Habían pasado dos semanas, el pelirrojo estaba reincorporándose a la escuela para intentar continuar con su vida de manera normal.
Rosinante lo había llevado en auto hasta el colegio, todos voltearon a ver el auto tan lujoso que estacionó en la entrada, abrieron los ojos como platos al verlo bajar a Kid de él.
Odiaba eso, odiaba que lo miraran así, con lástima. Era por eso que golpeaba a todo aquel que se lo quedase mirando.
Con el primero que se encontró al poner un pie en el hall, fue con Heat, quien vino corriendo a la entrada en cuanto oyó la noticia de que Eustass Kid había regresado al colegio ese día.
-¡Hey!.-Se detuvo frente a él con la respiración agitada.-¡Amigo, que bueno verte!, ¿Es...?
-Cállate.-Lo interrumpió. Todos a su alrededor se habían detenido para observarlos, con las miradas curiosas, intrigados, metiendo sus narices en asuntos que no les incumbían.
El timbre sonó haciendo que reaccionaran, espabilaron y se dirigieron cada uno a sus respectivas clases.
-Vamos.-Dijo acomodándose la mochila.-Luego hablamos.
Caminó pasando de largo por su amigo, yendo en dirección al aula del ante último grado de la primaria.
-De acuerdo.-Murmuró el peliazul siguiéndolo.
Abrió la puerta del aula e ingresó, un silencio sepulcral se instaló en el momento en que sus compañeros identificaron la presencia del pelirrojo.
Pasó entre los bancos apretando la mandíbula, manteniendo la mirada en alto con la vista fija en su banco, primera fila contra la pared, último banco al fondo.
Tiró su mochila a un lado del banco y se sentó, su amigo peliazul lo imitó sentándose delante de él.
-¿Los puedo ayudar en algo?.-Preguntó en voz alta, con la ira brotándole por los poros, al notar que aún todos mantenían sus miradas en él.
Inmediatamente, voltearon hacía adelante, continuando con sus asuntos algunos, cotilleando por lo bajo otros.
-Como los detesto.-Soltó entre dientes.-Les partiría la cara a todos, uno por uno.
-Tranquilo amigo.-Intentó serenarlo Heat.-Sólo andan de curiosos por tu regreso, deben sentirse apenados de que sus días de tranquilidad hayan llegado a su fin.
-Si me continúan mirando como si fuera un perro herido haré de sus vidas una completa pesadilla.
-Estas más violento que de costumbre, me agrada.
-¿Donde está (Tn)?.-Preguntó viendo el asiento vació a su lado.
-Ha faltado a clases esta semana, ha de estar enferma.
-¿¡Que!?, ¡Nunca se salta una clase!, ¿Que está tramando esa fea?.
-No lo sé.-Se encogió de hombros.-No ha venido desde el viernes pasado.
-La ultima vez que hable con ella fue el miércoles, dijo que me estaba tomando apuntes de las clases para que no perdiera el hilo de lo que estamos viendo en matemática.
-¿(Tn) prestando atención a la clase de mate?, imposible, es a la que peor le va del curso.
-Si, pero sabe que a mi me gustan.-Una sonrisa se le escapó y su amigo enarcó una ceja, se devolvió a su semblante serio.-Como sea, sólo me hace un favor.
-Deberías decirle que te gusta, sino puede que alguien más se te adelante, he visto a unos cuantos mocos de quinto grado mirarla con ilusión, es una chica linda
-No me gusta.-Gruño dándole su peor mirada.-Y no digas que es linda, no lo es.
-Para ti no lo será, pero para mi...
-Cierra la boca, idiota.-Le dio un golpe en el hombro con su puño.-Me da asco oírte hablar así de una nakama, no puedes dirigirte así hacía ella.
-Lo siento, capitán.-Dijo riendo y sobándose el hombro.
-¿La has ido a ver?.-Preguntó retomando el tema de la ausencia de la chica.-¿Como la viste el viernes?.
-No la he ido a ver, su casa queda lejos.
-Es a tres calles de tu casa.
-No estoy quedándome en casa, mis padres se están divorciando y me estoy quedando en la granja de mis abuelos, tengo mucho que hacer allí, no tengo tiempo ni de hacer los deberes.
-Debe ser difícil ser espantapájaros de tiempo completo.
-ja-ja-ja.-Rió irónicamente.-¿Debo recordarte por culpa de quien es que tengo esta otra mierda en el rostro?.-Dijo señalando un cicatriz en su mejilla similar a la que se había hecho con la caña de pescar pero en la mejilla contraria.
Kid se largó a reír no pudiendo aguantarlo.
-No seas llorón, estábamos jugando, eramos niños.
-Bueno pues, el corte de tu navaja fue muy real.-Respiró hondo.-¡Y no eramos niños!, ¡Fue a principio de este año!.
-Pero aún no había cumplido doce.-Tranquilizó su risa y se incorporó.-Me metí mucho en el papel de soldado, lo siento.
-Te odio, ninguna chica querrá ir al baile de primavera conmigo por tu culpa.
-Eso es el próximo año, aún tienes tiempo para conseguir una, o traerte una parvada de cuervos para no sentirte solo.-Rompió a reír nuevamente.
-Eres detestable.-Negó con la cabeza viendo como su amigo lloraba de la risa contra su pupitre.-Tal vez (Tn) quiera ser mi pareja para el baile.-El pelirrojo paró en seco y se enderezó, lo miró con le ceño fruncido.-No creo que me diga que no si soy el primero en preguntarle.
-Buena suerte con eso, seguramente algún otro niñato se te adelante.
-Gracias, te deseo la misma suerte.
-Hey.-Le golpeó nuevamente.-Deja de cambiar de tema, aún no me has respondido, ¿Como la viste el viernes?, ¿Estaba desanimada?.
-Tenía ojeras, no ha de estar durmiendo muy bien, seguramente por sus hermanos bebés, apuesto que deben llorar toda la noche.
-¿Algo más?, ¿La viste en la cafetería?.
-No la vi en la cafetería, me estuve sentando sólo, sin ti sólo me quedaba ella y se le dió por desaparecer también así que no me quedo de otra.-Suspiro y se relajó en el banco con pereza, como queriendo derretirse en el lugar.-Es aburrido que Killer y Wire ya no estén aquí.
-Deben estar pasándola genial en la preparatoria, me han contado que organizan fiestas todo el tiempo y que es mucho más fácil ligar con las chicas allí.
-¿Fiestas y chicas?.-Sus ojos se iluminaron.-¡No puedo esperar para ir a la prepa!.
-Yo tampoco, no puedo esperar para probar esa cosa...¿Como se llama?.
-¿Cocaína?.
-No, no, esa no, la otra, la que tiene nombre raro.
-¿Éxtasis?.
-No hablo de drogas, hablo de alcohol idiota.
-Ahh, ¿Vodka?.
-¡Si!, ¡Vodka!, he oído por ahí que esa cosa es el detonante de la diversión en las fiestas.
-¿Crees que nos admitirán a todos en Ohara High School?, es una institución muy exigente.
-Haremos el intento y si no funciona, bueno, ¿que se le va a hacer, no?.
-Exacto.
-¡Hey!.-Lo golpeó nuevamente.-¡Deja de cambiar de tema!.
-¡Pero si eres tu el que lo hace!.
-¿Te ha dicho algo?, ¿De que han hablado?.
-Se la pasaba hablando ti y preguntándose cuando volverías, dijo que la hacia sentir rara tu ausencia.-El pelirrojo apretó los labios para evitar sonrojarse. Sin embargo, no pudo evitar sonreír.-Pero el viernes casi ni me habló, le pregunté que le sucedía y me dijo que sólo necesitaba algo de tranquilidad, que las cosas no estaban muy bien en casa.
Esas últimas palabras activaron una alarma dentro de Kid, su preocupación incrementaba segundo a segundo.
-¿Cómo?, ¿Que le pasó?.
-No me quiso contar, dijo que eran tonterías, nada que me incumbiera.
-¿Y no le insististe?.
-Se veía como si quisiera llorar y ya sabes que no se manejar esa clase de situaciones, no supe que hacer así que me limité a comprarle un cupcake en la cafetería.
-Maldita sea.-Murmuró, se hecho hacía atrás en su banco, se cruzó de brazos. Fijo la vista en el asiento vacío a su izquierda, miles de preguntas rondaron su mente-¿Que demonios le pasó esta vez a esa mocosa?
Las clases transcurrieron más lentas de lo normal, Kid se la pasó mirando por la ventana sin prestar atención como era de costumbre, en la clase de matemáticas, sorprendentemente, logró entender los ejercicios pero aún así no hizo el mínimo esfuerzo en intentar resolverlos. No tenía cabeza para números en ese momento, sólo tenía mente para (Tn).
Lo que más le había estado haciendo ilusión de regresar al colegio, era poder verla nuevamente, había sido dos largas semanas de no verse, había mucho que quería contarle y mucho que quería que ella le contase. Necesitaba retomar su vida como antes y eso implicaba que (Tn) estuviera en ella. Necesitaba volver a pasar los recreos en su compañía, sentarse junto a ella en la cafetería, caminar devuelta a casa teniendo esas conversaciones tan random y divertidas que sólo ellos dos sabían tener. Quería ver esa sonrisa, esas expresiones, esos gestos graciosos que tenía, quería oírla reír antes de contar el chiste o romper a carcajadas antes de terminarlo. Necesitaba un abrazo, un beso en la mejilla, necesitaba que como antes, ella acudiera a su rescate y curara sus heridas.
Esa era la habilidad que tenía sin quiera saberlo, la de aliviar todos los males del chico simplemente con su presencia.
En cuanto el timbre sonó, Kid fue el primero en salir del aula, ni se despidió de su amigo, tampoco se detuvo tras el llamado del profesor. Corrió por los pasillos, directo a la salida.
En la entrada se encontraban Killer y Wire, cosa que lo sorprendió, no esperaba encontrarse con ellos ahí.
-¡Hey!, ¡Hermano!, ¿Como estás?.-Preguntó el rubio cuando lo vio detenerse frente a él, con el pecho subiendo y bajando, un capa fina de sudor cubriendo su frente.
-Bien, bien.-Respondió con la voz agitada.-Ando con prisa ahora, ¿Hablamos luego?.
-¿A donde vas tan deprisa?.-Preguntó Wire.
-Eso no te importa.-Dijo dándose vuelta y comenzando a correr nuevamente.
-Parece que esta bien.-Habló el pelinegro con una sonrisa.-Conserva su energía.
-¿Por que toma esa dirección?, Ahora vive hacía el otro lado.
-Esta yendo con (Tn).-Respondió Heat bajando los escalones con tranquilidad.
-Ahh.-Dijeron ambos chicos al unísono, ahora tenía sentido el por qué estaba tan apurado.
-Y luego dice que no le gusta.-Dijo el rubio con sarcasmo sacando de su bolsillo una caja de cigarros. Le compartió uno a Wire y volvió a guardar la caja antes de que Heat pudiera tomar uno.-Es un cretino.
Mientras tanto, el niño Eustass corría por las calles de su antiguo barrio, una sensación de melancolía recorría todo su cuerpo, se sentía en casa a pesar de que ya no lo era.
Fragmentos de su niñez y anécdotas divertidas se le venían a la mente a medida que avanzaba. Spider Miles era el barrio que lo vio nacer y crecer hasta la actualidad y le era sumamente costoso intentar aceptar el hecho de que ya no era su barrio, que ahora debía echar raíces en Raftel. En cada rincón de esas calles había una historia, en cada esquina había algún recuerdo gracioso, y en algunos callejones se podían apreciar los graffitis que habían hecho con sus amigos tiempo atrás, ahora tapados con carteles de ''Se busca''. Estaban las tiendas de golosinas y los bares de mal augurio, las veredas sucias y los semáforos despintados, las calles con baches y las sendas peatonales apenas visibles, las casa bajas con rejas altas, los edificios grises con luces amarillentas, los hoteles, las vías del tren, las patrullas rondando constantemente las calles.
Ese, ese era su barrio, ese era su hogar y ese era el lugar que amaba.
Ahora era muy pequeño para entenderlo, pero la ciudad de Spider Miles era una mierda.
Era un una ciudad de bajos recursos y escasez de seguridad, se asemejaba mucho a lo que sería un Ghetto y no le llegaba ni a los talones a Ohara, por lo que comparado con Raftel, era un basurero.
Llegó a la calle en la que vivía anteriormente, dobló en la esquina y disminuyó la velocidad, caminó por la acera recuperando el aire.
Cruzó en diagonal hasta la casa de (Tn), evitando mirar hacía el lugar donde solía estar su casa.
Sonrió al ver en la entrada del patio, su triciclo rojo. Al parecer, la chica había logrado quitarlo de entre los escombros.
Las ganas de probar si aún funcionaba eran muy fuertes pero las de ver a su mejor amiga lo eran más, por lo que continúo caminando hasta la entrada, subió los primeros escalones del pórtico y una vez frente a la puerta tocó el timbre.
Oyó ruidos en el interior, pasos apresurados hasta la puerta.
-¿Quien es?.-Se oyó la voz de la chica del otro lado.
Kid no supo que decir, oír su voz en persona nuevamente le dejó paralizado, su corazón comenzó a latir desenfrenadamente, ansioso, nervioso, enamorado.
-¿Quien es?.-Volvió a preguntar.
-Abre la puerta, nerd.
Oyó las trabas de la puerta hacerse a un lado, el sonido de las barras de metal hacerse a un lado y finalmente el cerrojo de la puerta siento abierto. La puerta se abrió de par en par dejando a la vista a (Tn), con el cabello atado en una moño desarreglado, los ojos cansados y una gran sonrisa en sus labios, sosteniendo entre sus brazos a uno de sus hermanos bebés dormido.
Se hizo a un lado invitándolo a pasar, él ingreso.
-Espera aquí, ahora regreso.-Dijo en un tono amable y subió escaleras arriba con él.
Kid se quedó de pie en la entrada mirando a su alrededor, la casa era un desastre.
Había juguetes en todo el suelo de la sala, cereales y galletas a mitad comer en el suelo, de la cocina provenía un aroma a quemado bastante particular y desde su posición se podía ver el fregadero lleno de platos por lavar. La tele estaba apagada, la casa estaba en completo silencio, se preguntó donde se encontraba la madre de (Tn), usualmente su casa siempre mantenía un orden meticuloso gracias a ella, estaba seguro de que algo había ocurrido con ella y lo iba a averiguar.
-Perdona por el desorden.-Habló ella haciendo que el curioso niño diera un respingo en su lugar.-No he tenido mucho tiempo de limpiar.-Bostezó.-O de dormir.
-Ya veo, ¿Que ha estado pasando aquí?.
-¿Quieres algo para merendar?.-Dijo ella ignorando su pregunta y caminando hacía la cocina.-Me temo que solo tengo leche y unas pocas galletas.-Abrió la nevera dejando a la vista lo vacía que se encontraba, apenas tenía en su interior dos botellas de leche y unos tupers con sobras.
-Ha sobrado algo de estofado de anoche, si quieres lo puedo calentar para ti.
No te preocupes, las galletas y la leche están bien.-Dijo sentándose en la mesa. Paseó la mirada por el cuerpo de la chica, su camiseta blanca estaba manchada con papilla para bebés y sus pantalones estaban manchados de cloro. Sus ojeras eran pronunciadas y su apariencia bastante desarreglada, no la había visto en ese estado nunca.
Le dejó el plato con galletas y el vaso de leche enfrente, se sentó junto a él.
-¿Tu no vas a comer?.
-No tengo hambre la verdad, prefiero aguardar hasta la cena.
-Oh, bueno.-Tomó una galleta y le dio un mordisco.
-¿Cómo has estado?, ¿Mejor?.-Preguntó ella con preocupación.
-Si, eso intento.-Le dio un sorbo a su vaso de leche.-Rosinante es buena persona, me gusta vivir con él.
-Que alegría oír eso, ¿Y que tal tu casa?, ¿Es bonita?.
-¡Es enorme!, ¡Tiene como doce habitaciones en total!, ¡Hasta tiene piscina!.
-¿¡En serio!?.-Sus ojos fueron de pura ilusión.-¡Eso es asombroso, Kid!, ¡Que buena suerte!, ¡ese tipo ha de ser un hombre muy adinerado!.
-Lo es, y me ha dicho que quiere conocerte, podrías venir a quedarte el fin de semana, ¿Que te parece?, el clima va a estar bonito, tal vez hasta puedas estrenar ese traje de baño del que me hablabas.
-Oh.-Sus ojos bajaron a sus manos, la emoción fue desapareciendo de su rostro.-No va a ser posible, lo siento.
-¿Por que no?, ¿Es por tu padre?, Rosinante puede hablar con él y...
-No es algo que se pueda charlar, me necesitan aquí en casa.
-¿Para que?.
-Para cuidar a los mellizos.
-¿Y tu madre?, ¿Donde está?.
Los ojos de (Tn) se empañaron, arrugó la frente y se cubrió el rostro con las manos.
-Hey.-La tomó de las manos e intento descubrir su rostro pero ella se negó.-(Tn), ¿Que pasa?.
La chica se puso de pie aún ocultando sus ojos y caminó hasta el baño seguida de su amigo, entró y abrió la canilla, se lavó el rostro.
-(Tn), ¿Que te sucede?.-Preguntó detrás de ella.-¿Que esta pasando?.
Ella levantó la vista para responderle, vio su reflejo en el espejo y luego más atrás el de Kid, con miedo y preocupación en su mirada. Devolvió sus ojos a ella, miró su rostro, su cabello desalineado, sus ojeras pronunciadas, sus ojos rojos, su frente arrugada, se sentía horrible, estaba rota.
Bajó la mirada nuevamente hacía el lavabo comenzando a llorar otra vez. Aferró con fuerza sus manos a cada lado de este, sentía rabia y tristeza al mismo tiempo, quería gritar pero no podía, sus hermanos estaban durmiendo y les había costado horas hacerlos dormir.
Él no preguntó nada más, se acercó por detrás y la abrazó por la espalda, dejó su cabeza reposar en el hombro de la chica, sin saber que más hacer en una situación así.
-Llora todo lo que quieras, ya estoy aquí.-Murmuró.-Siempre voy a estar aquí.
Ella soltó el lavabo y se separó de Kid, volteó para quedar frente a él y lo volvió a abrazar, ocultando su rostro en el pecho del chico.
-¿Incluso cuando sea fea por todas las arrugas que me van a salir por llorar tanto?.
-Ya eres fea, no creo que puedas serlo más aún.
Ella rió e intensificó aún más el abrazo.
-Te extrañé, idiota.
-También te extrañé, (Tn).