MENTES COLAPSADAS ✔

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MENTES COLAPSADAS ━━ Charlotte Hoffman desconoce como es la vida del exterior de las cuatro paredes que la r... Mer

powerful ──── MENTES COLAPSADAS
────﹝ heroes and villains ﹞
────﹝ awards hall ﹞
── acto uno
01┃exterior
02┃viaje
03┃atrapada
04┃destrucción
06┃rescate
07┃verdades
08┃pérdida
09┃problema
10┃viva
── acto dos
11┃encerrados
12┃recuerdos
13┃integrante
14┃inesperado
15┃despedida
── acto tres
16┃flores
17┃máscara
18┃rotos
19┃desaparición
20┃derrumbe
21┃memorias
22┃visitante
23┃encontrados
24┃oculto
epílogo┃trato
more

05┃agentes

147 59 167
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acto uno, capítulo cinco

agentes





Ese mismo día, Louise entró después de un par de toques. La mujer cambió su uniforme por un atuendo más práctico y sus golpes se ven menos pronunciadas en su piel blanquecina.

Con toda la confianza, tomó asiento en la cama, cruzando las piernas.

── He tratado de dejar de pensar en el recuerdo que me hiciste ver ── dijo, pasando su dedo en el colchón distraídamente ── No sabía que lo seguía conservando.

── Usualmente nuestras mentes esconden recuerdos de la infancia o los suprime por ser dañinos.

── La mujer que estaba ahí era mi madre ── confesó en voz baja. Apretó sus labios antes de seguir ── Se suicidio cuándo era una adolescente. No pudo con el peso de su vida y lo que ocurría en ella.

Charlotte asintió, sintiendo las emociones de Louise con facilidad. No solo por su telepatía, también por sus ojos castaños cargados de arrepentimiento. Ladeó la cabeza, dejando que varias trenzas cayeran por su brazo mientras observó fijamente a la mujer.

── Debió de ser muy duro pero eso te convirtió en la mujer que eres ── murmuró.

── ¿Eso crees? ── interrogó con anhelo.

── Claro que lo hago ── reconfortó ── Ayudas a personas que no conoces y las defiende. Para mí, es una manera de enorgullecer a tu madre y a tí.

La réplica de Louise se vio callada con la intervención del tono de su celular. Contestó con molestia, hablando con el director Hills sobre el informe de su misión. Pidió disculpas antes de irse, dejando que Charlotte pudiera dormir con tranquilidad, apenas cerró los ojos cuando dos golpes la interrumpieron.

── Puede entrar ── Charlotte habló, aún acostada.

── Pensé en venir y preguntar si quieres cenar ── Derek habló, aún manteniendo los ojos cerrados para disfrutar de su encanto ── Podrías morir si no lo haces.

Una sonrisa se extendió por el rostro de ella ── Soldado, suena muy dramático.

La cama se hundió bajo el peso del hombre así que Charlotte dio por finalizado su descanso. Su boca se abrió, impresionada por lo que observó.

Por primera vez, Derek se deshizo de su traje, nada de gabardinas o guantes cubriendo cada parte de su cuerpo. Él tenía puesto una camisa de tirantes grises, dejando a la vista sus dos brazos o mejor dicho, lo faltante de ellos.

Sus brazos eran prótesis metálicas en vez de articulaciones de carne. Comenzaba desde sus hombros, resplandeciendo por la luz que se filtraba la ventana, fascinada, ella terminó de cerrar la distancia que antes los separaba. Dudó unos segundos en tocarlo hasta hacerlo, sus curiosos dedos subiendo y bajando sin pena.

Fue extraño ver esas prótesis en un humano, recuerda haberlas visto en KORB bajo el mando de Wilson. Nunca llegaron a funcionar y eso creo que las desecharan junto a miles de dólares desperdiciados pero ahora ahí están, en el soldado Roth perfectamente.

── ¿Cómo sucedió? ── preguntó.

Derek lamió sus labios antes de contestar ── Tuve una experiencia similar a la tuya en KORB, fui un experimento fallido.

── ¿Qué trataban de darte?

── Fuego pero termine acabando conmigo. Perdí mis dos brazos al no poder controlarlo ── explicó.

Ella detuvo su exploración en la cima de sus hombros.

── Pero eres un mejorado ── replicó, frunciendo el ceño ── ¿Qué poderes tomaste?

── Nada útil ── negó ── Fuerza, rapidez, agilidad, algo que usualmente viene con habilidades importantes.

── Claro que no ── expuso ── Yo no tengo fuerza ni rapidez, soy lenta y sosa. A veces no diferencio el norte del sur.

Derek rio con su comentario haciendo que las arrugas alrededor de sus ojos se pronunciaran.

── En realidad, es muy sencillo.

── No para Charlotte ── dijo, señalándose a sí misma.

Él rascó su barbilla, manteniendo la diversión en su rostro.

── ¿De dónde eres? ── cuestionó ── Tienes un acento muy... peculiar.

Ella creó una media sonrisa ── Soy de Alemania. Müller especificamente.

── ¿Desde cuándo estas en el país?

Charlotte bajó la mirada en sus manos, boqueando por unos segundos.

── No lo sé. No tengo mucha conciencia sobre lo que paso después de mi captura ── murmuró, sintiendo como su pecho se apretó ── Solo sé que estoy sola, mi familia murió y tenía a Mara, mi hermana menor pero no la he visto durante mucho tiempo aunque no me sorprendería saber si está muerta.

── Lo lamento ── él dijo.

Tomó la pequeña mano de Charlotte, apretándola para reconfortarla.

── Está bien. Supongo que era nuestro destino.

Derek frunció el ceño en desacuerdo. Antes de poder hablar, la puerta fue tocada y abierta al mismo tiempo por Louise.

── La cena está lista ── avisó con una resplendente sonrisa ── Vamos, te llevare al comedor.

── Claro, solo iré al baño.

Charlotte se levantó, pasando en medio de los dos agentes que tenía un duelo de miradas, pudo sentir la tensión. Ella se escondió en el baño, echándose agua en el rostro mientras los agentes hablan.

── Ella me agrada ── Louise dijo, enfocando su mirada en la puerta cerrada ── Es tan hermosa e inocente. Me hace querer mantenerla a mi lado para que no la hieran.

── No te quiero cerca de Charlotte ── demandó el hombre a su lado, el enojo saliendo ── Solo traerás problemas, más de lo que tiene.

── Roth, después de tanto tiempo trabajando juntos me sorprende que sigas creyendo que acatare tus ordenes ── respondió engreídamente ── Ya deberías de saberlo.

Charlotte abrió la puerta, interfiriendo en su discusión. El soldado intentó esconder su expresión enojada, algo imposible por la manera que pasó sus dedos en la tupida barba mientras Louise mantuvo una sonrisa de suficiencia.

── Vamos, no quiero que se enfríe la comida.

Entrelazó su brazo, guiando a la invitada fuera de los dormitorios. El comedor quedaba cinco pisos arriba de medicina general por lo que fueron directo al ascensor.

Charlotte dio un vistazo por encima de su hombro a Derek, la expresión dura volvió juntos a sus hombros tensos.

── Como dije, el piso es reservado solo para agentes ── Louise comentó cuándo la puerta fue abierta ── Ahora somos cincos.

── Un número impar ── masculló.

Louise la ignoró, avanzando por la sotisficada cocina y Charlotte la siguió con pasos dudosos.

── Oficialmente te presento a Kay y Morgan. Como puedes deducir son parejas, no te metas en su relación, son unos idiotas ── dijo arrugando su nariz.

── ¡Oye! ── se quejó Kay, la diversión abarcando su mirada verdosa.

Por otro lado, Morgan se quedó quieta en sus brazos sin decir una palabra. Charlotte tomó asiento en medio de los dos agentes que parecían cómodos con su presencia, el plato enfrente de ella se fue llenando de comida junto a un vaso de jugo.

La chica subió su mirada, directo a una silenciosa Morgan. Su rostro, cubierto por una tensión y sus labios delgados apretados enseñan su molestia.

── Lamento haber invadido tus poderes ── ella habló ── En ese momento me pareció lo más indicado.

Morgan puso su puño bajo la barbilla, sin titubear.

── No los acepto ── negó.

La sorpresa en Charlotte no se escondió y en los demás, esperaba que ella fuera madura con la situación ya que no es particularmente una niña o adolescente.

Siguieron comiendo en silencio, solo oyéndose los roces de los tenedores, el golpeteo de los hielos contra el vidrio de los de los vasos y lo fuerte que masticaba Derek a su lado, destrozando como si estuviera en una pelea.

Ese ruido fue lo que mantuvo a Charlotte sentada en esa silla, todo seguía siendo demasiado para sus hombros y más con la agente siendo peculiarmente mala.

No entiende las intenciones de ZELLA sobre sus habilidades y no quiere llegar a compararla con KORB le está dando algo que la agencia nunca le ofreció, una hospitalidad tan grande y protección.

── ¿Qué es lo que quieren de mí? ── preguntó en voz baja, dejando que sus pensamientos se expongan.

El arrepentimiento por la inocente pregunta llegó cuando Morgan detuvo su tenedor e insultó, tal como siempre lo hace.

── Nada, solo eres un estorbo para la agencia.

── ¡Basta, Jacobs! ── Derek gritó, los utensilios se quiebran por la fuerza que emane ── No dejare que le hables de esa forma.

Y con eso, dio por inicio la discusión cada vez más fuerte con las palabras que salían de sus bocas. Charlotte solo quería encogerse en su asiento y desaparecer por el remordimiento. Morgan golpeó la mesa, llamando su atención por la vibración.

── ¡Ya cállate, Roth! ── gritó, sus venas resaltando en su cuello.

El humo azulado empezó a surgir, congelando la mesa y la comida. Kay intentó calmarla pero fue imposible, con el enojo filtrandose no tiene control.

Por su mano creo carámbanos de hielo, tan puntiagudos y fríos que se alzaron en dirección al rostro de Derek Roth. Charlotte extendió su mano, interponiéndose entre el hombre y el hielo.

El poder se detuvo, tal como sucedió en su primer encuentro. Soltó un fuerte suspiro, subiendo la mirada directo a Morgan, petrificada por lo sucedido.

── Pagaras por eso ── masculló con los dientes apretados.

Los cuchillos empezaron a temblar en la mesa congelada, sus frágiles bases rompiéndose ante las sacudidas violentas.

── Charlotte, trata de calmarte ── Louise pidió, asustándose con los movimientos.

No necesita que la calmaran ni que la cambien como es que quieren. Antes de dirigir las armas al rostro de la mujer, un estremecimiento recorrió su espalda, alarmándola.

Sus manos empezaron a desaparecer, Charlotte trató de mover sus dedos pero no sentía nada. Dirigió su oscura mirada a Derek, quién extendió su mano demasiado tarde.

Charlotte apareció a mitad de una carretera, la nieve cayendo fue lo único que la rodeaba en ese oscuro paisaje. Cruzó los brazos tratando de alejar el frío que entró en su cuerpo, las bocinas de varios autos hicieron que saliera de su aturdimiento, quitándose antes de ser atropellada. Siguió temblando, siendo imposible pedirles ayuda o que le den algo más caliente.

Sus labios temblaron, llenos de impotencia y desesperación por el poco control que tiene sobre la teletransportación, ahora se encontraba perdida y a punto de morir congelada.

El grito que salió de ella lastimó el fondo de su garganta, pensando en el desastre que su vida empezaba a formarse. Todo inicio por los hombres que le arrebataron su vida, estaba cansada y no fue preparada para estar sola.

Ya no más.

Sus rodillas cedieron ante el esfuerzo de mantenerse de pie. Cayó entre la nieve, empapando el uniforme y siguió rogando que pudiera desaparecer.

Cerró los ojos imaginando la sala, los sofás y la cocina con todos los agentes rodeando la mesa congelada. Tiene conciencia de cómo es sentirse en ese lugar así que exigió a su cuerpo irse de ese lugar.

Charlotte gritó por segunda vez cuando se encontraba elevada en el aire. Empezó a caer golpeando su hombro en la mesa y rodo por el suelo entre quejidos.

── ¡Charlotte!

Derek fue el primero en gritar su nombre, la tomó entre sus brazos frotando su piel para calentarla. Siguió temblando, apenas pudiendo sostenerse por los espasmos de su cuerpo.

Una manta la cubrió, Louise se arrodillo también calentándola con preocupación. Morgan observó toda la escena, una máscara cubriendo su expresión.

── Se los dije ── ella habló ── No sabe manejar sus poderes y ahora todos estamos en peligro.

── No es momento ── Louise masculló, negando ── Kay, ¿puedes llevártela?

── No es necesario. Me iré yo misma.

── Antes que te vaya ── Derek intervino con voz dura ── Nadie hablara sobre lo sucedido. Si el director se da cuenta que una de las agentes hizo esto, será castigado.

── Bien, salvemos a la agente y de paso escondemos como la nueva no tiene control ── Morgan replicó con molestia.

La mujer agitó su cabeza, dando la vuelta para irse junto a Kay, sin poder creer lo sucedido.




La noche fue demasiada tranquila para Charlotte, no pudo dejar de observar la ventana desde su posición. Era imposible descansar, de hecho, su mente se negaba a apagarse y reproducía los mismos recuerdos perdidos, aquellos que tienen espacios vacíos.

A pesar de tener una habilidad para indagar en cabezas ajenas, no puede entrar en la suya, siendo imposible.

El tubo seguía reluciendo en la mesa de su lado sin encontrar un hueco adecuado aunque tiene pensando un sitio que funcionara por el momento.

Se levantó, tirando un pedazo de la cortina para envolverlo, hizo uso de su poder, quitando uno de los paneles del techo. Guio el tubo hacia arriba y lo cerro, era el lugar menos pensado por si los agentes querían hurgar su habitación.

Después de eso, decidió salir e ir a explorar el piso ahora que estaba solo. La noche cada vez se fue alargando y no fue una opción seguir acostada sin poder dormir.

La cocina, varios pisos arriba, fue la opción más acertada para pensar. Abrió el grifo, llenando el vaso de agua y tomo varios tragos, sentándose mientras relataba lo que conoce sobre ella

Recuerda su nombre, Charlotte Hoffman. Fue secuestrada junto a sus hermanas en su casa de Alemania. Es probable que toda su familia este muerta incluida Mara quién no la volvió a ver. Tiene 25 años, su cumpleaños es en Junio y nació en Alemania, Müller, un pueblo poco conocido pero que tiene grandes playas que adoraba visitar.

── ¿No puedes dormir?

El soldado Roth entró en la estancia, arrastrando sus pesados pies enfundados por las botas más pesadas. La camiseta sin tirantes abrazó su cuerpo al igual que el pantalón gris. Charlotte asintió ante su pregunta, dándole la razón.

── Tengo una solución para esos problemas ── explicó, sonrió de lado con la confusión de la chica ── Tomo una taza de café con pudines.

El hombre se acercó a la cocina, preparando dos tazas de café en silencio. Cuando terminó, los dejo en la mesa junto al contenedor de azúcar.

── Sinceramente lo prefiero sin azúcar ── él habló, queriendo llenar el silencio ── Deberías de probarlo.

Lo siguiente que hizo fue sacar los pudines de la gaveta, abriendo el empaque que tenía su nombre para colocarlos en un plato.

── Lo prefiero dulce ── dijo ella.

Echó tres cucharadas de azúcar a su taza, moviéndolo como Louise le enseño a hacer sin dejar un desastre. Derek se sentó enfrente de ella, chasqueando su lengua con diversión. Él tomo uno de los pudines y los partió por la mitad, ofreciéndolo a Charlotte.

Con dudas, ella lo tomó, extrañada del gesto desinteresado del agente.

── Mañana te harán más pruebas ── él informó, masticando con dureza.

── ¿Por qué? ── cuestionó ── ¿Encontraron algo malo?

── No, ninguna. Van quedo intrigada con tus análisis, podría explicarte pero no entendí nada de lo que dijo.

── ¿Demasiados términos médicos? ── bromeó, sonriendo.

Derek rio, acercándose más ── Los suficiente para desistir ante su explicación. ¿Te gusta la habitación?

── Sí, es bastante cómoda ── le respondió. Tomó un trago de café, quemándose la lengua en el proceso ── En KORB estuve dentro de una celda todo el tiempo.

── ¿Una celda? ── replicó con enojo, apretando su mandíbula en disgusto ── Aquí nunca estarás en una celda. Louise intervendría si tratan de hacerlo, de hecho, fue quién te consiguió una pieza para tí sola.

── No hubiera ningún problema si me meten en una celda ── dijo sin importancia ── Estoy acostumbrada.

── Charlotte ── llamó haciendo que ella alzara la mirada cansada ── Jamás vuelvas a decir eso.

── Bien ── prometió.

Derek se vio satisfecho con la respuesta, tanto que decidió partir otro pudín, poniéndolo en las manos vacías de Charlotte.

── ¿Qué edad tienes? ── él preguntó.

── Uh, tengo 25. ¿Por qué? ── interrogó.

── Pareces más joven ── confesó, arqueando sus cejas mientras siguió evaluándola ── La primera vez que te miré, pensé que tendrías 20.

── ¿Sí? Toda mujer adora que le digan que parece menos de su edad ── dijo, riendo ── ¿Qué edad tienes, soldado? ¿Unos 28, tal vez? ── dedujo.

── A los hombres les ofende que les disminuyan su edad, Charlotte ── comentó divertido ── Tratare de que sea un halago.

── Entonces, dime cuánto tiene ── insistió, ahora intrigada.

Él sonrió, agitando la cabeza ── 35, tengo 35 años recién cumplidos.

── ¡Vamos! Eso es mentira, agente ── exclamó, entrecerrando los ojos sin creerlo.

── Hablo en serio. Soy diez años mayor que tú.

── Pero...── lo detuvo, alzando una ceja ── Mi mentalidad no se iguala a una mujer de 25 años. Tengo más experiencia en esta vida.

── Y lo creo ── asintió ── Puedes darles esas explicaciones a otros. Yo sé que no eres inmadura. Entonces, ¿cómo es Müller?

Charlotte sonrió, dejando su mente libre.

── Es como la ciudad perfecta para aquel que necesite sacar todo el peso de sus hombros ── explicó con nostalgia ── Había playas alrededor, una quedaba cerca de mi casa así que iba los fines de semana.

── Así que eres fanática al agua ── murmuró.

── Se puede decir que es mi fuerte ── asintió, observándolo a los ojos azulados ── Era divertido ir con mi padre. Siempre jugábamos al ahogado y tenía que ir a su rescate.

── Suena divertido.

── Lo era hasta que tomaba en serio su actuación y me ponía a llorar ── contó.

La sonrisa de Derek fue disminuyendo conforme la expresión de Charlotte cambio, convirtiéndose en tristeza.

── Lamento lo que sucedió con tu familia ── dijo.

Extendió su mano, tomando la pequeña de la chica dándole apoyo.

── Gracias ── susurró, la calidez embriagándola por unos instantes ── ¿Y tú eres americano?

── Lo soy ── asintió, regresó su mano a la taza de café ── Crecí aquí aunque tuve muchos problemas, como todo niño.

── ¿Golpeaste a matones o pegaste chicles bajo los pupitres en venganza? ── interrogó.

── Prefiero no decirlos ── negó, soltando una fuerte carcajada ── Espero que puedas adaptarte a Golden. No es tan mágico como Müller pero puede llegar a serlo, algún día.

── Trataré de hacerlo. Sería más sencillo si no me buscaran.

── Nos encargaremos de eso ── intervinó con rapidez ── Cuando acabe, podrás tener un puesto en la agencia, con tus habilidades puedes llegar a ayudarnos.

Charlotte negó, tomando el último trago de su café.

── ¿Cómo podré salvar a otras personas cuando no lo hice con mis hermanas?

Derek cerró la boca, sin saber que decir. Charlotte dejó la taza sobre la mesa antes de irse. Dio un vistazo, observando la espalda encorvada del hombre con la vista perdida.

Ella aclaró su garganta, llamando su atención.

── Pasé un buen rato, soldado.

Roth dio una sonrisa ── Me alegra que sea así.


Reunirse a las nueve de la mañana ante el director Hills, la doctora Vans y la agente Louise no era algo que Charlotte esperaba que sucediera tan rápido.

Ahora se encontraba sentada, sus piernas cruzadas en espera que hablen. Se mantuvieron dando miradas entre sí hasta dividirse por el espacio, tomando asiento en la mesa de cristal.

El director fu el único que se mantuvo de pie, sus brazos cruzados y tomó la iniciativa de hablar.

── En 1980, hubo un incremento de crímenes, asesinatos y secuestros de personas que no tenían techo. El gobierno, en ese entonces, no podía hacer mucho ya que los categorizaron como vagabundos. Cinco años después, el nuevo presidente investigo los sucesos y encontraron algo muy interesa.

── ¿Qué encontraron? ── ella preguntó intrigada.

── Una agencia encubierta bajo un falso nombre. Sus registros decían que eran fabricantes de jabón, shampoo y cremas pero adentro encontraron varias de las personas desaparecidas en celdas. Algunos tenían una personalidad errática y mostraban lo que ahora llamamos poderes.

── ¿Ese era KORB?

── Sí ── asintió el director ── En ese tiempo era conocido de diferente nombre. El gobierno desconocía sobre el tema así que se pudo librar durante demasiado tiempo hasta que llego el hombre indicado. Fred Hills tenía varios estudios sobre habilidades que podían desarrollar al utilizar correctamente los elementos dados, decidieron comenzar una agencia para ayudar a mutantes o mejorados y evitar el sufrimiento.

── Fred Hills fue el fundador de ZELLA, ¿no?

── Buena deducción ── él sonrió ── La agencia fue creciendo con el fondo ilimitado del gobierno, reclutando a agentes y el secreto. Se ha derribado muchas agencias, Charlotte pero siempre hay una que se mantiene de pie.

── KORB tiene muchas cartas para utilizar ── Louise intervino ── Tantas empresas, edificio y personas, aunque con el nuevo líder se ha venido abajo. Creemos que se están debilitando.

── Y eso es algo bueno, corre a nuestro favor ── complementó el director ── Ahora que sabes la historia, espero que tengas confianza en nosotros. Cuidaremos de tí, tanto como se pueda.

── Se lo agradezco ── asintió con una media sonrisa.

── Bien, doctora Van ── llamó, dirigiéndose a la mujer ── Es toda suya.

Ella mostró una gran sonrisa, arreglando su bata cuando se levantó, poniéndose a su mayor altura.

── Termine algunos exámenes, por rutina hago un descubrimiento de los poderes dados ── dijo, desplazando una carpeta con diversas hojas ── Los resultados muestran dos poderes firmes, telepatía y telequinesis, ambos tienen el mismo valor.

── Siempre los he tenido ── Charlotte murmuró, tratando de entender los cálculos ── Desde que entre en la agencia.

── Sí pero detecte unos picos inusuales que pueden ser de un nuevo poder ── contó, fascinada por su descubrimiento ── Todo indica que es teletransportación.

── Es el último poder que trataron de darme pero no lo tengo controlado del todo.

── Pero lo harás ── Louise confirmó ── Con ayuda de Van y sus investigaciones, podrán hacerlo.

── Charlotte, ¿sabes por qué te capturaron? ── interrogó el director. Sacó sus lentes, golpeándolo contra su rodilla.

Ella negó ── No, solo tengo el recuerdo de cómo me secuestraron. Mis hermanas y yo fuimos atacadas en casa por unos hombres.

── ¿Entraron por la fuerza?

── Al principio quisieron persuadirnos, dijeron que mis padres tuvieron un accidente. Mi madre estaba angustiada pero Mara recibió un mensaje que nos fuéramos y ahí comenzó el desastre.

── Necesitaremos los nombres de tus familiares. Louise investigara por si encontramos alguna relación con KORB mientras tanto, te pido que te mantengas cerca, nada de salir sin vigilancia.

── Me encargaré de comprarte lo necesario para que te sientas cómoda ── dijo Louise. Se puso de pie, pasando su brazo por los hombros de ella ── Buscaré ropa y artículos femeninos, la agencia lo pagara.

── Cárgalo a la tarjeta. Bueno, Charlotte, fue un gusto conocerte.

El director se despidió junto a la doctora Van, ambos saliendo por la puerta. Louise se quedó, sus ojos rasgados fijos en su acompañante.

── Puedo conseguirte otro collar ── mencionó, sus dedos tocando la cadena fina ── Es muy bonita pero no la utilices todo el tiempo, puede dañarse.

── ¿Y pueden ser iguales? ── preguntó.

Ella arrugó sus labios rosados, pensando.

── Puedo buscar. Por cierto, disfruta de los dulces, Morgan trajo nuevos sabores.

Ahora quién arrugó sus labios es Charlotte, negando.

── No sé si quiero tocar algo de ella.

Louise soltó una fuerte carcajada, limpiando las lágrimas que se acumularon en sus ojos.

── Ay, Charlotte, no seas ridícula. Todo eso también me pertenece y no bajes a los otros pisos, ¿sí?

La agente extendió su mano, pasándola por las trenzas formadas detalladamente.

── No te lastimaremos, si llegas a preocuparte por eso ── ella susurró ── Todos pasamos por lo mismo, sabemos cómo es el sentimiento.

── Confio en tí ── asintió.

── Eso me hace sentir muy bien ── confesó ── Quédate en los dormitorios hasta que vuelva.

── Claro, igual no tengo donde ir.

── Me pareció ver a Derek en el gimnasio. Queda un piso arriba pero nada más ── determinó, la señaló con su dedo como una madre.

── Es probable que de unas vueltas por la cocina, esos dulces se oyen muy bien ── sonrió.



Fortsätt läs

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