- ¡Hey Yoongi! -y de nuevo esa voz había arruinado por completo el hecho de poder tener una tarde a solas por fin y descansar, Yoongi pensaba que era el repartidor de pizzas, ¡no que era Park Jimin!
- ¿Por qué traes eso en tus manos? -pregunto Yoongi al percatarse de que Jimin tenía en sus manos la caja de una pizza, y casualmente de Domino's.
- Trabajo un tiempo allí, nada emocionante, pero me pueden dar pizza gratis -menciono Jimin con una sonrisa hacía el de piel más pálida.
Yoongi no lo comprendía, si Park Jimin trabajaba allí, entonces ¿por qué no llevaba puesto el uniforme? Ahora sentía que solo se la pasaba bloqueando la señal de sus llamadas para que todas llegarán hacía él y así poder fastidiarlo, si seguramente era eso.
- ¿Y tu uniforme, chico listo? -pregunto Yoongi cruzando sus brazos mientras sonreía victorioso por su observación.
- He salido del trabajo, pague la pizza que ordenaste, y decidí venir a verte para que podamos comerla juntos, ¿no es eso genial? Apuesto a que otros chicos no harían lo mismo por su pareja, deberías considerarte afortunado, gatito.
- No me digas gatito -dijo lo ultimo con una voz más aguda, haciendo a Jimin soltar una risa-, ¿y piensas que dejaré que entres? -Jimin asintió frenéticamente-. Mejor, dame la pizza, te doy el dinero a ti, y te marchas.
- ¿Vas a incluir propina?
¿Qué?
- ¡Por supuesto que no!
- Entonces me quedaré -sin pedirle permiso a Yoongi entro empujándolo levemente, Yoongi no lo podía creer, Jimin definitivamente no tenía sus limites.
Debía admitir que se había sentido agradecido por haber pagado la pizza por él, pero aún así le daría el dinero, no quería sentirse de cierta forma, endeudado con aquel chico.
No, definitivamente no quería eso.