Delirium

By sugarmeli

5.8K 488 170

El problema era que a Kouyou Takashima nadie le decía qué hacer, hasta que Yuu Shiroyama le dio una orden por... More

Así
EL REBELDE OBEDIENTE
DUEÑO
OPORTUNIDAD
AÚN DESPUÉS
TARDE LIBRE
DECISIÓN
SIN VUELTA ATRÁS
POR FIN
PLÁTICA
SOSPECHA
REALIZACIÓN
RECUERDOS
AMO
PLANES
ESTRATEGIA DE GUERRA
SEGUNDO ADIÓS
DOS MESES
CONSECUENCIAS
ENAMORAR
ESPÍA
PENSAR EN TI
CAMINOS QUE SE CRUZAN
VIENTOS DE CAMBIO
DECISIONES EXTREMAS
LLAMADA
PENDIENTES
REGRESO
DELIRIUM NOCTURNUM
Delirium Tremens/ Epílogo

LO QUE EN REALIDAD PASÓ

161 13 8
By sugarmeli


Kouyou fue azotado contra la pared, el movimiento tan brusco logró que su cabeza recibiera un fuerte golpe, el cual, los dos terminaron por ignorar, estaban demasiados sumergidos en los besos como para si quiera notar un pequeño golpe. Para ese momento ninguno de los dos traía puesta la ropa.

Todo había comenzado tan simple que en esos momentos Yuu se preguntaba cómo habían terminado así. Kouyou estaba en su departamento, pero por primera vez no se habían lanzado uno encima del otro como era su costumbre. Habían hablado como gente civilizada acerca de la compañía Takashima y Shiroyama, los posibles planes de ataque e incluso habían discutido de negocios, algo que Yuu definitivamente nunca creyó poder hacer con Kouyou.

—De verdad sabes bastante de negocios, para ser alguien que no terminó la universidad y escapó de su padre —lo elogió llevándole un segundo vaso de whisky a la sala donde se encontraban.

El castaño se alzó de hombros—. No es mucho, sólo es lo que oía hablar a mi padre, lo demás es sentido común —explicó recibiendo el vaso y volteando a la televisión prendida en un canal sin importancia—. Me gusta ese programa —sonrió ligeramente.

—¿En serio? —Yuu le dio un sorbo a su propio vaso mirando la pantalla—. A mi no, es mucha fantasía —hizo una mueca al sentir el líquido resbalar por su garganta.

—¿Sabes? Que seas el jefe de una enorme empresa no significa que tengas que ser un amargado —se burló dejando el vaso sobre la mesa de centro.

Yuu frunció el ceño—. No soy un amargado, sólo que tengo que proyectar cierta presencia, si no podrían perderme el respeto... —se detuvo al darse cuenta que Kouyou lo imitaba moviéndola boca y las manos en forma de burla—. ¿Te divierto? —preguntó haciéndose el ofendido.

—A veces puedes llegar a ser aburrido, necesitas soltarte mas —dijo el castaño acercándose al mayor—. A ver, ¿cuándo fue la ultima vez que te reíste a carcajadas? —preguntó como si fuera lo mas normal del mundo.

—¿Eso que tiene que ver? Me río bastante cuando estoy con Akira —se cruzó de brazos aun ofendido.

Kouyou hizo una mueca—. Se nota —con su dedo picó una de las costillas del pelinegro.

—¿Qué haces? —se quitó de inmediato del contacto que le había provocado una sonrisa, la cual se hizo mas grande al ver la sonrisa de Kouyou—. No hagas eso —se alejó mas cuando el menor repitió la acción. Sin embargo Kouyou no hizo caso y comenzó a hacerle cosquillas al pelinegro como si de niños se tratara. El otro haciendo ademanes para alejarse del contacto terminó por caerse del sillón. El castaño sólo atinó a burlarse aun mas y a reír sin parar—. No estarías tan tranquilito si fueras tu el que tiene cosquillas —advirtió desde el piso con una cara de sádico.

-—No, espera —se levantó lentamente, pero Yuu se le adelantóo. Se echaron a correr por toda la sala, uno tratando de evitar al otro, pero al final no tenía el suficiente espacio y el castaño terminó tropezando y cayendo con Yuu sobre de él torturándolo con las cosquillas—. ¡Ya basta, Yuu! —lograba decir entre risas y jadeos.

El pelinegro se detuvo unos segundos, los que aprovecharon para tomar aire. Los dos se miraron intensamente y podría decirse que era como la primera vez que se veían realmente, Kouyou debajo de él y él mirándolo con algo mas que no era lujuria. Permanecieron así segundos que para el pelinegro parecieron horas y únicamente para despejar su mente y alejar todos esos pensamientos que de pronto se habían instalado en su mente, besó al escritor con furia.

El beso fue correspondido de inmediato, las piernas de Kouyou se enredaron en la cintura de Yuu sin cortar ni un instante el contacto entre sus labios. Irónicamente querían deshacerse de los sentimientos que invadían tanto su mente como su corazón y la única forma que encontraron fue esa. Pues ya se habían resignado a que dejarse de ver, no era una opción.

Yuu no lo pensó dos veces y cargó a Kouyou por la cintura una vez que los dos se quitaron con desesperación la ropa. Sus piernas volvieron alrededor de su cintura, a pesar de que el castaño no era muy pesado, tampoco era como si pudiera aguantarlo durante mucho tiempo, optó por ayudarse con la pared, azotando al escritor mas fuerte de lo que hubiera querido, pero al otro no pareció importarle.

Se separaron unos instantes para respirar, momento en el que el mayor iba a pronunciar algo pero fue silenciado por el dedo del castaño sobre sus labios.

—Me gustaría que no dijéramos nada hoy, solo esta noche —dijo en un suspiro, sus labios rojos producto de los besos.

—Solo esta noche —se volvieron a besar.

La posición era algo incomoda, pues pensaba que en cualquier momento sus brazos cederían y dejaría caer a Kouyou, sin embargo era lo bastante necio como para querer permanecer así un poco mas. Estaba desesperado, pues gracias a como se encontraban sus miembros rozaban deliciosamente cada vez que hacía un esfuerzo para no tirar al castaño.

Kouyou por su parte trataba de sostenerse de algo para ayudar al pelinegro pero era imposible, sólo había logrado poner las manos sobre la pared y tratar de hacer fuerza, algo que se volvió imposible a medida que el miembro de Yuu entraba en él.

Tuvo que morder el hombro del pelinegro para no gemir, todo comenzó a darle vueltas, era impresionante lo que Yuu podía hacerle a su cuerpo, no había duda que era el único que lo hacía sentir de maneras completamente desconocidas y no por eso malas.

—Tal vez no habrá palabras pero no te reprimas, creo que ya no puedo estar en paz si no te escucho gemir —le dijo al oído mientras lo levantaba una vez mas y lo dejaba caer sobre su miembro.

Soltó un gemido al obtener el permiso para hacerlo, su posición había cambiado, ya no trataba de sostenerse de la pared, ahora tenía el cuello de Yuu rodeado con sus brazos—. No vas a aguantar mucho así —logró decir entre jadeos, los dos sudaban mucho mas que otras veces y por alguna razón eso se sentía como un contacto más intimo.

—¿Tienes algo en mente? —le dijo mordiendo el lóbulo de su oído.

Kouyou atinó a empujarlo, haciendo un esfuerzo monumental por sacar a Yuu de él. Recargándose en la pared para retomar el aliento. El pelinegro lo miró expectante, mientras él sonreía descaradamente.

—Recuéstate —le dijo con una voz mas sensual de lo que hubiera querido.

El otro le hizo caso por primera vez en su relación. De inmediato se colocó sobre el pelinegro colocando la punta de su miembro sobre su entrada. Sin embargo sin poder esperar mas, Yuu lo empujó por los hombros para entrar de lleno bruscamente.

El castaño tuvo que sujetarse del pecho de Yuu estaba sintiendo demasiadas cosas a la vez, sin embargo, no tuvo mucho tiempo para recuperarse pues de inmediato el mayor ya estaba moviendo su cadera hacia arriba para provocar embestidas que a pesar de la posición no eran nada sutiles.

—Me encanta la expresión de tu rostro —alcanzó a pronunciar el pelinegro al notar que el escritor retaba con fuerza su labio para no emitir ningún grito de placer.

Sentía un fuerte dolor en la espalda debido a las embestidas tan fuertes que propinaba al entrar en Kouyou y azotar en seguida contra el piso, pero el dolor permanecía en segundo plano, no había duda que se encontraba en algún cerca de cielo, porque por muchas veces que lo hubieran hecho, esta era la primera vez que sentía tan bien. Sabía que cada que lo hacían decía lo mismo, pero era distinto. Sentía la necesidad de mantener la expresión del castaño grabada en su memoria para siempre.

—Voy a... —Kouyou tenía la expresión fija en Yuu, quien le devolvió la mirada asintiendo. Cerró los ojos con fuerza, pero sintió la mano del pelinegro en su barbilla.

—Adelante, yo también —dijo tratando por todos los medios de no gritar el mismo de placer.

Terminaron los dos casi al mismo tiempo, los dos mirándose el uno al otro rehusándose a apartar la vista uno del otro. ¿Así que eso era hacer el amor? La pregunta pasó por medio segundo en la cabeza de Yuu. Fue el primero en cerrar los ojos al rechazar ese pensamiento tan absurdo de su cabeza.

Claro que lo era, pensó Kouyou. Había hecho tantas veces el amor con Takanori y nunca se había sentido tan bien como eso, era diferente y no entendía por qué. Desvió la mirada en el instante en que su novio ocupó su cabeza, a pesar de que ya habían terminado ninguno de los dos se movió. Incluso si el ambiente que se estaba formando era terriblemente incomodo, se sentían culpables de sentirse tan bien el uno con el otro.

Kouyou trató de levantarse pero lo encontró imposible dado que sus piernas temblaban, había hecho demasiado esfuerzo, el pelinegro por su parte se encontró en un posición similar; estaba tan agotado que ni siquiera intentó quitarse al castaño de encima. Cansancio o lo que fuera ninguno de los dos quería separarse del otro y al menos podían aparentar que era por distintas razones.

El gusto les duró muy poco pues el timbre sonó varias veces en ese momento. No había terminado de sonar por tercera vez cuando Kouyou ya había saltado como resorte y trataba de ponerse su ropa rápidamente.

Por el contrario Yuu sólo se dedicó a ponerse los bóxers y a abrir la puerta sin preocupaciones, dudaba que fuera alguien conocido, tal vez era la comida que habían pedido o uno de esos vendedores de puerta en puerta. Su sorpresa fue al mirar a un chico mas bajito que él con cara de preocupación, alzó la ceja al darse cuenta que el muchacho temblaba mientras presionaba con fuerza un montón de hojas contra el pecho.

—¿Te puedo ayudar en algo? —preguntó Yuu sin saber qué era lo que el muchacho vendía.

—¿Señor Shiroyama? —alzó un tanto temeroso la vista, tratando de evitar por todos los medios ver la zona de su entrepierna.

—¿Manabu? —antes de que cualquiera dijera algo, Kouyou se acercó a la puerta aun poniéndose la camisa.

El mencionado alzó la vista sorprendido al mirar a la persona que lo había llamado, abrió mucho los ojos al darse cuenta que era el mismo hijo de su jefe, el primo de su amante. ¿Qué demonios hacía ahí?

Yuu pasó su vista de Kouyou a Manabu y de regreso sin entender lo que ocurría. ¿Quién era ese delincuente? Y sobre todas las cosas, ¿por qué conocía a Kouyou?

—Shima —dijo Manabu aun mas nervioso. Si Shiroyama ya le ponía los pelos de punta, encontrarlos a los dos juntos era una idea que ahora le estaba provocando nauseas—. No sabía que conocías al señor Shiroyama —apretó aun mas los papeles.

—¿Qué haces aquí? —el castaño se cruzó de brazos un tanto escéptico—.¿Qué asunto puede tener Yutaka que tiene que mandarte a ti? —exigió saber. El mas bajo cerró los ojos, se esperaba algo así pero no de un Takashima.

—¿Qué carajo pasa aquí? —a Yuu le molestaba no tener ni una sola idea de lo que ocurría.

Kouyou giró los ojos—. Manabu —señaló al chico de la puerta—, es la perra de Yutaka —dijo sin una pizca de consideración o gentileza. El pelinegro se sorprendió de escuchar al escritor hablar así, sonrió de lado al recordar que el castaño siempre había sido irreverente y rebelde, era únicamente con él con quien actuaba diferente. Además que el tal Manabu no parecía ser de su agrado—. Dile a mi primo que cualquier cosa que quiera, lo trate como hombre de negocios y no mandando a su perro faldero —a Yuu le encantaba escucharlo hablar así. Por eso no le dijo nada cuando estuvo a punto de cerrar la puerta en la cara del chico.

Manabu por su parte negó enérgicamente—. Shima, por favor escúchame —alcanzó a detener la puerta—. Esto es importante, te aseguro que no tiene nada que ver con tu primo —Kouyou no parecía muy dispuesto a escucharlo—. Por favor, si tu primo se entera que estoy aquí, me mata —tragó saliva—. O peor —dijo amargamente.

Kouyou iba a cerrar la puerta una vez mas pero Yuu lo detuvo, su mismo instinto le decía que debía escuchar al muchacho. Gracias a su trabajo había aprendido a leer a las personas, podía decir cuando mentían o cuando no lo hacían, así como había aprendido a manipular la gente a su antojo. Y ahora algo le decía que ese chico no estaba mintiendo, en lo absoluto.

—Entra —dijo con voz severa. Kouyou lo miró como si estuviera loco, pero la mirada que le dirigió el pelinegro fue suficiente para que no dijera nada. Manabu entró rápidmente un poco intimidado y mirando todo el tiempo al piso; después de todo Shiroyama estaba en bóxers—. Disculparas el atuendo, estábamos en medio de algo —dijo con cinismo, lo cual casi le provoca un infarto a Kouyou.

Manabu asintió enérgicamente sin levantar la cabeza, lo cual no hizo hasta que Yuu se puso pantalones y una camisa de tirantes. El escritor por su parte se sentó enfrente del hacker sin apartar su vista ni un momento, no confiaba en nada que viniera de parte de Yutaka. No hablaron hasta que Yuu se sentó en el brazo del sillón donde estaba sentado Kouyou, puso un cigarro en su boca y lo prendió.

—A ver chico, ¿qué es eso tan importante que tienes que decirnos? —para gusto del castaño, Yuu sonaba demasiado amigable. Supuso que era su tono de negociaciones, pues lo había escuchado hablar así con Takanori.

El mas bajo suspiró y depositó los papeles que traía sobre la mesa, arrastrándolos para que quedaran al alcance de ambos. Kouyou sintió una patada en el estómago al leer los estados de cuenta, sin poder creer lo que estaba viendo, no se necesitaba ser un experto en finanzas para darse cuenta de semejante desvío de fondos, de inmediato miró a Yuu cuyo semblante no había cambiado ni un poco.

—Falsificar documentos es ilegal, chico —dijo seriamente.

—Lo sé, pero no es falso —respondió Manabu con voz temblorosa —. Bueno, no lo serán —se alzó de hombros.

Yuu le dio una bocanada al cigarro—. Entonces, ¿qué haces aquí? —dijo con voz fría.

Manabu volvió a suspirar—. No es justo lo que te están haciendo, pero no puedo detenerme —explicó—. Si lo hago me meterán a la cárcel y no saldré de ahí en un buen tiempo; aun así no creo que sea la mejor manera de apoderarse de tu empresa. Planean enviarte a la cárcel y quedarse con todo, la transacción ya está casi hecha. Quiero avisarte para que salgas del país cuanto antes, es lo mejor que puedes hacer. Perdón, te juro que yo no quería pero Yutaka, bueno es mi trabajo y no quiero ir a la cárcel y... —comenzó a hablar muy rápido.

—A ver niño, tranquilízate —dijo Yuu al final interrumpiendo el balbuceo del mas bajo. Su cabeza iba a mil por hora procesando la información que acababa de recibir; al final no le sorprendía, lo que le sorprendía era aquel niño que venía a decirle todos los movimientos que Takashima y Yutaka estaban haciendo—. ¿Por qué tengo que creerte? Digo, ¿qué tal si eres un enviado de su padre para asustarme, que me vaya y hacerse mas rápido de la compañía? —preguntó botando la ceniza en un vaso sucio.

—¿Me presta su computadora? —preguntó tímidamente. Sabía que sería muy difícil que Shiroyama le creyera, por eso sólo había llevado papeles y ningún medio digital, quería mostrárselo en su propia computadora para que se diera cuenta que no había trucos.

Yuu se levantó en busca de su portátil y mientras lo hacía Kouyou observaba al hacker receloso—. Si le dices a alguien que estuve aquí, te mato —le advirtió secamente.

—Shima, sé que tuvimos muchos problemas en el pasado, pero te juro que no fue mi intención. Yutaka él...—trató de corregirse.

—Así que si mi primo te dice que te tires de un puente, vas y lo haces —dijo venenosamente—. No me sorprende —se cruzó de brazos.

Manabu negó enrgicamente—. Creo que está llegando a un limite, no es el mismo de siempre, es como si estuviera mas presionado y mas —pensó un poco la palabra—, está mas sádico que de costumbre. Lo veo muy distinto desde que... —se interrumpió al ver que Yuu regresaba con el portátil. El hacker recibió la máquina ya prendida y se puso a teclear con rapidez.

—Yutaka perdió su encanto —enunció—. ¿Se está cogiendo a alguien mas, verdad? —sonrió de lado.

El chico torció la boca—. Mira —le dijo a Yuu ignorando a Kouyou olímpicamente—, esta es la transacción. Aquí se puede ver como cada hora, diez centavos de la cuenta de la empresa son re direccionados a su cuenta personal. De ahí cada media hora, un dólar cambia a la cuenta de la empresa Takashima. Esta transacción no es capaz de verla nadie mas que yo y ahora tú —explicó guardando los archivos en un acceso directo.

—Podría hablarle a la policía en este momento —Yuu apagó su cigarro y se levantó tratando de calmarse.

Kouyou entrecerró los ojos—. ¿Desde cuándo está pasando esto? —preguntó recargándose en el sillón.

—Los estados de cuenta los comencé a falsificar hace unas tres semanas, el proceso de transacción comenzó hoy, pero no podía dejar que corriera sin que estuvieran enterados, entiéndanme no puedo detenerlo. Ni siquiera otro hacker podría sin tardarse varias semanas, el logaritmo que diseñé es único en el mundo —explicó—. Antes de lograr decodificarlo, ya estarías en la cárcel, debes de huir, señor Shiroyama —dijo con voz muy aguda.

Yuu negó con la cabeza—. Conseguiste los estados de cuenta muy fácil —se dio cuenta de pronto, había algo que el menor no le estaba diciendo.

El hacker por su parte se revolvió incomodo—. Se los robaron a su abogado —explicó sin realmente quererlo.

—Imposible, Akira mantiene todo eso bajo una alta seguridad. No es como que puedas entrar en su casa y robarlo así nada mas —dijo sin comprender. Algo le decía que ya sabía lo que había pasado, pero no quería ni pensarlo.

—Yutaka...él...—dudó por varios minutos.

—Dilo de una vez, carajo —fue Kouyou quien le robó las palabras de la boca.

—Yuta, se ha estado haciendo pasar por...

Yuu terminó de armar todo el rompecabezas en ese momento. ¿Cómo no lo había visto antes? Era tan obvio, había postergado la investigación del meserito, todo por estar ocupado con Kouyou, ese descuido ahora lo estaba pagando caro.

—Ese maldito de Kai, es Yutaka. ¿Verdad? —cerró los puños. Si hubiera puesto mas atención.

—¿Kai? —preguntó Kouyou sin poder creerlo—. ¿Podría ser mas cínico? Usar ese nombre —Manabu miraba al piso avergonzado—. Así que Yutaka te cambió por su abogado —no fue pregunta.

El hacker negó—. No lo sé, no. Es decir, ha estado muy raro y creo que el señor Suzuki está muy interesado en Yuta y... —sus ojos se volvieron vidriosos.

—No digas mas —interrumpió el pelinegro—. ¿Cómo sé que no irás corriendo con Takashima a decirle que estuviste aquí? —dijo seriamente.

—No me digan nada de lo que van a hacer, yo sólo quería que estuvieran al tanto —se levantó e hizo una reverencia—. Espero que les sea de ayuda, de verdad lo siento, pero quería advertirte antes de que fuera demasiado tarde —volvió a reverenciar.

Kouyou arrugó la nariz y Yuu suspiró.

—Acabas de salvar mas de una vida, niño —le puso la mano en la cabeza —. Te has ganado mi confianza, no abuses —advirtió.

-x-

Perder la compañía sonaba mejor que lo que estaba a punto de hacer. Llevaba diez minutos parado frente a la puerta del departamento de su mejor amigo, nunca había sido bueno para tratar asuntos personales y este vaya que lo era. Suspiró y por fin tocó al timbre, Akira no tardó mas de dos minutos en recibirlo con una enorme sonrisa. Lo cual provocó una sonrisa amarga en el pelinegro.

—¿Qué haces por aquí? Es raro que te aparezcas sin avisar —dijo el rubio dejándolo pasar y dirigiéndose de inmediato a la cocina. El departamento estaba inundado de un olor delicioso, no cabía duda que su amigo estaba cocinando, una faceta que se le daba muy bien, aunque no muchos sabían.

—¿Esperas visita? —preguntó tratando de sonar tan normal como siempre. Repasando las cosas perfectamente acomodadas del departamento, metió las manos en los bolsillos de su pantalón y se quedó mirando hacia dentro de la cocina, tratando de poner atención en las acciones de su amigo.

Akira lo miró de inmediato dejando de lado las verduras. Conocía a Yuu demasiado bien como para saber que algo ocurría, algo le estaba molestando y mucho.

—¿Qué tienes? —preguntó realmente desconcertado. Al principio pensó que tenía que ver con la empresa, pero en verdad el pelinegro tenía una cara que nunca le había visto.

Yuu evitaba mirar a su amigo—. ¿A qué hora llega Kai? —dijo por fin levantando la vista.

—En dos horas —se quitó los guantes de cocina, abrió el refrigerador y sacó dos cervezas, dirigiendo con la mirada a Yuu hacia la sala.

Se sentaron en total silencio.

—Aki...

—Yuu, me estás asustando —el semblante del abogado cambió—. Tu jamás me llamas así, a menos que de verdad estés mal —abrió la cerveza dando un trago prolongado.

—¿Sabes que eres mi mejor amigo, verdad? Creo que no hay persona que aprecie mas y respete mas que a ti. Eres la única persona que me soporta y no sabes lo agradecido que estoy por eso. Has sido mi compañero y socio por tantos años que ya no sé cómo sería la vida sin ti. No hay persona a la que le confiaría mi vida más que a ti, mis empresa, dinero, dignidad y honor —aseguró—. No olvides eso con lo que estoy a punto de decirte —Akira quería hacer un chiste, pero se vio incapaz debido al estado de su amigo—. Me enteré de algo sobre Kai —apenas lo terminó de decir cuando su amigo ya se había levantado violentamente de su asiento.

—Sabía que terminarías encontrándole un problema —dijo bastante molesto—. ¿Por qué no puedes estar feliz por mi? ¿Tenías que mandarlo a investigar? —prendió un cigarro—. Te tengo una noticia Yuu, amo a Kai, quiero pasar el resto de mi vida con él y esta vez no me importa si te parece o no —nunca le había hablado a su mejor de esa forma.

El pelinegro se levantó de igual forma—. Aki, escúchame —trató de decir persiguiendo a su amigo a la cocina.

—No, Yuu, si a ti te gusta mantener relaciones enfermizas sin ningún futuro está bien; pero no me quieras llevar a una vida así —reclamó bastante molesto.

Yuu tuvo que tragarse su orgullo, porque por mas que quisiera defenderse, el asunto que tenía que tratar con su abogado era mas delicado que todo lo que le pudiera decir porque estaba enojado—. No lo mandé a investigar y no sabes como me arrepiento de no haberlo hecho —estaba parado en la puerta de la cocina, mientras Akira revisaba el horno.

Se levantó sin creer lo que acababa de escuchar—. ¿A qué te refieres? —preguntó un poco mas abierto a las palabras de su amigo.

—Yutaka Uke, el presidente de la industria Takashima —comenzó despacio—. Y Kai, son la misma persona —hubo un silencio que parecieron años. Se veía fijamente sin decir una sola palabra.

Tardó en procesar lo que Shiroyama acababa de decir, no podía creerlo, simplemente no podía aceptarlo; es decir, ¿cómo? ¿Por qué? Bueno él por qué era claro, pero, ¿era posible? No sabía qué decir, como reaccionar; hacía menos de quince minutos pensaba que sería muy feliz a lado de Kai y ahora, ¿eso?

¿De verdad era tan tonto? ¿Yuu le estaba diciendo la verdad? No tenía porque no creerle, era una pesadilla, eso. Claro, durante su corta relación con el falso mesero, siempre había tenido miedo que Kai no fuera tan maravilloso como parecía, pero entre mas lo conocía mas seguro se encontraba. Todo se acababa de desmoronar como un castillo de cristal.

Su vista estaba nublada y su corazón latía con demasiada fuerza, fue hasta que sintió unos brazos rodearle cuando permitió que aquel dolor que se acumulaba en su pecho saliera a la superficie.

—No es cierto —fue lo único que alcanzó a decir antes de que las lagrimas salieran empapando la camisa de Yuu.

No se necesitaba ser un genio para saber porque Yutaka se había hecho pasar por un mesero de poca monta y había engatusado a Akira. Eso era lo que mas le había dolido al abogado, el haber sido tan estúpido como para haber caído en la trampa.

El pelinegro nunca había visto a su amigo tan mal. Tiraba todas las cosas que se le atravesaban, gritaba e incluso se lastimó gravemente el puño al golpear la pared de concreto con excesiva fuerza. Lo cual permitió que Akira tuviera una excusa para no ver a Kai ese día.

Yuu lo dejó ser, lo dejó desahogarse; pero no lo dejó decirle una palabra de la verdad a Yutaka, por mas que le doliera no podía dejar que su amigo hiciera estupideces por estar dolido. Tenía que esperar a que el rubio pudiera pensar con la cabeza fría y de ahí partir, porque de algo estaba seguro, le haría pagar a Yutaka todo el dolor que le estaba causando a su abogado y mejor amigo.

-x-

—No, no y no —repitió por enésima vez—. Sería muy obvio —dijo dándole un sorbo a su café.

—¿Por qué no? Piénsalo, no tendría que ser de inmediato —se defendió —. Necesitas a alguien adentro —refutó.

—Tendrá a alguien adentro, a mi. En el mejor sentido de las palabras.

Yuu, Kouyou y Akira estaban en una cafetería, tomando el debido café como si fueran amigos de años. Como si estuvieran hablando de los viejos tiempos o de sus planes a futuro. Cuando en realidad, planeaban algo que si salía mal podía significar algo mas que la pérdida de unos cuantos millones de dólares.

El primer movimiento del pelinegro fue vaciar un poco menos de la mitad de su cuenta multimillonaria a otra cuenta con un nombre falso, lo suficiente para vivir desde ese momento hasta su muerte. Con ayuda de Manabu logró disfrazar la transacción a la vista de Takashima. Lo mismo había ocurrido con la cuenta de Akira.

—Akira, ¿de qué hablas? —el pelinegro lo miró sin entender ante su ultima afirmación.

El rubio aun tenía los ojos hinchados, aun si ya había pasado una semana desde que se había enterado de la verdad. No había hablado con Kai, simplemente se había limitado a evadirlo.

—El plan es que trabajemos para ellos, pues le voy a dar el gusto —explicó—. Kouyou tiene razón, si queremos terminar con ellos debe de ser desde adentro, Yutaka no es el único que puede jugar ese juego —dijo seriamente.

Yuu parpadeó muchas veces—. ¿Estás diciendo lo que creo que estás diciendo? —no podía creer lo que escuchaba, pero no podía decirle nada, esa batalla era de Akira únicamente.

Kouyou los miró a ambos sin entender—. Ok, no tengo idea de lo que están diciendo —admitió dándole un trago a su café.

—Va fingir que aun está con él, como si nada hubiera pasado —explicó Yuu, mientras Akira asentía.

El castaño alzó la ceja—. Eso no tiene sentido. ¿Cómo vas a justificar que lo apoyas después de que "arruine" —hizo el gesto de comillas con las manos— a tu amigo? —arrugó la nariz.

Akira sonrió amargamente—. Porque en ese momento Yuu ya no será mi amigo —explicó con una mirada bastante perversa.

Yuu lo miró fijamente, como si pudieran hablarse con la mente—. Estás loco, si no funciona te mandarán a la cárcel —le dijo un poco asustado por la osadía de Akira.

—No tiene porque no resultar —fue Kouyou el que habló, entendiendo un poco—. Mi padre está obsesionado con ustedes, ¿no? Amaría tener al vicepresidente de la empresa Shiroyama bajo sus ordenes —comió un bollo. Y al terminar de tragar sonrió de repente—. Tengo que entrar a la industria de mi padre sí o sí —volvió a decir. Yuu giró los ojos una vez mas dispuesto a negarse de nuevo—. Espera, escúchame. Si entro voy a perjudicar a Yutaka —señaló a Akira—. Además que sería yo quien controlaría los puestos de cada quien, ¿no lo ves? Akira sería quien quedaría a cargo de tu propia empresa. En otras condiciones mi padre no dejaría que la manejara, lo conozco, lo que busca es desmoralizarlos al máximo. Por ese lado tendrías tu empresa de vuelta, porque Akira se encargaría de eso y por otro... —se señaló a sí mismo.

—Kouyou podría ayudar a hacernos de la industria Takashima —finalizó Akira con la taza caliente en sus manos.

El castaño asintió enérgicamente.

Yuu alzó la ceja, sabía perfectamente que el plan que estaban elaborando, resultaría, pero no dejaba de pensar que era demasiado peligroso para todos.

—De acuerdo, pero lo haremos a mi manera —terminó por decir.

—Siempre es todo a tu manera, Yuu —dijo Kouyou indiferentemente mordiendo otro bollo.

Akira los miró extrañado.

-x-

Al final, Akira y Yuu terminaron montando la escenita frente a la mesa directiva. Algo que para el abogado fue muy difícil, pues la situación con Kai todavía lo afectaba, además de que tenía que fingir que su mejor amigo lo había traicionado, tenía que darle la espalda a la persona en quien mas confiaba en el mundo y aunque fuera una actuación no resultaba fácil.

Akira y Yutaka tuvieron una enorme conversación, donde el abogado le dijo que su amor valía mas que todo y dado que Yuu lo había traicionado no le quedaba mas que trabajar para su tío, algo que haría gustoso si podía permanecer junto a él.

Yutaka había optado por montar todo un teatro diciendo que siempre estuvo interesado en Akira, pero hacerse pasar por mesero fue la única manera de acercarse a él sin entrar en un conflicto de interés. Akira fingió que le creía y decidieron intentarlo.

Manabu creó una identidad falsa para Yuu, quien salió en un vuelo directo a París, en busca de relajamiento. Tenía que esperar el suficiente tiempo para poder regresar y recuperar aquello que le habían quitado, aunque fue Kouyou quien se instaló en su mente.

Kouyou por su parte tenía que esperar seis meses por lo menos, antes de querer unirse a la empresa de su padre. Lo cual hubiera resultado más fácil si Takanori no hubiera pensado que era el momento perfecto para cumplir una parte de su venganza en contra de la persona que lo engañó. Sumiendo a Kouyou en un abismo del que no estaba seguro si saldría vivo. 

Continue Reading

You'll Also Like

6.2K 628 13
Las personas no son como las pintan,solo necesitas conocer su corazón para quitarle la máscara que oculta su verdadero ser
7.8K 752 5
Spin-off de la serie BDSM Este es el único Fanfic que me verán hacer... y lo hago solo por amor y cariño a Nosfe Lugosi. La monotonía en una pareja p...
11.7K 668 10
Segunda parte de "Infiel". No leer si todavía no se conoce la primera parte. Jeon Jungkook quiere recuperar el amor, que alguna vez fue suyo, a toda...
Opuestos By Ojou Sama

General Fiction

5.8K 386 7
Spin Off de mi fic 'Eres mío'. Sergio y Marcos ya se resignaron a no tener a Isaac, pero, ambos, están experimentando una situación diferente a casi...