Soldat

By Atabeyra_RD

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Peach competirá para ganar una beca. ¿El problema? Ninguno. ¿El nombre del problema? Wrathly. Él es el chico... More

Prólogo
Beca Perlman
Schlammmädchen
Sueños
Interview
Lügner
Conocimiento mitológico
Der Nichttermin
La invitada no esperada
Miss Piggy
Freunde (amigos)
Audi
Húmedas interrupciones.
küssen
Eifersucht
¿En qué estamos tú y yo?
Saminabach
Descubiertos
Unterschiede
Großvater
Alejandra
Nunca revueltos pero siempre juntos.
Karottenmädchen
Honestidad
Sirena vs Ballena
En efectivo
El último consejo
Las Víboenas
Y el ganador es...
En un lugar que solo nosotros conocemos
Agradecimiento
Un último favor

Le prendí fuego a la lluvia

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By Atabeyra_RD

Hoy es el gran día.

Camino de un lugar a otro, inquieta y nerviosa. Puedo sentir cómo la adrenalina corre por mi cuerpo y mi corazón galopa como un caballo salvaje abriéndose paso entre las llamas del infierno. Las manos me sudan y unas fuertes ganas de orinar me hacen ir al baño a cada segundo. Llevo semanas preparándome y ahora es el momento. Deseo con todo mi corazón ganar la beca, ir a la academia de música en Londres y cumplir el sueño de mi madre.

Es la gran noche, mi noche.

Espero brillar y cerrarle de una vez por todas la boca a Kauffmann. Mi pecho sube y baja. Cada respiración es más profunda que la anterior, junto con el nudo que siento en el estómago, que no me ayuda de mucho. Decido sentarme en el único sofá que hay en la habitación, pero no llego bien a sentarme, cuando me levanto como si fuera un resorte. Trago saliva con nervios e inspiro profundo. Tomo entre mis manos los panfletos que explican el origen de la beca y la historia de este lugar. Me inclino a leer la historia de la Antigua Casa de Ópera; se remota a finales del siglo XIX. En octubre de 1880 el edificio fue construido, se seguían los planos del arquitecto berlinés Richard Lucae. La apertura se celebró con don Giovanni de Mozart.

Después de la destrucción al final de la Segunda Guerra Mundial, la gente de Frankfurt proporcionó un ejemplo de apreciación cívica y sobre cómo lidiar con el patrimonio histórico. Gracias a las protestas cívicas y las generosas donaciones, el edificio representativo de la era Wilhelminiana, que había sido bombardeado hasta los muros de sus cimientos, fue reconstruido fielmente al original. Tuvieron que pasar casi cuatro décadas hasta que la llamada ruina más bella de Alemania, recibió su magnífica fachada y el interior se convirtió en una moderna sala de conciertos, que se reabrió, con solemnidad, el 28 de agosto de 1981. Desde entonces, alrededor de trescientos conciertos y eventos al año, han atraído a muchos visitantes a sus salas. Cada año, alrededor de cuarenta congresos, aniversarios de empresas, recepciones, presentaciones y noches de gala glamorosas como el Opera Ball, se llevan a cabo en sus salones y salones representativos.

El concurso para ganar la beca Perlman se llevará a cabo en el Gran Salón, con unos 2450 asientos. Famoso por su excelente acústico y equipado en caoba. El Mozart Hall con 720 asientos está disponible como escenario adicional.

Unos toques en la puerta interrumpen mi lectura. Cuando abro la puerta, me encuentro con la persona que, en todo el resto del día de ayer, me dediqué a ignorar.

Wrathly.

Lo miro sin decir que esta boca es mía.

—¿Puedo pasar?

—Supongo que sí. —Hago lo posible por parecer muy informal.

Espero que Akos lo encamine hasta el sofá. Cuando estamos solos, me siento en el extremo del sillón. Lo contemplo con escepticismo.

—Por lo que veo... —Sujeto mi cabeza entre mis manos, con los codos en las rodillas—. Vas a participar. —Me responde con un gesto de la cabeza—. ¿Por qué? —Aprieto los dientes—. Creía que ya habíamos hablado de eso.

El silencio cae sobre nosotros. No hace falta que añada más, al final, como hijo de los organizadores, saldrá como el ganador mientras que los demás, incluida yo, nos iremos a nuestras casas como los perdedores, pensando que nuestro mejor esfuerzo no valió de nada porque Wrathly nos superó a todos.

—¡Eres un puto fraude! —Exploto, me arde la garganta. Estoy casi segura de que tengo la cara roja por la frustración—. ¡Al igual que esta competición!

—¿Puedes desconectar el modo drama y escucharme durante un minuto? —Bufa por la nariz.

—Si ganas, voy a denunciarlos. —Me levanto para quedar frente a él—. Esta competición está amañada, y no pienso consentirlo.

—Oh, sí —se mofa—. Si deseas, puedo facilitarte el contacto de algunos periodistas.

Cien emociones diferentes pasan por mi cara.

—¿Crees que no lo haría? —Mi voz se quiebra.

—Peach, no sabes la lucha que estoy sufriendo —se lamenta—. Esperaba, de todo corazón, que te detuvieras a pensar, tan solo un segundo, el porqué decidí participar... —Agita la cabeza—. No sabes lo decepcionado que me siento, en que tú seas la única que no logra entenderme. —Siento esas palabras cavar un hoyo en mi estómago—. Te has preguntado alguna vez, Peach, ¿qué me motiva? ¿Qué me hace seguir adelante cada día? ¿Qué es lo que te da fuerzas?

Frunce el ceño y se incorpora. Levanta sus manos, como si intentara alcanzarme, pero al ver que no muevo ni un músculo, cesa de hacerlo.

—Esta beca, Peach, no ayuda a las personas menos favorecidas, ayuda a las personas que tengan talento. —Me fijo en lo tensa que esta su mandíbula—. Las personas tienden a reconocer a los talentos que surgen de orígenes humildes y tacha a los talentos que nacen de buena cuna. ¿Crees que eso es justo? El talento de una persona no debería de medirse por su estatus social o económico, y no creas que las personas de buena cuna no tienen que romperse el lomo tratando de demostrar su valía.

»Te pondré varios ejemplos: La Familia Iglesias, ellos son una familia española de cantantes; el que más éxito ha tenido, ha sido el padre. Uno de sus hijos decidió seguir sus pasos, pero desde que comenzó, surgieron protestas. Porque según ellos, él se escudaba en su apellido. Si él no tuviera talento, Peach, ¿crees que los demás comprarían sus discos? Otra familia, la familia Douglas, es estadounidense y de actores. El patriarca de la familia es Kirk Douglas, un actor muy reconocido y respetado por su extensa y reconocida carrera, él recibió un premio Óscar honorífico en 1996. Uno de sus hijos también decidió seguir sus pasos, ¿crees que lo tuvo fácil?

»Su hijo tuvo que trabajar duro para erradicar la sombra de su padre que yacía sobre sus hombros. Al final pudo lograr una carrera mucho mejor que la de su padre. Ha ganado muchos premios. Una persona sin talento difícilmente lograría todo esto. Y para no cansarte, te contaré mi historia. Si bien es cierto que vengo de una familia acomodada y que esta fue la que creó la beca, no por eso las cosas para mí han sido fáciles. La música siempre ha sido ese toque de luz en mi oscuridad. Es lo que me rompe y a la vez me repara. La primera persona que confió en mi talento, fue mi abuelo. Me regaló mi primer violín y me habló de la beca Perlman. Mi familia creó esa beca para impulsar el talento artístico que toda persona posee. Mi abuelo sabía que podría demostrarles a los demás que, a pesar de mi ceguera, que lejos de causar lástima o pena, podría deleitarlos con mi música.

»Tu actitud me decepciona, Peach. Crees que participo por el mero hecho de divertirme, el niño rico que desea humillar a los demás o lo que es peor, que mi familia está confabulada para complacer mis caprichos. Todos los que participamos, al igual que tú, deseamos demostrar algo. Yo no llevo ninguna ventaja al ser quien soy, Peach, al contrario, participo en desventaja.

Sus palabras me hieren. El nudo que se me formó en mi garganta no me permite hablar.

—No te preocupes... —Sorbo por la nariz—. Al final, será el tiempo quien te dé la razón.

Se me eriza el vello cuando veo a Wrathly exhalar el aire que parecía retener. Tantea la pared hasta llegar a la puerta, la abre y veo a Akos parado en el umbral. Toma su mano y la coloca sobre su hombro. Su ayudante se despide de mí asintiendo con la cabeza. Cierro. Cuando estaba a punto de echarme a llorar por la dolorosa presión en mi pecho, tocan una vez más.

—¿Qué desean? —grito, me arrepiento enseguida por mi tono.

—Señorita Hoop, la competición está a punto de comenzar—me informa una joven—. Todos los participantes deben de estar en la tarima para presentarlos.

Trago saliva y abro.

—Discúlpeme, son los nervios.

La joven me brinda una sonrisa sincera y después me mira con preocupación. Lo más seguro es que arruiné el trabajo de Kane, el estilista sueco que me asignaron. Además, gracias a la ayuda de Alejandra, la madre de Wrathly, que me facilitó un hermoso vestido largo, hecho en seda de color rosa bebé o rosa palo, como lo llaman muchos, y bordado con lentejuelas negras, parezco toda una princesa. De manera rápida y efectiva, arregla un poco mi aspecto. Me dejo conducir por ella por un largo pasillo. El bullicio de las personas acelera los latidos de mi corazón. El ambiente se convierte en un torbellino de actividad. El escenario cuenta con dos escaleras hacia ambos extremos.

Busco a Wrathly en la fila en donde me pidieron que me colocara. Al no verlo, deduzco que está en la otra y para mi desgracia, en la misma fila con la hiena. Nos conducen hasta el escenario para colocarnos sobre unas tablas en formas de escaleras. Me posan en el tercer eslabón, al lado de un joven de tez negra que sostiene un clarinete en sus manos. Le sonrío con timidez y oteo mi alrededor. A Aiden lo colocan en la primera fila junto a Emily. Se me estruja el corazón al verlos juntos y pongo los ojos en blanco cuando la hallo pasarse de linda con él. Sus palabras en la mente, me aterra pensar que he sido dura.

Todavía sostengo que este tipo de concursos deberían ser exclusivamente para personas que no tengan los recursos necesarios para pagar academias de prestigio. Sin embargo, no puedo asegurar que el ganador use el dinero para eso. Pensándolo bien, Emily nunca ha expresado que desea matricularse en una academia de música. Es más, estoy casi segura que está aquí por el dinero. Si llega a ganarlo, el uso que le dé a este, es asunto suyo, ¿no? Me froto los brazos con las manos a la vez que trato de organizar mis ideas. Entonces, una rubia con bastante silicona en las tetas, que tiene un vestido metálico y unos zapatos que, si bien llegara a tropezarse, moriría en la caída, toma el micrófono y nos sonríe a todos. No está de más decir, que sus senos sonríen a los concursantes masculinos. El único, inhume a sus encantos en Wrathly gracias a su ceguera.

Se abre el telón y las luces nos dejan ciegos por unos segundos. La audiencia empieza a aplaudir; mantenemos las sonrisas congeladas. Mi corazón se acelera ante la excitación del público. Los aplausos se mezclan con los silbidos de familiares y amigos. El acto comienza con un preludio musical, luego desciende una gran pantalla que nos muestra un vídeo relatando los orígenes y finalidad de la beca. Al finalizar, ponen otro con los comentarios y anécdotas de antiguos ganadores y de cómo el haberla ganado, les abrió las puertas para alcanzar sus sueños. El público comienza a motivarse cuando los jurados regionales hacen acto de presencia. Le pasan el micrófono a Kauffmann que procede a explicar el arduo trabajo de los jueces. Por ejemplo: el de tener que viajar a cada país del circuito, para seleccionar a los mejores y traerlos hasta aquí.

Finaliza por fin. Viene otra serie de aplausos cuando mis suegros suben al escenario junto con Akos. Ellos, después de relatar la esencia del concurso, se comprometen a seguir financiando la beca, también les dan las gracias a los patrocinadores, en especial a un señor llamado Kavi Liderman. No sé por qué lo hago, pero busco a mi padre entre la multitud. Lo encuentro sentado, mueve sus palmas junto a mi maestra Mary. Verla no me causa mucha gracia que digamos, tampoco ver a Lynn y a Luccas juntos que, con pancarta en mano, vociferan mi nombre. La presentadora, que se las juega con la gravedad y con la ayuda de los monitores, nos presenta. En total somos veinticinco personas de diferentes nacionalidades. Ella se llama Katharina, lo sé porque una persona le gritó su amor incondicional.

Casi me desmayo cuando anuncia a los jueces. Son cuatro en total: el cantante Robbie Williams, Iluminada Corsini, la directora de la Real Academia de Londres y David Garrett, quien es un violinista, actor y modelo, que está mejor que el agua cuando se tiene sed. Y, por último, el famoso pianista chino, LangLang. El telón se cierra y somos conducidos a nuestros lugares detrás de la tarima. Al descender por las escaleras, suben al escenario el Ballet de Stuttgart, la primera gran compañía de ballet en Alemania. Después del espectáculo, los tramoyistas comienzan su trabajo. Le avisan al chico del clarinete, que se llama Michael, que será el primero en participar. A los demás nos ocultan detrás. Sin embargo, podemos ver lo que pasa a través de los monitores. Todo fluye tan deprisa, que en pocos segundos veo a Michael tocar su clarinete a casa llena.

Interpreta la canción Para Elisa de Beethoven. Al terminar, recibe el amor del público y los jueces anotan sus puntuaciones en sus respectivas hojas. Luego le toca el turno a una hermosa chica llamada Laura, es originaria de España y deleita a los jueces al bailar flamenco. Subió al escenario con un abanico, unas castañuelas y el traje típico, el de lunares. Me quedé fascinada por su destreza y agilidad al bailar. Tanta pasión y energía en una sola persona, es peligroso para la salud.

Después subieron dos chicos noruegos. A lo último, le toca el turno a Emily. Interpreta la canción del Titanic, My Heart Will Go On. Ella tiene un vestido Chupeng, color azul turquesa, confeccionado con satén y tul. Su falda cae en cascada. ¿Dónde diablos pudo conseguir un vestido así?. Canta bien, pero le es difícil mantener el ritmo y más cuando tiene que elevar la voz en las notas altas. No es que lo hace mal. No obstante, al final termina muriendo como la orquesta en la película. Los jueces hacen sus anotaciones y ahora le toca el turno a Wrathly. La audiencia guarda silencio; lo posicionan en medio del escenario. Se me olvida respirar al verlo acomodar el violín sobre sus hombros. Me muerdo el labio cuando posa el arco contra las cuerdas. Lo veo tomar una respiración profunda. Mi corazón deja de latir al escuchar la melodía con la que nos conocimos.

Recuerdo que me sentía como la mierda ese día. Él tocó Fix you de Coldplay. Y al igual que en ese momento, me dejo guiar como si fuera una polilla hacia la luz por su música. Unas lágrimas sin derramar pican en mis ojos. Las memorias impactan en mi mente, una y otra vez. Llevo mi mano a la boca, intento poder contenerme. Cambia de melodía y toca otra de Coldplay, The Scientist. No puedo dejar de mirarlo, él derrama su corazón a través de su violín. Junto los párpados cuando canto mentalmente el estribillo de la canción. Nadie dijo que sería fácil. Y es verdad, desde el principio nuestra relación nunca lo ha sido. Vuelvo a enfocarme en su presencia, sonríe y muestra al mundo su hermoso hoyuelo. Vuelve a cambiar la melodía y comenzamos a escuchar Perfect de Ed Sheeran.

Exhalo un suspiro, pero me niego a cerrar los ojos. Necesito que este momento se grabe con fuego en mis retinas. Y para finalizar, toca otra de Ed, Thinking Out Loud. El sonido de las ovaciones y aplausos, hacen que mi corazón estalle de alegría. Amo la expresión de felicidad de mi novio, él hace una pequeña inclinación, y los jueces hacen sus anotaciones. Es guiado por un tramoyista; mis sentidos cobran vida y con el estómago hecho un nudo, comienzo a caminar hasta el otro extremo del escenario. Necesito felicitarlo por su actuación. Intento calmar los latidos y lo busco entre la marea de caras desconocidas. Me quedo sin aliento cuando doy con él, la sangre me retumba en los oídos al percatarme que Mady, quien se me adelantó, se le cuelga en el hombro. No lo pienso dos veces y apresuro mis pasos.

Por Dios, compórtate, Peach.

—Hola —saludo un poco violenta.

—¡Peach! —contesta Mady, finge alegría al verme—. ¡¿Viste la excelente actuación de Aiden?!

Todas las partes de mi cuerpo quieren empujarla y retorcerle los brazos para que aprenda a respetar al novio ajeno. Mady, sin romper el contacto visual conmigo, entrelaza sus manos en el cuello de Wrathly, lo lleva con fuerza hacia ella y le da un sonoro beso en la boca. La observo durante varios dolorosos segundos, lucho conmigo misma. Tomo una gran bocanada de aire. Me siento mareada y bastante molesta. Mi corazón me da una patada en las costillas. Me giro para marcharme, a la vez que escucho detrás de mí a Aiden preguntarle a la víbora por qué hizo lo que hizo.

Vuelvo a mi lugar, sorda y ciega de la rabia. La joven que me guio por el pasillo, me avisa que es mi turno. Camino sin sentir el piso debajo de mis zapatos. Cuando voy a subir las escaleras, una mano presiona sobre mi hombro, me giro para toparme con Kauffmann.

—No haga que me arrepienta de haber apostado por usted, señorita Hoop.

Pongo los ojos en blanco antes sus palabras, tan motivadoras. Pienso decirle algo, pero escucho que la presentadora dice mi nombre y el público comienza a aplaudir. Subo dos escalones, cuando en un arrebato de estupidez, me giro, llamo a Kauffmann, y le muestro mi dedo mayor. Para mi sorpresa, sonríe y se despide devolviéndome el saludo. Escucho las porras de Luccas. Apagan casi todas las luces, excepto una. Mi pecho se exacerba. Abro y cierro las manos varias veces. Exhalo un poco de aire.

Los músicos posicionados detrás de mí, comienzan la melodía. Interpretaré la canción de Adele, Set fire to the rain. Cierro los ojos e intento abandonarme a la música. Me propongo sentir la calidez y confianza que me provoca cantar.

I let it fall, my heart and as it fell, you rose to claim it.

It was dark and I was over.

Until you kissed my lips and you saved me...

Sin embargo, mi mente se empeña en mostrarme recuerdos sumamente dolorosos para mí. Revivo en mi mente la discusión que sostuve con mi padre, Wrathly y Lynn. La tristeza y decepción atenazan mi corazón. La advertencia de Kauffmann provoca que se me quiebre la voz.

Abro los ojos y miro hacia los lados, la música continua y yo enmudezco. Empiezo a sudar frío y mi cuerpo se estremece. Creo que voy a desmayarme, intento relajarme, pero es inútil. Esto no puede estar pasándome.

Tienes que ser fuerte, Peach, aunque no tengas idea de cómo hacerlo.

Llegué aquí con una meta por cumplir; ganaré esta competición, cueste lo que me cueste. No puedo defraudar la memoria de mi madre, de solo pensarlo, siento como si las costillas me presionaran los pulmones, exprimiéndome todo el aire. Junto los párpados y hago dos cuentas regresivas de diez. Vuelvo a mostrar mis pupilas, le doy mi mejor sonrisa al público, aunque esté al borde de un colapso nervioso. Veo a Lynn que trae consigo a Wrathly con violín en mano y lo posiciona a mi lado. La sangre me hierve en las venas, ¿por qué me hace esto? Lo que menos necesito ahora es verlo a él, después que se dejó besar de esa víbora.

Tomo el micrófono en mis manos, camino alrededor de Wrathly. El recuerdo de su beso con esa víbora, me quema las neuronas. Él debió de empujarla, arrancarse los labios y tirarlos al fuego. Me dolió que solo le preguntara por qué lo hizo. De forma rápida, se pone a la par con la música y como si Dios estuviera de mi parte, me da el valor que necesito para continuar con esta actuación improvisada.

Because there's a side to you. That I never knew, never knew.

All the things you'd say. They were never true, never true.

Le doy un pequeño empujón, aun así, Wrathly continúa tocando. Se aleja un poco, como si me ignorara, y creo que el auditorio se cree que esto está planificado. Pues que continúe el show.

And the games you'd play. You would always swin, always swin.

Durante las últimas semanas he tenido que procesar muchas cosas. Este dolor me destroza el corazón. Siento cómo se quiebra en diminutos pedacitos y cientos de escalofríos me atizan por dentro. Por eso canto, quiero quemar este dolor hasta volverlo cenizas.

But I set fire to the rain. Watched it pour as I touched your face.

Well, it burned while I cried. Because I Heard it's creaming out your name, your name.

La música expulsa los males del alma, es energía pura y limpia. Y me permito dejarla fluir desde lo más profundo de mis entrañas, dejarla que vibre, que equilibre mis emociones, que me pulverice y que me una a la misma vez. Continuamos con este espectáculo. Quién lo diría, dicen que la vida nunca parará de sorprendernos. Él tocando el violín, mostrándose indiferente y frío. Entretanto, yo le reprocho, llena de enojo por su actitud.

Sometimes I wake up by the door.

And Heard you calling must be waiting for you.

Even that when we re already over,

I can't help myself from looking for you.

Respiro hondo y lleno mis pulmones. Deseo con esta última estrofa, lograr exorcizar todo este dolor que me quema por dentro. Anhelo arder como un fuego que no se extingue con facilidad, necesito explotar como una supernova para poder renacer de mis cenizas y convertirme en la Peach que siempre quise ser.

I set fire to the rain,

And I threw us into the flames,

Well, it felt something died,

Cause I knew that, that was the last time.

The last time.

Y con esta última estrofa, saco todo el dolor que llevo dentro y lo dejo que arda...

Let it burn.

Let it burn.

Let it burn.

Termino, siento mis pulmones arder y mi garganta punzar. Respiro profundo y vuelvo a juntar los párpados. Escucho los aplausos de las personas, esto dura por varios minutos. No puedo evitar soltar una carcajada.

—Te quedó fenomenal, Peach —susurra Wrathly sin aliento.

Me volteo para verlo, su aporte me ayudó en mi presentación. Estrecho los ojos y recuerdo lo que pasó minutos antes. No tengo derecho a estar celosa, sé que eso fue una treta de Mady, pero aun sabiéndolo, me hace daño recordar que ella puso sus verdes y venenosos labios sobre los de él. Cierro la distancia que me separa de su rostro. Hago lo mismo que hizo ella. Le doy fin a este espectáculo con broche de oro. Nuestro beso es dulce, real y tan triste. Y como en nuestro primer beso, siento esa electricidad de la cabeza a los pies. Al separarnos, el auditorio vuelve a aplaudir. Antes de que pudiera detenerme a pensar, le doy una fuerte bofetada en la cara. Levanta una mano y se toca el lugar donde le he pegado.

—Eso fue por permitir que esa víbora te besara. —Mi pecho sube y baja.

—¿Y qué querías que hiciera? —reprocha—. ¡Por Dios, Peach! ¿Crees que yo quería?

—La podías haber empujado —siseo con los dientes apretados.

—Sus labios apenas rozaron los míos —refuta, se le dilatan las aletas de la nariz.

—Pues yo no lo vi así. —Estoy tan molesta con esta estúpida situación que prácticamente me clavo las uñas en las palmas de las manos.

— Yo no le pedí que me besara. —Muevo la cabeza—. El que debería de estar molesto aquí soy yo, no tú.

—¿Qué? —Parpadeo—. Vete al demonio, Wrathly.

No lo soporto más, salgo del escenario. Las personas ni se atreven a hablarme, me abren paso como si yo estuviera encendida en llamas. Entro al baño y me encierro en uno de los cubículos, me siento en el retrete y apoyo mi espalda en el cabecero, intento detener la espiral caótica de mis pensamientos. No debí de golpear a Wrathly, no debí de reclamarle delante de cientos de personas y no debí de haber salido como una chiquilla llorona.

¿Cuándo aprenderé a no ser tan impulsiva y estúpida?

No vale de nada que me encierre en este lugar. En pocos minutos tendré a mi padre y a Lynn buscándome o, lo peor, a la madre de Wrathly para arrancarme la cabeza por haberlo golpeado. Estiro mi cuello y salgo del cubículo. Llego hasta el lavado sin preocuparme en ver mi patético rostro en el espejo. Me lavo la cara, me importa un pepino mi maquillaje.

—De continuar así, echarás a perder tu maquillaje —me advierte una persona.

Dejo de lavarme y me encuentro con una mujer muy hermosa.

—Perdone, pensaba que estaba sola —respondo sin ganas.

—¿No eres de aquí? Tu acento es muy extraño.

Sí, señora, vengo del planeta bobolandia. Y usted, ¿de dónde viene? ¿De Policilandia?

—Usted tampoco es de aquí. —Inclino la cabeza—. Su acento también es raro

En vez de molestarse conmigo, se ríe.

—Me llamo Lica. —Me extiende la mano—. Me gustó mucho tu interpretación.

—Gracias. —Le devuelvo el gesto—. Me alegra que le haya gustado, aunque ahora mismo me siento como una porquería.

—Tu madre tiene que estar orgullosa de ti.

Pese a que sus palabras son pura cordialidad, sin saber, abre aún más mi herida. A la memoria de mi madre también le fallé. Siempre que doy un paso hacia delante, doy diez hacia atrás. Lágrimas invaden mis ojos de repente, pero estas no son producto de mis estupideces, son de decepción. Ella me abraza y no sé por qué, me aferro a ese cálido abrazo.

—Mi madre murió —gimoteo.

—Cuánto lo siento. —Acaricia mi pelo—. Ha de hacerte mucha falta.

—Sé que, si ella estuviera aquí conmigo, muchas cosas de las que he tenido que soportar sola, no serían tan demoledoras para mí —sollozo—. Me han pasado tantas cosas en estos últimos días. Daría lo que fuera para estar nuevamente dentro de su vientre.

—¿Tu madre murió en un accidente? —me pregunta con voz dulce.

—Mi madre murió al darme a luz. —Miro hacia ningún punto—. Se le presentaron algunas complicaciones. Creo que los doctores se lo advirtieron por su corta edad.

—¿Aun así decidió tenerte? —Tiene un cierto tono de sorpresa.

—Mi madre aseguraba que todo saldría bien. —Trago un poco de saliva—. Haría cualquier cosa con tal de que yo naciera; con lo que nunca contó fue que su ausencia ha sido lo peor a lo que he tenido que lidiar.

—Tu madre fue un ser humano con un gran corazón. —Duele escuchar sus palabras—. Por tanto, si existe algo en de ti, es porque algo de ella vive dentro.

—Gracias por sus palabras, señora. —Me aparto de ella para secarme las lágrimas.

—Dentro de unos meses me convertiré en madre. —Se le quiebra la voz—. ¿Me podrías decir tu nombre?

—Peach, mi nombre es Peach, señora.

—Si mi bebé es una niña, te prometo que le pondré tu nombre.

Mis mejillas se enrojecen por la vergüenza, me balanceo hacia delante, sin saber qué decir. Es muy dulce de su parte, aunque en honor a la verdad, dudo que cumpla su palabra. Lynn entra en el baño y me dice que tengo que regresar porque anunciarán al ganador. Antes de irme, me despido de la señora con un fuerte abrazo y la sorprendo depositando un tierno beso en sus mejillas.

—Sé que usted será una excelente madre.

Ya es hora de que sepamos quién será el ganador de la beca Perlman.

Nota:

La persona con la que habló Peach, es Lica, protagonista de Atrapada. Si desean conocerla y ver esta escena desde su punto de vista, vayan y lean su historia. Es otra de mis bebes.

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