Extraño |NoMin

By scaretwoo

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Con él, nunca te veo sonreír. Conmigo, padeces de ataques de risa. Con él, no tienes deseos de ir a n... More

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34. Siempre tuyo; Parte 1
34. Siempre tuyo; Parte 2
Capítulo final
Epílogo
Agradecimientos.

21. Consecuencias

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By scaretwoo

A las diez en punto tenemos clase de deportes con el profesor Kim, pero como ha faltado por pescar un resfriado, aprovechamos la hora y vamos a la cafetería para tomar algo. Todavía con el uniforme del equipo de básquet, puesto. 

   Renjun invita a Yuta a venir con nosotros y en el camino este último nos cuenta de sus planes para las próximas vacaciones. Dice que quiere ir a Japón, más específicamente a Osaka, para visitar a sus padres que no ve desde que se mudó aquí hace dos años.

   La verdad es que no sé cómo lo soporta, ser independiente a ésta edad conlleva muchas responsabilidades. Supongo que no puedo imaginarme a mí mismo llegando a ese nivel de madurez. Hay veces en las que todavía necesito que mi madre me dé un beso de buenas noches para poder dormir.

   — ¿Ustedes tienen planes? —cuestiona con una de sus típicas sonrisas cuadradas, mientras llegamos a la cafetería y buscamos una mesa en donde sentarnos.

   —Creo que mis padres quieren ir a nuestra casa de playa o algo así. Todavía no lo deciden muy bien —Renjun se encoge de hombros y se para sobre sus puntitas para ver mejor si hay lugares disponibles—. ¿Y tú, Jae?

   —No lo sé, mis padres aun no me han dicho nada.

   Las últimas vacaciones las pasamos aquí y las anteriores a esas, también. Imagino que éste año saldremos a alguna parte, pero no estoy muy seguro. Mis padres han trabajado tanto los últimos meses que sería una buena idea que nos quedáramos para que tomen un descanso y se liberen un poco de todo el estrés. Aunque la idea de pasear por alguna playa o ir a esquiar sobre la nieve no suena nada mal.

   —Ya encontré una mesa, está justo al fondo ¿La ven? Ustedes vayan a apartarla y yo por mientras me formo. ¿Qué es lo que quieren? —Renjun se ofrece y nos señala con el dedo una mesa grande con asientos disponibles que está al fondo de la cafetería.

   —Yo quiero un batido, ¿Yuta?

   —Igual.

   Ambos sacamos un billete y se lo damos a mi mejor amigo para que pague las bebidas. Yuta y yo nos dirigimos hacia la mesa sugerida y en el camino, trato de ver si de casualidad Jeno no está por aquí.

   Ayer fue una locura. Tuve que llamar a mi padre para que fuera por nosotros y pese a que esperaba algún regaño de su parte por ser tan inconsciente y terminar varado en un pueblo fantasma (ahora lo sé porque él mismo me lo dijo) no fue tan severo. Simplemente me advirtió que tuviera más cuidado para la próxima y que me informara mejor antes de tomar una decisión tan importante como lo es visitar un lugar nuevo.

   Al llegar a casa mi madre no fue tan flexible. Casi tiene un infarto por vernos empapados hasta los huesos. Así que después de gritarnos que debíamos ser más responsables y cuidar mejor de nosotros mismos, nos obligó a ducharnos, a tomar una pastilla para evitar el resfriado y a cenar sopa caliente. Fue una manera sutil de regañarnos, pero supongo que su consciencia quedó tranquila.

   Jeno me ayudó a lavar los platos, conversó un poco con mis padres sobre las noticias de la mañana y después de acompañarlo a la puerta y besarme hasta que mis labios quedaron rojos e hinchados, se marchó. Dejándome con una sensación de anhelo y necesidad en el pecho difícil de explicar.

   Lo anterior quiere decir que hace pocas horas que lo vi. Incluso me envió un mensaje de buenos días por la mañana, acompañado de una tierna foto suya, pero aun así lo extraño.

   — ¿Buscas a alguien?

   La dubitativa voz de Yuta me hace dar un respingo.

   —N-no, sólo buscaba la mesa libre.

   Me pongo incómodo y aquello da pauta para que mi amigo haga una mueca de lado, sin creerme nada.

   — ¿Estás buscando a Jaehyun tal vez?

   ¿A Jaehyun? La verdad es que ya ni siquiera me acordaba de él. Me siento un completo idiota, literalmente me besé con él hace menos de una semana y por arte de magia ya lo olvidé.

   —Ah... pues creo que sí.

   — ¿No se han visto desde la fiesta?

   —No.

¿Cómo es que sabe lo que pasó en la fiesta? ¿Fuimos demasiado obvios?

   —Pues es tu día de suerte, Jaemin —Yuta me muestra su perfecta sonrisa cuadrada y se acerca hacia mí. Simulando contarme un secreto—, porque acaba de llegar con Jungwoo, ¿quieres que lo llame?

   Levanto la mirada y compruebo que efectivamente Jaehyun y Jungwoo acaban de entrar a la cafetería, buscando con la mirada una mesa disponible para sentarse.

   —No es necesario —respondo rápidamente. Yuta no puede llamar a Jaehyun todavía no me siento listo para hacerle frente—. Lo puedo ver después, no te preocupes.

   —Pero si hace nada lo estabas buscando. No seas penoso y háblale.

   —No es pena, de verdad, pero no es necesario que tú...

   Y le grita. Pues por supuesto que sí.

   Pero no sólo hace eso, sino que además se pone de pie y levanta sus brazos al aire para hacerse notar por sobre toda la gente. Yuta suelta una carcajada cuando lo golpeo en las costillas y no sé porque se toma esto con gracia cuando es evidente que tengo ganas de matarlo. Ni siquiera había pensado en cómo demonios voy a manejar ésta situación. Creo que muy dentro de mí estuve posponiéndolo porque soy un cobarde y no quiero reconocer que me porté como un idiota.

   Jaehyun nos mira y después de señalarnos con el dedo, sonríe con entusiasmo, mostrando sus hoyuelos. Jungwoo lo sigue y juntos se abren paso hacia nuestra mesa. Lo único que puedo hacer mientras tanto es jugar nerviosamente con las manos debajo de la mesa y rezar porque Jaehyun no esté esperando mucho de mí. De hecho estaría genial que no esperara nada. El beso que compartimos en su auto no debe ser demasiado importante y con la apariencia y popularidad que se carga espero que sea el típico casanova que consigue conquistas de una noche y luego las desecha.

   Por favor que así sea, por favor que así sea.

   —Hola chicos —Jungwoo es el primero en saludar, acercándose hacia mí para darme un beso en la mejilla. Yuta es un poco más reacio con las muestras de afecto y sólo le estrecha la mano—. ¿Qué tal va su mañana?

   —Del asco —Yuta contesta, haciéndose a un lado para que ambos se acomoden en la mesa—. Renjun ya tiene como una hora formado.

   —No seas exagerado —intervengo y pongo los ojos en blanco—. No creo que lleve ni los diez minutos.

   Jaehyun se acerca a saludar y yo trato de postergar el encontrarme con él, pero desde el momento en que se sienta a mi lado y me dedica una deslumbrante sonrisa, entiendo que eso es algo que no va a pasar.

   —Hola Jae, ¿Cómo estás? ¿Llevan mucho esperando?

   Luce tan contento con solo dedicarme esas simples palabras, que duele. Duele porque he sido un completo idiota y ahora tengo que encontrar la forma más sutil y amable de decirle que no estoy interesado en él.

   Pero esa sonrisa y ese sentimiento genuino de felicidad que muestra con mirarme y hablarme, me hace desistir. No es correcto que lo haga ahora, sobre todo porque tenemos personas a nuestro alrededor que nos miran. Si ya he sido un hijo de puta una vez entonces es mi deber no serlo dos veces.

   —En realidad no tanto, a Yuta le gusta exagerar las cosas —sonrió y ruego interiormente para que se aleje un poco. Nuestras sillas están tan juntas que siento como si lo tuviera literalmente encima de mí—. ¿Ustedes no van a pedir nada?

   —Yo quería hacerlo, pero al parecer Jaehyun tenía que saludarte primero —Jungwoo lo delata y hace un puchero—. Ni siquiera me dejó regresar por Yukhei para preguntarle que quiere.

   —Eso no es cierto —a Jaehyun las mejillas se le incendian y por encima de mi hombro le lanza una mirada asesina a su amigo—. No había mesas disponibles y creí que sería más fácil si todos nos sentábamos en una.

   —No te preocupes Jaehyun no tienes que ponerte incómodo. Jaemin también te estaba buscando, casi se le salen los ojos cuando te ve, ¿no lo notaste?

   Tengo ganas de tomar uno de los tenedores con los que las chicas de al lado están comiendo su ensalada para encajárselo a Yuta en la pierna. ¿Qué demonios pretende diciendo eso? ¡Lo único que está logrando es que las cosas se mal interpreten más y más!

   ¡Qué necesidad la de la gente por emparejarme con él, por Dios!

   —En realidad yo no...

   Pero no puedo continuar, porque Renjun ya ha llegado con la bandeja que tiene nuestras bebidas. Al vernos a mí y a Jaehyun juntos levanta una ceja y a pesar de que su expresión es pícara se ahorra cualquier comentario inapropiado y con ello la posibilidad de joderme. Porque si Yuta es indiscreto, mi mejor amigo lo es mil veces más.

   —Hola chicos —Renjun saluda a nuestros inesperados invitados y se sienta, quedando en medio de mí y de Jungwoo—. ¿Tienen hora libre?

   —No, sólo el descanso de la clase de matemáticas —Jungwoo bufa y se cruza de brazos—. El viejo despiadado nos da diez minutos para que "tomemos aire y despejemos la cabeza".

   —Al menos les da tiempo —señalo, tratando de hacer la conversación para todos.

   —Supongo que en eso tienes razón —Jungwoo me sonríe y se me hace un poco extraño no verlo ponerse histérico por las tonterías de Yukhei. Debe estarlo echando de menos.

   — ¿Y Jeno? ¿No está con ustedes?

   Sería una mentira decir que aquello no nos toma a todos por sorpresa.

   Juro que a veces no entiendo a Renjun, mucho menos lo que quiere. ¿Ahora que pretende interesándose por él? Si justo frente a estas mismas personas dijo que Jeno lo aburría y que no aguantaba pasar ni un día completo con él.

   — ¿Por qué se quedan callados? ¿Nadie me va a contestar donde está mi novio?

   Me encajo las uñas en la palma de la mano y pierdo la vista en el batido que creía poder disfrutar antes de esto. Así que todavía cree que están juntos, estupendo, esto era justo lo que me faltaba. Que Renjun esté negado a romper con Jeno.

   —Lo siento —Jungwoo es el único que parece querer contestarle— es que pensé que ustedes...

   —No —Renjun lo interrumpe tajantemente—, no te disculpes. Entiendo que ese día en la fiesta las cosas se pudieron mal interpretar. Pero aún estamos juntos. Así que no me miren como si me hubiera salido un tercer ojo o algo así.

   Se suponía que Jeno iba a dejarle clara su ruptura. Me aseguró que hablaría con él otra vez y que de esa manera le dejaría más claras las cosas. Tenía entendido que ya lo había hecho, pero mi mejor amigo tiene cara de no saber nada.

   En este momento solo tengo dos opciones: o confiar en Jeno o creerle a Renjun.

   Siento que la cabeza me da vueltas.

   —Creo que se quedó en el salón. Estaba ayudando a una chica a terminar sus deberes —Jaehyun interviene y mira a mi mejor amigo con una sonrisa. Ajeno a todo lo que está pasando—. ¿Quieres que le digamos que te busque?

   Renjun parece pensárselo y yo estoy tentado a contestar por él. Pero es algo que no me incumbe y por más que me moleste la idea no puedo impedir que se continúen viendo.

   Joder, esto es tan desagradable.

   —Gracias Jaehyun, pero creo que mejor lo busco yo más tarde —Renjun se encoge de hombros, estira su brazo y toma su batido para darle un sorbo. Cambiando una vez más de actitud—. ¿Ya pensaron en su disfraz para la fiesta de esta noche?

   — ¿Esta noche? —pregunto con incredulidad—. ¿Ya es esta noche?

   — ¿No lo recordabas?—Jaehyun pregunta con lo que parece, es un poco de decepción—. Pensé que por eso me estabas buscando. Aun no decidimos nuestros disfraces.

   Mierda, le prometí que usaríamos lo mismo para la fiesta de Jisung. No puedo creer que mi ensimismamiento haya llegado al extremo de desconectarme de la realidad.

   —Claro que me acordaba —miento, soltando un bufido para intentar parecer indignado—. Pero en lo que no había pensado es en los disfraces, ¿tú tienes una idea?

   —Estaba pensando que podríamos ser vampiros —agrega con timidez y sus hoyuelos se marcan un poco—. ¿Te agrada?

   — ¡Claro! Me encantan los vampiros.

   —Y no sólo los vampiros.

   Renjun me susurra al oído y luego me hace cejitas. Le doy un codazo nada disimulado en las costillas que bien pudo haberle dolido, pero ni así desiste de lanzarme miradas pícaras, como si yo estuviera coqueteando descaradamente con Jaehyun cuando claramente no es así.

   —Pues Yukhei y yo vamos a ser momias —Jungwoo por suerte me salva y aporta su plan con el rostro lleno de ilusión—. ¿Y tú Ren?

   —No sé, todavía no hablo con Jeno, supongo que lo decidiremos hasta más tarde. ¿Yuta?

   —A mí ni siquiera me invitaron.

   Bueno a veces se nos escapan ese tipo de detalles.

   —Puedes venir con nosotros —me apresuro a invitarlo para que no se sienta desplazado—. Chenle dijo que entre más personas fueran, mejor.

   —No estoy seguro de que sea una buena idea, además no puedo ir sin Winwin.

   —Pues llévalo y problema resuelto —Renjun deja su bebida sobre la mesa y se limpia la comisura de la boca con una servilleta—. La fiesta va a ser en casa de Chenle y empieza a las siete y media. ¿Quieren que nos veamos todos en mi casa media hora antes?

   Es una buena idea, considerando que ni siquiera sé dónde demonios vive Chenle.

   —Yo estoy de acuerdo —digo, mirando a mi mejor amigo—. ¿Qué dicen ustedes?

   —Por mi está bien —Jaehyun dice a mi espalda—. ¿Jungwoo?

   —Bien.

   —Le preguntaré a Winwin —Yuta es el último en contestar.

   —Entonces los veo a en mi casa a las siete en punto.

   Le tomamos la palabra a Renjun y después de terminar con nuestros batidos acompañamos a Jungwoo a comprarse un pastelillo de chocolate, una bolsa de papas, una gaseosa y un jugo. Ahora entiendo porque Jeno me dijo que su amigo era realmente la definición de un hambriento. Todo el tiempo parece tener hambre.

   Nos despedimos en el pasillo de Jungwoo y Jaehyun. Yuta dice que va a buscar a Winwin para decirle sobre la fiesta y de esa manera es como Renjun y yo nos quedamos solos; tomados del brazo en el pasillo, para dirigirnos al laboratorio. Me alegra que Jaehyun no haya sido intenso con su despedida, sólo me dio un beso en la mejilla y la promesa de ponerle mucho empeño a su disfraz.

   —Así que vas a ser la pareja de un vampiro sexy.

   Ya decía yo que se estaba tardando en burlarse de mí.

   —Cállate, no sabía que más sugerir. Además, ni siquiera me acordaba de la fiesta.

   — ¿Por qué te empeñas tanto en rechazar a Jaehyun? —Renjun arquea una ceja y pregunta con verdadera curiosidad—. Es lindo y es evidente que también te agrada.

   — ¿Por qué piensas eso?

   —Bueno, no es un secreto para nadie que se besaron después de la fiesta.

   Freno sobre mis pasos y lo obligo a detenerse también. Lo miro a los ojos y siento como si el pánico y la incredulidad se desbordaran por mi cuerpo.

   — ¿Cómo sabes eso?

   —Tengo mis fuentes.

   —Hablo en serio Renjun —pongo mi expresión más seria y le ruego a todos los dioses porque entienda que no estoy bromeando—. ¿Él te lo dijo?

   —Oye tranquilo, no es nada grave. No te pongas así por un beso.

   ¿Un beso? ¡Un beso que no quería! ¡Un beso que di por idiota e inconsciente!

   —No tenía por qué decirlo —murmuro, tan bajo que parece ser para mí mismo—. No tenía derecho de hacerlo.

   —No lo dijo públicamente, no sé a quién se lo contó primero, pero supongo que ese alguien fue Yukhei. Es el único que no podría ser capaz de guardarse algo así.

   Maldito Yukhei, debí suponerlo. ¿Eso significa que es un boca suelta? De ser así ahora no sólo tengo el problema de que todos sepan que me bese con Jaehyun, sino que además corro el riesgo de que cuente que Jeno termino ebrio afuera de mi casa, llamándome precioso y gritando que por fin terminó con Renjun.

   — ¿Fue todo lo que dijo? —cuestiono con cautela—. Quiero decir Yukhei.

   —Que yo lo recuerde si —Renjun se encoge de hombros y su gesto aunque sencillo, me da un poco de confianza—. Ahora deja de ser tan dramático y mejor dale una oportunidad. Se nota a kilómetros que se muere por ti

   —Tres cosas —pongo un puño frente a mi rostro y levanto mis dedos con cada punto—, no soy dramático, no está loco por mí y ya te dije que Jaehyun no me gusta.

   — ¿Ah no? ¿Entonces porque lo besaste?

   Porque soy un idiota, quiero responder, pero eso ni siquiera tiene sentido. Es una contradicción a voces decir que no me gusta, pero admitir que si nos besamos.

   Maldita sea, ¿en qué lío me he venido a meter?

   —Ren de verdad no estoy interesado en Jaehyun, es todo lo que te puedo decir por ahora.

   Es todo lo que tengo el valor de decir por ahora.

   — ¿Estás seguro?

   —Sí —suspiro y vuelvo a tomar de su brazo para continuar caminando—. Yo... tengo algo importante que decirte. Pero no ahora. No te preocupes.

   —Siento decirte que ya me he preocupado.

   —Pues no lo hagas.

   Ahora es él quien se detiene y me mira fijamente. Sé que no entiende la mitad de las cosas que le estoy diciendo, pero no puedo decirle la verdad ahora. Esta es probablemente una de las últimas veces que vamos a salir juntos y no quiero arruinarlo.

   No quiero perder a mi mejor amigo todavía.

   —Últimamente sí que estas raro, ¿eh?

   Asiento pero él no parece molesto, sólo extrañado. Termina riéndose de mi expresión porque dice que estoy más pálido que un fantasma y cuando vamos a doblar la esquina del pasillo principal para ir a los laboratorios, una persona choca contra nosotros.

   Levanto la mirada para disculparme y veo que se trata de una mujer. Una que venía tan centrada en su teléfono celular que ni siquiera le dio tiempo de vernos.

   — ¿Señora Lee?

   Yo pensaba que sería buena idea disculparme primero, pero es evidente que Renjun ya ha reconocido a esta persona. No me sorprende, los padres de Renjun tienen amigos en todas partes, es normal que saluden a mi mejor amigo o viceversa.

   — ¿Renjun?

   Renjun asiente, sonríe y se aparta de mi lado para abrazarla.

   — ¡Hace tanto tiempo que no te veía cariño! —ella dice con alegría, dándole un tierno beso en la frente—. Casi no te reconozco. ¡Mírate nada más! Mi hijo es afortunado, estás guapísimo.

   Y aunque al principio me cuesta un poco, término por entender quién es la persona que tengo parada frente a mí.

   En realidad no es del todo un monstruo. La apariencia física le ayuda mucho a disimular lo horrible y despiadada que es por dentro. Su sonrisa es cálida, sus ojos brillosos y su rostro es simplemente hermoso. El cabello color chocolate le llega hasta los hombros y su vestimenta es formal, pero sin ser anticuada. Lleva unos pendientes amarillos que parecen de oro y una diadema roja que realza adecuadamente el color de su piel.

   Es una mujer hermosa y elegante, pero me cuesta creer que alguien que luce tan bien por fuera, pueda ser tan mala por dentro.

   —... go Jaemin.

   La sola mención de mi nombre es suficiente para hacerme salir de mi ensoñación y recibir a tiempo la pequeña mano que se extiende frente a mí.

   —Mucho gusto Jaemin —ella dice con una sonrisa cortés—, soy Lee Krystal, encantada de conocerte.

   Nunca pensé en un posible nombre para el tormento de Jeno, pero ahora que lo sé no puedo imaginarme a esta mujer llamándose de otra manera. Krystal, es un nombre que va con ella; fuerte, rudo, frío...

   No me está dando ningún motivo para tratarla con descortesía, o para mirarla con los ojos entornados, pero es imposible para mí pasar por alto el hecho de que su madre, esa persona que debería ser la encargada de amar a Jeno con todo el corazón, es quien más daño le infringe.

   —Jae, ella es la madre de Jeno, ¿No es hermosa? Siempre que la veo se lo digo.

   — ¿Qué cosas dices Ren? —ella suelta una carcajada y eso es aún peor porque esto no encaja para nada con las descripciones de mi cabeza. La persona frente a mi luce amigable y despreocupada, como si fuera una madre muy cool que intenta llevarse bien con los amigos de su hijo—. Tan encantador como siempre, pero no creas que olvido que nos tienes abandonados. Sehun no deja de preguntar por ti, ¿Por qué ya no has ido a visitarnos?

   ¿Sehun? ¿Es ese el nombre de su padre?

   —Jeno ha estado ocupado últimamente —Renjun se encoge de hombros—. Pero prometo que en cuanto tenga tiempo iré. Extraño mucho sus pasteles de naranja. Algún día deberías probarlos Jae, la señora Lee es fantástica cocinando.

   Sé que debería decir algo, darle un cumplido, incluirme en la conversación o qué sé yo. Pero es que, no puedo.

   Sencillamente no puedo.

   —Son bienvenidos —la madre de Jeno estira la mano y acaricia el cabello de mi mejor amigo con gentileza—. Puedo preparar todo lo que quieras, cariño. Aun cuando mi hijo no te lleve a casa, puedes ir por tu cuenta. Lo sabes, ¿verdad?

   —Claro que sí, señora Lee. ¿Vino usted por Jeno?

   —En realidad tuve una junta con el director, quería hablarme de una propuesta interesante para él.

   ¡Ay por favor! ¿Vino por él? ¿Después de haberle dicho a la cara que no quería ser molestada por cosas insignificantes como el reconocimiento que le dieron? ¿De verdad tiene el descaro de decir esto?

   — ¿Propuesta interesante? —Renjun pregunta con curiosidad.

   —Sí —una sonrisa que no me gusta de nada se plasma en su rostro—, no puedo decirte de que se trata, pero seguro que a Jeno le termina encantando.

   No lo creo, pienso, porque desde hace mucho tiempo Jeno dejó de esperar cosas buenas de usted.

   —Espero que sí, a veces creo que se obsesiona demasiado con la escuela. Debería salir un poco de la rutina, ¿no cree?

   —Tienes roda la razón, cariño.

    Antes me costaba creer que Renjun desconocía todo lo que pasaba con Jeno y su familia. Pero ahora, al ver la forma tan cálida que tiene esta mujer de hablarle, de envolverlo en su dedo meñique con palabras dulces y ofrecimientos corteses, entiendo que todo esto es más complicado de lo que imaginé.

   Porque es obvio que Renjun no sospecha que detrás de esa hermosa cara de felicidad, se esconde una persona que es capaz de destruir a su propio hijo. Que incluso es capaz de romper su reconocimiento y darle una bofetada en la cara el día que le dijeron que era el mejor promedio.

   — ¿Hay algo en lo que pueda ayudarla?

   —Estoy un poco perdida cariño, ¿te importaría decirme donde está la cafetería? Me dijeron que quedaba por aquí, pero creo que ya me desvié.

   — ¿Qué es lo que necesita?

   —Un café estaría bien.

   —Puedo acompañarla si quiere —Renjun se gira a mirarme—, ¿te molesta si te dejo solo Jae?

   —Oh, no es necesario —se interpone y me regala una sonrisa educada a pesar de que no he sido yo el que puso objeción—. Puedo llegar sola, no quiero quitarles tiempo de clase.

   —De acuerdo, pero si tiene algún inconveniente puede pedir ayuda a cualquiera de los estudiantes. No se deje llevar por sus caras, son buenas personas.

   La madre de Jeno suelta una risita y escucha atentamente las instrucciones de Renjun para llegar a la cafetería.

   —No olvides cumplir tu promesa, Ren, te espero en casa pronto, ¿Cuándo vas a ir?

   —Supongo que eso depende de Jeno.

   —Ahora pasa demasiado tiempo con su tía, creo que ya hasta se olvidó de nosotros. ¿Por qué no lo convences de que regrese? Ya sabes que a ti siempre te escucha.

   No puedo creer, sencillamente no puedo creer como ella está manipulando todo con tanta facilidad. ¿Qué gana con lavarle el cerebro a Renjun de esta forma? ¿Por qué quiere tener a Jeno de regreso?

   Tenso la mandíbula y estoy a nada de decirle a esa mujer que yo ya sé quién es, que no tiene que tratar de comerle la cabeza a mi mejor amigo para conseguir lo que quiere. Pero ella debe de tener buena suerte, o yo una muy mala, pues Renjun termina interviniendo de manera inocente y eso me frena de comenzar una pelea.

   —No sabía eso señora Lee, pero cuando lo vea esta noche se lo diré.

   —De acuerdo cariño. Entonces creo que los dejo. No olvides saludarme a tus padres, en especial a JongIn, hace mucho tiempo que no sé nada de él —ella sonríe y debo de estarme volviendo loco porque por un segundo parece nostálgica.

   ¿La madre de Jeno conoce al padre de Renjun? Wow, esto realmente no me lo esperaba.

    —Claro que sí señora Lee. Con gusto les hago llegar sus saludos. Cuando quiera sabe que nos puede visitar.

   —Lo sé Ren. También espero que cumplas tu promesa de hablar con Jeno y convencerlo de regresar casa, prometo hacerte pan de naranja si lo logras.

   Renjun asiente y sonríe.

   —También tú estás invitado querido —ella me lanza una mirada acompañada de una sonrisa, pero yo me siento incapaz de regresarle el gesto con educación—. Ahora si me voy, que no se les haga tan tarde. Suerte con sus estudios.

   Renjun se despide de ella con un cálido abrazo y en contra de mi voluntad tengo que estrecharle la mano. En este momento tengo muchos sentimientos encontrados. Creo que hasta podría ponerme a gritar.

   —Es una mujer amable y muy hermosa, ¿verdad? —Renjun dice una vez que nos ponemos en marcha hacia el laboratorio, tomándome del brazo—. No entiendo porque Jeno siempre se queja de ella. ¿Ahora ves por qué el otro día te dije que no te creía? ¡Ella es incapaz de hacerle daño!

   No sabes nada Ren, pienso con tristeza. No sabes nada.

   —Tienes razón, yo me equivoque.

   Mi respuesta lo deja satisfecho.

   —Pues por supuesto que la tengo.

   No sabes nada. 

Mi intento por parecer un vampiro es bastante lamentable. Lo único que tengo que decir en mi defensa es que nunca antes me había maquillado yo solo. Normalmente es mi madre quien lo hace, pero como ni siquiera recordaba que hoy era la fiesta, olvidé pedírselo y ahora ya es demasiado tarde, porque ya está en el trabajo y no va a regresar hasta la noche.

   No he hecho más que ponerme pintura blanca en la cara y un poco de sangre falsa por las comisuras de la boca. Es el maquillaje más básico que pude intentar y aun así creo que fue la decisión más acertada. Considerando lo malo que me salió algo tan sencillo, dudo que un maquillaje más elaborado saliera bien.

   Uso un pantalón y una camiseta negros, esperando darle ese toque gótico a mi apariencia. Para cuando estoy maquillado y cambiado todavía tengo veinte minutos antes de que se cumpla la hora acordada. Jaehyun me envió un mensaje y estuvo a punto de venir por mí para irnos juntos, pero de forma sutil le dije que no podía dejar que Renjun se fuera solo. Sino entendió mi rechazo como una indirecta de que no quiero estar a solas con él, entonces no sé qué demonios tengo que hacer para dejárselo claro.

   Porque tengo que hacerlo. No puedo continuar alimentando sus falsas esperanzas. Lo he decidido y si hoy en la noche intenta algo, le diré que es un buen chico, pero que no estoy interesado.

   Sólo espero no quedar tan hijo de puta como lo siento.

   Me pongo una chaqueta negra de cuero para complementar mi "disfraz", tomo las llaves de la casa y me las meto a los bolsillos. Verifico que mis padres hayan dejado todo cerrado (incluida la llave del gas) y después de darme un último vistazo en el espejo, salgo hacia casa de Renjun. Y como tengo todavía algunos minutos, decido ahorrarme lo del taxi e irme en autobús.

   Tomo asiento en los últimos lugares y quince minutos después ya estoy afuera de la casa de mi mejor amigo. Las manos me sudan con anticipación y un montón de sanciones nerviosas me revolotean en el estómago. Jeno no confirmó su asistencia y yo no le envíe un mensaje por miedo a escuchar una respuesta negativa.

   La imagen de su madre todavía sigue fresca en mi memoria y la verdad es que no sé qué pensar. Hay tantas cosas que no encajan que no puedo ni hacer una teoría sobre lo que sucede con Jeno y su familia. Quisiera que por fin fuera sincero conmigo y me dijera de una buena vez que es lo que está pasando.

   Y que Renjun todavía lo considere su novio es otro problema, no solo para él, sino para mi maldita paz interior que amenaza con desaparecer sino aclaro este lío pronto.

   —Fuiste más puntual que los demás. Estoy sorprendido.

   ¿Cuándo fue que llegue hasta la puerta de Renjun? Dios, de verdad debería ubicarme. Parece utópico que ahora este frente a mí y me mire de frente.

   — ¿Soy el único?

   —Nah, Yukhei y Jungwoo ya están adentro. A punto de terminarse la alacena de la cocina, por cierto. Deberías convencerlos de parar. Nos vamos a quedar sin comer por toda la semana.

   Hago una mueca y Renjun se hace a un lado, dejándome pasar. Voy directamente hacia la cocina y me encuentro con que efectivamente Jungwoo y Yukhei, vestidos de momias, se están comiendo una caja de cereal a puños.

   Es una escena bastante perturbadora, si me lo preguntan.

   — ¿No han pensado que Chenle les va a dar bocadillos? No hay necesidad de dejar a una familia entera sin comer.

   —Eshque su shereal esh muy buenosh —Jungwoo responde, todavía con cereal en su boca—. ¡Pruébalo!

   —Creo que paso. Pero gracias.

   Jungwoo se encoge de hombros y sigue comiendo. Yukhei se acerca para tomar un poco pero su novio no lo deja. Creo ambos son una pareja bastante extraña, pero aun así adorable.

   El timbre de la puerta se alza por encima de su absurda pelea, Renjun bufa y me pide que los vigile, pero en realidad no lo hago. Prefiero seguirle el paso y ver quiénes son sus siguientes invitados.

   —No llegamos tan tarde —es lo primero que dice Yuta del otro lado de la puerta. Tiene una peluca gris y Winwin el cabello blanco. No entiendo de que están disfrazados—. ¿Verdad?

   —Considerando que eres tú, entonces no.

   — ¡Genial!

   Yuta toma de la muñeca a su novio, que no ha saludado a Renjun más que con un tímido movimiento de cabeza y luego se lo lleva hacia la sala, sin reparar en mi presencia. Y cuando mi mejor amigo está a punto de cerrar la puerta, un invitado más aparece.

   Uno que me deja sin aliento.

   Por desgracia no soy el único impresionado, pues incluso Renjun se ha quedado petrificado en su lugar, parpadeando, mirándolo fijamente como si fuera la primera vez que lo hace.

   Los celos ni siquiera tienen espacio en mí en este momento. Puedo entender perfectamente a mi mejor amigo porque... joder, Jeno se ve tan guapo que las palabras no alcanzan para honrarlo correctamente.

   Su deslumbrante apariencia para esta noche no radica en su disfraz, que de hecho es tan o más básico que el mío; tiene puestas en la cabeza unas orejas afelpadas grises que parecen las de un gato o las de un lobo, a juego con unos sencillos jeans negros y unas botas de cuero. Ni siquiera sé de qué está disfrazado. Al parecer improvisó al igual que yo.

   Lo que en realidad le da un aspecto para ponerte a babear, es su camisa blanca ajustada que tiene desabrochados tres botones de la parte superior, rebelando parte de su esculpido pecho y sus clavículas marcadas. Y su cabello, Dios, realmente su cabello es la mejor parte. Lo ha teñido de negro y lo lleva despeinado de manera casual, amenazando sin piedad con darme un paro cardíaco.

   ¿Por qué dejó el blanco? ¿Por qué decidió negro? ¿Por qué no tiene consideración con mi pobre corazón?

   Falta poco para que me ponga a babear como un estúpido, de eso estoy seguro.

   —Hola, Ren —dice y después le dedica una sonrisa que si bien no hace de sus ojos dos medias lunas, sigue siendo linda y amable—. ¿Cómo estás?

   Mi mejor amigo se queda embobado en la puerta, todavía mirándolo como si no pudiera creerlo. No sé a ciencia si está shockeado por su cambio de look o si simplemente está molesto por verlo. A estas alturas ya puedo esperarme de todo con su actitud.

   —M-mal, ¿por q-qué no respondiste mis mensajes? —no puedo creer lo que veo, ¿Huang Renjun está tartamudeando?—. Te pregunté desde la mañana por lo que íbamos a usar.

   —Tenemos las orejas de hace dos años, pensé que era algo bastante obvio.

   Su tono de voz es distante, pero sin llegar a ser grosero. Y es entonces que aquí, parado en el marco de la cocina, observándolos interactuar desde lejos sin la posibilidad de que se sientan espiados o presionados por hablar, me cuesta imaginarlos a ambos en una relación. Es cierto que cuando los veía juntos en el pasado charlaban y se tomaban de la mano, lo típico que podría hacer una pareja de novios, pero ahora, después de conocer un lado tan apasionado y romántico de Jeno, me cuesta creer que siempre se mantuviera tan propio con él. Con su novio.

   —Supusiste mal, Jeno. Ni siquiera recuerdo donde dejé mi diadema.

   —Pues tienes como... —Jeno saca su teléfono celular y lo mira superficialmente —, quince minutos para buscarlas. Y sino no hay problema, no es obligatorio que los dos vayamos vestidos igual.

   Renjun se queda callado y estoy casi seguro de que planea lanzar un comentario mordaz. Mi mejor amigo no es una persona que se deje intimidar, y después de ver como humilla a Jeno sin razón aparente, es lógico pensar que va a decirle algo desagradable por su insinuación.

   —Las voy a ir a buscar.

   Es lo único que dice con cautela; sin insultarle, gritarle o decirle que es un aburrido. Es prácticamente como si le diera la razón, como si lo dejara ganar.

   Me quedo sorprendido y Jeno también lo hace, pues su expresión segura cambia a una confusa. No obstante, después de que Renjun se hace a un lado para que pueda pasar, Jeno atraviesa el pasillo y agacha la mirada, plasmando una emoción nueva que esta vez no entiendo.

   Quisiera saber lo que está pensando.

   Se acerca lentamente hacia la cocina y yo vuelvo a tomar mi lugar en la barra, tratando de actuar con naturalidad. Estiro la mano y tomo una de las tantas cajas de cereal que Jungwoo y Yukhei han saqueado de la alacena y la leo con repentino interés.

   — ¡Ya llegaste men! Y vestido de dog. ¿Por fin lo entendiste? Siempre te dije que eras igual a uno.

   Yukhei se emociona y se apresura a saludarlo. Yo por mi parte, como estoy de espaldas a la puerta puedo darme el lujo de ignorar su llegada. No quiero ponerme a babear al tenerlo cerca. Eso sería demasiado vergonzoso.

   —Obviamente no es un perro —Jungwoo lo defiende y se sacude las manos, probablemente de las pelusas del cereal—. Es un hombre lobo, ¿verdad Jen?

   —Algo así. Ni yo mismo sé lo que soy.

   Responde y yo lo siento como si estuviera detrás de mí. Cumple mi teoría cuando coloca una de sus manos en mi espalda y como el banquito en el que estoy es giratorio, me obliga a girar y a mirarlo de frente.

   —Hola, Jae.

   Es un saludo casual y hasta cierto punto inocente, aun así no puedo evitar pensar en sus amigos y mirarlos, para ver si tiene alguna reacción extraña. Pero me encuentro con que no la tienen. Es más, ni siquiera estoy seguro de que les importe, están tan concentrados en comer cereal que parece que no tienen cabeza para nada más.

   —Hola, Jeno. —respondo con un hilo de voz. Deseando que quite su mano de mi cuerpo. Sus toques me están quemando.

   Y es más que error mirarlo a los ojos; porque siento que me pierdo en ellos y antes de que cometa una tontería termino por desviar la mirada.

   — ¿Otra vez no quieres mirarme? —susurra, considerablemente cerca de mi oído—. No me ignores precioso, eres un lindo vampirito está noche, ¿no es verdad?

   Trago saliva y me miro las manos.

   —Los vampiros no son lindos —murmuro, girando la cabeza poco a poco para encontrármelo de cerca, muy, muy de cerca.

   Miro sus ojos oscuros y después a su dulce e hipnotizante boca. Me relamo los labios y siento que los latidos de mi corazón me martillean en los oídos. Él aferra los dedos a mi cadera y se acerca aún más, poniéndome nervioso.

   —Jeno, basta —digo firmemente, pero las piernas ya me están temblando—. Tus amigos están aqu...

   Y me besa.

   Sin importarle que Jungwoo y Yukhei puedan vernos si deciden prestarnos atención. Sin importarle que estemos en casa de Renjun y que éste pueda entrar por la puerta en cualquier momento. Sin importarle que podamos ser descubiertos por Yuta y Winwin que están en la sala.

   Sin importarle nada más que besarme.

   Sinceramente no sé quién de los dos está peor, si él por atrevido o yo por inconsciente, pues me sorprendo a mí mismo respondiéndole el beso con entusiasmo. Y aunque incluso tiene el valor de querer profundizarlo, lo aparto a tiempo, poniendo una mano en su pecho para frenarnos de hacer algo de lo que después nos podamos arrepentir.

   —Jeno, por favor.

   Parece escucharme cuando jadea y recarga su frente contra la mía.

   —Te quiero Jae.

   —B-basta, Jeno —siento que las mejillas se me incendian—. Lo digo en serio.

   El muy maldito podría disfrutar de verme sufrir, pero sorpresivamente se apiada de mi pobre alma y por fin se separa, regalándome una preciosa sonrisa antes de caminar hacia Yukhei y quitarle la caja de cereal para regresarla a la alacena.

   Los escucho discutir, pero es como si todo estuviera desarrollándose en un lugar muy lejano. Me llevo una mano hacia los labios y me los toco, no puedo creer que me haya besado, no puedo creer que yo lo haya besado.

   ¿Nos estamos volviendo todos locos acaso?

   —No más chucherías —escucho a Jeno decir—. Se van a acabar la despensa de Renjun.

   —Eres un aguafiestas —Jungwoo se queja y corre la misma suerte que su novio al ser despojado de su caja de cereal.

   —No creo que en la fiesta no les den nada. Controlen su hambre aunque sea por cinco minutos, por el amor de Dios,

   Jungwoo hace un puchero que me parece de lo más adorable. Creo que tengo un problema serio con este sujeto porque todo lo que hace se me hace sumamente tierno. No sé cómo le hace Yukhei para no explotar de amor cada que lo ve.

   —Si en casa de Chenle no hay comida entonces voy a matarlos.

   — ¿No has comido lo suficiente? Todavía ni siquiera es la hora de cenar —Jeno refuta, mientras regresa las cajas de cereal a su lugar.

   Sé que es una observación estúpida, pero la manera en como sabe dónde se ubica cada cosa me hace sentir una puñalada de inseguridad en el pecho. Recuerdo las palabras de su madre y tengo miedo de que una vez más sea obligado a vivir un infierno. No quiero que Jeno vuelva a pasar por eso. Ahora parece más libre, más alegre de poder vivir su vida y yo no quiero que su felicidad termine por el egoísmo y la manipulación de su propia madre.

   —Bien, ya estoy listo.

   Renjun ingresa a la cocina mientras se sube el cierre de su chaqueta roja. Trae las mismas orejas que Jeno, pero todo lo demás diferente. No lucen propiamente como una pareja pero debo admitir que ambos se ven muy bien.

   Juntos.

    Maldita sea, yo mismo tengo una forma impresionante para joderme la existencia.

   —Hey ambos son hombres lobo —Jungwoo sonríe y da brinquitos sobre su lugar con emoción—. ¿Me dejan tomarles una foto? ¡Son tan lindos!

   Jeno está a punto de contestar pero Renjun lo interrumpe.

   — ¡Claro! Pero asegúrate de que yo salga bien.

   Jungwoo saca su teléfono y se dispone a sacar la foto. El timbre suena y como no quiero presenciar esto, decido que voy a ser yo el que abra la puerta.

   —Yo atiendo —informo, pero nadie me contesta.

   Camino hacia el recibidor, ignorando el sonido de los chasquidos que Yuta y su novio producen sobre el sillón y abro la puerta, encontrándome con Jaehyun.

   —Hola vampiro, ¿estás listo?

   Si a lado de Jeno me siento insignificante, a lado de Jaehyun es mucho peor. Él sí que le ha puesto empeño a su disfraz; trae puesta una capa negra que le llega hasta los tobillos, unos colmillos falsos que lucen muy reales y un estupendo maquillaje que destaca por su sangre color escarlata.

   —Wow, luces genial, Jaehyun, ¿Te maquillaste solo?

   —Mi hermana me ayudo con algunas cosas —se encoge de hombros y sonríe—. ¿Ya llegaron todos los demás?

   —Sí. Solo faltabas tú.

   Lo invito a pasar y estoy dispuesto a llevarlo a la cocina, pero no es necesario pues todos ya están en la sala. Planeando como irnos a casa de Chenle.

   — ¿Vamos a llamar a un taxi? —Yukhei pregunta, tomando de la mano a su novio, a la par que Yuta y Winwin van hacia ellos.

   —Yo traje mi auto —Yuta interviene, mostrándonos con un tintineo su llavero. Espero no ser el único que está notando que tiene el cierre abajo, ¿tanto le cuesta mantener las apariencias?—. Algunos pueden venirse conmigo.

   Jaehyun me mira y sin pedir permiso o darme alguna señal de sus intenciones, toma una de mis manos y la entrelaza con las suyas, dejándome en shock. ¿Cómo debería tomarme esto?

   —También quiero una foto de ustedes. ¡Son tan lindos! —Jungwoo dice de la nada, dando saltitos extasiados hacia nosotros. En un parpadeo saca su teléfono y Jaehyun pasa su mano por mi cadera, atrayéndome hacia él. Debería intentar poner buena cara para la foto pero no estoy muy seguro de poder lograrlo, así que cuando Jungwoo toma sus fotografías no garantizo que haya salido bien.

   Siento una mirada fija sobre mí y ni siquiera tengo que levantar la mirada para saber de quién se trata.

   — ¿Entonces? ¿Quién se viene con nosotros? —Yuta insiste.

   —Yo también traje mi auto —Jaehyun me mira y saca de su bolsillo trasero su juego de llaves—. Jaemin puede venirse conmigo

   —Yo no lo creo.

   Levanto la mirada y observo a Jeno con horror. No puedo creer que haya dicho eso. ¿Acaba de volverse loco? ¿Cómo se le ocurre decir algo así?

   Para variar Renjun frunce el ceño y se dedica a mirarlo con extrañeza. Contengo la respiración y noto que no es el único que se ha desconcertado, también Yukhei y Jungwoo lo miran como si se hubiera vuelto loco.

   —Es que no todos cabemos en tu auto Jaehyun —intervengo, tratando de sonreír pero fracasando por mi voz histérica. Que Jeno mire fijamente a Jaehyun no me ayuda en nada, ¡en nada!—. ¿Por qué mejor no nos dividimos mitad y mitad? Para que todos vayamos cómodos. Esa es una buena idea, ¿no?, ¿no?

   Y ahora Renjun me mira con una expresión desconcertada. Como si en mí buscara la explicación que la situación no puede darle. Jeno por su parte, continúa mirando a Jaehyun y no sé porque tengo la sensación de que cualquier momento va a echársele encima.

   —A mí me parece una buena idea —Yukhei interviene, quizás siendo el único verdaderamente consiente de que es necesario detener este enredo—. ¿Qué les parece si Jungwoo, Jeno y Jaemin nos vamos en mi auto y Yuta, Winwin y Renjun en el de Jaehyun?

   Entiendo perfectamente que las intenciones de Yukhei son buenas, pero es que, maldita sea, ¿no se le pudo ocurrir una manera más estúpida para solucionar las cosas? Es decir, ¿qué justificación tiene para que Renjun y Jeno no vayan juntos?

   —Me parece una buena idea—Jungwoo lo apoya y con eso me deja fuera de contexto. ¿De dónde le ve lo buena idea a esto? ¿¡De dónde!?—. Si Yuta no lleva su auto será mejor. Envíen la ubicación por mensaje, se está haciendo tarde. 

   — ¿Qué dicen? ¿Por qué no mejor dejamos que Jaehyun y Jaemin se vayan juntos? —Renjun agrega, pero no hay que ser demasiado inteligente para notar que sus palabras tienen un trasfondo diferente—. Jeno y yo podemos irnos con ustedes.

   —No queremos que te vayas a aburrir en el camino. Con eso de que no aguantas a Jeno ni por un segundo es mejor que se vaya con nosotros, ¿no crees?

   Si, definitivamente las ideas de Yukhei para solucionar las cosas son un desastre.

   Nunca vi que Renjun mirara con tanto odio y rencor a alguien como hasta este momento. Si los ojos de mi mejor amigo fueran armas, seguro Yukhei ya estaría muerto.

   —Vámonos ya —Jeno dice con voz neutra, por fin dejando de observar asesinamente a Jaehyun.

   Los tres comienzan a caminar hacia la puerta, e inesperadamente Jungwoo me toma del brazo y me obliga a ir con ellos, sin darme tiempo de darle algún tipo de explicación a Renjun o una disculpa a Jaehyun.

   Caminamos en silencio y una vez que Yukhei pone el auto en marcha y pasamos la primera cuadra, Jungwoo se voltea hacia nosotros y nos mira con el ceño fruncido.

   —Muy bien, ¿Qué demonios les pasa a ustedes dos? ¿Por qué de repente están actuando tan extraño? ¿Tienen una idea del problema del que los acabamos de salvar? ¡Renjun y Jaehyun estaban a punto de comérselos vivos!

   Bajo la mirada y me muerdo el interior de la mejilla, sin saber que contestar. Mierda, era lógico que tarde o temprano alguien notara lo que estaba pasando, me parece estúpido que me diera el lujo de extrañarme.

   — ¿No te gustaría cantar una canción de Justin Bieber, amor? —Yukhei trata de aligerar las cosas, encendiendo el estéreo mientras rebusca en los bolsillos de su pantalón, lo que quizá, puede ser su teléfono celular—. Puedo hacer la pose, de boca de pato que tanto te gusta y cantar what do yo mean.

   —Cállate Xuxi, ¿Qué no ves que todo esto es muy extraño?

   El esfuerzo de Yukhei por salvarnos de hablar es en vano. Algo me dice que Jungwoo no es de los chicos que se queda con la duda. Algo me dice que es persistente.

   —Jeno, ¿Qué tienes que decir? Te estoy esperando.

   Miro a Jeno por el rabillo del ojo y a diferencia de mí, él si le está sosteniendo la mirada a Jungwoo.

   —No sé de qué hablas.

   — ¡Claro que sabes! No quieras irte por la tangente Lee Jeno. Desde que Jaehyun llegó no dejaste de actuar como un completo idiota, ¿acaso te cae mal?

   — ¡Hey amor! Tengo tu canción favorita en la lista de reproducción, la de baby, ¿te la canto?.

   Siento un poco de lástima por Yukhei. Aún más por esos gustos musicales.

   —Jeno.

   — ¿Qué?

   —Estoy esperando a que me contestes. No te salve de Renjun por nada, ¿Lo entiendes?

   Jeno se queda otra vez silencio. Joder, esto debe ser difícil para él, estamos hablando de sus amigos, las personas a las que tal vez les tiene mucho aprecio. Es una tortura tratar de reconocer frente a ellos que les ha fallado.

   —Estaba celoso.

   — ¿Qué? —levanto la mirada y Jungwoo y yo decimos al mismo tiempo.

   ¿Jeno celoso? ¿Por qué? ¿De quién?

   — ¿Celoso? ¿De qué? —Jungwoo no sale de su estupefacción. Están tan o más desconcertado que yo.

   — Ooh whoa, ooh whoa, ooh whoa. You know you love me, I know you care.

   No puedo creer que Yukhei insista con querer cantar en un momento como este.

   — ¿Jaehyun está tratando de ligarse a Renjun? —Jungwoo ignora a su novio y alza la voz, haciéndose escuchar sobre sus gritos.

   —No es de él de quien estoy celoso.

   Jeno, ¿Qué estás haciendo? ¿Qué demonios dices?

   — ¿De él no? ¿Cómo que de él no? Jeno se claro, joder, ¿me estás diciendo que te gusta Jaehyun?

   — Just shout whenever and I'll be there. You are my looooove, you are my heeeeeeart.

   — ¡Yukhei! ¿Podrías por el amor de Dios cerrar la maldita boca?

   Todo esto un desastre; Yukhei parece a punto de echarse a llorar, Jungwoo de explotar, Jeno de estrellar la cabeza contra la ventana y yo de arrojarme por ella.

   — ¿Cómo demonios piensas que me puede gustar Jaehyun?

   —Pues no lo sé, últimamente estás tan distante que es como si no te conociera.

   Jeno me mira y sin decir nada, estira la mano y me toca la mejilla. No puede pretender decirles sobre lo nuestro de esta forma. No importa como lo vean, no importa que sean sus amigos, ellos definitivamente se lo van a tomar mal. Lo sé, lo presiento.

   — Estoy enamorado de Jaemin, ¿de acuerdo?

   Estoy enamorado de Jaemin.

   Estoy enamorado.

   Enamorado...

   Sus palabras resuenan en mi cabeza, me perforan el pecho y se queda en mi corazón.

   Dios, está enamorado de mí... ¡de mí!

   —Perdón, Jeno, creo que escuche mal —Jungwoo tiene una sonrisa histérica en la cara—, por un momento creí escuchar que tú estás enamorado de Jaemin.

   —No escuchaste mal, Jungwoo, esa es la verdad.

   Aparta su mano de mi rostro y yo entro en pánico porque no sé qué hacer. Siento muchas cosas en esto momento; mariposas en el estómago y culpabilidad en el pecho, son algunas de ellas.

   — ¿Me estás diciendo que engañabas a Renjun con su mejor amigo?

   Escucharlo de esa forma es horrible. Aberrante. Devastador.

   —Lo dejamos el día de la fiesta —Jeno se apresura a decir—, incluso hablé con él otra vez y le dije que nuestra relación terminó definitivamente.

   Así que si lo hizo.

   —No fue eso lo que te pregunté Jeno, ¿lo engañabas sí o no?

   El auto se queda en un profundo silencio y el ambiente es tan denso que creo que podría cortarse con un cuchillo. Esto no debería de haber sido así. Sus amigos no debieron enterarse de esta forma tan desastrosa.

   O quizá, puede que yo este negado a que alguien que no sea nosotros mismos reconozca que hicimos algo horrible.

   Salir con el novio de tu mejor amigo es algo más que despreciable.

   —Jeno, te lo estoy preguntando en serio, ¿ustedes estaban juntos cuando Renjun y tú todavía eran novios?

   Otro silencio y finalmente una respuesta.

  —Sí.

   Ojalá Jungwoo se hubiera puesto a gritarnos en la cara que somos unos inmorales, unos desvergonzados y unos traidores. Que de alguna manera descargara sus sentimientos y nos hiciera consientes de la culpa. Pero no lo hizo, simplemente dejo que Yukhei condujera en silencio y cuando estuvimos en la casa de Chenle salió del auto y camino hacia la casa a grandes zancadas, seguido de Yukhei que estaba aterrado por no saber qué hacer.

   Nos quedamos solos en el auto y el silencio comienza a ser asfixiante. Es evidente que su amigo no se ha tomado lo nuestro de la mejor manera, sin contar que ni siquiera me dirigió la palabra o trató de escuchar algo de mí. Quien sabe qué tipo de cosas pueda estar pensando y creo que en el fondo, lo que más me duele es eso. Saber que no tengo la moral suficiente para defenderme.

   —Jaemin...

   — ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué no esperaste para hacerlo de una manera más sutil? ¿Por qué dejaste que vieran que somos unos idiotas?

   Jeno suspira con frustración y se pasa las manos por el cabello, quitándose la diadema con las orejas en el proceso.

   —Lo siento, pero tenía que hacerlo, ellos son mis amigos.

   — ¿Y si le dicen que Renjun? —es imposible que el pánico no se refleje en mis palabras—. Si ellos se lo dicen va a ser peor. Yo pensaba decirle la verdad, pero no ahora, yo... no estoy listo.

   No estoy listo para dejarlo ir.

  Porque soy egoísta y quiero que se quede conmigo a pesar de que lo he traicionado. Porque quiero seguir siendo su mejor amigo; que se quede hasta tarde en mi casa haciendo cualquier estupidez; que me mire a los ojos y me diga que me quiere antes de irse por las mañanas.

   Pero también quiero tener a Jeno. Sentir sus besos y escuchar el sonido de su risa después de hacer una broma muy estúpida. Quiero hundir los dedos en su cabello y perderme en sus ojos, verlo todos los días y aferrarme a él como si fuera el último.

   Los quiero a ambos en mi vida de forma diferente. Complementando cada aspecto de ella.

   Pero no puedo. Porque la vida es jodida y nunca nos da lo que queremos.

   Siento los brazos de Jeno rodeándome la espalda, su calor como ya es usual me reconforta. Aferro los dedos a su chaqueta y lo abrazo con fuerza. Temblando de pies a cabeza.

   —Lo siento, Jae, de verdad lo siento.

   Desde principio no ha sido del todo su culpa, pero aun así cada que puede me pide perdón.

   Toma mi mentón y mientras las lágrimas resbalan por mis mejillas me besa despacio, imprimiendo nuestras tristezas. Es un toque amargo y húmedo, pero firme, al igual que sus manos que me sostienen.

   Si tan sólo lo hubiera conocido de otra manera...

   —Creo que deberíamos bajar —suspiro con pesar y me separo de él, colocando las manos sobre su pecho.

   — ¿Estás seguro?

   —Entre más nos quedemos aquí va a ser peor.

   No luce muy convencido, pero de todas formas asiente y después de limpiarme las lágrimas con las yemas de sus dedos, besa mi frente y abre la puerta.

   —Solo quiero que sepas que cualquier cosa que venga la vamos a superar juntos, Jae —se detiene antes de irse y yo asiento.

   Juntos. Eso es mejor que cualquier cosa.

   —Lo sé.

   —Vamos.

   Sale primero y yo le sigo el paso de lejos. Hay un montón de chicos bajando de sus autos o llegando en taxi. No puedo creer que Chenle quisiera más gente que ésta. Seguro medio instituto está aquí.

   Su casa es enorme; decorada con luces fluorescentes, globos y el nombre de Jisung en letras doradas. El jardín por su parte es precioso, rodeado de árboles y rosas rojas. Es una pena que más de un despistado vaya a arruinarlas con los pies.

   Todos los invitados están disfrazados, algunos más extravagantes que otros. Incluso los meseros se caracterizaron de momias. Las personas en el instituto no mienten cuando dicen que Chenle es una persona con mucho dinero. No puedo ni imaginar cuánto dinero gastó en esto.

   — ¡Jaemin! —Renjun me hace una seña con la mano para que me acerque a la mesa en donde está con Yuta, Winwin y Jaehyun. Todos, menos Jeno, Jungwoo y Yukhei, ¿estarán juntos?

   Jaehyun me sonríe y señala un asiento disponible a lado de él. Yo hago una mueca incomoda pero con un gesto le digo que hablo con Renjun y después voy con él.

   ¿Por qué no me ignora? Así todo sería más fácil.

   — ¿Estás perdido? —Renjun se burla de mí en cuanto tomo asiento a lado de él. Sé que no debería pero comienzo a buscar a Jeno con la mirada—. ¿Dónde está Jeno?

   —No lo sé —me alegra que la voz no me haya temblado—. ¿Y Chenle y Jisung?

   —No lo sé —imita mi respuesta, ignorando mi evidente cambio de tema—. Pero no creo que batallemos mucho en encontrarlos. Agudiza el oído y seguro terminas escuchando la risa de Chenle.

   Aunque es un buen método en la escuela, aquí no creo que funcione. La música está muy fuerte y el bullicio de las personas se entremezcla con ella. Sin embargo, justo después de que lo intento escucho claramente las carcajadas de mi compañero de clase.

   ¿De verdad es tan escandalosa?

   — ¿Lo ves? ¡Te lo dije!

   Renjun suelta una carcajada. 

   — ¡Jaemin!

   Chenle dice mi nombre de manera escandalosa. Giro la cabeza y veo que está vestido del IT, el payaso. Se ve increíble, por poco me caigo de la silla por el susto. Definitivamente es un buen y costoso disfraz.

   —Chenle que gran disfraz —reconozco con sinceridad.

   —Y que gran cabeza —Jisung agrega, levantando las cejas—. Por fin encontramos un maquillaje que le va muy bien.

   Chenle le lanza una mirada asesina que gracias a su vestuario se ve aún más tétrica. Jisung a diferencia de él, no es terrorífico. Está vestido de lo que creo es un perro, o quizá un lobo. Últimamente no son muy bueno reconociendo a los animales. Lo único claro para mí es que se ve adorable. Creo que hasta tengo ganas de apretarle las mejillas.

   —Veo que trajiste a todos tus amigos —Chenle dice con emoción, y luego se acerca un poco más a mí, con la intención de que yo solo lo escuche—. Y por lo visto también a tus dos novios.

   —No eres gracioso, Chenle.

   —Nunca dije que lo fuera.

   Me guiña el ojo con complicidad y se separa de mí, volviendo a colocarse a lado de Jisung.

   —Espero que disfruten la fiesta. El concurso de disfraces es mas tarde, pero no creo que ninguno de ustedes quiera participar.

   — ¿Y eso por qué? —Renjun cuestiona, con una ceja alzada.

   —Porque sus disfraces son una asco.

   — ¡Oye! Yo puedo matarte con solo tocarte —Winwin se defiende. ¿Estaba escuchando? Probablemente se ofendió por el insulto colectivo.

   —Son terribles —Chenle vuelve a decir—. En especial el tuyo. Es tan malo que creo que podría tocarte por voluntad para morir y ya no mirarte.

   Jisung se ríe de su broma cruel y chocan los cinco antes de irse. Quisiera poder tener el humor suficiente para reírme de esto, pero el que cumple con la regla es Yuta y con eso me doy por satisfecho.

   —Y pensar que deberían respetarnos por ser sus mayores.

   La doy la razón en silencio.

   — ¿A dónde crees que haya ido Jeno?

   Dios, ¿Por qué Renjun me lo tiene que preguntar a mí?

   —No lo sé.

    — ¿Crees que deba ir a buscarlo?

   —No es una mala idea.

    Y lo digo en serio, estoy comenzando a preocuparme.

   Renjun se queda pensativo, pero no tiene intenciones de levantarse. Tomo un sorbo de la bebida que está sobre la mesa y tal y como lo sospechaba no tiene alcohol. Probablemente en esta casa no hay ni una botella, después de todo la mayoría tenemos diecisiete. 

   — ¿Quieres acompañarme?

   — ¿A buscarlo? —trago saliva—. No gracias, creo que mejor me quedo.

   — ¿Estás seguro?

   —Sí.

   —Podrías hablar con Jaehyun y antes de que digas cualquier cosa, me refiero a que pueden ser amigos. No tiene que haber algo romántico de por medio para que conversen.

   —Pero tú quisieras que sí.

   —Eso no te lo voy a negar.

   Pongo los ojos en blanco, pero de todas formas sonrío. Ese siempre ha sido el poder de Renjun, hacerme sonreír hasta en los momentos menos esperados.

   Es ahí donde la realidad me vuelve a golpear. Estoy a punto de perder a mi mejor amigo. Estoy a punto de volverme un enemigo para él. Porque no importa lo mucho que intente ser positivo y pensar que Renjun se va a tomar bien las cosas. Lo conozco, sé que después de esto no volverá a confiar en mí, ni volverá a hablarme.

   Es utópico como se puede estar en medio de tenerlo todo y estar a punto de perderlo también.

   —Ren, tengo algo importante que decirte.

   Me da toda su atención.

   — ¿Qué pasa? ¿Es lo mismo que me dijiste hace un rato?

   —Sí, pero no lo diré ahora, ¿mañana puedes venir a mi casa?

   Renjun frunce el ceño.

   — ¿Está todo bien?

   No, nada lo está.

   —Sí.

   — ¿Seguro?

   —Sí, sólo... sólo deja que sea mañana y prometo decirte todo, ¿sí?

   Y no importa lo extraño que parezca, o lo tarde que pueda ser, simplemente ya no lo soporto. Esto me rebasa, puede conmigo. Tomo a mi mejor amigo por los hombros y paso los brazos por su espalda, abrazándolo tan fuerte, que creo que podría hacerle daño.

   — ¿Qué te pasa, Jaemin? —dice con diversión—. No me digas que la bebida te ha puesto borracho, no tenía ni alcohol.

   —No —trato de regular mi respiración y que de esa forma, las palabras no me fallen—. ¿Te molestaría abrazarme?

   Renjun está a punto de replicar.

   —Por favor —le suplico.

   Y después de segundos que parecen una eternidad lo siento abrazarme. Usualmente somos muy afectivos el uno con el otro. Pero, en este momento el tacto se siente diferente.

   Como una despedida.

   —Eres una persona muy rara, Jae, ¿lo sabías?

   Pero sube una mano hacia mi cabello y lo acaricia.

   Y yo me aferro con fuerza a él, dándole de esa manera las disculpas llenas de arrepentimiento que jamás le di.


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