada como si algo malo me estuvieran haciendo.
—Su tacto me asusta...
—¿Por qué? —sigue preguntando.
—Porque me recuerda algo que marco mi vida —contestó sin ser conciente de mis palabras.

Su mirada cambia rádicalmente y puedo pensar que esta sorprendido. Al parecer, mis palabras, habían comprobado su hipótesis.

Su mirada esta fijamente en mi, él abre la boca y la cierra inmediatamente y se pasa una mano por el cabello.

—¿Qué es exactamente eso que marco tu vida? —pregunta susurrando, lento, con calma. Suspiró y me encojo de hombros.
—No lo sé —respondo, en un murmuro ahogado—. Ni siquiera se porque lo dije.
—Alguna cosa debe haber tras esas palabras ¿no?
—No lo se —repetí— quizá lo hay, pero no lo recuerdo.
—¿Puede ser que hayas sido violada? —pregunta, y mis ojos se abren al igual que mi boca, de asombro.
—¿Qué?
—La mayoría de las personas luego de ser violadas o tocadas contra su voluntad, presentan una fobia llamada Afenfosfobia, lo cual significa, practicamente, tu problema.
—Yo no he sido violada —chasque indignada— si fuera así, ¿no crees que lo recordaría y ya no seria virgen?
—La violación no quiere decir solamente actividad sexual como la conocemos comunmente, puede ser, como te dije antes, ser tocada contra tu voluntad.

Tocada contra tu voluntad. Sus palabras hicieron un eco en mi cabeza. Nuevamente ráfagas de recuerdos pasaron velozmente por mi mente. Gritos. Golpes. El suelo frío. La oscura habitación. La sonrisa de mi madre. Mi padre mirándome con los ojos llorosos. Mamá riendo junto a Frank. Sollozos de un hombre. La sirena de policia. La sensación de que todo estaba bien.

Sollocé llevándome una mano a la boca y luego a mi vientre. Frank. Su nombre resono en mi cabeza la cual comenzo a dar vueltas. Necesitaba aire, necesitaba aire rápidamente.

Justin se acercó a mi asustado y confundido, su mano toco la mía y aquel tacto me calmo. No salte, no me asuste, fue un tacto dulce que hizo que me sintiera bien.

—¿Qué pasa? —preguntó alarmado.
—Frank —susurre asustada— Frank —repetí sollozando incontrolablemente.
—¿Quién es él, ____? ¿Quién es Frank?
—Mamá —lloré como una niña asustada— no dejes que me toque, mamá.

Murmure sin poder controlar. La blanca habitación dejo de tener vida, las paredes se tiñeron de un color gris. La humedad y el frío me invadieron. El doctor Bieber desapareció. Todo desaparecio.

Mamá gritaba desde el piso de abajo, un golpe en su mejilla, tan fuerte que me hizo estremecer. La risa ahogada de Frank disfrutando su dolor. El placer de hacerla sufrir, el placer de verla retorcer bajo él.
—¡No! —su aguda voz en un grito retumbo en mis oídos— no le hagas nada, no a ella Frank, por favor, no a ella —suplicó sollozando. Él rió nuevamente y sus pasos se sintieron en la escalera.

Mi respiración se volvió densa. Corrí a un lado de mi cama, escondiéndome allí, como lo solía hacer. La puerta se abrió lentamente. Pude ver su silueta a través de la oscuridad. Su mano secando el sudor de su frente, despeinando su cabello mientras observaba la habitación buscando alguna cosa. Me encogí aún mas y aguante la respiración, asustada de que él la pudiera escuchar y encontrarme.

—¡Frank! No, Frank —mi madre toció, atragantándose con lo que podía ser su sangre— ven aquí y termina lo que comenzaste conmigo, por favor Frank, no le hagas nada.

Grité cuando sentí sus manos jalar mi cabello peinado en dos perfectas coletas a cada lado de mi cabeza. El pequeño oso de peluche calló al suelo, bajó mis pies.
Sus manos acariciaron mi cara, su sonrisa me hizo estremeder.
—Oh, _____, mi dulce _____—susurro besando mi cuello— pequeña y hermosa _____.
Sus caricias me hicieron pegar un pequeño brinco, grité, tratando de soltarme de sus brazos descontroladamente. Un gemido de dolor se escuchó fuera de la habitación. Sus manos, frías acariciaron mis piernas descubiertas. Sollocé una vez más moviéndome desesperada.

—No, Frank —susurre entrecortadamente, pronto, la luz reflejo en las paredes blancas, abrí los ojos y miré a mi lado, Justin estaba allí, mirándome confundido.
—¿Quién es Frank, _____? ¿quién es Frank?

Alguien que marcó mi vida, alguien, que no quería recordar.

Continue Reading

You'll Also Like

40.5K 2.1K 38
Si te gusta Christopher Velez lee esta novela te va a encantar. {triangulo amoroso entre Chris, Leonardo (padre de Chris) y TN}. 🚫No lectoras fanta...
196K 22.1K 37
En donde Emma Larusso y Robby Keene sufren por lo mismo, la ausencia de una verdadera figura paterna.
370K 21.8K 46
Jos es el mas popular del instituto, muy mujeriego, el es el mas mujeriego lo conocen por el que mete alas chicas a la cama y las bota al día siguien...
334 54 29
Keith es una chavala de ojos verdes con un pequeño matiz en marrón, cabello teñido de gris con las puntas de colores, alta, con el cuerpo muy cuidado...