Gracias a todas por tan bellos comentarios...Amo leer cada una de sus ocurrencias...Disfruten, y no me maten ...
[Narrador Omnisciente]
La mañana se tornaba bastante lluviosa y densa, pero la calidez que se respiraba en el ambiente, compensaba las frías gotas que estaban por asentarse en ese fresco día .
Kagome recién se despertaba y no podía creer como el compartir un lugar con alguien de confianza, le daría tanta paz a su alma como para volverla un zombi a medio despertar todas las mañanas, tranquila...
Era el cuarto día que pasaba en la casa de Bankotsu y la idea de estar acostumbrandose mucho a su cercanía, la carcomía por dentro. A pesar que entre ellos no había pasado nada, la sola presencia del otro hacía inexistente el oxígeno. Se necesitaban, era más que evidente, por eso el ambiente se volvía tenso. Eso estaba más que claro para ambos, pero el tema quedaba simplemente allí, como si de un fantasma se tratase.
Bankotsu aprovechó en un momento dónde ella se daba una ducha, para poder comunicarse con sus compañero de piso rogándoles que por favor le dejaran libre una semana la casa. Fué tanta la seriedad en su tono de voz, que sus amigos aceptaron sin interrogatorio previo, en todo caso, el les prometió una charla al respecto antes de despedirse de ellos.
Por otro lado la azabache, estudiaba todos los días su rostro en el espejo. Su cuerpo era lo de menos, lo cubría con ropa, pero su rostro... su rostro estaba costando que vuelva al color natural de su piel, al igual que las marcas en su cuello y sus muñecas.
La desesperación que Kagome sufría, era notoria hasta para el moreno.
Necesitaba ver a su madre, hablarle, tocarle, saber que estaba bien y fuera de peligro. En esas instancias, seguramente Onigumo sabía que ella se había ausentado de la casa y la Universidad, ella también como Bankotsu, aunque el había salido de ves en cuando sin notificar su paradero.
Una de esas tardes en la que había salido, había vuelto por la noche, muy tarde, y a ella se le rompía el corazón por imaginarlo con Yura, pero claro era que se encontraba en todo su derecho. Ella era la tercera en discordia.
***
-Adelante- el moreno abrió con cuidado la pulcra puerta mientras está emitía un chirrido insoportable-¿Bankotsu...Bankotsu Black?- el brillo en los ojos de Naomi era como sacado de una película de cuentos.
-Tanto tiempo, señora Higurashi- con una sonrisa en su rostro, bankotsu puso las flores que llevaba en agua y cerró lentamente la puerta. Tenía preguntas y quería respuestas...¿Quién mejor que su madre en estos casos?...
Él no lo sabía...pero debía andarse con tacto.
***
-¡Esto no se va!- resopló frustrada pasandonlas manos por su rostro. Ni con maquillaje podía aún tapar los hematomas en su magullada cara. Tenía los tonos mas feos que podría haber plasmados en ella.
-Ya Kag tranquilizate - insistió el desde el marco de la puerta- Enfurecerte no te hará sentir mejor ni solucionará nada.
El celular de la azabache comenzó a sonar y ambos lo observaron como bailaba en la mesita por la vibración que emitía.
Bankotsu pudo leer que en la pantalla decía Onigumo.
¿Quién era?
Pero cuando ella fué a revisar quién la llamaba, su rostro se contrajo y su cuerpo la traicionó haciéndola tambalear en el acto.
《Es él》
-¿Quién es Kag?- indagó con suma intriga.
-No es nadie- mencionó fría con suma rañidez saliendo del shock.
Una carcajada irónica resonó por toda la casa.
-¿En serio me crees tan idiota?- masculló- Y dime Kag... -continuó hablando-si esa persona no es nadie, ¿Porqué te pusiste así?
Se había dado cuenta. Sus manos temblaban, su voz aunque ella la sintió segura, era entrecortada, y la transpiración en su rostro y cuerpo iba en aumento. Claras señales de terror y pánico invadían su cuerpo y mente.
-Yo....yo...- paso por su lado apresurada y comenzó a juntar sus cosas. Si Onigumo llamaba, seguramente algo tramaba - lo siento, pero me tengo que ir.
-¡Ni de coña!- gritó sobrexaltándola e imponiéndose en el paso a la salida- irte de nuevo sola a tu casa no arreglará nada, correrás peligro como la ves pasada y nada ni nadie asegura que pueda llegar a ser peor.
En ese momento el Orgullo de Kag se interpuso automáticamente.
- ¿Y cómo crées que he sobrevivido todo este tiempo eh? ¿Acaso ves a alguien conmigo siendo mi guardaespaldas?- ella río sarcástica él la observó encolerizado- Lo siento si te soy franca o quizás estos días te hice creer algo que no era. Lo lamento, es mejor detener esto y que cada uno siga su camino- mentira. No era lo que deseaba, pero tampoco podía permitirse flaquear, no era la mejor, pero se esforzaba al máximo...¿eso debía valer no?
Bankotsu suspiró y ahogó una sarta de insultos por el bienestar de ambos, tenía toda la razón del mundo, él no había estado para ella, ni siquiera sabía la raíz de las cosas, debía investigar, sabía que ella le ocultabalo peor- Te dejaré ir dado que no puedo encerrarte en contra de tu voluntad ni mucho menos mantenerte amarrada hasta que sueltes toda la sopa, pero estaré al pendiente de ti. Sólo quiero que lo sepas.... en todo tiempo.
《Por favor no seas dulce... no lo hagas más difícil de lo que ya es》gemía internamente ella.
- Mira, no se como decirte esto, pero entiende que hay un montón de cosas que desconoces y no puedo contártelas, Y también sé, que cuando te enteres no dudarás un segundo en odiarme y apartarme de tu vida para siempre- Él se asomó a su lado y sin pensarlo dos veces, la abrazó.
Dolía, la situación en la que estaban envueltos dolía demasiado para ambos de distintas maneras.
-No hay nada más que me haga odiarte, más que el odio que me tengo a mi mismo por ser ajeno a toda esta situación.
-Créeme, ahora dices esto. Pero en su momento me odiarás. Lo harás, te lo aseguro.
Y sin decir más nada, beso la mejilla del moreno y partió. Él le gritó un Te Quiero y ella le sonrió a modo de repuesta, con una mueca dolorosa que no llegó ni a su rostro.
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Un hombre de porte elegante y poderoso, caminaba de un lado hacia otro en una oficina ubicada en la planta alta de uno de los edificios céntricos más importantes de Japón.
La vista era gratificante para él y sus retorcidos pensamientos.
《Todos se ven como pequeñas hormigas y yo tengo ganas de escuchar como crujen bajo de mis pies》
-Jajajaaj- se reía sólo en voz audible, mientra observaba detenidamente una foto en su celular. En ese momento dónde una mueca maliciosa se plasmó en su rostro, se jactó en lo que estaba por hacer.
Toc toc toc.
Golpes claros y precisos se oyeron del otro lado de la puerta.
-Disculpe señor - interrumpió su secretaria- el señor ya se encuentra aquí.
El nombrado sonrió victorioso.
-Así que quieres desafiarme pequeña...
Hoy verás que conmigo no se juega.
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Esa semana concurrió normalmente. Kag se disculpó con cada uno de sus amigos y les prometió que sin falta esa semana se sinceraría a ellos. Les debía a una explicación, pues sus amigos eran su fuente de fortaleza ; pero el que no le creyó para nada su actitud fué Hiten.
- No hagas de esto un drama, por favor - rogó mientras hacía cola en la cafetería del campus- lo mismo que les dije a los demás te lo diré a ti. El fin de semana. Puntualizó.
-Si pero a mi no puedes engañarme lindura. Tienes maquillaje.
-¿A dónde quieres llegar con eso? Soy mujer ¿no es obvio el maquillaje?- respondió fastidiada de que pidieran explicaciones que ella se negaba a dar. Sabía a dónde quería llegar su amigo, pero ella no daría brazo a torcer.
-Es normal en las chicas comunes. Tú no entras en ese estereotipo lindura. ¿Qué te apuesto que si vamos al baño y paso desmaquillante en ese bello rostro habrá marcas feas, muy feas?- le afirmaba tomándola por detrás de la cintura y acercándose a su oido- no te conozco de hoy Kag. Cuando Inuyasha y Sehomaru te vean, te dirán las mismas palabras que yo te estoy soltando ahora.
Kagome se estremeció . No lo había pensado . Ellos la conocían como libro abierto y sabían de antemano que a ella no le iban esas cosas del maquillaje y esas bobadas. A ella le gustaba estar natural.
- Lo sé - respondió con una sonrisa ladeada- a la salida hablamos amor ¿quieres?- apremió bromeando. De golpe sintió una mirada inquisitiva en su nuca.
Y cuando volteó estaba esa mirada azulina penetrante obserbandola. Pero él no estaba sólo. La golfa fosforito de su novia estaba allí, junto con un remanente de porristas a su lado.
Ella al ver que nuestras miradas chocaban, lo tomó por el cuello y lo besó descaradamente.
Idiota , son novios ...¿qué pensabas? ¿Que el iría en su caballo blanco , con su espada y armadura te rescataría?-ilusa-
Cuando estában por acercarse a su mesa dónde el grupo los esperaba, fué intervenida.
-Falsa, al fin contamos con tu miserable presencia- ¿y ahora a esta idiota que le pasaba?
- Kikyo ...¿tanto me extrañaste?- y acercándose a ella habló nuevamente- ¿ O será que acaso te gusto tanto que necesitas verme a diario? Claro, para disminuir ciertos apetitos sexuales- esta sonrió satisfactoriamente al ver el sonrojo en la porrista. Cosa que dió de hablar en el tumulto de gente chusma, que no tenía nada mejor que hacer que venir a entretenerse con problemas ajenos.
-¡ Ja! Eso quisieras - argumentó reponiendose del shock- yo no tiro para ese lado, es más, si no me crees pregúntale a tu novio que bien lo sabe- y sin más pasó por su lado con una sonrisa de autosuficiencia, logrando que la ira de la azabache se encendiera .
Pero ahora antes que ella tenía que tener una charla con alguien más.
- Maldito Hiten- añadió molesta- al baño ... ¡ya!.
El tono que usó sobreexaltó al mismo, haciendo que su cara se transforma .
- Espera Kag no es lo que parece- alegó como todo hombre intentando justificarse.
- No haré una escena- rectificó - Sólo sigueme y ahorremosno el dramatismo .
Kikyo sonrió con altanería. Quería que ellos se separacen, hacerla a un lado. Quería a Hiten para ella y creando cizaña era la única manera de hacerla a un lado. Al menos siguió los consejos de Yura, sabía que algo tramaba esa pelirroja, por el momento la mantendría a su lado...《Sólo por el momento》
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-Hazlo ahora- se escuchó desde un lado de una línea telefónica.
Y afirmando a la orden que había recibido, desconectó los cables del respirador artificial que se hallaba frente a él, dejando sin respiración a la mujer que en esa camilla descansaba agobiada.
- Mi dulce Kag- balbuceó con dificultad- mi pequeña niña- gruesas y densas lágrimas surcaban por su piel arrugada. ¿No había servido de nada aferrarse a la vida? ¿Todo su esfuerzo por recuperarse había sido en vano?
...No podía....se negaba a creer que ese fuese su triste final.
[...]
Capítulo editado ❤
Pues...¡Nos leemos!😅