—Vene...
—¡No! —Sonrió Estados Unidos empujando a China, quien quería hablarle a Venezuela.
Venezuela alzó una ceja, pero su expresión cambió totalmente al ver a cierto país de cincuenta estrellas parado frente a él sonriéndole, mientras a su lado China le fruncía el ceño.
—Venezuela, ¿quieres...?
—¿Qué tú me viene' a chigüirea' o qué coño? —Se cruzó de brazos frunciendo el ceño.
USA no entendió ni la cuarta parte de lo que dije, así que simplemente carraspeó y continuó con lo que quería.
—Yo sólo venía a invitarte a ir a por un helado. —Le sonrió como el gran seductor que era.
¡Y listo! Tenía a Venezuela a sus pies con esa sonrisa, era pan comido, todo fácil.
Los pensamientos del estadounidense no pudieron ser más erróneos.
—¡Lo que tú quieres es mi petróleo! —Gritó totalmente molesto y asustado—Ven a pasear por Petare a las once de la noche, sin luz y con diez teléfonos en la mano mejor, mardito yankee. —Se dio vuelta y salió rápidamente corriendo.
Ok, esto sería más difícil de lo que esperaba, necesitaba un traductor de venezolano a inglés mejor, además, ¿por qué todos creen que él siempre busca petróleo? Es decir, sí, puede que algunas pocas veces haya querido tener petróleo, ¡pero no es todo el tiempo!
La gran risa de China lo hizo regresar a la realidad, volteándose y viéndolo enojado, el chino simplemente le alzó una ceja con diversión.
—¿Ese era tu gran plan?
—Fuck you.