Fernando: no quiero que tengas problemas con tu esposo, solo quiero un último beso de tu parte.
Valentina no pudo negarse, le acarició la mejilla, se acercó, en un mar de lágrimas, roso sus labios con los suyos, lo que terminó en un dulce beso de despedida.
Gabriela: Horacio se llevo a comer a los niños, así que Valentina y tú pueden estar tranquilos... José Miguel... José Miguel.
José miguel: que me decías?
Gabriela: que tus hijos están con Horacio.
José Miguel: ya me lo habías dicho, Valentina aun no sale, se está tardando mucho; sabes que, voy a ver que pasa.
Gabriela: no creo que sea buena idea, José Miguel, espera.
José Miguel corrió a la habitación de Fernando, allí pudo ver como Valentina le daba un beso, cuando intento entrar para interrumpir aquel incomodo momento Gabriela lo jaló del brazo.
Fernando: gracias, recordaré este momento por toda la eternidad.
Valentina intentó sonreírle.
Valentina: vete tranquilo.
La presión de Fernando bajó a lo mínimo, estaba casi nula, su corazón dejó de latir y había dejado de respirar también, los aparatos a los que estaba conectado empezaron a sonar simultáneamente , Gabriela se acercó.
Valentina: Fernando!! Fernando!! No por favor...
Gabriela: es inútil Valentina! Acaba de morir.
Gabriela intentó contener a su amiga.
Valentina: Descansa en paz, siempre te recordaré.
Valentina besó su frente mientras José Miguel los observaba desde otra esquina de la habitación, aunque tuvo el impulso de entrar y abrazarla decidió salir sin ser visto.
Gabriela.: ay Valentina; lo siento mucho.
Valentina: no tenia por que morir tan rápido.
Gabriela: estaba muy enfermo, ni el mejor médico del mundo lo habría salvado, voy por Felipe.
Valentina: Gracias Gabi
José Miguel regresó a la sala de espera algo agobiado, sabia que no debía sentir celos de un moribundo sin embargo el ver como su esposa lo había besado era difícil de procesar.
Felipe entró con Gabriela, este revisó a Fernado.
Felipe: ya no hay nada que hacer, Valentina, fue muy noble de tu parte despedirte de él, solo estaba esperándote para irse en paz.
Valentina: llegué a pensar que al menos viviría un poco más.
Felipe: no había posibilidad, su estado era terminal, habrá que avisarle a sus familiares.
Valentina.: Fernando no tenía a nadie en el mundo.
Felipe: a nadie? Estas segura que no hay familiares?
Valentina: no! Tengo el número de su abogado, dejó en sus manos todo para este momento.
Felipe: entonces habrá que llamarle.
Valentina: déjamelo a mí, puedo contactarlo más fácil.
Felipe: este bien, soy testigo que eras su amiga, así que creo que por las circunstancias puedes empezar los trámites para que te entreguen el cuerpo a ti.
Valentina: bien, entonces llamaré a su abogado.
Gabriela: yo te acompaño.
Gabriela salió con Valentina abrazándola, era su mejor amiga y el verla tan triste la ponía mal.
Valentina hizo la llamada, el abogado estaba en la capital y tomaría un vuelo de inmediato.
José Miguel no sabia si acercarse o no a Valentina.
Sandra: José Miguel! Supe lo que pasó con el amigo de Valentina, como está ella?
José Miguel: muy triste.
Sandra: Me imagino, yo iré por su cuerpo, en cuanto el acta de defunción este lista Valentina podrá disponer de él.
José Miguel: Valentina?
Sandra: era la única persona cercana a él.
Gabriela: olvide decirte, José Miguel está aquí.
Valentina: que? Dios mio! Olvidé llamarlo, pero como supo que estaba aquí.
Gabriela: supongo que Iluminada le dijo algo.
Valentina: voy con él.
Gabriela: me quedaré al pendiente.
Valentina: gracias.
José Miguel seguía en la sala de espera cruzado de Brazos, Valentina se acercó a él.
Valentina: José Miguel?
José Miguel se levantó de su asiento aunque su orgullo le gritaba que debía reclamarle por el beso que le había dado a Fernando, pudo más su amor y la nostalgia al ver la cara de su esposa, sin decir una palabra la abrazó.
José Miguel: lo siento bonita, lo siento mucho.
Ese abrazo desencadeno un nuevo llanto de Valentina.
José Miguel: llora, eso reconforta el alma, Fernando está en un mejor lugar.
Horacio estaba comiendo con los niños cuando Gabriela lo llamó para darle la noticia, sabia que aunque Fernando no había tenido mucho acercamiento con los gemelos de alguna manera ellos iban a sentir su muerte y esa noticia sólo podía darla sus padres, así que intentó disimular su agobio.
Unos minutos después Felipe regresó con el acta de defunción.
Valentina: Gracias Felipe.
Felipe: puedes llevarte el cuerpo cuando gustes.
Valentina: su abogado me pidió esperarlo.
Gabriela: aun no sabes que va pasar?
Valentina: Fernando dejó por escrito su última voluntad, pero eso debo discutirlo con el abogado.
José Miguel: entonces algo sabes?
Valentina: más o menos.
Gabriela: quiere ser sepultado en San Pedro?
Valentina: No Gabi, quiere que incineren su cuerpo, me dijo que las cenizas reposarían en algún lugar, ignoro cual sea.
José Miguel; entiendo.
Gabriela: a lo mejor elo dejó por escrito.
Valentina: eso creo, Dios mio y los niños? Donde están?
Gabriela: con Horacio, no te preocupes.
José Miguel: creo que mejor paso por ellos y los llevo a la hacienda.
Valentina: explícales lo que pasó por favor.
José miguel: claro, le pediré a Iluminada que se quede al pendiente de ellos, en un rato regreso por ti.
Gabriela: yo me quedo con ella.
José Miguel besó la frente de su esposa y salió del hospital.
Al llegar a la hacienda los gemelos notaron el silencio de su papá y empezaron a hacer preguntas.
Cecilia Benita: y mami dónde está?
José Miguel: vengan conmigo, siéntense.
Los gemelos siguieron las órdenes de su padre.
José Federico: pasó algo malo verdad?
José Miguel: por que lo dices?
José Federico: por que traes carita triste.
Cecilia Benita: es cierto, además mamita no está, se enfermó? Es eso?
José Miguel: no princesa, ella está bien, pero, está en el hospital de San Pedro.
Cecilia benita/ José Federico: en el hospital??
José Miguel: se trata de Fernando, su amigo.
Cecilia Benita: el mago?
José Miguel: si, él.
José Federico: que le pasó?
José Miguel: se puso muy mal, ahora está con Dios.
Los gemelos se miraron aterrados.
Cecilia Benita: pero él era bueno papito, por que se fue?
José Miguel: por que Dios así lo quiso, ya hemos hablado de eso, su mamá está muy triste, así que por favor necesito que cuando regrese la apapachen mucho.
Los niños asintieron.
Cecilia Benita; que triste, no me gusta verla así.
José Miguel: a mi tampoco.
José Federico: y podemos ir con mami?
José Miguel: No!, ustedes se van a quedar con Iluminada, yo regresaré a acompañar a su mamá.
José Miguel asistió a una reunión con los empleados de la procesadora y luego regresó al hospital con Valentina, para entonces ella platicaba con un hombre de unos 60 años.
Valentina: Pero el velorio podría ser en la hacienda.
Abogado: le agradezco pero Fernando dejó esto estipulado, en un rato se lo llevaran a una funeraria del pueblo, mañana su cuerpo será incinerado a las 2 de la tarde.
Gabriela: y que pasará con las cenizas entonces?
Abogado: eso lo sabrán cuando se lea su testamento.
Valentina: mañana mismo?
Abogado: así es.
Gabriela: pero no tenía familia a quien va a heredar?
Abogado: no la tenia, pero dejó todo arreglado para después de su muerte, mañana mismo sabrán de que se trata.
José Miguel: Buenas tardes!
Valentina: Licenciado, él es José Miguel, mi esposo.
Abogado: mucho gusto.
José Miguel: igualmente.
Abogado: debo coordinar los últimos detalles para su traslado a la funeraria, le avisaré cuando ya estemos allí.
Valentina: gracias, entonces nos vamos, tengo que ver a mis hijos y cambiarme de ropa.
Valentina se fue con José Miguel, Gabriela con Horacio quien la esperaba afuera con su hija.
Camino a la hacienda Valentina guardó absoluto silencio, mientras su esposo conducía, ella tenia su mente muy lejos, en Fernando, lo había querido mucho, a pesar de tener al hombre de su vida él era importante para ella y durante las ultimas semanas se había convertido en su gran amigo, gracias a él su hija estaba viva; era consciente que al morir él le había encargado una tarea pero el saber que esta se haría publica al día siguiente la tenia algo nerviosa.
Después de cenar junto a sus hijos, llevarlos a la cama, Valentina y José Miguel se encaminaron al pueblo para el velorio de Fernando.
El lugar era muy privado, en cuanto Analia supo lo sucedido también fue para allá.
Al llegar a la funeraria abrazó a su patrona y le dio el pésame, su teléfono sonó, ella intentó no llamar mucho la atención, se alejó un poco de los demás y revisó su celular, al ver el nombre de la persona que parecía necesitarla quedó en shock.