✦ · · ·╰┄─【 SECUESTRO 】─┄╯· · · ✦
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Explosiones, iban dos... tres, no, ¿Iban cuatro? ¿Verdad?, Fargan ya había perdido la cuenta de ellas, se encontraba mareado y con falta de aire, sus oídos pitaban y su atención se encontraba centrada en lo que antes era su hogar y ahora estaba reducido a escombros y polvo... No encontró forma de escapar por el pasaje secreto a la hermandad oscura ya que la estructura de su casa cayó sobre la misma y se volvió imposible acceder sin morir en el intento, por ende, salió a duras penas por la puerta principal con una espada de hierro en mano.
Todo se le vino abajo, su hogar, sus cosas, sus mascotas, ¡Sus treinta niveles! Sus jodidos treinta niveles; se encuentra confundido y molesto, jura que con su alma y sangre hará suplicar a la persona que se le ocurrió hacer tal cosa.
─ ¿¡Qué mierda está pasando!? ¡Esto ni siquiera debería ser legal como una broma! Mi hogar, mis animales... MI TERRAZA PARA EL TÉ. ¡Todo se volvió mierda! ─ Gritó a la noche en búsqueda de liberar su tensión. No se preocupó por los enemigos creados con la caída de la noche, ya tenía suficientes cosas en las que pensar ahora.
Con su vista oculta tras la máscara buscó rastro de los culpables, porque sí, planea vengarse brutalmente de ellos.
Empuñó su espada ante el sonido de unos pasos y se dio la vuelta para encontrarse con algo que heló su fría sangre llena de maldad oculta. Unos ojos verdes esmeralda le miraban fijamente desde la oscuridad, como una bestia a su presa... a su lado se encuentra un par de ojos rojos, brillantes al igual que el color de la sangre que se escurre por sus heridas recientes. Sin dudarlo ni un segundo, empuñó la espada en dirección a ellos a modo de defensa.
─ Si eres inteligente, deberías bajar esa cosa. Estás en completa desventaja. ─ La voz de Auron sonaba distorsionada, mucho más grave de lo que usualmente ya es. Lolito giró su cabeza en dirección al más bajo y supuso que sería producto de algún artefacto oculto en el pasamontañas del castaño oscuro que se encargaba de distorsionar sus voces.
─ ¿Quiénes son y por qué me atacan? ─ Fargan no retrocedió, en cambio, sujetó con más fuerza el arma. El pelinaranja soltó una sonora carcajada que de igual forma se distorsionó en el proceso, siendo más aguda de lo que es su voz original.
Lolito sacó de su gabardina su nueva navaja, que, a comparación de la espada encantada que carga Fargan, era muy pequeña y casi inofensiva a plena vista. Fargan al percatarse de ello soltó una sonora risa y bajó la guardia por completo.
Al asesino no le gustó es reacción, se sintió sumamente subestimado, ¿Le iba a decir que no le ve capaz de hacer daño con su arma actual? Es porque no le ha visto en acción todavía.
Ni corto ni perezoso se acercó con rapidez al mayor que a duras penas consiguió ejercer tácticas de defensa contra la bestia agresiva que tenía enfrente. El filo de la espada rozó la mejilla del pelinaranja que pareció no inmutarse ante el corte o el ardor de la herida, en cambio, aprovechó para agachar su espalda y ocupar la mala postura de Fargan para barrer sus pies de una patada.
Pero oh, las cosas no se acabaran ahí, tiene muchas ganas de jugar con el veterano.
El mayor cayó en el suelo y le aturdió más el sentimiento de una fuerte presión (producto de la suela de la bota de Lolitlo quien se encontraba pisándolo sin pizca de piedad) que el mismo hecho de haber acabado en el suelo. Lolito sujetó con fuerza su muñeca, justo la que conectaba con la mano que agarraba fielmente la espada aún si no podía moverla por la posición en la que estaba.
Estaban doblando su muñeca de forma incómoda y dolorosa.
─ Suelta la espada. ─ Demandó Lolito.
─ ¿Por qué no me obligas? ─
─ Oh, disfrutaré mucho de ello... ─ Fargan no pudo admirar la retorcida y escalofriante sonrisa que se dibujó en los labios de Lolito al momento de contestar. Sujetó la navaja de diamante y presionó con tal brutalidad la punta de la misma en la palma del mayor que la espada cayó al suelo con un ruido sordo opacado por el grito agónico de Fargan.
La sangre se escurrió por la herida y manchó la mano de Lolito al igual que dibujó un camino por el brazo del veterano. El asesino giró cruel y despacio el filo del arma blanca, disfrutando cada momento en el que su víctima se retorcía adolorida al borde de las lágrimas. Fargan sujetaba con su mano libre su tobillo, hacía presión ya fuera para desahogar su dolor o en un intento de liberarse.
Fuera cual fuera la razón, no iba a servir de nada.
─ Perro, suficiente. ─ Auron le puso la mano encima del hombro y Lolito giró a verlo con una cara desganada e irritada por la orden dada.
─ Pero... apenas comenzaba a llorar, ¡Quiero ver más, déjame cortar uno de sus dedos o arrancar una uña! ─ Rogó, ignorando incluso el hecho de cómo fue llamado inicialmente.
─ No, dije que fue: suficiente. ¿No te quedó claro? ─ Auron se inclinó en su dirección, y, a pesar de ser más bajo que Lolito, el psicópata se sitió nervioso y obedeció ante la fija mirada de esos penetrantes ojos rojos.
Arrancó sin cuidado la navaja, pateó la espada de Fargan a lo lejos y dejó a su víctima descansar quien no iba a parar de sangrar en un buen rato.
─ Si señor... ─ Sacudió la navaja y la sangre del veterano manchó el piso hecho añicos. La víctima se quedó tiesa, aturdida y adolorida a tal punto que ni escuchó bien de lo que estaban hablando sus atacantes.
Tanta era tan grande la sensación que lo abrumaba que ni cuenta se dio cuando vendaron su herida y ataron sus manos tras la espalda con fuerza. Lo último que llegó a ver fe la luz de la luna antes de que se le fuera colocada una bolsa en la cabeza y él perdiera por completo la consciencia.
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Habían pasado unas horas de su secuestro. Estaba sentado en una condenada silla metálica pegada al suelo y sus manos encadenadas por detrás del espaldar de la misma. Fargan fue abriendo los ojos de poco a poco, acostumbrándose a la casi nula luz existente en la habitación frente a un espejo.
─ ¿Puedo ir arrancarle los dedos de una vez? ─
─ Que no Lolito, joder, primero pregunta y luego descuartizas. ─ Auron rodó los ojos luego de contestar esa pregunta por décima vez.
─ ¡No hay nada que preguntarle! Nunca dirá quiénes son los otros integrantes de la hermandad, ¿Sabes? Por algo son una "hermandad". Se cuidan el culo entre ellos. ─ Lolito se cruzó de brazos y apoyó la espalda en el cristal que daba vista a Fargan, quien obviamente solo era capaz de ver su propio reflejo en la sala.
─ Igual hay que esperar órdenes de nuestro general, no podemos actuar sin él. ─
─ Cierto... ¿Dónde está él, por cierto? Luego de ver que era Fargan el primer integrante de la hermandad oscura se quedó pálido. ¿Estará bien? ─ Lolito parecía estar bajando su vena asesina lentamente, lo suficiente como para acercarse a paso lento hacia Auron.
El más bajo se quedó desubicado en el momento que el pelinaranja rozó uno de sus dedos en su mejilla. Dolió.
─ Qu- ─
─ Tienes un corte. Tal vez por un escombro que salió volando o una flecha de un esqueleto. ─
Auron detesta esa habilidad que posee Lolito para demostrar interés y calidez de forma espontánea, hace que su corazón lata tan fuerte que no debería ser legal.
─ Eso no es nada comparado con tu nariz rota, ¿Cómo sigues? ─
─ Bueno, le robé una poción de curación a Fargan y ya me la tomé, en cualquier momento tendré mi nariz como nueva. ─
─ Eso es un alivio, no quería verte con esa nariz aplastada de puerco, puerco. ─
─ ¡Eh!, eso es crue- ─
─ No estén ligando durante el trabajo. ─ Luzu abrió la puerta y se colocó los guantes negros al igual que una máscara de Okami. Lolito se apartó de Auron y fue directo a donde Luzu.
Lo miró fijamente con la espalda baja, al futuro alcalde le asombraba esa capacidad de Lolito de mirarlo fijamente con aquellos ojos tan redondos e intensos... se sentía intimidado incluso si era el general del asesino.
Pero ya sabe a qué viene esa mirada.
─ Sigo esperando. ─
─ Ugh... buen trabajo. ─ Su diestra alzó y pasó gentilmente sus dedos por entre los cabellos anaranjados de su nuevo trabajador, quien, en respuesta del afecto que él mismo exigió, cerró los parpados e inclinó su testa.
Oh por favor en serio se ganó un lugar en el corazón del general, pero no quiere dejarse vencer tan fácil por esas imágenes adorables de un desequilibrado mental que no pudo reformarse.
─ ¿Terminaron ustedes dos allí? ─ Auron preguntó desde la esquina.
─No me culpes, tú trajiste al perro. ─ Se excusó Luzu.
─En fin... ¿Vas a interrogar a Fargan? Ha perdido la consciencia varias veces y ni con las drogas le sacamos información. Lolo estaba a nada de ir por la fuerza y cortarle la lengua o los dedos para que hable. ─
─ Sabes que si le cortas la lengua, no podrá hablar, ¿Verdad? ─ Ahora le dio un tirón de cabello, cosa a la que el mencionado reaccionó con un gruñido ronco desde el fondo de su garganta.
Erótico, de hecho.
─ Yo no tengo paciencia para conseguir la información, lo lamento. ─
─ Ya veo... déjenme esto a mí, conmigo sí que va a hablar ese pollo. ─
En cuanto Luzu entró por esa puerta, nada bueno salió de la conversación que tuvo con Fargan... Los gritos y plegaria del búho resonaban en la habitación a tal punto de que Auron se sintió incómodo y Lolito sufrió un ataque de ansiedad.
Pero fue efectivo, Luzu salió con las manos manchadas pero victorioso.
─ ¿Funcionó? ─ Auron preguntó con tranquilidad a pesar de tener a Lolito recostado sobre las piernas, fue la única forma que encontró de calmar al psicópata de hacerse daño a sí mismo o al propio Auron.
─ Tengo buenas y malas noticias. Pero primero. ¿Él está dormido? ─ Luzu señaló al pelinaranja.
─ Como un tronco. ─
─ Perfecto porque la noticia no le va a gustar nada. ─
─ ¿Por? ─
─ Ahora son más de la hermandad. Originalmente eran solo Fargan, Willy y Rubius como sospechábamos. ─ Luzu suspiró retirándose la máscara y el distorsionador de voz para ponerlo sobre una mesa en la sala de visión en la que estaban.
─ ¿Alguien nuevo? ¿Quién es? ─
─ Es... es Mangel. ─
El nombre de aquel chico de gafas hizo despertar a Lolito de a poco, sin entender bien qué estaba sucediendo, pero, claro, Auron y Luzu no le mencionaron absolutamente nada.
Es mejor callar que dejar que Lolito se entere de que en un futuro, deberá encargarse de aquel que una vez fue su niña... porque claro.
Ahora le pertenece a Auron y Luzu, y a nadie más que a ellos...