Move On |NoMin

By scaretwoo

170K 20.7K 15.7K

Todos tenemos un amigo que no ha podido superar a su ex. Pero, ¿Qué pasa cuando la obsesión es tan grande q... More

Presentación
Inicio
1. A su ex
2. Superar
3. Te necesito
4. Terminamos
5. Sin nada
6. Actuar con madurez
7. Nada de eso importa
8. La realidad
9. El que un día pudo ser
10. Mala suerte
11. Tristeza
12. Decisiones precipitadas
13. Encontrarse
14. Extraño
15. Mi amor
16. El placer de la terapia
17. Bendita monotonía
18. Hasta el final
19. Gracias a ti; Parte 1
20. Gracias a ti; Parte 2
21. Por el hombre que amaba
22. Herida profunda
24. Como la primera vez; Parte 1
25. Como la primera vez; Parte 2
26. Expuesto
27. Furia
28. El desastre de la pasión
Capítulo final.
Epílogo

23. El camino difícil

5.4K 641 293
By scaretwoo

Sus dedos acariciaban con suavidad las hebras oscuras de su sedoso cabello. Jeno había dejado de llorar desde hacía un rato y se había quedado dormido sobre su pecho. Jaemin lo llevó al sofá, haciendo lo posible por sostenerlo y también por sostenerse, como siempre lo habían hecho.

    Juntos.

   Le daba tanta rabia y coraje ver como Jeno sufría frente a sus ojos, sin poder hacer nada al respecto, que poco le faltaba para que sus instintos asesinos se hicieran presentes. Nunca en su vida lo había visto tan devastado, como si hubiera perdido todas las esperanzas. Y bueno, Jaemin no podía decir que estaba exento de toda culpa. Jeno se lo confirmó cuando repitió varias veces antes de caer rendido por el agotamiento: ¿Por qué? ¿Por qué te entregaste a alguien más? Y él no podía darle una respuesta. Ni siquiera una justificación. Había actuado de esa forma porque tenía el corazón roto y muchas ganas de olvidarse del hombre que le tatuaba la piel con besos y la vida de amor. Nunca esperó que las consecuencias por ello fueran tan horribles.

   Pero lo eran.

   Jeno sentía que lo había traicionado, que su encuentro de una noche fue suficiente para borrarlo de su sistema. Pero, ¡cuán equivocado estaba! Si tan solo supiera que había terminado hablando de él con Hyunjin, seguro ni se lo creía. 

   El único camino que les quedaba entonces, era el de comenzar a sanar y reconstruir su relación. Jaemin era consciente de que no iba a ser fácil, pero precisamente las cosas que más cuestan en la vida son las que más valen la pena. No estaba dispuesto a dejarlo ir. Lo amaba tanto que de sólo imaginarse una vida sin él; sin sus besos, sin su sonrisa que hacía de sus ojos dos medias lunas... sentía que nada tenía sentido. 

   Cada uno tenía sus propias batallas internas y probablemente iba a pasar mucho tiempo para que lograran ganarlas. Pero Jaemin esperaba que lo intentaran, que no les dieran la satisfacción a esas personas que tanto querían verlos fallar, de separarlos. Su amor debía ser mucho más fuerte y mejor que eso.

   Jeno se removió entre sus brazos, sacándolo de su ensimismamiento. Jaemin sonrió, dejando de acariciar su cabello para delinearle las facciones con las yemas de los dedos: desde la punta de su perfilada nariz, hasta sus labios delgados y rosados. A Jaemin le encantaba su apariencia física. Sentía que no había hombre más sensual y hermoso en el mundo como él. Incluso su lunarcito en el pómulo, ese que parecía insignificante, suponía un detalle que le encantaba en demasía.

Jeno volvió a removerse debido a sus toques, frunciendo el ceño, probablemente sintiendo cosquillas. Jaemin suspiró, con un repentino ataque de amor y ternura, y bajó el rostro hasta posar sus labios sobre una de sus tibias mejillas, tomándose su tiempo para grabarse el sabor de su piel. Después, acarició con sus labios sus pómulos hasta llegar a sus parpados hinchados, depositando un beso en cada uno.

   Y entonces despertó.

   Parpadeó varias veces, tratando de enfocar la mirada. La oscuridad de la casa no era absoluta, pero si la suficiente para desconcertarlo. La única luz que los iluminaba era la de la lámpara del recibidor. Francamente a Jaemin le gustaba estar así, con él entre sus brazos a mitad de la noche. Aunque sospechaba que el amanecer estaba más cerca de lo que creía.

   —Hola —Jaemin sonrió, retomando las caricias sobre su cabello para ponerlo en calma. Siempre que estaba ansioso lo tranquilizaba de esa forma—. Te quedaste dormido.

   Jeno lo miró y parpadeó un par de veces más, antes de suspirar profundamente.

   —Jae, escucha...

   —Basta —Jaemin colocó uno de sus dedos sobre sus labios, haciéndolo callar—, ya has hablado suficiente, ahora me toca a mí.

   Jeno tragó saliva con fuerza y luego, asintió. Evidentemente temeroso por lo que estaba a punto de decirle.

   —Todo estuvo mal desde el principio. Debiste decirme lo que en realidad estaba pasando. No tenías por qué cargar con todo esto tú solo. Las parejas son de dos Jen, no de uno. Yo sin duda te hubiera apoyado.

   Jeno despegó la cabeza de su pecho y lo miró fijamente. Extrañado.

   —Jae, pero...

   —Déjame terminar —Jaemin desvió la mirada, tomando valor para decir todo lo que tenía en mente—. Mi actitud tampoco fue la mejor, lo reconozco. Debí preguntarte que era lo que te estaba pasando, pero debes entender que todo fue tan repentino que ni siquiera pude analizarlo correctamente. Tú de un día para otro me dejaste, ¿y luego? ¿Qué querías que hiciera? ¿Qué me tirara de un puente? ¡No tenía ni siquiera una razón! Lo único que me quedaba era especular sobre lo que había hecho mal y esperar a resignarme.

   Sin hacerse esperar, el dolor se reflejó en los ojos de Jeno, pero Jaemin se alegró de que no lo interrumpiera. Temía que esa era la última oportunidad que le quedaba para decirlo todo de manera fluida.

   —Y, yo sé que fue un error estar... —Jaemin tragó saliva, reconocerlo en voz alta era mucho peor de lo que pensaba— Con otra persona. Yo estaba muy dolido y creí que... si yo conocía a alguien más, entonces podría sacarte de mi cabeza aunque solo fuera por cinco jodidos minutos.

   Jaemin nunca en su vida lo había hecho llorar, porque para empezar Jeno no era una persona que demostrara sus miedos y debilidades con tanta facilidad, sin embargo al ver como las lágrimas caían de nuevo por sus mejillas, comenzó a maldecir una vez más a las personas que tanto les habían hecho daño.

   —Ella me dijo que no pasó nada entre ustedes —tragó saliva con fuerza, tomando valor. Tenía que decírselo para que así Jeno tuviera un poco de paz respecto a esa situación—. Me duele en el alma pensar que quien se hacía llamar "mi mejor amiga" llegó a lastimarte de esta manera. Lo siento mucho, Jeno. Lo siento de verdad. Sé que esto va a ser difícil de superar. Y ni siquiera lo digo por los hijos de puta que se hacían llamar nuestros amigos, sino por nosotros, por todo el daño que nos hicimos —Jaemin también estaba a punto de echarse a llorar, pero trataba de ser fuerte—. Es hasta un poco estúpido ver que lograron lo que querían, ¿verdad? Tenían tantas ganas de demostrar que ellos tenían razón al decir que tu corazón no puede pertenecer a una persona por tanto tiempo, que lo hicieron. Usaron todo tipo de mentiras asquerosas y nos separaron. Pero esto no tiene que quedarse así, podemos levantar una denuncia, decir lo que ellos te hicieron...

   —No quiero volver a saber nada de ellos —Jeno contestó automáticamente—. No me interesa seguir cayendo en sus juegos. 

   —Pero lo que te hicieron, aun si fuera una broma, no tiene perdón. 

   —No, no lo tiene —Jeno apretó la mandíbula con determinación—. Por eso alejé a Mark de mi vida en cuando desperté después de esa noche. 

   Jaemin lo dudaba. Jeno tenía el derecho de actuar frente a la situación como le pareciera mejor, pero él no encontraba justo que Mark y Daehyun se quedara impunes. Al menos ambos habían decido sacarlos definitivamente de sus vidas. 

   —Jaemin —Jeno lo llamó, llevando una de sus manos a las suyas para tomarla con fuerza—, yo no quiero que esto termine. Eres lo mejor que me ha pasado en la vida y no quiero que... nosotros no...

   Y él volvió a romperse.

   Y una vez más, Jaemin fue su soporte, tomando su rostro entre sus manos y obligándolo a que lo mirara fijamente.

   —No te estoy diciendo que debamos apartarnos —Jaemin pasó los pulgares por sus parpados, limpiando sus insistentes gruesas lágrimas—, sólo creo que debemos darnos un tiempo antes de volver a intentarlo. Ahora mismo tú estás herido y yo ni siquiera sé que es lo que vamos a hacer para sanar. Pero, eso no significa que ya no te amé. Jamás he dejado de hacerlo, ¿y sabes por qué?

   Jeno negó con la cabeza y con una débil sonrisa Jaemin tomó una de sus manos y la llevó a su pecho, encima de su corazón.

   —Porque estás clavado aquí —apartó la mano y luego, la puso sobre sus labios, besándole los dedos—. Porque te amo y no hay nadie más que me haga sentir como tú.

   Un profundo sentimiento de amor y ternura llenó los ojos de Jeno mientras las lágrimas saladas le llenaban la boca. Jaemin sonrió, no había cosa en el mundo que le gustara más que lo mirara de aquella forma. Lo hacía sentir profundamente amado.

   —Voy a ser paciente Jaemin, hemos estado tres años de nuestra vida juntos, ¿Por qué no habría de esperar por más?

   Jaemin asintió, entrelazando sus manos e invirtiendo papeles al dejar caer la cabeza sobre su pecho, aferrándose a su camiseta. Jeno olía y se sentía como sólo un verdadero amor podía hacerlo.

   Como en casa.

   —Siento ser el que arruine las cosas —Jaemin suspiró, todavía no había terminado de exponer sus puntos—. Pero me temo que tenemos una cosa más que resolver.

   Pudo percibir como Jeno se ponía tenso.

   — ¿Y eso es...

   Jaemin cerró los ojos y les rezó a todos los Dioses para ser muy fuerte. Muy, muy fuerte.

   — ¿Cuándo me ibas a decir lo del anillo?

   Un silencio profundo que parecía eterno, los envolvió. Jaemin temió haber ido demasiado lejos con lo que pretendía saber, pero cuando Jeno comenzó a acariciarle las mejillas, su miedo desapareció y su seguridad regresó.

   —Iba a hacerlo en cuanto me llegara —Jeno trataba que la voz no le temblara pero no estaba teniendo mucho éxito—. Lo envié a París para que le grabaran tu nombre. De hecho quería pedírtelo al mismo tiempo que Yukhei con Jungwoo, pero las cosas... se complicaron.

   Jaemin se quedó sin palabras. 

   — ¿Puedo preguntar cómo te enteraste?

   Se encogió de hombros.

   —Eres un despistado, lo encontré en el cajón de tu habitación el día de la boda de Jungwoo. Junto con mis guantes. Creo que fue hasta graciosa la manera en cómo me lo terminé encontrando.

   Trató de que la desilusión no se notara, al igual que el deseo que se escondía entre cada una de sus palabras. Pero no sabía que tanto lo estaba consiguiendo.

   —Jae.

   — ¿Si?

   Un nuevo silencio que fue un poco más largo que el anterior, se hizo presente.

   — ¿Qué me hubieras dicho?

   Jaemin cerró los ojos con fuerza. Ni siquiera lo pensó.

   — ¿Algo de eso importa ahora?

   Jeno rió, pero Jemin podía percibir que era una risa melancólica.

   —Seguro que si —las caricias pararon y antes de que se pudiera quejar, Jeno lo miró fijamente—. ¿Sabes qué? No tienes porqu...

   —Te hubiera dicho que sí, Jeno. Una y mil veces que sí.

   Ninguno de los dos dijo nada por un buen rato. Jaemin creía que cada uno estaba metido en su propia miseria, aunque en su rostro hubiera una sonrisa. Querían volver a empezar, darse una nueva oportunidad, pero la idea de dejarlo pasar y volver a la normalidad, era tan terrible como maravillosa.

   —Creo que vamos a tener que ser muy pacientes —Jeno suspiró, rompiendo el silencio—. ¿Verdad?

   —Eso suena como el plan ideal —Jaemin subió suavemente los dedos por su pecho, aferrándolos a su camiseta—. Espero que seamos pacientes.

   —Espero que si —Jeno comenzó a inclinarse, guiándose por la dirección que le estaban dando sus manos— Eso quiere decir que nosotros somos...

   Jaemin rozó su boca sobre la suya, delineando con la punta de su lengua su labio inferior.

   —Tú eres mío.

   No dejó que Jeno le contestara, o al menos no con palabras. Simplemente enterró los dedos en su cabello y lo empujó contra su boca para que lo besara, de esa forma que le gustaba y que tanto lo estaba matando.

   Jeno gruñó ante sus deseos, recostándolo sobre el sofá y colocándose entre sus piernas. Jaemin no quería que dejara de besarlo y para garantizarlo, mantuvo la mano tras su nuca, chocando violentamente sus bocas mientras un gemido de profundo placer emergía desde su garganta, entre cada roce violento de dientes.

   Nunca había valorado tanto el calor y la pasión que Jeno le daba cuando estaban en la intimidad, como hasta ese momento, en donde todo era tan glorioso y deseado, que su mente amenazaba con estallar.

   Jeno lo besaba fervientemente, mientras sus dedos recorrían la piel de su cuello, abriéndose paso por los botones de su camisa hasta terminar en su abdomen. Jaemin se estremeció cuando acarició su piel desnuda lentamente, como si quisiera torturarlo.

   Pero, a pesar de que estaba haciendo las cosas con calma, Jaemin podía sentir su deseo. Saber que lo necesitaba tanto como él, lo hacía sentirse amado y deseado.

   Jeno se deshizo de su propia camiseta, mientras Jaemin le besaba la piel desnuda que quedaba al descubierto. Sus labios volaron a todas partes, desde su pecho hasta su ingle, ganándose roncos gemidos que lo animaban a continuar con ímpetu.

   Poco pudo hacer cuando Jeno en un arrebato de pasión, los dejó a ambos desnudos y le clavó las uñas en los muslos, separándole las piernas y restregándose contra él para demostrarle su necesidad. Jaemin ahogó un dulce sollozo y siendo preparado con sus dedos largos y finos, y su saliva caliente, sintió como lo penetraba sin piedad, mientras los retorcía, haciéndolo perder el control.

   —Jeno... —gemía, apretando los dientes. Lo único que podía hacer era suplicar su nombre.

   Jeno lo entendió y dejó de retorcer sus dedos para acomodarse sobre él, con gentileza pero sin perder la fuerza, besando su frente. La primera embestida fue brutal y desbastadora. Jaemin arrugó la nariz y apretó las piernas. El dulce contacto en su carne lo estaba haciendo ver las estrellas.

   Pero luego, toda ternura y encanto desapareció. Jeno lo penetró con fuerza mientras jadeaba y recargaba sus brazos contra el sofá, tomando impulso. Para Jaemin eso era todo lo que necesitaba, olvidarse de sus desgracias en los brazos del hombre que tanto amaba.

   Y con una embestida que lo hizo ver las estrellas, Jaemin se corrió. Su cuerpo sin fuerza fue la liberación de Jeno y al terminar, se dejó caer sobre su cuerpo, jadeando y bebiendo besos de su boca.

   Todo aquello si importaba. Aun después de haber terminado, ellos se amaban tanto que lo iban a volver a intentar.

   Después de todo, ellos podían regresar. 



Continue Reading

You'll Also Like

423K 67.4K 30
Park Jimin, un padre soltero. Por culpa de una estafa termina viviendo con un completo extraño. Min Yoongi, un hombre solitario que guarda un triste...
353K 39.3K 81
✮ « 🏁✺ °🏆 « . *🏎 ⊹ ⋆🚥 * ⭑ ° 🏎 𝙛1 𝙭 𝙘𝙖𝙥𝙧𝙞𝙥𝙚𝙧𝙨𝙨𝙤𝙣 ✨ 𝙚𝙣𝙚𝙢𝙞𝙚𝙨 𝙩𝙤 𝙡𝙤𝙫𝙚𝙧𝙨 ¿Y si el mejor piloto de l...
158K 7.5K 41
Un día, dos chicas se encuentran en el metro. Violeta, que acaba de ser abandonada, se está recuperando de un corazón roto, y Chiara está lidiando co...
2.3M 238K 132
Dónde Jisung tiene personalidad y alma de niño, y Minho solo es un estudiante malhumorado. ❝ ━𝘔𝘪𝘯𝘩𝘰 𝘩𝘺𝘶𝘯𝘨, ¿𝘭𝘦 𝘨𝘶𝘴𝘵𝘢 𝘮𝘪𝘴 𝘰𝘳𝘦𝘫...