A Prueba De Ti [T#2]

By ross4infinity

134K 8K 2.8K

Nadie elige de quien enamorarse, porque créanme que, si así fuera, la mayoría elegiría a una persona diferent... More

☀️ Sinopsis
ANTES DE LEER
☀️ Personajes
☀️ Dedicatorias
☀️Prólogo
☀️PARTE 1
☀️ (1) Eres un idiota, tonto
☀️ (2) Ni siquiera me has tocado, Fran
☀️ (3) ¿Eres psicólogo o sabes lo que es estar drogado?
☀️ (4) Demonios, Thomas, te fuiste al carajo
☀️ (5) Creo que vale la pena luchar por lo que quieres
☀️ (6) Sonríes, pero no para mí
☀️ (7) Quiero que seamos amigos
☀️(8) Haz como si fuera la maldita persona mas perfecta del mundo
☀️ (9) Te quiero
☀️ (10) ¿Qué tal si...?
☀️(11) ¿Tu hermano me golpearía si te beso ahora mismo?
☀️(12) ¿Viste como le quedaba esa bikini?
☀️(13) Me puedes montar cuando quieras
☀️(14) Pequeño saltamontes, mi rostro está más arriba
☀️ (15) Ya se, piensa en tu abuela desnuda
☀️(16) Me gusta que me digas rayo de sol
☀️(17) Una chica dulce no necesita más azúcar en su vida
☀️(18) Hay muchas razones para estar contigo, rayo de sol
☀️(19) ¿Por qué te ves tan fatal? ¿Tuviste sexo o qué?
☀️(20) ¿Piensas que soy tu juguete, Thomas Morgan?
☀️(21) Acabo de confirmar mí teoría, rayo de sol
☀️(22) Me alegra ser tu primera vez
☀️(23) Hazme todo eso de lo que dicen que haces tan bien
☀️(24) Esta dura para mí, ¿No?
☀️(25) ¿Te he dicho que amo tus ojos?
☀️ (26) "Negocio"
☀️(27) Te ves linda cuando estás celosa, rayo de sol
☀️(28)Creo que deberíamos dejar de encontrarnos así
☀️(29) Todo el tiempo fue ella, ¿no?
☀️(30) Todo por la chica que me vuelve loco
☀️(31) Siempre creí que las promesas fueron hechas para romperse
☀️ (32) No puedo estar sin ti
☀️(33) ¡Miren, tengo capa nueva!
☀️ (34) Gentes dicen que parezco a Thomas
☀️(35) "Dudar"
☀️(36) A tus ordenes, rayo de sol
☀️(38) Quiero que hoy duermas en mis brazos
☀️(39) Francesca, ¿Qué hace...? Mierrrrrda...
☀️(40) Eres alguien que vale la pena
☀️(41) Gracias por estar aquí
☀️(42) Eres de los afortunados
☀️(43) Siempre has sido el que más siente de los dos
☀️(44) Siempre juntos
☀️(45) Solo tú. Nadie más
☀️(46) Acabas de hacerme jodidamente feliz, rayo de sol
☀️PARTE 2
☀️(47) No quiero perderte, Markie
☀️(48) Siempre, nena
☀️(49) Eres jodidamente especial para mí, Francesca
☀️(50) Eres lo mejor que me ha pasado, rayo de sol
☀️(51) Única en todo el mundo
☀️(52) Él no es bueno para ti.
☀️(53) Si me lo pides, lo hago.
☀️(54) "Mucho. Demasiado. Siempre. Hasta nunca."
☀️(55) Prometo esperarte.
☀️(56) Solo quieres alejarme
☀️(57) ¿Puedes estar presente?
☀️(58) Nada de tiempo. Nada de esperar.
☀️(59) Nos encantaría, Fran
☀️(60) Somos amigos por siempre
☀️(61) No lo pienses de más
☀️(62) Tú también eres familia
☀️(63) Estoy enamorado.
☀️(64) "Jodida ciudad"
☀️(65) Juntos, separados, lo que sea.
☀️(66) Oh, mi Dios
☀️(67) Todo estará bien.
☀️(68) Te advertí sobre ello
☀️(69) "Culpa"
☀️(70) "Angustia"
☀️ PARTE 3
☀️(71) "Cosquillas"
☀️(72) "Cambios"
☀️(73) ¿Eres feliz?
☀️(74) "Sorpresas que dan gusto"
☀️(75) ¿Y la tercera?
☀️(76) "Amor y odio"
☀️(77) Supongo que no
☀️(78) Nos merecemos una oportunidad
☀️(79) Seremos felices
☀️Epílogo
☀️Despedidas

☀️(37) Eres muy bonita, Fran

1.5K 93 19
By ross4infinity

(FRANCESCA BOWEN)

Risas. Gritos.

Todos corren de un lado a otro y se disparan entre sí con bolas de pintura y yo estoy cagada del miedo, pero al mismo tiempo quiero ser como Thomas que está a mi lado y ya acabo con dos pares de grupo.

—Ven, Fran —me dice.

Yo dudo, pero me acerco a su lado, saco mi cabeza fuera de nuestra protección y parece que nadie nos está notando, ya que solo veo que se disparan entre sí.

—Nos encontraran pronto así que tienes que saber cómo protegerte —murmura a mi lado. Se acerca por mi cintura y me pone en la misma posición que antes, pero esta vez sin juegos de por medio. Me hace apuntar—. Elige tu blanco.

Nerviosa, miro para todos lados y encuentro a una persona escondida detrás de nuestros arbustos, solo puedo ver parte de su torso y su trasero, pero algo es algo.

—Ese —señalo con mi cabeza.

—Muy bien —nos coloca en una posición en la que puedo apuntarlo con facilidad. Pone mi dedo índice en el gatillo y se aleja—. Dispara —me ordena.

Con miedo y temblando, lo hago, pero fallo miserablemente. El golpe y el ruido llama la atención del tipo y se gira hacia mí.

—¡Dispara otra vez! —espeta, Thomas a mi lado.

Obedezco y de los nervios me salen dos disparos cuando mi dedo tiembla jalando de nuevo el gatillo. Todo pasa tan rápido, grito de la sorpresa y el tipo recibe dos de mis disparos, uno en el culo y otro en su costilla. Esta descalificado.

Mis ojos se abren de la sorpresa y Thomas rie de mi expresión—¡Le atine! —me acerco y sacudo su brazo de la emoción—. ¡Le di!

—Sí, nena —rie, observando mi rostro con una sonrisa que parece embobada—. Ahora ponte seria que tenemos que ganar.

Mis ojos se llenan de determinación y asiento con convicción.

Nos movemos del fardo donde nos ocultábamos, y de la mano de Thomas nos tiramos hacia un montículo de tierra, una lona lo cubre y nos escondemos detrás. Thomas me indica vigilar el lado derecho y hace lo mismo, pero del lado opuesto.

No tengo buena puntería, pero luego del primer tipo, disparé a dos más de los seis que intenté apuntar. Thomas en cambio tiene una buena racha.

—¡Los vimos! —grita uno a unos metros—. ¡Salgan!

Un grupo salta de un árbol y comienzan a tirar, pero el tipo que gritó les dispara a ambos, acomodo mi arma en el suelo y nerviosa, disparo en su dirección, pero fallo de nuevo. El chico se voltea y lanza dos bolas de pintura en mi dirección. Pego un grito y escondo mi cabeza con rapidez. Ninguna me toca.

—¡Allá hay una! ¡Allá hay una! —dos grupos vienen hacia nosotros.

Mi corazón se acelera y a punto de correr como cobarde, Thomas le dispara a uno de cada grupo. Me toma de la cintura como si no pesara nada y me arrastra hacia otro escondite. Planta un beso en mi cabello que no está cubierto por la máscara.

—¿Te estas divirtiendo? —pregunta alto.

Demonios, sí.

Tengo que decir que primero estaba cagada del miedo, pero ahora, que veo que genial se siente estar jugando junto a Thomas, estoy genial. Esto de disparar y ganar, de esconderse y huir, se siente tan emocionante. Es... excitante.

Asiento con rapidez sin decir nada más. Thomas me guiña el ojo.

Pasamos prácticamente cinco minutos cambiándonos de un lugar a otro para escondernos, Thomas ya acabó con más de ocho grupos y quedan solo cuatro pares, según lo que dijo un hombre por el altavoz.

—Vamos por allí —menciona y lo sigo.

Corremos hacia un muro de un metro y nos ocultamos detrás, sin embargo, yo no llego a tiempo y veo el momento justo en que una mujer sale de un tambor grande y grueso, dispara a mis piernas y suelto un gritito cuando una segunda bala toca mi pierna. Mi rodilla se dobla y caigo detrás del muro con brusquedad.

—¡Demonios! ¿Estás bien, nena? —Thomas se acerca con rapidez, toma mis mejillas.

Estoy algo sorprendida por el golpe. Mis ojos caen a mi pierna y dos manchas de pintura pintan mi traje. Le regalo una sonrisa eufórica a Thomas.

—Estoy genial —respondo y Thomas asiente con una sonrisa y una mirada que no logro descifrar.

Me quedo quieta mientras veo cómo observa unos varios grupos que se están disparando entre sí. La chica que me dio un tiro ya fue eliminada por Thomas segundos después de haberme dado en la pierna.

Seguimos unos cuantos minutos más jugando a los soldados, hasta que quedamos solo nosotros y un grupo más. Soy bastante mala en esto, pero Thomas me ayuda a disparar y a esconderme para que no me vean. Thomas y yo corremos hasta unos tambores y nos escondemos justo a tiempo cuando las balas del grupo enemigo pasan por donde cruzamos minutos antes.

Thomas se derriba en el suelo y yo igual, ambos jadeando de la emoción y adrenalina. Miro su rostro, y al mismo tiempo, su mirada choca con la mía, una sonrisa altanera y que me dice que busca problemas, se forma en su boca.

Asiente hacia mí en palabras ocultas a través de nuestras miradas. Mueve sus labios contando hasta tres. Al momento en que termina de contar, ambos sacamos nuestras cabezas y comenzamos a disparar.

El grupo enemigo también hace lo mismo, pero ninguno de nosotros acierta y ellos mucho menos. Thomas me toma de la mano para movernos de lugar mientras disparamos y lo sigo.

El otro grupo se esconde, pero justo en ese momento, mi arma decide fallar y ninguna bala sale. Frunzo el ceño, ¿Se acabaron las balas?

Tardo demasiado en reaccionar y cuando alzo la vista, uno de ellos dispara hacia mi varias veces, lo único que hago es cerrar los ojos y cubrir mis pechos, pero ninguna bala llega y choca contra mí. Solo siento ser deslizada hacia un lado, cayendo al suelo con suavidad.

Abro los ojos, mirando mi torso: nada de pintura. Miro a Thomas y su torso está manchado de pintura rosada, amarilla y roja. Esta respirando aceleradamente y sudor cubre todo su cuello.

Me salvó.

—Que ganemos queda por ti ahora, rayo de sol —murmura y me entrega su arma ya que a él no le sirve más.

—No puedo contra ellos dos, Thomas —logro decir.

—Solo queda uno, al otro le di cuando intento lastimar a mi chica —murmura con una sonrisa—. Tu puedes.

Mis ojos se abren y trago duro.

Asiento con determinación, más para convencerme a mí misma.

Yo puedo. Yo puedo. Thomas confía en mí.

Alzo la cabeza detrás de otros tambores más altos, y observo el lugar con el arma de Thomas pegada a mi pecho. No hay nadie. Observo con más detenimiento y una cabeza sale de un fardo de heno, su arma sobresale y me escondo con rapidez, oyendo como las balas chocan contra el metal del tambor.

Luego de unos segundos, me incorporo de nuevo y levanto mi arma, la persona viene corriendo hacia mí, ocultándose entre cualquier cosa para que no le dé.

Mi corazón se dispara cuando veo que no puedo darle y se acerca cada vez más. Entonces recibo una nalgada por parte de Thomas y de la sorpresa, pego un chillido al mismo tiempo que presiono el gatillo y de los nervios, no lo presiono una, ni dos, sino tres veces seguidas.

Todo sucede en un segundo, mi enemigo recibe uno en el brazo, y Thomas me dice que dispare una vez más y obedezco, le disparo y esta vez mi oponente recibe el tiro justo en su estómago.

Una alarma suena avisando que el juego finalizó, y la persona a la que herí zapatea con enojo y se quita la máscara con molestia.

Ganamos.

—¡El juego terminó! —grita alguien—. ¡Felicidades al grupo ganador! Acérquense a la taquilla que recibirán su premio.

Vaya, ¿Hay premio?

Las personas que quedaron expulsadas se ponen de pie y se quitan las máscaras, comenzando a hablar entre sí. A medida que pasan, algunos nos felicitan. Sonrío, feliz porque no pensé que ganaríamos, aunque si somos sinceros, ganamos gracias a la nalgada que me dió Thomas, sacándome del shock.

—Felicidades, rayo de sol —murmura Thomas detrás de mí.

Me quito la antiparra y doy saltitos, emocionada.

—¡Si! Estoy tan contenta. Esto fue divertido —le digo, sonriendo.

Su rostro se ilumina—Supongo que eso quiere decir que te gustó mi sorpresa.

Salto y lo abrazo—¡Me encanto! Gracias por esto. Estaba asustada como la mierda, pero me sentí tan emocionada y...eufórica y... —me callo sin encontrar las palabras correctas.

—¿Excitada? —murmura Thomas con una sonrisa.

Me sonrojo—No de la manera que crees —me agacho y tomo mi arma que dejó de funcionar—. Pensé que no ganaríamos. Me salvaste —sonrío—. Gracias por eso.

—De nada, nena. No podía dejar que te lastimen.

Con mis mejillas calientes, tomo el arma y comienzo a inspeccionarlo para ver porque no funcionó.

—No sé por qué no funciona —murmuro. Jalo el gatillo y no sale nada. Lo hago dos veces más y tampoco, nada. Lo sacudo varias veces, curiosa.

—Tal vez se averió —me dice.

El extiende su mano para tomar el rifle. Frunzo el ceño. No creo que yo lo haya roto, ¿verdad? Espero que no, no me gustaría pagar por un arma rota, si es que fue mi culpa por la que ahora no sirve.

Lo extiendo hacia Thomas, y aprieto el gatillo por última vez para comprobarlo solo por si acaso. La bala sale para mi sorpresa, y choca contra el muslo de Thomas, cerca de su entrepierna. Thomas gruñe y su cara se transforma en una de completo dolor y sorpresa.

Jadeo y dejo caer el arma cuando lo hiero y el gime de dolor.

Mierda. Mierda. Mierda.

Cae de rodillas, dejando caer su propia arma. Se inclina jadeando con pesadez, los ojos entrecerrados y el ceño fruncido. Lleva sus manos a su muslo y por un momento pienso que lo di en sus partes, pero no, sus manos se dirigen a su pierna más arriba.

—¡Oh, Dios! ¡Lo siento! Perdóname, no lo hice a propósito —corro hacia él. Y lo tomo de sus mejillas y luego llevo mis manos a su muslo, pero como está muy cerca de su entrepierna, vuelvo mis manos a su rostro, asustada—. Perdón. Perdón. Perdón.

—Esta... bien —le cuesta respirar—. Solo... dolió... como la mierda, rayo... rayo de sol —jadea entre respiraciones—. Mieeeerda.

Levanta su rostro sin dejar de sobar la zona lastimada, sus ojos están achinados y su frente se arruga. Sus labios entreabiertos, veo como presiona sus dientes entre sí con fuerza, resistiendo el dolor.

—Oh, perdóname, Thomas no era mi intención. Juro que no pensé que funcionaria, ¿Duele mucho? —pregunto cómo tonta.

Sus ojos se ven brillosos, pero contiene las lágrimas. Mierda, casi hago llorar a Thomas. Me siento el peor ser humano del mundo.

—Duele... duele porque me diste muy de cerca —dice. Extiende su mano y yo la tomo.

Lo levanto y suspira entre dientes, abrazo su cintura, su brazo rodeando mi hombro para apoyarse en mí. Ignoro las cosquillas que su cercanía me provoca. Con las armas en mi otro costado libre, salimos de la zona de juego. Oigo como maldice en silencio.

—Sabes, puedes maldecirme y enojarte conmigo. Tuve la culpa y si te sirve de ayuda, me siento tan fatal, Thomas.

Él se aleja de mí, y niega con la cabeza. Su risa es tensa y me dice que de verdad está sufriendo. Se ajusta frente a mi cojeando un poco.

—No podría hacer eso nunca, nena. Fue un accidente —mete un mechón detrás de mi oreja—. Iré a cambiarme. Tardare un rato, Fran, bueno, creo que ya sabes por qué.

Asiento, con la culpa invadiendo todo mi ser y veo como se marcha caminando lo mejor que puede.

Termino de cambiarme y salgo afuera cerca del automóvil para esperarlo, luego de haber entregado mi uniforme y el arma. Pasan diez minutos y frunzo el ceño al esperarlo, ¿Sera que el dolor le dificulta moverse y por eso tarda en vestirse? ¿Le di tan fuerte? Mierda, me debe odiar en estos momentos.

Ride, el chico que me enseñó a tirar, camina hacia mi aun con su traje y quedo quieta y recta rezando para que no se acerque a mí. Sin embargo, cuando sus pies se detienen frente a los míos, no puedo ignorarlo.

—Hola —digo con la voz débil.

—Vi como jugaste allí, eres buena.

Me sonrojo—Bueno, no soy tan buena. Es mi primera vez —respondo encogiéndome de hombros. Su risa se hace grande.

—Que modesta —exclama en un tono sugestivo y lento. Se acerca a mí y se apoya en el auto a mi lado.

Frunzo el ceño—Es verdad. Solo gané porque Thomas me ayudó mucho allí.

—¿Thomas?

—Sí, mi amigo.

—Oh, el chico celoso y temperamental.

—No es celoso ni temperamental—digo, defendiéndolo.

—No creo eso —dice—. Pero está bien, si yo fuera tu amigo también estaría celoso de que cualquiera se acercara a ti —toca la punta de mi nariz con suavidad y arrugo mi cara.

—Oh, eres tú de nuevo —mi rostro gira hacia Thomas que se acerca detrás de mí. Mi respiración vuelve a la normalidad y me relajo.

Mi corazón se calienta y mi pulso se acelera de nuevo cuando envuelve mi cintura con su brazo y descansa su mano en mi cadera casi de manera posesiva. Me alivio cuando veo que caminó con normalidad hasta llegar a mí.

—Sí, estaba felicitándole por ganar el juego —exclama él con una sonrisa arrogante.

—Oh, ¿De verdad? —sus ojos cafés caen a mí y una mirada intensa y oscura me llena por completo. Ride asiente.

—Sí, es muy buena. Me gusta. Veo potencial —Ride me guiña el ojo y me congelo.

—Si —pronuncia con lentitud—. En verdad es una chica muy talentosa. Aun no la felicite por eso —Thomas me sonríe con arrogancia—. Felicidades por ganar, nena.

Entonces estampa sus labios contra los míos y mis ojos se abren por completo de la sorpresa.

Sus labios saborean los míos, y su lengua acaricia mi labio inferior, entrando con dureza e intensidad en mi boca, saboreando mi interior antes de darme una mordida en el labio que me deja alucinada.

Se aleja de mí y algo atontada, giro para ver a Ride y su expresión, pero me sorprendo cuando no está frente a nosotros.

—Vamos, rayo de sol. Tengo que llevarte a casa —dice como si nada.

Con mi cabeza mareada aun, entro al auto. Thomas lo enciende y sale de allí. El aire esta tenso y estoy segura de que, si levanto la mano, puedo tocarlo con mis dedos.

¿Qué demonios fue eso?

—¿Por qué tardaste tanto? —pregunto tratando de rellenar el aire.

Su mirada se ve algo lejana—Estaba buscando nuestro premio.

—Oh, eso. Lo había olvidado, ¿Qué ganamos? —digo, sonrojada.

Se encoge de hombros—No es nada, pero... —saca unas entradas del bolsillo de sus pantalones—, son dos entradas para el cine y una cena. No es mucho, pero lo ganamos así que creo que hay que aprovecharlo.

Alzo las cejas—Wow, ¿Hasta cuándo tenemos tiempo?

—Vale por un mes —dice sin más.

Si. El aire esta más que tenso.

Entrelazo mis manos en mi regazo y con un nudo en la garganta, suspiro con aire tembloroso.

—¿Por qué me besaste, Thomas? —volteo para verlo—. ¿Fueron por celos?

Un musculo salta de su mandíbula—Sí y no.

—Pusimos las condiciones para algo. Para no confundirnos, para ver cómo se desarrolla esto —le digo. Él gira por un momento para verme a los ojos—. Te dije que esto no era bueno. No puedes besarme así sin más.

Tensa sus manos en el volante y estaciona el auto en un estacionamiento de una ferretería que aún está cerrada y vacía. Voltea a mi cuando apaga el auto.

—¿Qué quieres que te diga? ¿Perdón? No digo esa palabra a menos que lo sienta, y te soy sincero, me gusto besarte y te bese porque quería hacerlo. Así que no, no me arrepiento, porque como te dije, cada vez que te doy un jodido beso me deja loco porque es mejor que el anterior. Me embriaga, me encanta, y ahora no puedo dejar de pensar en ese beso. Y si, en parte fue por celos, porque no toleré verte con ese tipo; pero también porque no podía dejar de verte y no querer acercarme a ti. Así que, si rompí las condiciones, perdóname, y si ahora te quieres alejar de mi porque no cumplí lo que dijimos, lo acepto. Fui un total estúpido.

Las palabras taladran mi cerebro, pero en un buen en sentido. Entraron a mis oídos, llegaron a mi cerebro y a mi corazón para no olvidar y sellarlas en mi ser por siempre. Mi pecho se hincha y las serpientes se despiertan y juguetean en mi estómago haciéndome sentir mareada. Thomas no es perfecto, pero Dios, es perfecto para mí. No estoy segura que alguien me dijera estas mismas palabras y causaran las mismas emociones revoltosas que causa Thomas en mí. Solo él me hace sentir en un jodido paraíso.

Sus ojos cafés me observan y se ven ansiosos y desesperados. Tiene miedo de mi respuesta, y su cuerpo está inclinado hacia mi sin darse cuenta. Suspiro y muerdo mis labios. Sabía que no iba a durar mucho esto, así que...

A la mierda las condiciones.

Enrollo mis brazos detrás de su cuello, su cuerpo se pone rígido, pero no le permito reaccionar ni dar el primer paso. Choco mis labios con los de él.

Sus labios carnosos y húmedos por mojarlos antes de hablar, causan escalofríos que recorren toda la piel de mi espalda. Tarda solo un segundo en corresponder al beso, y como esperaba, me quita el control a mí, y se vuelve demandante en un segundo. Ladea la cabeza para entrar más en mí, y su lengua entra como un invasor jugando con la mía, provocándola y haciéndome jadear.

Sus manos tocan mi cintura, y me abraza con fuerza, su pecho aplastando el mío para acercarme más. Sus manos grandes presionan la tela de mi blusa, alzándola, sus dedos tocando mi piel. Sus dedos suaves, lentos y expertos que me hicieron venir noches atrás, ahora me hacen estremecer.

Mi cuerpo se estremece y sonrío interiormente, Dios, estoy molesta pero feliz. Molesta por romper las condiciones y caer en la tentación, pero feliz por olvidarlas y pasarlas por alto, porque mierda, extrañaba sus besos y siento que vale la pena olvidar todo lo que acordamos hace unos días. Sus besos son mágicos. Thomas es mágico.

El comando entre los asientos nos frustra, impidiendo aumentar nuestra cercanía. Jadeo en protesta solo porque si, y me separo de los labios de Thomas cuando engancha mi rodilla y la lleva hasta su costado. De un salto, me coloca a horcajadas sobre él, y me pongo rígida cuando el jadea de dolor debido al posible hematoma que se formó en su pierna.

—Lo siento —murmuro sobre sus labios. Él sonríe, su respiración chocando con la mía.

—No me importa. Me gusta tenerte encima de mí.

Mis mejillas se calientan por vergüenza y deseo. Thomas me acomoda en su regazo y lleva sus manos a mis caderas para luego dirigirlas a mi trasero y acunar mis nalgas. Profundizo el beso, si es que se puede más.

Chupo y aprieto su labio entre los míos, mientras el acaricia mi espalda y mi trasero con lentitud y suavidad.

—Me gustas, Fran. Me gustas mucho —murmura, llegando a mi corazón.

Thomas jadea y me detengo pensando que lo lastimé nuevamente, pero cuando observo su mirada oscura llena de deseo y lujuria, sé que está sintiendo de todo menos dolor. Vuelve a jadear sobre mis labios y es cuando me doy cuenta de que estoy meciendo mis caderas encima de él. Noto como algo molesta y hace cosquillas en mi centro y soy consciente en este momento de que estaba dejándome llevar por todo.

Rompo el beso, y Thomas y yo chocamos nuestras miradas. Ambos pechos se alzan en respiraciones jadeantes, labios hinchados, cuerpos sudorosos por estar encerrados y pegoteados en el auto. Thomas se ve como un jodido ser mitológico super sexy en estos momentos. Yo soy solo la tonta mortal que cayo antes sus irresistibles encantos.

Pego mi frente a la suya y sonrío cuando él lo hace, viendo mis ojos. Acomoda un mechón detrás de mí oreja e inclino la cabeza hacia atrás para verlo por completo. Sus labios hinchados y su mirada oscura ocultando casi por completo su color café, me dicen que aún sigue afectado. Y lo digo también por su dura erección que toca mi muslo.

Descansa sus manos en mis caderas y sus pulgares juguetean con el borde de mi blusa, rozando mi piel.

—Vas a ser mi perdición, rayo de sol.

Escondo mis labios—Y tú la mía, Thomas Morgan.

Mi celular suena y me inclino hacia mi asiento para tomarlo de mi mochila. Las manos de Thomas se aferran a mi cadera y a buena parte de mi trasero para sujetarme. Electricidad me recorre, pero tomo el teléfono y veo un mensaje de Valen que me dice que llegara a casa luego de la medianoche. Thomas gira mi barbilla para que lo mire, y por su expresión sé que vio mi rostro afligido.

—Val no estará en tu casa, ¿Verdad?

Asiento—Hasta medianoche.

—Ven a cenar a mi casa.

Mis ojos se abren—¿Qué?

—Sí, pero solo conmigo, se cocinar y hare lo que tú quieras comer.

Muerdo mis labios y exploto interiormente de alegría. Thomas me está invitando a cenar y ¡Ah! ¡Estoy tan feliz por ello! Mi pecho se hincha y asiento sin contener mi entusiasmo. Por un lado, porque pasare tiempo con Thomas, pero más porque no estaré sola.

Thomas se rie de mi felicidad y acuna mi mejilla y me besa suavemente.

—A casa entonces —me acomoda con lentitud en mi lugar y luego sale del estacionamiento.

Tardamos en llegar y cuando aparca el auto en su casa, lo deja más en el fondo sobrepasando la casa de sus padres y eso me extraña. No digo nada y bajamos, cuando estoy a punto de dirigirme a la entrada de la casa delantera, Thomas me toma de la mano y niega. Me lleva aún más al fondo, encontrándome con una piscina y un patio enorme. Mis ojos se dirigen al frente y encuentro una casa blanca con marcos de color azul. Es un poco más pequeña que la casa de sus padres, pero aun así sigue siendo grande.

—¿Qué es eso? —pregunto, confundida.

—Vivo ahí.

—¿Tus padres viven aquí?

—No, solo yo.

Thomas observa sobre su hombro mi rostro lleno de confusión y extrañeza y sonríe amargamente.

—Hace año y medio aproximadamente moví cielo y tierra para convencer a mis padres para que me dejen vivir aquí. Sabes que no soy alguien que le gusta estar rodeado de muchas personas y prefiere ser más bien como un lobo solitario. Así es como me siento cómodo, y aunque quiero a Owen y Nicole, prefiero estar solo con mis cosas —desbloquea la puerta y entramos a un lugar moderno y limpio—. Después de rogarles y establecer ciertas reglas, me dejaron vivir aquí.

Quedo embelesada, es una casa bellísima. No tanto como la de Owen y Nicole, que tiene un aire más familiar y cálido, pero me gusta la vibra que transmite. Una sala espaciosa ocupa la mitad de la casa, todo es de color blanco con decoraciones y muebles de colores oscuros que contrastan de una manera increíble. A un costado está el comedor con una mesa para seis personas, al fondo una cocina que se separa del resto de la casa por unos postes y encimeras, y luego un pasillo al fondo que supongo debe dirigir al baño o algo así. Es un espacio abierto donde se puede observar todas las zonas de la casa, me gusta. En la última esquina al fondo a la izquierda, hay una escalera blanca flotante que lleva a otro piso.

—Es una casa muy bonita —digo observando, embelesada.

—Sí, valió la pena.

Volteo hacia él—¿Cuáles fueron las condiciones para vivir aquí?

—Que yo la remodelase, la mantuviera en buen estado y también que mantenga un buen promedio.

Abro mis ojos—¿Tú la remodelaste?

Thomas ríe mientras niega con la cabeza—No como piensa, este es el diseño de la casa, yo solo agregue algunos muebles, la televisión y compre cosas para la cocina.

Recorro todo con la vista, y luego comienzo a caminar hacia la sala, acaricio los sofás de cuero gris oscuro casi negro y luego una lámpara blanca que se encuentra en una mesilla. Continuo hacia el comedor, todo con ojos curiosos, un florero con flores artificiales se encuentra en el centro. Rozo el pétalo de plástico de un falso girasol. Thomas sigue mi camino con su mirada sin decir nada.

Me giro hacia él y le regalo una sonrisa.

—Disculpa por ser tan entrometida. Es una casa bonita.

Ladea la cabeza—No lo hagas, no te hubiera traído aquí si no querría que vieras donde vivo. Es raro que un chico de diecisiete años viva solo, pero prácticamente no lo hago, sigo con mis padres solo que a unos pasos de distancia. Esto antes era una casa de huéspedes y luego la alquilaban a una familia antes de que yo viviera con mis padres, así que lo único difícil de vivir en esta casa, fue convencerlos de que me dejen hacerlo.

Asiento y vuelvo hacia el sofá solo que ahora me siento, Thomas se hunde a mi lado y me mira. Mis mejillas se calientan sin mi control y avergonzada, alzo la vista para verlo. Sus ojos cafés me penetran con intensidad, pero me obligo a no apartar la mirada.

—Eres muy bonita, Fran.

Me avergüenzo—Tu también —mi voz tiembla. Él se ríe como si esto que estamos haciendo no tuviera solución.

Su mano derecha ahueca mi cabeza enredando sus dedos en mi cabello y acerco su rostro al mío. Su respiración cálida choca contra mis labios y se entreabren sin mi consentimiento.

—No puedo creer que yo te guste. Soy jodidamente afortunado.

Me besa.

Con tanta lentitud y suavidad que me embriaga de deseo y amor. No me besa tratando de tener control, me besa como si estuviera cediendo el control, de demostrar que también anhela besos tiernos y cálidos. Me besa tan lento pero fuerte en un intento de decirme que no quiere olvidar este beso.

Su lengua acaricia la mía y suelto un gemido bajo cuando roza mi paladar, electrificando todos los huesos de mi columna.

Abrazo su cuello y mis dedos se hunden en su cabello corto y sedoso. Su mano libre acaricia mi cintura y me estremezco provocando que Thomas se ría en mis labios, vibrando en todo mi interior.

—Hijo, vi que llegaste y te quería pedir... —Nicole irrumpe en la casa estrepitosamente y no nos separamos a tiempo para que Nicole no vea nuestra sesión de besos.

Su mano queda engancha en el pomo de la puerta y está congelada de pie, observándonos con la sorpresa cubriendo todo su rostro. Sus labios están entreabiertos y mira de Thomas a mí.

Estupefactos por el susto y la llegada de Nicole, ambos tenemos los labios entreabiertos e hinchados. Nuestros rostros se rozan dejando en claro que estábamos besándonos hace unos minutos, pero lo que más nos delata es nuestro cabello desordenado y la mano de Thomas que aún sigue pegada en mi cintura bajo la blusa.

Los dos saltamos de repente, aterrizando en cada punta del sillón, mi rostro está rojo de la vergüenza y la cara de Nicole me deja peor. Ya no tiene la sonrisa que siempre la caracteriza y no si eso es bueno o malo.

—Mama...

Nicole parece salir de su estupefacción y menea la cabeza como si tratara de quitarse los últimos segundos que acaba de presenciar.

—Lo siento...Thomas... Hola, Fran —me dice nerviosa y yo asiento con todo mi cuerpo ardiendo—. Em... solo quería pedirte café, tu padre se lo tomó todo y...

Thomas se pone de pie con rapidez y corre a la cocina. Enderezo mi espalda y evito la mirada de la mujer que está de pie frente a mí a unos cuantos metros.

—¿Cómo estas...querida? —pregunta para rellenar el aire.

Trago grueso—Am...bien, ¿Y usted?

—Bien también, no tanto como tú, al parecer —bromea, nerviosa. Mi cuello arde.

—Aquí esta, mamá —Thomas le alcanza un frasco de café y Nicole la toma.

—Bueno, gracias, cariño —me mira sin saber que decir. La sorpresa no ha desaparecido de su expresión—. Nos vemos, Fran.

—A-adiós...

Nicole nos da una última mirada y dispara hacia la puerta, desapareciendo, cerrando la puerta un poco fuerte. Me abalanzo al sofá cayendo sobre mi espalda. Escondo mi rostro como toda la dramática que soy.

—¡Oh, Dios! ¡Qué vergüenza! —grito, espantada.

Thomas se sienta en el apoyabrazos a mi lado—Eso fue incómodo. Ella no se esperaba eso —dice con voz neutra.

—No me digas. Ahora no la podré mirar a la cara —me incorporo. Thomas se rie, divertido y coloca sus manos frías en mis mejillas calientes y suspiro porque se siente muy bien.

—Se sorprendió porque no se esperaba una chica en casa.

Rio incómodamente—Vaya, entiendo, las ocultas bien —le guiño el ojo—. La próxima debes cerrar con llave —aconsejo.

—Eres la primera chica que traigo aquí, Fran. Supongo que está acostumbrada a encontrarme solo aquí.

Quedo rígida. Sus ojos cafés me dicen que está hablando enserio.

—¿Lo dices enserio?

—No tengo porque mentirte. Eres la única chica en la que confío.

Mi corazón retumba en mi pecho y trato de respirar pausadamente para que no vea cuanto me está afectando.

Se pone de pie y toma mis manos, me lleva a la cocina—Bien, ¿Qué quieres comer? ¿Qué te gusta?

Yo sigo algo rígida por la llegada de Nicole y su claro descubrimiento de que Thomas y yo no solo somos simples conocidos gracias a mi hermano, pero le sigo la corriente a Thomas para distraerme.

—No sé, la verdad que en estos momentos no tengo mucha hambre —murmuro observando la cocina para no verlo a los ojos—. ¿Qué te parece si hacemos palomitas y miramos unas películas? Así hacemos tiempo hasta que sea la hora de que mi hermano llegue a casa.

Thomas se encoge de hombros y rodeando mi cintura me acerca a él. Descanso mis manos sobre su pecho—Lo que a ti te parezca mejor. Luego te llevare a tu casa.

Sonrío—Gracias.

—No tienes que agradecer, con gusto lo haría por ti. Ahora hagamos palomitas y miremos la película que más te guste.

—Eso sería genial —espeto con una sonrisa de oreja a oreja.

Acuna mi mejilla y se acerca tanto a mí que siento su dulce aroma a miel.

—No sé qué sea esto, rayo de sol, pero jodidamente no te voy a dejar ir. Me encanta demasiado pasar tiempo contigo.

Muerdo mis labios y sus ojos cafés me llenan por completo. Con la alegría invadiendo mi ser —y aunque no sea necesario—, me alzo de putillas y lo beso.



•••

Hey, dije que publicaría dos dias seguidos pero como los quiero mucho, actualice el cap 37 para ustedes. Espero que les haya gustado ❤️

Vaya golpe el que Fran le dio a Thomas, eh? Bueno, se lo merecia por ser cruel al principio xd

Les aviso que en parte publique este cap porque el viernes rindo un final y tengo que estudiar como loca, y depende de como me vaya y como estudie, actualizare el viernes que viene.

Eso es todo por ahi, amigos ❤️ los amo

Dreamworld

Síganme en mi cuenta literaria donde subo cosas e info sobre mis historias. También subo edits y frases que me mandan mis lectores, asi que si te gusta alguna frase no dudes en enviármela que lo subo❤️

Continue Reading

You'll Also Like

1.1M 179K 160
4 volúmenes + 30 extras (+19) Autor: 상승대대 Fui poseído por el villano que muere mientras atormenta al protagonista en la novela Omegaverse. ¡Y eso jus...
59.6M 1.2M 15
Sinopsis Kaethennis ha disfrutado de los placeres de la vida, mucho, casi se puede decir que demasiado. Un alma libre, al menos así se definiría el...
151K 9.3K 57
Brooke, una chica que intenta ver el lado positivo de las cosas. Aunque en su vida familiar las cosas no marchen bien ella no deja que tales problema...
4.9K 734 46
Diferenciar entre las personas que se van y se quedan en tu vida, es sencillo. Aceptarlo es otra cosa totalmente diferente. Jane. Arrastrada de los...