Inexpugnable

Heracronista द्वारा

198 16 32

Aggron jamás pudo demostrar todo su potencial, Máximo lo sabía pero decidió ser cuidadoso con el poder que gu... अधिक

INEXPUGNABLE - Preludio
Capítulo 1: "El campeón fugaz"
Capítulo 2: "El Guardián de Johto"
Capítulo 3: "El muchacho que conquistó los cielos" - Parte 1
Capítulo 3: "El muchacho que conquistó los cielos" - Parte 2

Capítulo 3: "El muchacho que conquistó los cielos" - Parte 3

40 3 10
Heracronista द्वारा

Hubo un largo silencio mientras Bruno escogía su siguiente Pokemon, podría parecer sencillo coger una Pokeball y lanzar a otro pero era más complicado que solo eso y aunque la decisión era difícil, el joven entrenador estaba tranquilo y solo alargaba el tiempo lo más que podía para conseguir idear una estrategia capaz de derribar a semejante Pokemon que parecía ser inexpugnable. Esta singular calma conoció el fin cuando un potente rugido del Charizard de Red remeció el estadio por completo.

Charizard se enfrentaba en un duelo aéreo al Garchomp de Cynthia. Ambos eran el Pokemon más representativo de su carrera como entrenador y sus capacidades de combate estaban en un nivel que convertían cualquier locura inimaginable en realidad. El fuego de Charizard destruía fácilmente las barreras psíquicas creadas para proteger a los espectadores y forzaba a los pobres Mr. Mime a crear más y más barreras al instante para evitar alguna tragedia. Por otra parte, los Meteoro Dragón eran inevitables y provocaron cráter por todo el campo de batalla, obligando a llevar la batalla al cielo, lugar donde podían pelear salvajemente sin tener miedo de herir a alguien. Los entrenadores habían sacado todo su arsenal a relucir para ganar el encuentro pero aun así no fue suficiente y se enfrascaron en una lucha sin cuartel donde perdería el primero que se quede sin fuerzas para esquivar o devolver un ataque.

Maravillados de la sempiterna lucha de los Pokemon, los organizadores e invitados adinerados observaron con gran interés cada segundo de los enfrentamientos desde sus cómodos palcos. Cautivados por la intensidad de cada pelea, ignoraban los aperitivos extravagantes y llamadas a sus PokeNav. La pausa del combate entre Bruno y Máximo coincidió con la llegada de un exhausto empleado del evento, sujeto que tenía importantes noticias para el jefe de seguridad pero dada su agitación, apenas podía articular alguna frase con sentido. Pese a estar muy agotado por correr todo el estadio y subir las escaleras hasta el palco, se quedó de pie mientras recuperaba el aliento para informar de la situación en la base del lugar y justo cuando se dispuso a explicar el problema y realizar la advertencia, un grito simultáneo de espectadores alertó a todos de que el combate se estaba reanudando. La impotencia del trabajador se vio reflejada en un sórdido golpe al jefe de seguridad, quién estaba ignorando completamente a su empleado para poder ver el desenlace del encuentro. Era un ingeniero que nunca había golpeado a otra persona en su vida pero esta vez no podía permitirse permanecer calmado cuando la vida de todos peligraba. Antes que el golpe le fuera devuelto, gritó: "EL MALDITO ESTADIO SE VA A CAER..."

El estallido eufórico del presentador fue el mismo que sintieron todos los que reconocieron el Pokemon que Bruno sacó a pelear. Todos conocían su historia desde que salió de casa y se convirtió en campeón, conocían cada una de sus aventuras y tragedias, conocían sus amigos, rivales y por sobre todo ello, conocían a sus Pokemon.
"SEÑORAS Y SEÑORES DEL PÚBLICO, BRUNO HA ENVIADO AL COMBATE AL MAGNÍFICO E INTOCABLE SCEPTILE!"

El haz de luz que salió de la Pokeball de Bruno tomó forma y mostró al Pokemon más reconocido y respetado de todo su equipo, un Sceptile joven y extremadamente ágil que tenía la fama de ser tan veloz que ningún ataque podía alcanzarlo. Los más pequeños vieron con gran emoción al Pokemon al igual que los Treecko que acompañaban a muchos entrenadores novatos. Sceptile era más que un Pokemon representativo pues tras tantas aventuras y batallas, se convirtió en un ejemplo de superación.

Máximo estaba preocupado por su Aggron y realmente había considerado el retirar a su compañero pero sabía que no lo perdonaría si le quitase la oportunidad de vengar su derrota pasada. Su cuerpo estaba dañado sin remedio y continuar peleando causaría que la lesión en su cola lo dejara incapacitado permanentemente. Ningún Pokemon podía aguantar tanto daño sin caer debilitado o fallecer pero ignorando toda lógica, Aggron había logrado soportarlo todo y seguir de pie para más.

Apenas el juez de campo dio la orden de continuar el combate, Sceptile pareció desaparecer cuando corrió directo a Aggron para darle un devastador "Garra Dragón". No esquivo el ataque y ni pudo siquiera proteger su rostro ante tal velocidad de su rival. Sceptile logró dejar la marca de su garra por encima del ojo del Pokemon cuando logró darle directamente.

Sceptile golpeaba y retrocedía a una velocidad impresionante, hiriendo tan salvajemente que podrías asegurar que estaba poseído por una fuerza maligna. Aggron lanzaba ataques al aire y daba zarpazos al vacío, intentando herir a un enemigo que era miles de veces más ágil que él. Los ataques siguieron viniendo una y otra vez, transmutando al Pokemon más resistente del mundo en un mero saco de box. Sceptile rasguñaba esa dura capa metálica del cuerpo con sus ataques constantes pero no lograba hacer un daño real y solo conseguía cansarse en vano.

Bruno había entrenado a Sceptile de tal forma que no necesitaba ordenarle demasiado y solo debía decir algunas palabras para que su Pokemon entendiese toda la estrategia. Máximo por otra parte solo quería esperar la oportunidad perfecta para devolver los ataques y si fuera posible, cansar al Pokemon para que fuera más sencillo el atraparlo y partirle el cuello de un simple toque.

Sceptile recibió las palabras adecuadas de su entrenador y de inmediato comenzó con su nuevo plan de batalla. Sus brazos comenzaron a tener un brillo verde que pronto tomó forma similar a una espada larga y puntiaguda. No hacía falta mencionar que esto era signo de que iba a utilizar "Hoja Aguda" en contra de su rival pero la mayoría de personas parecieron estar decepcionadas al ver esto pues un movimiento tipo planta nada puede hacer frente al acero y sería como intentar romper un edificio con un palillo de dientes. El Pokemon cogió impulso al flexionar ligeramente sus patas y saltó contra Aggron para atacar con todo. El ataque fue sumamente rápido y ligero pero efectivo pues logró hacer rugir de dolor a la víctima. Nadie pareció entender lo que pasó dada la velocidad del ataque y antes de que pudieran pensarlo bien, un nuevo ataque fugaz se dio.

Todas las veces que Sceptile utilizaba "Hoja aguda" en contra de Aggron, le hacía un daño enorme a pesar de ser ineficaz en contra del tipo acero. La reacción del público fue la misma que la del narrador y solo algunos de los entrenadores expertos logró entender lo que sucedió. El narrador recibió la visita de uno de ellos en la cabina desde donde narraba el encuentro para poder entender lo que pasaba. Conversó lo más rápido que su voz le permitió para poder conseguir esa información tan necesaria.

La explicación era muy sencilla pero totalmente una locura.
El movimiento "Hoja Aguda" de Sceptile era tan preciso y veloz que lograba darle en medio de las aberturas de la coraza del Pokemon. Estas aberturas entre capas de acero existen en todo Pokemon metálico pues son las que permiten la movilidad a pesar de llevar esa pesada armadura. Los Pokemon Acero son resistentes por fuera pero por dentro son de carne y hueso, vulnerables como cualquier otro ser viviente y esto lo sabía muy bien Bruno, razón por la cual ordenó este ataque.

Quizás el hecho de que cada ataque fuera preciso y además de ir a una parte vital haría pensar que era suficiente para derribar al colosal Pokemon pero lo cierto es que existía un factor adicional a todo este poder de Sceptile y era que cada golpe lanzado siempre era crítico.

Las personas que comenzaban a entrenar Pokemon creían que el dar un golpe crítico era cuestión de suerte o simplemente dependía de la diferencia de fuerza pero no era así, todo dependía del lugar en donde cayera en golpe y la precisión de fuerza en ese golpe. Un ataque demasiado poderoso solo conseguiría aplastar o empujar al enemigo y si por el contrario fuere un ataque sin potencia, no llegaría a causar el impacto necesario para que sea crítico. Era cuestión de calcular fuerza a emplear, el área donde debía darse el golpe, la potencia del movimiento y la velocidad con la que se realizaba. Todo y cada uno de los factores eran conocidos totalmente por el joven entrenador, quién pasó meses entrenando esta habilidad de golpes críticos para que llegado el momento, pudiera derribar a enemigos poderosos y sumamente resistentes.

Aggron comenzó a sufrir las consecuencias de recibir tantos golpes críticos de las "Hoja Aguda" de Sceptile. Su cuerpo ya no reaccionaba como antes y a duras penas podía girarse para ver donde estaba su enemigo. La pelea entre ambos era similar a ver un ninja contra un luchador de sumo, el cuál podía ser sumamente fuerte pero de nada le servía si no podía tocar a su rival.

Máximo puso todo su ingenio para cambiar la situación pues no había tiempo para esperar una oportunidad. Ordenó que Aggron utilizara Terremoto sin parar, incluso si terminaba destruyendo todo el campo, no debía parar. La estrategia constaba en desestabilizar el campo para que así Sceptile no tuviera una base firme para seguir moviéndose con tranquilidad. En teoría estaba bien pero Sceptile tenía experiencia contra este tipo de movimientos y optó por saltar muy alto y atacar desde arriba, espacio que nadie podía controlar. Él sabía que Aggron era demasiado lento para golpearlo con sus garras o siquiera tocarlo y esto le daba la oportunidad de seguir con los ataques a pesar de no poder mantenerse firme en el suelo.

Los terremotos seguían y seguían, destrozando los amortiguadores del campo y haciendo retumbar las sólidas bases del estadio. Sceptile vio que mientras más utilizaba "Terremoto" Aggron, más se desconcentraba y dejaba de prestar atención a su rival. Sin tiempo que perder y con una abertura en la defensa del enemigo, Sceptile se dispuso a saltar directo al rostro de Aggron para utilizar "Hoja Aguda" en su ojo y darle directo al cerebro para dejarlo incapacitado permanentemente o causándole la muerte de manera inmediata. La decisión estaba tomada y no había vuelta atrás.

Aggron sintió el peligro acercándose y dejando ir toda la fuerza que guardaba en el fondo de su ser, causo un potente terremoto que causó una fisura en el campo de batalla y hasta quebró cientos de pilares del estadio. Aggron había desestabilizado el suelo a tal nivel que logró destruir el estadio que se decía era indestructible. Esta acción distrajo a Bruno de la batalla pues cayó al suelo tras tantos temblores y no pudo alertar a su Pokemon de lo que estaba por suceder.
Aggron parecía estar distrayéndose pero en realidad era una trampa para que Sceptile se descuide y de cierta forma funcionó pero dada su agilidad innata, logró dar un volantín en el aire y apoyando sus patas en la cabeza de Aggron, saltó para atrás. Sin embargo, Aggron tenía una última jugada secreta y en sincronía con el grito de "Hiperrayo" de Máximo, lanzó una potente descarga de poder que desapareció parte de la cola de Sceptile en el acto, desintegrándose e hiriendo gravemente al Pokemon.

Ambos Pokemon dejaron de pelear por un momento pues el estadio no dejaba de temblar a pesar de que Aggron ya no era el causante de tal situación. El narrador empezó a pedir calma y que todos evacuaron con sumo cuidado las tribunas. Los que tuvieran Pokemon voladores debían emplearlos para sacar a los niños lo más rápido posible mientras que los demás caminaron a la salida más cercana.

El encuentro aún no terminaba y tras un breve respiro, Aggron y Sceptile siguieron peleando a muerte. Aggron golpeaba el aire mientras que Sceptile intentaba atacar por sus puntos ciegos. No obstante Sceptile ya no podía correr como antes pues al perder parte de su cola, su centro de equilibrio había sido cambiado y no lograba mantenerse de pie.

No quedó más opción que acercarse a Aggron y pelear frente a frente en cuatro patas, esquivando cada zarpazo y utilizando "Hoja Aguda" para inhabilitar sus brazos y piernas.
Ambos se atacaban ferozmente sin descanso a pesar de la desventaja para Sceptile ya que si recibía un solo ataque, este moriría. Esta circunstancia motivó a que Bruno ordene a su Pokemon subirse sobre Aggron en esa parte de la espalda donde no llegan sus brazos y como si fuere un Serperior, logró enroscarse en ese frío y dañado cuerpo hasta trepar por encima de él. Una vez arriba, se sujetó de la base de los cuernos y comenzó a golpear sin detenerse. Aggron sentía una gran impotencia al no poder librarse de semejante ataque, el cuál era denigrante y lo enfurecía cada vez más.
Sceptile no quería darse por rendido a pesar que no lograba nada con los ataques al Pokemon. Sus golpes dejaron de tener la potencia inicial por el cansancio pero aún seguía haciéndolo con la esperanza de lograr algo. Al pasar los minutos, Sceptile dejó de sujetarse tan fuerte de aquellos cuernos para finalmente dejarse caer, derrotado por su propio cansancio.

Parte del estadio se había derrumbado cuando la fisura en medio del campo apareció, matando a varios espectadores. Un par de niños fallecieron en medio del alboroto y varios Pokemon enloquecieron por el miedo, teniendo que ser asesinados para evitar víctimas humanas. Es extraño como puede desalojarse un lugar tan rápido pues de los miles que estuvieron presentes, solo quedaban 2 Pokemon y 2 Humanos en el estadio, siendo ambos los causantes de tal destrucción.

Aquél día Bruno había perdido pero no hubo nadie para verlo.
Terminado el combate, ambos entrenadores volvieron a la realidad y se dieron cuenta de todo lo que había pasado mientras se enfocan en ganar a su rival. Bruno sacó a su Swellow y se fue volando a las afueras del estadio mientras se despedía momentáneamente de Máximo.

El joven heredero de la fortuna Devon había ganado al muchacho que años atrás conquistó los cielos encima de Rayquaza. Sentía una enorme satisfacción pero también estaba cansado. Tan cansado de pelear y pelear que simplemente se dejó caer al suelo para descansar. Su Aggron estaba aún de pie y no se movía para nada. Máximo tuvo un extraño presentimiento y corrió hacia su Pokemon para confirmar que se equivocaba y que lo que pensaba era totalmente falso.

"Lo siento Amigo" Dijo al verlo tan dañado.

Aggron pareció esbozar una sonrisa antes de caer finalmente al suelo. El Pokemon no había fallecido pero ya no podría volver a moverse nunca más...

Máximo se acercó al cuerpo de su Pokemon y metió la mano entre las magulladas placas metálicas que cubrían su pecho y como si buscara algo, movió su mano varios segundos hasta que finalmente se detuvo. Al sacar su mano de la coraza, llevaba consigo una reluciente tabla de metal, tan reluciente y pura que parecía estar hecha de mercurio sólido.

**"...y la colección de Máximo se componía de miles de rocas que poseían propiedades extrañas y tenían apariencias poco usuales pero de entre todas las rocas que había encontrado en sus viajes de exploración al profundo mundo subterráneo, esa Tabla Acero era lo más preciado. Ningún Pokemon podía destruirla y estaba compuesto de un material irreal que no existía en la tabla periódica. La búsqueda de respuestas podría atraer peligrosos interesados que harían lo que fuera por algo tan raro como eso y lo mejor que se ocurrió para mantenerlo a salvo fue dárselo a su Pokemon más fuerte de aquellos días, siendo Aggron el elegido para tal tarea..."**

Cynthia sobrevolaba el estadio en busca de heridos cuando se cruzó con Bruno, quién salía algo triste del campo de batalla. Ambos intercambiaron pocas palabras y lo último que se dijo fue: "Máximo aún sigue en el campo, deberías ayudarlo"

Ella no dudó en ir por el muchacho quién estaba junto a un Aggron que yacía en el suelo. Y a medida que se acercó, pudo ver algo que la horrorizó como si el mismísimo infierno hubiera estado adelante. Bajó rápidamente de su Pokemon y pidió a Máximo que le enseñase ese objeto que saco de su Pokemon o tendría que quitársela por la fuerza. Algo preocupado por las acciones de una Campeón de renombre, le permitió ver la Tabla Acero.

Cynthia no parecía ser la de siempre y tras tocar la tabla, miró con el rostro pálido a Máximo mientras decía "Él vendrá pronto".

पढ़ना जारी रखें