¿Crees que soy bonita?
Notas de la autora: Espero que nadie se ofenda si retrató a Rusia así, créanme este es un fandom loco y yo solo quería jugar con esta idea, no es para ofender a nadie. Si sirve de consuelo, este fic no tiene ningún headcanon de ninguno de los dos contrys, ni de México o de Rusia. Ahora sin mas, espero que les guste.
Hoy por primera vez México iba a conocer el departamento de Rusia. Hacia apenas un mes que habían empezado a salir, pero mentiría si dijera que no moría de curiosidad por saber dónde y cómo vivía el soviético. Así que armado con sus mejores fachas y con algunos regalos para Rusia. Esperaba no haberse equivocado con los regalos, por que a lo mejor no eran lo usual que le regalabas a un soviético... o a cualquier hombre en general. Pero algo desde adentro le decía que le iban a encantar.
((Virgencita ayúdame y no me abandones))
Uno vez que llego al edificio, pudo ver con admiración lo alto y lo lujosos que era el edificio. Era un edificio de esos altos con formas irregulares, con ventanales con efecto espejo y en colores cobrizos; de al menos de 20 pisos y cada piso solo le pertenecía a una persona; con grandes terrazas para cada uno de los inquilinos. Como se notaba la diferencia de una potencia mundial a su humilde frijolito que tenía su casita de un solo piso, "pero no hay que sentirse menos" se dijo el mexicano que Rusia ya se había quedado más de una vez en su casa y nunca le había hecho el feo no como dos contrys que conocía que le habían dicho que su casita estaba fea y olía a frijoles, pero mejor olvidarse de aquellos dos. México se relajó y puso su mejor sonrisa. Toco el botón del penthouse y espero a que Rusia contestara.
-¿Quién es?- contestó con ligereza el ruso.
- Soy Cholo- contesto México aguantando la risa.
-¿Cholo?¿Cholo quien?- pregunto Rusia alegremente habiendo captado la dirección de la conversación.
-Cholo tuyo my love- dijo México entre risas.
-JAJAJAJA- el simple hecho de oír la risa de Rusia por sus bromas, le hacía despejar toda duda o inseguridad que estuviera rondando por su mente, casi como magia. Pensó México mientras lo oía reírse por el parlante.
-Ok señor Cholo, ya puedes pasar, el elevador te llevará en automático- dijo Rusia mientras un pitido hacia notar a México que ahora la puerta estaba abierta.
Una vez que México pasó por el amplio y desolado lobby hasta el cubo del ascensor, solo tuvo unos segundos para acomodarse y sentir que dejaba el estómago detrás. Fue súbito y antes de que le diera tiempo de pensar cómo iba a regresar por sus entrañas, la puerta del ascensor se abrió, dándole paso a piso donde vivía Rusia.
((Eso fue horrendo))
- Hola Taquito, ¿te encuentras bien?- dijo el Ruso con preocupación al notar a un México aferrándose a la pared del elevador y con varias tonalidades más claro de sus colores usuales.
- ¿Por que tu ascensor me quiere matar?- preguntó México mientras trataba de encontrar alguna razón válida por la que alguien en su sano juicio habría hecho el elevador tan veloz; México estaba prácticamente seguro que si Rusia un día querían matarlo solo habrían que cortar los cables en plena caída, ni notaria la diferencia hasta que fuera demasiado tarde y luego ya solo seria una tortilla de contry.
- Lo siento no creí que te asustaría tanto el ascensor- dijo Rusia al momento de que le servía de apoyo al mexicano que solo podía dar pasos de potrillo recién nacido al tratar de salir de aquella trampa mortal.
-No me vuelvo a subir a esa madre en mi vida- declaro firmemente el mexicano una vez que pudo llegar a trapiesos hasta el sillón del departamento de Rusia.
-Perdón taquito, déjame te traigo un vaso con agua- dijo Rusia medio divertido mientras dejaba a México tendido en el sillón.
-Mejor un bolillo pal susto- dijo México una vez que había recuperado un poco de su sentido del humor. Recordando la delicadeza de sus regalos, reviso la mochila de su espalda. Se maldecía internamente, pues al momento de sacarlos vio que las dos cajas ahora estaban un poco aplastadas y las flores se habían roto en varias partes.
-Esto me pasa por pendejo, debí haberlas traído a mano, al menos así habrían tenido mejor pinta- dijo México solo para sí mismo. Ni siquiera noto cuando Rusia había llegado hasta él.
-¿Qué es eso México?- dijo casi impactado al momento de que había visto el ramo de flores y las dos delicadas cajitas en el piso. Casi hasta parecía<asustado.
-Oh Rusia, lo siento mucho, quería darte un regalo por invitarme a tu a casa. Ucrania me dijo que en tu casa era de buenas costumbres hacer esto y bueno... creo que todo se desmadro, lo siento- dijo el mexicano verdaderamente apenado.
-¿Pero... flores? ¿Y que hay en las cajas?- dijo Rusia entre la curiosidad y lo que parecía ser un ataque de nervios.
-¡Oh! No me digas que no te gustan, pensé que te encantaría- dijo ahora México entre la duda y la pena por haber errado tan mal con el regalo de su amante.
-Pero... por-r... por qué...¿por que creíste eso?- ahora Rusia tartamudeaba y el vaso que se encontraba entre las manos del soviético amenazaba con caerse, debido a la inquietud y el ligero temblor de sus manos.
((wow, nunca pense que veria eso)) Pensó México al ver a Rusia en ese estado.
-Bueno... ¿te acuerdas cuando fuimos a esa plaza tan bonita en Satélite? Me acuerdo que fuimos solo para ver una película y a cenar en el puesto tacos de afuera de la plaza. Y también me acuerdo haberte visto el como te quedaste viendo a las vitrinas de algunas tiendas, en aquella pastelería, en aquella tienda de peluches y... me acuerdo que cuando fui al baño y tu me esperaste afuera... me acuerdo haberte visto entre las jardineras de la plaza, ajeno a todo y a todos... mientras olias las flores... me acuerdo mucho de esas miradas Ruski... y me acuerdo que te pregunte si querías algo, pero tú lo negaste, pero Rusia... tus ojos me decían otra cosa; me evitabas la mirada cuando te preguntaba. Y yo solo quería verte feliz... ¿realmente... me he equivocado tanto?- esto México trato de decirlo con suma calma, tratando de que sus palabras transmitieran toda su sinceridad y comprensión a Rusia que parecía estar aguantando el llanto.
-¿Fue tan notorio?- Rusia solo se atrevió a preguntar una vez que la amenaza del llanto hubiera pasado y se hubiera obligado a calmarse. Todavía jugueteando con aquel vaso lleno de agua.
Rusia ahora transmitía un aura tan vulnerable... que parecía una persona completamente diferente, al habitual confiado y fuerte Rusia... como el contry indomable. Ahora parecía que hasta la más pequeña palabra de odio o burla que le dijera México podría derribarlo para siempre. Pero México sabía mejor...
-¿Quisieras ver lo que te traje?- Le invito a Rusia a sentarse a su lado.
Rusia parecía estar en conflicto consigo mismo, como desconfiando de tanta comprensión al respecto. Desviando la mirada hasta el ventanal que iluminaba todo el cuarto; como si esperara ver algo o a alguien a través del cristal. Pero México espero y trato de sopesar cuan profundo debe haber tenido esas inseguridades; que tan profundo debería ir a la madriguera del conejo y si estaba dispuesto a ser un viaje de solo ida al país de las maravillas. Lo sopeso por poco tiempo, pues Rusia había aceptado su mano y ahora se dirigía al sofá.
((Bien... si esto sale mal, al menos podré quedarme con la oruga y fumar de su pipa)) pensó con humor México.
Rusia se sentó con él esa tarde y fue atento con él, por suerte le habían gustado los regalos y así los dos... pudieron hablar.
—
Y otro día...
-¿Estás listo México?- pregunta un poco nervioso Rusia desde el baño del hotel en el que rentaron un cuarto para todo el fin de semana.
-Estoy listo para verte desde hace más de una hora Ruski, te tardas mucho para algo que te voy andar quitando a mordidas- dijo de broma el aburrido México que ahora se encontraba con las piernas estiradas contra la cabecera de la cama, a la espera de que Rusia saliera del baño.
-Bueno... pues aquí voy...- dijo nuevamente nervioso Rusia al salir del baño.
México al oír esto se acomodo de "forma seductora" sobre la cama y le prestó toda su atención a Rusia. Y al momento de que este salió del baño, este se quedo sin palabras.
Rusia se había arreglado su natural y hermoso cabello largo platinado; y ahora lo lucía sedoso y ondulado. Usaba un suéter tejido azul marino; y debajo de este una blusa blanca y sin mangas, con la palabra LOVE con flores de amapolas adornándola; y un short acampanado azul marino estampado que hacía juego con el estampado de la blusa. Rusia se veía adorable.
-¿Y bien? ¿Que piensas? ¿Me dirias bonita?- dijo Rusia mientras una sonrisa nerviosa adornaba su cara junto a un ligero sonrojo.
-¿Bonita? No, tu no eres bonita Rusia- dijo seriamente México, pero antes de que Rusia se alejara de vuelta al baño, México se levantó de la cama y agarró del brazo desprevenidamente a Rusia y lo arrojó a la cama. Y México se colocó por encima de él y agregó- No Rusia, para mi eres hermosa- y lo coronó de besos mientras sentía las lágrimas de Rusia recorrer sus mejillas.
-¿De verdad?- dijo entre lágrimas Rusia mientras veía a México por encima de él, entregándose a los efectos del latino, el cual empezaba a sobar su rodilla con delicadeza por encima de su zona íntima, ganándose varios gemidos del soviético.
-Claro que lo digo en serio Rusia, nunca lo dudes, eres preciso tal cual eres- dijo México mientras besaba las lágrimas de Rusia una mano viajaba bajo su blusa y daba ligeros toques a su piel.
-Ahora déjame cuidar de ti, mi Rusia- dijo cariñosamente México a su oído.
FIN
NOTAS FINALES: jajajaja que dijeron, la mera verdad nunca he escrito una escena de sexo y creo que hoy no será ese día. Perdón.
Más allá de eso quiero explicarme un poco el por que lo veo asi a Rusia en este fic.
Rusia siempre ha tenido que ser fuerte, si no es por él era por sus hermanos. Así que una vez que murió URSS tuvo que dejar de lado su infancia y sus gustos por representar un frente fuerte en contra de USA y de cualquier país que quería aprovechar cualquier vulnerabilidad.A Rusia le gustan algunas cosas de chica, peluches, pasteles y algunas ropas incluso; pero debido al nivel de homofobia en su casa y él hecho de que le importa mucho la imagen de hombre fuerte y de mas de dos metros que proyecta nunca se atrevió ni a entrar a una cafetería o heladería por algo "bonito" para él.Rusia no sufre de identidad sexual pero tiene euforia de género con algunas ropas femeninas. No necesariamente vestidos, faldas o lencería; pero nunca se había atrevido a comprar algo por el estilo, hasta que llegó este sabor latino. XDY por último, esto es fetiches de ambos contrys por que... bueno a Rusia quiere sentirse querido, aceptado y consentido; y México quería por fin ser el dom de alguna relación y claro que quiere amar, consentir y proteger a Rusia, así que mejor pareja no pudieron hacer aquí.
Espero que les haya gustado y nos vemos para el final de esta semana!