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Las fechas pasaron más rápido de lo que imagino, antes de darse cuenta el año ya finalizaba y las presentaciones se hacían más frecuentes, como era usual pasaron el último día del año en algún lugar lejos de sus hogares a vista de miles de personas. Incluso si no fuera del todo como se imaginaba, adoraba el hecho de pasar tiempo con sus familia de corazón ya sea los chicos, los fans que estaban presentes o que sabía que les seguían por internet. Daba su mejor esfuerzo y eso lo hacía sentir cálido, miradas de amor y risas alegres.
Jungkook disfrutaba.
Todo se vio más tranquilo en cuanto tocó esperar la cuenta regresiva, el abrazo grupal y luego de un par de horas más de vuelta a casa. Una rutina casi familiar.
Sin embargo, una vez todos llegaron a los dormitorios cada quien fue por su lado con sus propios pendientes. Hasta él mismo fue de esa manera, entreteniendose un buen rato con llamadas a sus familiares o leyendo y respondiendo los buenos deseos de sus amistades.
Volvió a observar el cielo, ya de un espeso púrpura negruzco e infinidad de puntos destellantes decorándolo con maestría, su corazón se hizo pequeño. Miró a todo a su alrededor, las personas celebrando en las cercanías, las siluetas de familias bailando o disfrutando. La noche era joven y en esos instantes todos la adoraban.
Y él los envidiaba, porque en el fondo también quería pasar tiempo con su familia ¿cuándo fue la última vez que celebraron año nuevo o navidad más allá de fotos o vídeos? Así que en silencio miraba, con seriedad a los demás, mientras que inevitable y desastroso sus lágrimas se hacían presentes. Suspiró sintiéndose algo tonto, sin saber la razón. A veces simplemente no podía, amaba su carrera pero extrañaba ciertas cosas a las que tuvo que renunciar, y si bien en el escenario se sentía tan vivo y eufórico, cuando estaba solo todo se apagaba para él. Se apoyó en el marco de la ventana con su mano reposando en el mismo, dando a la vista sus tatuajes que tanto causó problemas pero a la vez le gustaba en demasía.
Entonces solo era la soledad y Jungkook en su habitación a las cuatro de la mañana mientras (probablemente) los demás dormían exhaustos, se rió entre dientes al recordar a sus compañeros y lo animados que estuvieron. Rezó silenciosamente por ellos.
Sintió una mano en su mejilla y estuvo a punto de gritar y patear a su posible atacante, pero el aroma a menta suave que Yoongi usaba de loción para sus manos lo hizo tranquilizarse considerablemente. Miró con algo de miedo al ahora chico que se reía en silencio.
⎯Me gustaría tomarle una foto a tu expresión para que la veas.- sonrió burlón mientras se sentaba en la cama del menor- Por ahora solo vivirá en mi memoria.
Solo atinó a rodar los ojos, antes de caer en cuenta que seguía con el rostro empapado en lágrimas. Rápidamente se secó estás mientras realizaba una vuelta sobre sí mismo para disimular el hecho. Aclaró su garganta antes de hablar.
⎯No es por no alegrarme de que esté aquí pero ¿qué hace aquí? pensé que estaría durmiendo, y lo noto cansado.
Y no mentía, los ojos de Yoongi estaban ligeramente hinchados y apenas podía notarse el color pardo de estos. Hasta su cabello delataba que estuvo durmiendo, Yoongi negó con simpleza.
⎯No aprecias los gestos nobles de tu hyung, mocoso llorón.- Jungkook apretó los ojos al verse descubierto, el rubor de vergüenza se hizo presente.- Tus ojos brillan, eso dice todo.
Otro suspiro salió, acariciando su propia nuca en gesto de incomodidad. Pese a que la presencia de Yoongi siempre es positiva para él, en ese momento se sentía lo suficiente solitario como para incluso querer alejarlo. Tal vez, lamentarse un poco más y lágrimas silenciosas era su perfecto plan. Pero con Yoongi ahí no podía, ni quería preocuparle.
⎯No pongas cara de amargado.
Yoongi se paró dejando ver si propia pijama, por alguna razón este amaba usar los que hacían juego y eran grandes. Suponía que era comodidad. De manera hilarante, el patrón de ese día eran estrellas diminutas en un fondo morado. Parecía que la galaxia había escupido sobre él. Y eso era lindo.
Antes de poder burlarse, los brazos de Yoongi le rodearon protectoramente. Su cabeza acabó reposando sobre el pecho del mayor, los latidos suaves se pudieron escuchar, pudo sentir los dedos apresar su espalda dando leves caricias. Su propio corazón se agitó y en su impresión logró llevar sus propias manos a la tela de la camisa del contrario. La calidez volvió.
⎯¿Hyung?
Logró mirarlo a los ojos desde su posición, su rostro se calentó porque la manera en que le miró fue tan profunda y asombrosa. No apartó la mirada, sonrió tímido antes de volver a cerrar sus ojos por las caricias que el mayor comenzó a proporcionar sobre su cabellera, secretamente sabía que Yoongi amaba tocar su cabello, y no le disgustaba en absoluto. El amor que le dió en silencio fue causa suficiente para sensibilizarlo, sus ojos aguaron y se aferró al mayor.
⎯Te seré sincero, estaba durmiendo y lo que menos pasó por mi mente fue venir hasta aquí pero...- hizo una pausa, los dedos se transladaron a sus mejillas, acariciando con suavidad con su pulgar, retirando con delicadeza las lágrimas que amenazaban con salir.- Me sentí inquieto, no lo sé, quise verte repentinamente y aquí estoy con un hombre que parece más un bebé.
Las risas suaves de Yoongi fueron un tranquilizador.
⎯No puedo asegurar que ahora mismo te diré algo filosófico que quite tus preocupaciones o las palabras que quieres escuchar, sinceramente no sé qué hacer pero ahora no quiero verte triste, y lamento el susto pero cuando te pones así cambias de cara cuando te mimo. ¿Estás bien?
Negó en silencio, no se sentía bien porque aún rondaban sus pensamientos. Mas la presencia de Yoongi le hacía olvidar los problemas que se resolvían más con acciones que palabras. Y en esos momentos pensando en qué decir su mirada se desplazó a los labios ajenos, que esbozaban una pequeña sonrisa cálida. Él no quería hablar de cuánto extrañaba a su familia, mucho menos abrirse en ese aspecto, prefería mantenerlo personal. Y agradecía mucho que su hyung no se metieron tanto en ese aspecto, parecía que sabía cuándo debía preguntar o no.
La atmósfera cambió, sus ojos chocaron transmitiendo mensajes llenos de sentimientos. El estómago de Jungkook cosquilleó, no supo con exactitud en qué momento los dedos ajenos recorrieron sus pómulos hasta sus labios, repitiendo la acción de hace días de apretar y acariciar suavemente. O mucho que sus rostros se comenzaron a acercar con la música de fondo siendo sus propios latidos y el rostro ardiendo al máximo. Pero incluso si sintió un leve temor por lo que obviamente estaba a punto de suceder, lo ignoró, hasta la posición incómoda que prácticamente le rompía la espalda. Cerró los ojos cuando el aliento de Yoongi chocó contra su rostro, olía a vino tan suave que pasaba desapercibido.
Y sucedió.
Sus labios acariciaron los contrarios por segundos, separandose casi al instante, abrió los ojos mirando a Yoongi y volvió a ver una galaxia pero está vez en los ojos de él, brillando y más despiertos que antes. Vislumbró de manera fugaz la orejas rojas de Yoongi. Y río infantilmente con sus dientes asomándose antes de levantarse por completo y lanzarse a los labios de este con más fervor y tiempo, logrando que ambos se tambalearan cayendo de manera conveniente sobre la cama, de costado a costado mirándose.
No dijeron nada, ignoraron muchos temas y lo siguiente que supieron antes de caer dormidos fue que habían probado los labios contrarios tanto que se volvió su sabor favorito.
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Abrió sus ojos asustado, e incluso algo aturdido. Lo usual para él después de despertar. Suspiró antes de acostumbrarse a su vista borrosa e intentar sentarse, más un peso en su pecho le hizo imposible moverse. Sus orejas quemaron al instante al recordar los sucesos anteriores, su mano pasó por todo su rostro mientras un gran suspiro salió de sus boca.
Yoongi sabía que ellos dos la habían liado tremendamente al besarse. Todo lo que implicaría eso sería un dolor de cabeza, y estaba seguro de que a su manager no le agradaría tanto la idea. Mucho menos a sus fans. Pero...
Sus manos volvieron al rostro de Jungkook, que se acurrucó más contra su mano sonriendo gustoso. Apreció en silencio el tono rojo que sus labios habían adquirido en conjunto a la leve hinchazón en estos, todo lo que él mismo había provocado en el menor.
No le molestaba para nada.
Sabiendo vagamente que era muy temprano para ellos, se acomodó contra el menor para seguir durmiendo. Ahora abrazándolo y atrayéndolo contra sí. Se rió de sí mismo, ¿realmente debió de besarlo y pasar horas así para notar sus propios sentimientos por el menor? Algo poco usual para él, pero no sé quejaba. Esperaba de corazón que Jungkook no le moleste en absoluto la situación.
⎯¿Yoongi hyung?- murmuró entre sueños el castaño al sentir movimiento por parte del contrario.
⎯Sigue durmiendo, mocoso.
Besó su frente antes de caer en sueños nuevamente.