Yo ¡¿Harriet Potter?!

lux_sk0 द्वारा

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"Jamás me podré perdonar a mi misma. Después de aquella noche, en ese accidente perdí a mi hermana. Ella debi... अधिक

──── Yo ¡¿Harriet Potter?!
| Prólogo
¹ | La llegada al mundo mágico.
² | El cumpleaños de Dudley
³ | La carta de Hogwarts.
⁴ | Hagrid, el guardián de las llaves.
⁵ | El callejón Diagon.
⁶ | El andén 9 ¾
⁷ | Conociendo Hogwarts y el sombrero seleccionador.
⁸ | El profesor de pociones: Severus Snape
¹⁰ | Halloween y el ataque del troll.
¹¹ | El misterio de la voz.
¹² | El partido de Quidditch.
¹³ | El espejo de Oesed y recuerdos del pasado.
¹⁴ | Notícia inesperada.
¹⁵ | Melodía en el bosque

⁹ | Romper reglas = La nueva buscadora de Gryffindor

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lux_sk0 द्वारा


Pov. Harriet

— ¡Hermione! ¡Ven a sentarte con nosotros! — grite desde mi lugar e hice un movimiento con mi mano para llamar su atención.

Pero ella solamente me miro molesta, miro hacia un lado para luego sentarse casi al otro extremo de la mesa de Gryffindor.

— ¿Eh?

— Déjala Harriet, ella aún está molesta por lo que sucedió en la clase de pociones — dijo Ron sin darle importancia.

— Ya veo — murmure tristemente.

Estábamos en el Gran Comedor haciendo los deberes, al igual que otros estudiantes que se encontraban ahí. Ron y yo nos volvimos grandes amigos, pero en cambio Hermione, ella no me hablaba.

Según Ron, la razón por la cual Hermione era así conmigo, fue que la primera clase que tuvimos con Severus de la semana pasada, era que le molestara que yo fuera la única que podía participar y ganar puntos en su clase. Unos minutos antes que terminara la clase de ese día, Hermione había respondido unas preguntas antes que yo lo respondiera y como era de esperarse eso provoco que perdiera los 30 puntos que había ganado yo durante esa hora.

Además que Hermione había ganado las miradas de odio de los Gryffindor y las risas de los Slytherin.

Desde entonces, cada vez que intentaba acercarme o hablar ella, Hermione tomaba sus cosas y se daba media vuelta para luego irse.

Deje escapar un suspiro, no pensé que me odiara Hermione, pensé que seríamos grandes amigas pero resulto ser todo lo contrario.

Era mejor olvidar ese asunto por un rato, mire a Seamus que estaba recitando un hechizo para convertir el agua en ron pero termino mal, ya que hubo una mini-explosión y la cara se Seamus estaba negra y sus cabello estaban casi quemados.

— Hicimos un poco de té ayer pero término de esa manera — me comenta Ron — Mira Harriet.

Levante la mirada hacia el techo, en ese instante aparecieron varias lechuzas al comedor dejando paquetes o cartas a los alumnos como todos los días.

Como siempre Hedwig me entrego una caja con ranas de chocolates junto con la misma nota, aun me intrigaba saber quién era la persona que me lo mandaba.

— Oye Harriet — me llama mi amigo pelirrojo — Malfoy no te quita la mirada de encima.

Alce la ceja al oír eso, mire hacia la mesa de las serpientes y efectivamente Ron tenía razón. Draco estaba mirándome, el rubio desvió la mirada rápidamente.

¿Y ahora que mosco le pico?

Y hablando de Malfoy, su actitud era demasiado extraña ya que cada vez que estaba caminando con Ron, Draco pasaba y nos molestaba pero cuando nos topábamos por los pasillos sin que ningunos de los dos este acompañado, él se acerca a mí pero cuando está enfrente de mí al parecer intenta decirme algo pero se va corriendo.

Me encogí de hombros sin tomarle tanta importancia, le pregunte a Ron si me prestaba su periódico, el asistió mientras el leía la carta de su madre.

— Miren eso, Neville tiene una recordadora — dijo Dean al ver la pequeña esfera que sostenía Nev (un apodo que le puse de cariño a mi amigo).

— La abuela sabe que olvido cosas y esto te dice si hay algo que te has olvidado de hacer-explica Neville — Mirad, uno la sujeta así, con fuerza, y si se vuelve roja... oh... — se puso pálido, porque la Recordadora súbitamente se tiñó de un brillo escarlata —... es que has olvidado algo...

Negué divertida, volví a leer El Profeta, la cual decía sobre el suceso que paso Gringotts.

RECIENTE ASALTO EN GRINGOTTS

Continúan las investigaciones del asalto que tuvo lugar en Gringotts el 31 de Julio. Se cree que se debe al trabajo de oscuros magos y brujas desconocidos. Los gnomos de Gringotts insisten en que no se han llevado nada. La cámara que se registró había sido vaciada aquel mismo día.

«Pero no vamos a decirles qué había allí, así que mantengan las narices fuera de esto, si saben lo que les conviene», declaró esta tarde un gnomo portavoz de Gringotts.

— ¿Ese no es el mismo día que fuiste con Hagrid? —pregunta Ron mientras él comía una de mis ranas de chocolates.

— Sí y también la misma cámara en la que visite con el — respondí algo seria.

— ¿Sabías lo que había dentro de bóveda?

Me quede callada por un buen rato antes de darle una respuesta. No sabía si contarle o no la verdad.

— No — mentí — Hagrid no me dijo nada al respecto.

No me gusta mentirle a mis amigos, más ahora que Ron y yo nos volvimos cercanos pero, en verdad no podía decirle, no por ahora.

[.....]

Esa misma tarde, a las tres y media teníamos las primeras lecciones de vuelo junto con los Slytherin. Ambas casas nos encontrábamos ya en el patio, en ese mismo instante llego la profesora, quien nos saludó, lo cual respondimos <<Buenos tarde Madam Hooch>>

— Bienvenidos a sus clases de vuelo — hablo la profesora — ¿Qué están esperando? Por favor colocarse a su izquierda de sus escobas. ¡Rápido!

Todos acatamos a la indicación de la profesora. Observe la escoba que se encuentra a lado mío, recuerdo que Fred y a George se quejaban de las escobas del colegio, diciendo que algunas comenzaban a vibrar si uno volaba muy alto, o que siempre volaban ligeramente torcidas hacia la izquierda.

¿Es que acaso la escuela no tenía el presupuesto para nuevas escobas?

— La mano derecha sobre la escoba — nos indicó la profesora — y digan: "¡Arriba!"

— ¡ARRIBA! — gritamos todos al mismo tiempo.

En ese instante la mía salto inmediatamente hacia mi mano, no esperaba eso pero era súper genial.

Mire a mis compañeros quienes tenían problemas excepto Malfoy quien ya tenía sujetada su escoba, me miro unos segundos y después sonríe de lado. Que chico más arrogante.

— Arriba ¡Arriba! — ordeno Ron a su escoba y esta respondió dándole un fuerte golpe en la cara.

— No te burles Harriet.

— L-Lo siento-dettbayo — dije en un intento fallido de no reírme, pero era realmente gracioso.

— Ahora, cuando tengan su escoba. Suban a ella — dijo Mandam Hooch — Y sujétela bien.

Cuantos todos ya estábamos montados en nuestras escobas, nos indicaba cuando silbara diéramos una fuerte patada al suelo pero Neville ya se encontraba por los aires antes que la profesora diera la orden.

— Sr.Longbotton, baje de ahí — ordeno la profesora pero Nev aún seguía frotando, los chicos les decía que bajara o que todavía no podía despegar — Sr...Sr...¡Sr.Longbottom!

— ¡Neville! ¡Cuidado! — grite preocupada al ver que ya estaba volando por el campo sin tener control alguno de su escoba.

Neville gritaba pidiendo ayuda, su escoba lo sacudía en un intento de derribarlo, luego voló directo hacia nosotros, la profesora saco su varita para detenerlo pero fue demasiado rápido que no tuvo otra opción que hacerse a un lado al igual que el resto para evitar un fuerte golpe.

Nev volvió a elevarse fue directo a una torre pero su túnica quedo enganchada en la punta de la lanza de una de las estatuas.

— ¡AYUDENME! ¡AUXILIO! — grito asustado, poco a poco su túnica se empieza a desgarrar, me tense al verlo ahí.

La túnica que lo sostenía se había rasgado completamente, rápidamente lance un hechizo amortiguador. Hubo un fuerte golpe cuando Neville golpeo el suelo, todos corrimos hacia él, suspire aliviada al ver que estaba bien, la profesora se acercó, le dije que él se encontraba bien pero insistió que era mejor llevarlo a la enfermería para que lo examinarán mejor, no dije nada ya que estuve de acuerdo en eso.

— Quiero que mantengan los pies sobre la tierra, mientras llevo al Sr.Longbotton a la enfermería ¿Entendido? — Nos miró seriamente la profesora — Si veo una sola escoba en el aire...el audaz será expulsado de Hogwarts antes de que diga "Quidditch".

— ¿Vieron su cara? — hablo Draco después de que la profesora estuviera lo bastante lejos para escucharlo —Tal vez si hubiera usado esta cosa, había recordado caer sobre su trasero.

— Dámela, Malfoy —dije fríamente.

— Oh, ¿estás enamorada de Longbottom? — dijo Pansy Parkinson — Nunca pensé que te podían gustar los gorditos llorones.

Rodé los ojos al oír la molesta voz de esa chica.

— Es mejor que me des, no lo volveré a repetir — dije ignorando a Pansy.

— No te metas, Potter — me dice Draco — No es asunto tuyo.

— Te estas metiendo con uno de mi casa, claramente es asunto mío.

— Bien, entonces dejaremos que Longbotton la encuentre — dijo el, había subido a su escoba y se alejaba — ¡Que lo busque en el techo! ¿Qué te pasa Potter? ¿No está a tu alcance? - grito desde arriba. Una malévola sonrisa apareció en mi rostro.

Bien si él quiere rectarme, con gusto aceptare.

Me subí igual a mi escoba, sin importarme las protestas de Hermione. Di una fuerte patada al suelo y subí. Era mi primera vez volando en escoba pero al parecer lo hacía bien. Una vez arriba, mire a Draco quien tenía los ojos en blanco, al parecer no esperaba eso de mí.

— ¿Aun sigues seguro de poner la recordadora en el techo? — lo mire con burla — Dámela o te tirare de tu escoba.

— ¿Enserio? — dijo Malfoy, tratando de burlarse, pero con tono preocupado — ¡Es tuya si la quieres!

Draco con suficiente fuerza lo lanzo demasiado lejos. Perfecto, ese era mi oportunidad y sin pensarlo dos veces me lance para ir por ella, en frente mío se encontraba una torre el cual McGonagall estaba dentro. Antes de estrellarme contra el muro, hice un movimiento rápido para poder atraparla. Lance en el aire la recordadora y atraparla, sonreí al cumplir mi cometido.

Luego volví a volar para dirigirme en donde se encontraba mis compañeros quienes me recibieron con gritos de emoción. Descendí suavemente sobre la hierba, con la Recordadora a salvo.

¡POTTER!

Mi corazón se detuvo al reconocer aquella voz, gire lentamente deseando que me equivocaba al saber de quien se trataba pero mis plegarias no fueron escuchadas.

Esa persona que estaba caminando directamente a mí era Severus y su mirada no era para nada amigable.

Trague saliva, yo esperaba a McGonagall no a él.

— Potter, acompáñame en este instante.

— No fue culpa de ella, profesor...

— ¡Silencio!

— Pero Malfoy.

— Ya es suficiente, Señor Weasley. — sentí un fuerte escalofrío pasar por mi columna al sentir la mirada intimidante de Severus sobre mí — Potter, ven conmigo.

Antes de ir con el profesor de pociones, le di la Recordadora a Ron pidiéndole de favor que se lo entregara a Neville, mire de reojo a Malfoy que estaba con sus "amigos" quienes sonreían triunfal al ver que posiblemente me expulsarían o me castigarían lo más seguro, pero lo curioso es que Draco no me miraba de la misma manera que ellos, era todo lo contrario, su expresión demostraba preocupación y arrepentimiento.

¿Draco Malfoy demostrando preocupación? ¡Merlín! ¡Esto es el fin del mundo!

El profesor Snape andaba muy rápido, sin siquiera me miraba. Tenía que correr para alcanzarlo. Había un silencio muy incómodo entre los dos, ninguno decía nada.

— Profesor Snape, yo.... — empezó a decir algo nerviosa pero de repente el detuvo su pasos.

— ¿Sabes el peligro que te expusiste al subir a esa escoba? — dice el fríamente.

Trague secamente, estaba temblando.

— Yo...Bueno en realidad si sabía pero fue porque...

— ¡NO! — di un brinco de susto al escuchar su tono de voz elevarse — ¡No sabes lo peligroso que era, al intenta tomar esa cosa!

— Disculpe profesor pero esa cosa — hable quitando el miedo que tenía — Es un regalo de la abuela de Neville y Draco pensaba romperlo.

— No me pongas escusas, Potter — dijo el — Eres idéntica a tu padre, te encanta meterte en problemas y ser el centro de atención.

"¡Eres idéntica a tu maldita madre, Alexandra! ¡Siempre actúas antes que pensar, por eso te metes en muchos problemas! ¿Acaso no puedes comportarte una sola ves?"


Hice un fuerte esfuerzo para evitar llorar, al recordar las palabras hiriente de mi padre cada vez que me metía en problemas en el colegio o en algún lugar, él siempre mencionaba a mi madre cada pelea que teníamos.

Iba a decir algo pero en ese instante la profesora McGonagall había aparecido, salvándome de un doloroso castigo (para mis brazos ya que probablemente Severus me castigaría una semana limpiando calderos al estilo muggle).

— ¿Se puede saber porque te llevaste a la señorita Potter, Severus? —pregunte curiosa la profesora acercándose a nosotros.

— Oh Minerva, que bueno que estés aquí — dijo el sin emoción alguna — Resulta que mientras daba mis clases a los de sexto año, vi en la ventana que alguien frotaba y curiosamente ese alguien era ella.

— ¿Lo has visto? Nunca... en todo mis años en Hogwarts...

— Estoy completamente de acuerdo, Minerva — dijo en tono grave — Así que tenía pensado...

— ¡Oh, no! — Ella dijo abruptamente — ¡La señorita Potter está en mi Casa!

— Eso ya lo sé — gruño Snape — Pero al ver a Potter, había decidido que...

— ¡He dicho que no, Severus! — volvió a interrumpirlo Minerva.

No sabía si meterme o no en la su pequeña discusión, me daba mucha gracias pero sinceramente ni yo misma sabía que estaba pasando.

Deseaba tener una cubeta de palomitas en este mismo momento.

Severus se sobó la cien, fastidiado ante la actitud de la profesora de Transformaciones, dejo escapar un suspiro, luego miro a Minerva.

— Está bien, Minerva — dijo bajando la voz intentando tranquilizarse — No hay necesidad de discutir por esto. Será mejor si compartimos...

— ¡Absolutamente no! — declaro Minerva — ¡No creas que te vas a salir con la tuya, Severus! Las reglas son claras. A pesar que otro Jefe de Casa quiera a otro niño de casa diferente en su equipo, está prohibido. Harriet es una Gryffindor y jugara solo para Gryffindor.

Severus pestañeo varias veces al escuchar aquello.

— Jugar para... ¿de que estas hablando, mujer?

— Lo que acabas de escuchar — me tomo de los hombros — Harriet solamente jugara para los Gryffindor, y no en tu equipo de serpientes.

Los ojos se Snape se pusieron en blanco al oír todo eso, igual que yo. En verdad tenía unas ganas de reírme ante esta situación. Al parecer Severus estaba pensando en compartí el castigo que iba a ponerme y Minerva lo había mal interpretado con que él me quería en su equipo de Quidditch.

— Ahora si me disculpas Severus, tengo que llevarme a la señorita Potter para presentársela a Wood y decirle que ella será la nueva buscadora de Gryffindor. Vamos querida.

Sin más que decir, la profesora me empezó a guiar por los pasillos, dejando solo al profesor Snape.

[.....]


— Todavía no me puedo creer que McGonagall pensara que Snape quería que tu estuvieras en su equipo.

Después de las clases de ese día, le había contado a Ron todo lo sucedió (incluyendo la pequeña discusión de ambos jefes de casa), estábamos saliendo de Gran Comedor después de cenar.

— Créeme que yo tampoco lo veía venir.

— Además, ¿Buscadora? — dijo — Pero a los de primer año jamás entran a ningún equipo. Tú debes ser la jugadora más joven en Quidditch en...

— Un siglo — termine la frase — Según McGonagall.

En ese instante mi cuello había sido rodeado por dos brazos, mire quien era esa persona, sonreí al ver que eran mis pelirrojos favoritos.

— Felicidades pequeña rayito — dijo George — Wood nos lo dijo.

— Fred y George están en el equipo — aclaro Ron — Golpeadores.

— Nuestro trabajo es asegúranos que no te lastimen demasiado. Pero... — hablo Fred mientras se encogía de hombros — no prometemos nada, es un juego rudo.

— Salvaje pero nadie ha muerto en años. Se esfuman de vez en cuando — decía George en un intento de asustarme — pero aparecen en uno o dos meses.

Ambos gemelos me soltaron y luego se despidieron mientras se alejaban riéndose de lo que me decían. Negué divertida ante eso, pero tenía que admitir que por otra parte eso me ponía nerviosa ya que el primer partido de la temporada seria contra los Slytherin.

— No le hagas caso Harriet — dice Ron, luego me mira sonriente — El Quidditch es fabuloso, el mejor de todos, lo harás bien.

— Eso espero — dije algo insegura.

— Al parecer los rumores son cierto.

Nos sobresaltamos Ron y yo, miramos hacia atrás para encontrarnos con la mirada enojada de Hermione, ella estaba parada detrás de nosotros, en sus brazos sostenía un libro.

— ¡Hola, Hermione! — la salude animada.

— ¿Pensé que no nos hablarías? — dijo Ron con algo de molestia.

— Así que después de romper una regla o más bien unas cuantas, ¿te recompensan con estar en el equipo de Quidditch?

— Obviamente se dieron cuenta de lo buena que es — intervino Ron.

— Si no fuera que llevaras ese talento en tus venas, de seguro no estarías en el equipo — dijo Hermione.

— ¿En las venas? ¿Qué quieres decir? — pregunto Ron confundido.

— ¿Acaso no te lo dijo?

— Harriet ¿de qué te habla ella? — me miro Ron, me quede callada por unos segundos.

— Este....

— Su padre fue buscador en el equipo Gryffindor de su generación — hablo la castaña, los ojos de Ron se pusieron en blancos.

— ¡Que! — Grita — ¡¿Por qué no me lo dijiste, Harriet?!

— ¿Será que hoy me entere de eso? — dije aunque era mentira, sonreí de lado, los tome de las manos — ¡Vengan!

Los jale haciendo que caminaran, sin tomarle atención a las protestas de Hermione.

Los había llevado a la vitrina en donde se encontraba los trofeos, Ron se asombró al ver el nombre de James Potter grabado en unos de ellos.

Lo observe durante un momento, sonreí tristemente.

[.....]

— ¡Hablo enserio! — Exclama Ron — Ella sabe más cosas de ti, que a tu misma.

— Se puede decir que si  — dije mientras soltaba una leve sonrisa.

Estábamos caminando por los pasillos, era poco tarde así que teníamos que ir a nuestra sala común pero esta vez Hermione nos acompañaba.

— ¿Disfrutando tu última noche, Potter? ¿Cuándo coges el tren para volver con los muggles?

Era Malfoy, quien había aparecido de repente enfrente de nosotros, lo curioso es que no se encontraba con uno de sus "amiguitos" que lo acompañaban siempre.

— ¿Qué haces aquí Draco? — pregunte algo confundida.

— Solamente quería verte partir — se encoge de hombros.

— Pero si no....

— ¡Ahí estas cuatro-ojos! — di un salto — Oh pero miren lo que me he encontrado.

Era Peeves, nos miraba a los cuatro con una sonrisa maliciosa al igual que se frotaba las manos de la misma manera.

— Ahora si me vengare de lo que me hiciste el otro día cuatro ojos.

— ¡Peeves! ¡Viejo amigo! — dije nerviosa mientras retrocedía — ¿Cómo has estado?

— ¡Tú que crees! ¡Por tu culpa estuve frotando sin poder moverme por horas! — exclama furioso el fantasma.

— ¿Harriet que le hiciste? — pregunta Hermione confundida por lo que estaba pasando.

— Pues.... — mire hacia un lado, mientras me rascaba la mejilla — se puede decir que le lance un hechizo.

— ¡Exactamente! Aunque... ¿Qué hacen tres Gryffindor y un Slytherin a estas horas? — Ladeó su cabeza hacia un lado mientras sonreía — ¿Acaso pensaban ir al pasillo del tercer piso?

— No, si no nos delatas, Peeves, por favor.

— Debo decírselo a Filch, debo hacerlo — dijo Peeves, con voz de santurrón, pero sus ojos brillaban malévolamente —. Es por vuestro bien, ya lo sabéis.

¿Por nuestro bien? Ja, esa ni el mismo se la cree.

— ¡Quítate de en medio estúpido fantasma! — ordenó Draco, y le dio un golpe a Peeves.

— ¡ALUMNOS FUERA DE LA CAMA! — Gritó Peeves — ¡ALUMNOS FUERA DE LA CAMA!

— ¡Corran! — grite y sin pensarlo dos veces empezamos a correr intentando salvar nuestras vidas, doblamos a la derecha hasta el final del pasillo se encontraba una puerta, forjamos la puerta en un intento de abrirla pero resulta que estaba cerrada.

— ¡Estamos listos! — Gimió Ron, mientras empujaban inútilmente la puerta — ¡Esto es el final!

Se escuchaban las pisadas de Filch, se estaba acercando, deje escapar un suspiro de frustración.

— Muévete — le ordene a Ron, cogí mi varita, golpee la cerradura y pronuncie —: ¡Alohomora!

Se escuchó un clic y la puerta se abrió ¡Cool! Entramos y cerramos la puerta, escuchamos la conversación de Filch y de Pevees, pero un poco rato después se fue maldiciendo al fantasma.

— Mi padre se enterara que...

— ¡Ni se te ocurra Draco! — Exclamo y lo mira enfadada — ¡Por tu culpa casi nos atrapan!

— ¡Mi culpa, dices! ¡Si no fuera porque hechizaste ese fantasma, no estuviéramos en esta situación!

— ¡¿Ahora me culpas, Hurón?! — Iba abalanzarme contra el rubio pero Ron me jalaba mi túnica — ¡¿Qué quieres?!

Me quede estática al ver lo que mi amigo pelirrojo señalaba, demonios había olvidado que en esta habitación se encontraba Fluffy.

El cerbero nos gruñía, y bueno los cuatro gritamos asustamos y abrimos la puerta nuevamente lo cual caímos al suelo, cerramos la puerta antes de que el gran perro de tres cabezas saliera para atacarnos.

[.....]

— ¿Qué pretenden, teniendo una cosa así encerrada en el colegio? — dijo finalmente Ron en cuanto entramos a la sala común.

Hermione había recuperado el aliento y el mal carácter.

— ¿Es que no tenéis ojos en la cara? — dijo enfadada —. ¿No visteis lo que había debajo de él?

— ¿El suelo? — pregunto Ron —. No miré sus patas, estaba demasiado ocupado observando sus cabezas.

— No, el suelo no — hable finalmente — Ella se refiere que debajo de sus patas había una trampilla. Está cuidando... Uff Necesito agua.

Y eso me pasa por saltarme las clases de educación física en la secundaria, tengo pésima condición física, me deje caer en unos de los sillones de la sala y Ron se sentó al lado mío.

Hermione nos miró indignada.

— Espero que estéis satisfechos. Nos podía haber matado. O peor, expulsado. Ahora, si no os importa, me voy a la cama.

Sin más que decir, giro sobre sus talones para subir a los dormitorios de las chicas.

— Debería aclarar sus prioridades, ¿no crees Harriet?

No respondí nada, no porque quisiera hacerlo pero después de correr me costaba aun recuperar el aliento, además estaba pensando si Draco había llegado a su sala común. Después de lo que paso con Fluffy, nos habíamos encontrado con la señora Norris, Hermione se alteró al verlo ya que pensaba que ella nos delataría pero al ver que la gata se acercaba para que yo la acariciara.

La señora Norris nos ayudó a distraer a Filch, y ella guiaría a Draco para que lo llevara a su sala común.

Pero después de esta noche, tenía que ir preparándome para enfrentarme a Voldemort.

Número de palabras: 3687

Fecha de publicación: 27/Septiembre/2019

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