Zac
Reconozco a la madre quien me regala una mirada dulce y también al hermano, pero no puedo identificar lo que veo en sus ojos. Asumo que el otro es el padre de Em, pues me mira como si estuviera a punto de demandarme o algo por el estilo. Su traje es caro y se nota de a kilómetros, supe desde antes que la chica que me está quitando el sueño es de una familia adinerada, pero jamás la vi diferente por eso. Fui un idiota el día que dije que es una esnob, porque ella nunca me trató de tal manera para hacerme pensar eso.
Em, se aclara la garganta y me hace volver a la realidad. Cinco segundos más y nos habrían encontrado en el beso que hace días he estado anhelando.
— Papá, él es Zac.
— ¿Qué hace aquí?
Bueno, es claro que no le importo una mierda. Este tipo sí que va directo al punto.
— Él fue el que me trajo cuando me desmayé, junto con otro amigo.
— ¿Y qué hacías con esos dos?
— Greg…
La madre de Em, le pone una mano en el hombro para que se calme supongo. Él la mira y parece sopesar sus opciones. Ya veo quien lleva las riendas en la casa.
— Yo soy el instructor de las clases de defensa personal que está tomando su hija y el otro es un compañero de ella. La trajimos en cuanto se desmayó porque no sabíamos que otra cosa hacer. —explico haciendo notar que también existo.
— Gracias Zac. Fue muy responsable de su parte traer a nuestra bebé.
— Mamá… —replica Em, avergonzada.
— ¿De dónde lo conoces? —claramente el padre aún está molesto.
— Greg, deja de comportarte así. Sé amable con el chico que se preocupó por traer a nuestra hija al hospital.
— ¿Quién sabe lo que le habrán hecho?
— ¡Papá!
Em intenta incorporarse y falla. Me acerco para ayudar, pero siento una mano en mi hombro.
— No la toques. —su padre me aparta.
— Oiga, yo no soy el enemigo. —replico haciéndole frente.
— Ya es suficiente —Em, grita molesta—. Zac está bien. Te veo luego.
— ¿Segura? —no quiero irme y dejarla… no puedo.
— Sí, gracias por todo y dile a Garrett que estoy bien, por favor.
— Claro —digo a regañadientes—. Fue un placer conocerlo.
— Igualmente. —el tono que usa es aún más falso que el mío.
— Un placer volver a verla señora Lowell.
— Lo mismo digo, Zac y gracias de nuevo.
Asiento y salgo sin decir nada más. Cuando estoy llegando al final del pasillo, escucho que gritan mi nombre. Volteo y veo a Aiden trotando hacia mí.
— Oye, amigo sé que no empezamos de la manera correcta, pero gracias por traer a Em.
— No tienes que agradecerme. Hice lo que creí correcto.
— Sí, verás… ella está pasando por un momento difícil ahora y sean cuales sean tus intenciones con mi hermana te pido que las reprimas.
Lo miro sorprendido. Sí que tiene pelotas el niño rico, no entiendo a quien salió Em. Porque este no se parece nada a ella y su padre es un imbécil, su madre parece buena gente, pero no la termino de conocer.
— Creo que ella es lo suficientemente capaz de tomar sus propias decisiones.
— ¿Cuál es tu intención con ella? —me esfuerzo por no reírme ante su pregunta estúpida.
— Eso tampoco es de tu incumbencia.
— Pues, ella acaba de terminar una relación con su prometido de hace dos años. Así que te pido que le des su espacio.
Mi sangre se hiela al escuchar eso. Em es de las que abandonan a los prometidos, como Camile. No, no es igual. Intento repetirme eso varias veces porque quiero creerlo y porque merezco que sea así. Me repugna saber que estuvo en manos de otro hace tan poco tiempo y al mismo tiempo siento celos del maldito suertudo que la tuvo junto a él. ¿Por qué lo habrá dejado?
— No te preocupes, mi intención es estrictamente profesional.
Miento para ambos y sin darle tiempo a decir algo más, me doy media vuelta y sigo con mi camino.
Garrett me hace un montón de preguntas mientras me lleva a casa en su coche. No sé para qué le conté que casi la beso y sus padres entraron justo en ese momento, después de eso no logré que cerrara la maldita boca. Prácticamente salto del auto cuando veo mi casa. Al entrar encuentro a Bridget dormida en el sillón con la tele encendida. Decido taparla con una manta y bajarle el volumen a las noticias, cuando llegue Logan se hará cargo. Subo a mi cuarto y me tiro en la cama.
Estoy física y emocionalmente agotado. No dejo de pensar en ella, si sigue en el hospital o sí está en su casa y quizá esté como yo. Que privilegio sería que estuviera pensando en mí. No me saco sus labios de la mente y lo cerca que estuve de probarlos. Sus manos tan pequeñas acariciando mi rostro y sus ojos fijos en mis movimientos.
Me muerdo el labio con ansiedad e intento no imaginar lo que podría haber pasado. La sangre de mi cuerpo comienza a bajar hacia un lugar que he tenido prohibido usar en chicas las últimas semanas. Mierda, tocarse a uno mismo es cosa del pasado desde que ella apareció y la deseo joder, pero algo me dice que debo tomar las cosas con calma porque ella no es como las demás.
Aquí les dejo el nuevo capítulo ♡ como siempre muchas gracias por leer y por los lindos comentarios ♡ me motivan más de lo que creen ♡ Gracias ...x
P.s
¿Qué les parece la nueva portada? Los leo ...