MINA POV:
– ¡Cállate, maldita porquería! – tiré el despertador hacia la pared con fuerza.
Genial, tendré que comprar otro.
– Jesús – suspiré sentándome en la cama y estiré mis brazos.
– ¡AMÁ! – gritó Yeojin subiendo con dificultad.
– Ven aquí – reí al ver que no lo lograba.
La alcé en mis brazos y la senté en mi regazo, ella es la causa de mi sonrisa cada mañana.
– ¡LILI! – gritó mirando hacia la puerta y seguí su mirada para encontrarme con una Lisa recién levantada bostezando.
– Buen día – saludó acercándose.
– Buen día, perezosa – sonreí mirándola, ella me sacó la lengua.
– Tu ex es un cretino, estaba soñando con chicas lindas y él interrumpió – se quejó – quiere venir a ver a Yeojin.
– No quiero que venga – dije con firmeza.
Yeojin nos miró confundida para luego reírse y salir corriendo de la habitación.
– Mina – dijo Lisa con un tono severo cuando mi hija se fue – Jaebeom tiene derecho a verla, él es el padre.
– ¡Pero se fue, Lisa! – exclamé enojada – él ni siquiera estuvo en el parto de Yeojin, desapareció durante un año y ahora quiere venir a verla.
– Quizás tuvo motivos para irse, Minari – trató de justificarlo – dale una oportunidad.
Suspiré con cansancio, Jaebeom ha intentado hablar conmigo para explicarme y yo no he querido, quizás debería escucharlo, pero aun no, sigo dolida.
– Lo pensaré – dije como última palabra y ella resopló – ayer vi a Chaeyoung.
– ¿¡QUÉ!? – gritó sorprendida.
– Está hermosa, Lisa – suspiré nuevamente – no puedo creer que después de tanto tiempo vuelva a verla.
– ¿Y qué pasó? ¿Hablaron? – preguntó acomodándose en la cama para escucharme mejor, giré los ojos.
– Estábamos en el parque y me detuve a fotografiar unas flores – dije y ahora ella giró los ojos.
– Típico de ti.
– Y me distraje, entonces cuando volteé Yeojin ya no estaba, me desesperé y corrí por todos lados buscándola – hablé y ella rió – ¡no es gracioso! – le tiré una almohada – la cosa es que la encontré en los brazos de una mujer de cabello castaño, Yeojin tenía la cara manchada de helado y pues, esa mujer era Chaeyoung.
– Espera, déjame entender – dijo Lisa – se te perdió Yeojin – asentí – Chaeyoung la encontró y la tuvo con ella – asentí otra vez – más encima le compró un helado – asentí nuevamente – ¡esa mujer es un amor!
– ¡LO SÉ! – grité exasperada – nunca esperé que en mi primer encuentro con ella luego de tantos años iba a ser así, me imaginaba algo más... lindo.
– Ves muchos doramas, Mina – se burló – y dime, ¿qué sentiste?
– La pregunta es, ¿qué NO sentí? – pasé mis manos por mi cabello – si la vieras, su cabello está largo, está más delgada, sigue teniendo cara de bebé pero la madurez se le nota a kilómetros – dije sonriendo al recordarla – su voz está más gruesa y dios, las piernas me temblaron y mi corazón latía con fuerza – suspiré por vigésima vez – sólo quería abrazarla y llenarla de besos, no sabía que la extrañaba tanto hasta que la tuve al frente.
– Chica, sigues enamorada – rió – ¿crees que se vean otra vez? – preguntó.
– Bueno, ella me dijo que nos volveríamos a encontrar antes de irse con su novia.
– ¿Tiene novia? – qué mujer más lenta, asentí – ¡yah! no creo que sea la gran cosa.
– Creo que te interesa saber quién es su novia... – dije mirándola y ella frunció su ceño – Park Chaeyoung, ¿te suena?
– ¿¡TU EX TIENE DE NOVIA A MI EX!? – gritó levantándose para caminar de un lado a otro en la habitación.
– ¡Quédate quieta! – exclamé – me estás mareando.
– Pero es que no puedo creerlo – dijo volviendo a mi cama – Rosé jamás estuvo interesada en Chaeyoung y pues la enana nunca tuvo ojos para otra chica que no fueras tú – me miró.
– Pues no sé qué sucedió, lo que sé es que están juntas y parecen ser una pareja feliz – dije levantándome de la cama para dirigirme al baño – me iré a bañar y luego iré a hacer las compras de la semana ya que tú no mueves ni un sólo dedo en esta casa – anuncié.
– Hey, lavo los trastes – se defendió y reí por lo bajo.
– Recuérdame por qué terminamos siendo amigas y viviendo juntas – sonreí entrando al baño.
– Porque somos las mejores bailarinas del mundo y porque soy genial, así me amas – la escuché decir y solté una carcajada.
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45 minutos después estaba vestida y arreglada para ir a ese tan maravilloso lugar: El supermercado.
– Lisa, no le des tantos dulces a Yeojin – la regañé al ver que le daba chocolate.
– Es una niña, los niños necesitan azúcar para estar felices – me dijo haciéndole caras graciosas a mi hija.
– Sí, son felices hasta que le salen caries o les da diabetes – dije seriamente y mi amiga rió.
– Eres una exagerada, ¿cierto, Yeojinie? – le preguntó a la pequeña que golpeaba sus manos contra el rostro de Lisa – mami es una vieja anticuada y dramática – puso una voz infantil haciendo reír a mi niña.
– ¡ATICA! – gritó Yeojin y giré los ojos.
– De ahí es donde aprende malas palabras – dije y Lisa me miró haciéndose la inocente – ¿qué haré con ustedes? Yeojin cuida bien a Lisa – dije desde la puerta principal.
– ¿No es al revés, Mina?
– Nop, estoy segura que lo dije bien – le lancé un beso y salí de casa para caminar al super.
Al llegar sonreí al notar que era lo suficientemente temprano como para que estuviera lleno, perfecto, odio hacer largas filas para pagar. Tomé un carrito y saqué la dichosa lista que en su mayoría tenía escrito snacks y golosinas, chucherías de Lisa.
Me paseé por los pasillos agarrando todo lo de la lista hasta que algo llamó mi atención, una chica estaba parada de puntitas tratando de alcanzar un frasco de mayonesa que se encontraba en lo más alto del estante.
– ¿Necesitas ayuda? – pregunté acercándome a ella y sonreí cuando dió un pequeño brinco.
Santa Jihyo.
– ¿Myoui? – por supuesto que tenía que ser ella.
– Chaeyoung – resoplé nerviosamente – ¿quieres que te ayude? – pregunté nuevamente.
– Si no te importa.
Alcé mi mano para tomar el frasco de mayonesa y se lo entregué, sus mejillas estaban levemente rojas y sus ojos no dejaban de mirarme.
– Thank you, Mina – me dijo y reí.
– Vaya, señorita bilingüe – me burlé y ella golpeó mi brazo.
– Ha pasado tiempo, ¿no? – susurró y yo asentí con al cabeza, totalmente perdida en sus ojos grises – te extrañé.
Me atraganté con mi propia saliva y comencé a toser, no tardé en sentir su mano dándome golpecitos en la espalda.
– S-sí – respondí totalmente sonrojada – y y-yo también te... te extrañé – admití y ella sonrió.
– Ya veo... – murmuró sin apartar su vista de mí – entonces, me has extrañado – sonrió con arrogancia.
Sus ojos se han vuelto fríos otra vez, su lengua afilada cava en mí.
Por favor, detente, no puedo soportarlo más.
– Estás muy linda – dió un paso hacia mí con un semblante coqueto y temblé, ¿qué está haciendo?
Viene hacia mí como si le perteneciera, abrió sus brazos y se envolvió alrededor de mí. Me quedé paralizada, ella me está abrazando.
– Bueno, tengo que irme – anunció separándose para tomar su propio carrito – luego nos vemos – dijo y sin más desapareció como un sueño.
Me dejó sin tiempo si quiera para tocarla, sigo cautivada con ella.
Carajo, tengo miedo de que me arruine nuevamente... aunque me sacuda y me dé vuelta.
– Luego nos vemos – repetí.
¿Por qué sonaba tan convencida? Sé que no debería pero estoy apostando por ella, no puedo dejarla ir así.
No de nuevo.
Pero ella luce diferente, esto es una mala apuesta, ella se ha vuelto una mala chica y yo un manojo de nervios. Ella se ve tan segura de sí misma ahora y yo una completa patética. Desde este momento cada vez que la vea, ella será una completa desconocida.
Siempre me pone muy nerviosa.
Sacudí mi cabeza y seguí recorriendo el supermercado para tomar las cosas que me faltaban, me encontré un par de veces con Chaeyoung en uno que otro pasillo y ella sólo me sonreía.
Jesús, me trajo hasta aquí y es como una montaña rusa, aquí y allá, es tan mala.
¡Deja de mirarme así! Mis piernas tiemblan.
«Incluso si tus mentiras son dulces, tus labios son como una advertencia como un rojo, susurras en mi oído, pierdo mi concentración debido a tu hechizo.»
Cinco años separadas, las cosas se están poniendo borrosas una por una, sólo puedo verla a ella. Pero no tengo miedo al mañana, me enfrentaré a ella.
Ahora date prisa y llévame en este duro temblor.
Sigo extrañándola como si estuviera cayendo entre mis dedos, es como si pudiera verla pero no puedo.
La respuesta eres tú, ahora no puedo volver atrás, no puedo parar ahora.
La vi parada en la caja registradora de la otra esquina con su mirada puesta en mí y una sonrisa ladina en su rostro.
No dejaré que me controle, si ella es mala...
...yo puedo ser peor.