La chica de ojos tristes (AU...

By DANVERS_SISTERS

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Kara fue adoptada por los Danvers cuando sólo tenía tres años, después de que sus padres muriesen en un fatal... More

AVISO IMPORTANTE
1- FAMILIA DANVERS
2-SECRETO AL DESCUBIERTO
3-CAMBIOS
4-SINCERIDAD
5-ENGAÑO
6-EMOCIONES
7-SITUACIONES INCÓMODAS
8-DECISIONES
9-EL MOMENTO DE LA VERDAD
10- REVELACIONES
12-INVITADOS DE ULTIMA HORA
13-SRA. Y SRA. LUTHOR
14-CUMPLEAÑOS INOLVIDABLE
15-DESENTERRANDO EL PASADO
16- DOS PALABRAS
17- REENCUENTROS INCÓMODOS
18- VERDADES QUE DUELEN
19- PREPARATIVOS
20-HALLOWEEN
21-REVELACIONES
22- LO BUENO DE LAS PELEAS...
23-MOMENTOS INCÓMODOS
24-LA DURA REALIDAD
25-MADRES E HIJAS
26-TIEMPO EN CONTRA PARTE 1
27- TIEMPO EN CONTRA PARTE 2
28- HASTA SIEMPRE
29- SIEMPRE TE AMAREMOS
30-DONDE CABEN DOS, CABEN TRES
31- MEZCLA DE SENTIMIENTOS
32 -LIBERTAD
33- EL RESURGIR DE UNA ZOR-EL
34-LA CAÍDA DE UN LUTHOR
35-OJO POR OJO
36-SACRIFICIOS
37-UNA BODA ALOCADA
38-AÚN HAY ESPERANZA
39-COSAS DE NIÑOS
40- EL REGRESO DE LA TIRANOSAURIA
41- ¡¿QUÉ?!
42- UNA PAREJA DISPAREJA
43-REGALOS
44-UNA PEQUEÑA INTERRUPCIÓN
45-¿ESTÁN LOCAS?
46- EPÍLOGO

11- UN PEQUEÑO SUSTO

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By DANVERS_SISTERS

KARA

26 de Septiembre de 2019

Cuando me desperté, me volví para mirar a Lena, como cada mañana. Pero era Alex la que estaba a mi lado. Suspiré, algo fastidiada y me levanté para ir al baño.

Cuando salí, vi que Alex estaba haciendo la cama.

-Alex: ¿Estás bien?

-Kara: Sí...

-Alex: ¿Nauseas...?

-Kara: Ya no tantas... Pero las primeras semanas fueron horribles. – dije, mirando la galleta que anoche estuvo sobre mi almohada y ahora estaba sobre la mesilla - ¿Hiciste galletas antes de venir?

-Alex: No. Las hice el día que llamaste para decirme que te casabas con Lena. Pensé que te gustaría... Bueno, ya sabes, recordar el olor de tu madre.

-Kara: Sí...

-Alex: Te haría unas pocas, pero no creo que me dejasen usar la cocina del hotel.

-Kara: Cuando vuelva a casa, ¿vale?

-Alex: Vale...

Nos duchamos, nos vestimos y bajamos para desayunar en el hotel. Lena y Sam ya nos esperaban abajo. Me acerqué a besar a Lena.

-Kara: Buenos días...

-Lena: Buenos días...

-Sam: Bueno, ¿habéis pensado si queréis vestido, o traje?

-Kara: Lena se siente más cómoda con traje, así que supongo que a mí me toca el vestido...

-Lena: Puedes usar un traje también.

-Kara: Creo que iré más cómoda con un vestido – dije, acariciando mi vientre.

-Lena: Cierto... - dijo sonriéndome.

-Alex: Kara debe quererte mucho para aceptar usar un vestido... - bromeó – Los odia.

-Kara: No los odio, pero me siento más cómoda con pantalones y...

-Lena: Elijas lo que elijas, seguro que estás preciosa... - dijo, cogiendo mi mano.

-Sam: Entonces, - dijo Sam sacando una lista y poniéndola sobre la mesa. – Yo iré con Lena aquí, aquí y... aquí. Alex, tú y Kara iréis a esta, esta y esta de aquí. Nos juntaremos para comer Aquí y luego, nosotras iremos a las tiendas a las que fuisteis vosotras y vosotras a las que fuimos nosotras. Tomad, aquí tenéis una lista para vosotras.

-Kara: Vaya, qué organización.

-Alex: Sam siempre lo tiene todo previsto... - dijo besándola. –Te has levantado de madrugada a hacer la lista, ¿a que sí?

-Sam: Sí... Es importante para ellas, y hay poco tiempo, así que hay que organizarse.

-Lena: Me parece bien...

Terminamos de desayunar y llegó el momento de separarnos. Cuando vi a Lena alejarse con Sam, sentí un vacío en mi interior. Me había acostumbrado a estar con ella a todas horas. Y, aunque adoraba a Alex, y el tiempo que pasábamos juntas, no sería lo mismo.

-Alex: Kara... Vamos. – dijo tirando de mí.

Llegamos a la primera tienda y me probé varios vestidos, aunque ninguno terminaba de convencerme.

-Kara: ¿Y este...?

-Alex: Es bonito...

-Kara: Sí, pero se ve demasiado la cicatriz y... mira qué tripa me hace.

-Alex: Es normal, Kara. Estás embarazada, se te tiene que notar.

-Kara: No me gusta...

-Alex: Kara, te has probado diez vestidos y con todos dices lo mismo. Con todos se te va a notar.

-Kara: Voy a probarme un traje....

-Alex: Kara...

Miré entre los trajes, cogí uno y entré al probador. Salí poco después.

-Kara: ¿Qué te parece?

-Alex: No lo sé, ¿te convence a ti?

-Kara: Sí, pero me aprieta demasiado, no voy cómoda...

-Alex: Aún nos quedan dos tiendas más antes de comer y otras tres por la tarde. Encontrarás algo. Vamos, cámbiate y sigamos.

-Kara: Vale... - dije cambiándome.

Llegamos a la segunda tienda y fue más o menos igual. No terminaba de sentirme cómoda.

-Alex: Kara... - dijo abrazándome al ver mi cara de decepción – Eh... Ven, siéntate... No es sólo por el vestido, ¿verdad? – preguntó cuando nos sentamos.

-Kara: No... Me gustaría que Eliza estuviera aquí. Y Winn, y Nia...

-Alex: Entonces, ¿por qué no os casáis en National City?

-Kara: Queremos hacerlo antes de volver. Así Maxwell no podrá obligarme a casarme con Mike.

-Alex: Entiendo...

-Kara: ¿Has visto a Eliza, cómo está?

-Alex: La verdad es que sigue sin creer que Mike y Maxwell te hicieran algo así. No sé si es que le han lavado el cerebro o...

-Kara: ¿Pero está bien? Maxwell no le ha hecho daño, ¿verdad?

-Alex: No, no se lo ha hecho. No lo parece, al menos. Además, aún sigue en prisión, igual que Mike – cogió mis manos – La verdad es que no entiendo cómo una madre puede dudar de su hija.

-Kara: Yo no soy su hija, Alex...

-Alex: Pero yo sí... Maldita sea Kara, le conté todo lo que vi. Lo que Nia, Lena y Winn vieron... Y sigue sin creerlo.

-Kara: La echo de menos...

-Alex: Lo sé... - dijo limpiando las lágrimas que salían de mis ojos – Pero oye, te casas dentro de tres días. Con Lena. Se nota que te quiere, y que haría cualquier cosa por ti. Ahora sólo debes pensar en eso y en vuestros bebés... Y calmarte, ¿vale? El estrés no os va bien ni a ti, ni a ellos – puso la mano sobre mi vientre. – Ahora vamos a la siguiente tienda, a ver si hay suerte.

-Kara: Gracias... - dije abrazándola con fuerza.

-Alex: No importa lo que pase, Kara. A mí siempre vas a tenerme.

-Kara: Ya lo sé... - dije levantándome – Voy a...

Pregunté por el baño y fui a lavarme un poco la cara. Después, volví a ponerme mi ropa y salimos hacia la tercera tienda.

En esta tampoco encontré nada que me convenciera. Quería algo sencillo, que tapara mi cicatriz y no me quedase demasiado ajustado en la parte del vientre.

Salimos y nos dirigimos al restaurante donde habíamos quedado con Lena y Sam. Llegamos las primeras, así que nos sentamos a esperarlas.

LENA

Sam y yo entramos en la primera tienda de nuestra lista y empezamos a mirar los trajes.

-Sam: ¿Blanco, negro, azul...?

-Lena: Negro.

-Sam: Vale, por allí entonces...

Nos dirigimos a la zona en la que estaban los trajes de color negro y elegí varios modelos.

-Lena: ¿Qué tal este? – pregunté. Era el cuarto que me probaba.

-Sam: Ese es perfecto, Kara se caerá de culo cuando te vea...

-Lena: ¿Tú crees...? ¿No es exagerado?

-Sam: Para nada. Además, el negro resalta tus ojos.

-Lena: Veamos el resto de las tiendas y luego ya veremos cuál me quedo.

-Sam: Bien. ¿Ya tenéis los anillos?

-Lena: Sí, los elegimos juntas.

-Sam: Lena.... ¿puedo preguntarte algo?

-Lena: Claro. Dime.

-Sam: ¿La quieres?

-Lena: ¿A Kara? Más que a nada en el mundo – dije sentándome a su lado. - Kara es... Mis palabras se agotan al intentar describir su belleza física, partiendo de sus ojos, que son la luz de mi vida, son su volcán del alma, hablan sin palabras y expresan todo lo que la voz no puede explicar. Tiene una cara bonita como la de una princesa de los cuentos de hadas, su cabello rizado y rubio, sus labios, su aroma, su cuerpo, su alma, todo eso y más me tiene atrapada en una burbuja de amor de la que nunca quiero salir. Sin duda alguna ella es para mí el sol que alumbra mi día y que con sus destellos de luz llena mi vida de amor y alegría.

-Sam: Vaya, eso es....

-Lena: Pero Maxwell ha hecho que ese sol se esté apagando, que no brille tanto como antes. Y te juro Sam, que no sé cómo, pero haré que brille con mucha más fuerza que antes. Que la haré tan feliz, que las únicas lágrimas que volverá a derramar serán de alegría. Que nunca más sentirá miedo, y que si alguien intenta hacerle daño de nuevo, tendrá que vérselas conmigo primero. Conmigo no va a faltarle de nada. Nunca. Ni a ella ni a los bebés...

-Sam: Si no estuviera tan enamorada de Alex y tú no fueras a casarte con Kara en tres días, te pediría ahora mismo que te casaras conmigo – bromeó, cogiendo mi mano – Kara ha tenido suerte de que aparecieras en su vida...

-Lena: O yo de que ella apareciera en la mía... ¿Puedo preguntarte yo algo también?

-Sam: Claro.

-Lena: ¿Cómo supiste que te gustaban las mujeres y cómo conociste a Alex?

-Sam: Bueno... Yo soy dos años mayor que Alex. Tengo veintidós. Cuando tenía diecisiete, mi hermano, tres años mayor que yo trajo a su novia a casa para presentárnosla. Llevaban ya seis meses saliendo y todavía no la conocíamos. Era una chica bastante agradable, la verdad, nos cayó muy bien a todos desde el principio. Durante la comida, me fijé en que no dejaba de mirarme. Me extrañó, pero no dije nada. A partir de ese día, mi hermano la llevaba a casa casi todos los días. Un día, mientras ella esperaba a que mi hermano volviera, le dije que iba a ducharme, porque había quedado con unas amigas para ir al cine. Mis padres no estaban, así que la dejé en el salón, viendo la televisión. Poco después, noté que alguien entraba en el baño y se metía en la ducha. Cuando me giré, vi a la novia de mi hermano, totalmente desnuda, mirándome de arriba abajo. Me quedé helada. Iba a preguntarle qué hacía allí, cuando ella me empujó contra la pared y empezó a besarme y a acariciarme.

-Lena: ¡¿Qué?! ¡¿En serio?!

-Sam: Sí... No supe por qué, pero en vez de apartarla o pedirle que se fuera, la correspondí. La besé y a los pocos minutos estaba mordisqueando sus pezones y ella estaba con su lengua dentro de mi... - dijo, mirando a una de las vendedoras, que nos miraba con cara rara – Bueno, ya sabes. Fue mi primera vez con una mujer. Y me encantó. Acabamos haciéndolo dos veces. Mi hermano se retrasó casi dos horas.

-Lena: ¿Y tu hermano qué dijo?

-Sam: No lo sabe... Nunca se lo dije. Rompió con ella tres meses después, porque la pilló besándose en un bar con otra.

-Lena: Joder...

-Sam: En cuanto a Alex... Una noche salí con unas amigas a tomar algo. Entramos en el local de un amigo de mi hermano. Empezamos a beber, a bailar... y de pronto vi a Alex. Estaba sola, sentada en una mesa al fondo, tomándose una cerveza. Tenía la mirada perdida, parecía triste. Me llamó la atención. Me quedé observándola varios minutos, viendo cómo rechazaba a todos los tíos que se le acercaban. Hasta que uno se le acercó, le susurró algo al oído y Alex se levantó rápidamente, acercándose a la mesa de billar. Ya debía llevar unas cuantas cervezas, porque se iba tambaleando. Poco después, los dos empezaron a jugar. En uno de los turnos de Alex, de repente, vi una bola volando directamente a mi cabeza. Conseguí agacharme a tiempo y la bola se estrelló contra la pared, aunque luego me dio de rebote, pero ya no llevaba tanta fuerza. Alex vino corriendo hacia mí y me preguntó si estaba bien. Cuando vi sus ojos... había tanta tristeza en ellos, que lo único que pude hacer fue abrazarla. No la conocía, no sabía ni cómo se llamaba, pero su mirada y su preocupación me enternecieron.

El tipo del billar se acercó cabreado, Alex le dio algo de dinero, y el tipo se fue. Al parecer, habían apostado por ver quién ganaba. Yo tenía un buen chichón y Alex se ofreció a llevarme a un médico para que me vieran, pero le dije que no era necesario y que podía compensarme invitándome a una cerveza. Nos fuimos a la mesa en la que ella estaba sentada antes y empezamos a hablar. Me contó que lo había dejado con su novia hacía un par de semanas y que no era capaz de olvidarla.

-Lena: ¿Y acabasteis en la cama?

-Sam: ¿Esa noche? No... Acompañé a Alex a su casa, porque no estaba en condiciones de irse sola y me dijo que me quedase a dormir porque era muy tarde y quería asegurarse de que estaba bien por lo del golpe. Fuimos a su cuarto y pasamos toda la noche hablando. Empezamos a salir como amigas y, cuando vi que estaba mejor, un par de meses después, le pedí salir... Y hasta ahora.

-Lena: Hacéis buena pareja.

-Sam: Eso dicen todos... Incluso su madre. Eliza es una mujer maravillosa.

-Lena: Permíteme dudarlo... - dije mirándola – Ha dejado que Kara pase por todo esto sola. No ha intentado ponerse en contacto con ella para saber cómo está. Violaron a su hija, la mandaron al hospital, y ella prefirió creerles a ellos. ¿Qué madre haría algo así?

-Sam: Sí... El comportamiento de Eliza es muy raro. Siempre ha tratado a Kara con mucho cariño. Todo esto es muy extraño. ¿Crees que Maxwell la tiene amenazada, o algo?

-Lena: No lo sé. Pero Kara necesita a Eliza. Y va a necesitarla mucho más cuando nazcan los bebés... - Me levanté – Deberíamos seguir mirando...

-Sam: Sí...

Fuimos a la siguiente tienda, pero no encontré nada que me gustara. Tampoco quería nada exagerado. Sabía que Kara era de gustos sencillos. Seguramente, su vestido lo sería.

Sam y yo seguimos conociéndonos un poco más. Hablamos de nuestra época en el instituto, de música, de libros...

En la tercera tienda tampoco había nada que mereciera la pena, así que fuimos a tomarnos algo a una cafetería cercana mientras seguíamos hablando. Pero el tiempo se nos echó encima, así que tuvimos que correr hasta el restaurante.

-Alex: Vaya, por fin aparecéis. Pensábamos que os habían secuestrado o algo así.... – dijo mirándonos.

-Lena: Perdón, no nos dimos cuenta de la hora – dije sentándome al lado de Kara. Estaba muy callada - ¿Estás bien...?

-Kara: Sí...

-Lena: ¿Segura?

-Kara: Algo cansada... ¿Has encontrado algo?

-Lena: Es posible... ¿y tú?

-Kara: Aún no...

-Sam: Chicas, ¿y si hacemos un cambio de parejas para esta tarde? Yo iré con Kara, y Alex con Lena.

-Alex: No sé... - dijo, mirando a Kara.

-Kara: Me parece bien. Así Lena y tú podréis conoceros algo más...

-Alex: ¿Estás segura?

-Kara: Sí. Además, Sam es tan buena compañía como tú... O mejor – bromeó, molestando a Alex.

-Alex: ¿Ah, sí...? Pues que sepas que Sam tiene un gusto pésimo...

-Sam: ¡Oye!

-Kara: Lo sé... Te escogió a ti.... – dijo riéndose.

-Alex: ¡Oye!

-Sam: Esa ha sido buena... - dijo, chocando la mano con Kara.

-Kara: ¿Seguro que quieres formar parte de esta familia, Lena? Aún estás a tiempo.

-Lena: Lo deseo más que nunca... - dije besándola.

Cuando nos sirvieron la comida, Alex miró a Kara.

-Alex: Mira Kara, Mayonesa. De huevo de elefante.

-Kara: Alex, cállate.

-Lena: ¿De huevo de qué? – pregunté, confusa.

-Alex: De elefante. Al poco de adoptar a Kara, un día preguntó con qué se hacía la mayonesa y mi padre le dijo que de huevo. Kara volvió a preguntar, que de huevo de qué, y yo le dije que de huevo de elefante. La respuesta de Kara fue que de esos huevos debería salir mucha mayonesa, porque los huevos de elefante tenían que ser muy grandes.

-Lena: ¿En serio? – dije, sonriéndola. Me parecía tan tierno imaginar a Kara tan ingenua.

-Kara: Tenía tres años....

-Alex: Sí, pero estuviste creyendo eso hasta los doce.

-Kara: Fue cuando me di cuenta de que los elefantes no ponen huevos. La profesora preguntó en clase por animales que ponían huevos y yo dije que los elefantes. Intenté convencerla de que era verdad, y me pasé tres días castigada. Y claro, mis compañeros se pasaron el resto del curso riéndose de mí.

-Sam: ¡Alex! Eso fue muy cruel, pobre Kara.

-Alex: Yo no tengo la culpa de que fuera tan inocente.

-Lena: ¿Pero hacerle creer hasta los doce años que los elefantes ponían huevos? Venga Alex....

-Alex: Era divertido tomarle el pelo. – dijo, dando un trago a su copa de vino – Y lo sigue siendo.

-Kara: Eres lo peor... Yo también puedo contar cosas vergonzosas de ti, ¿sabes?

-Alex: ¿Ah sí, como qué?

-Kara: Pues... como la vez que te tocó quedarte despierta toda la noche repitiendo un trabajo para clase, que ya habías casi acabado y que te cargaste por patosa.

-Lena: Tengo curiosidad....

-Kara: Alex tenía que entregar un trabajo para clase que le llevó casi tres semanas terminar. Tenían que hacerlo todo a mano, nada de hacerlo en el ordenador y luego imprimirlo. A Alex le quedaba sólo una página y tenía que entregarlo al día siguiente. Llevaba una taza de café en una mano y el teléfono en la otra.

-Alex: Kara...

-Kara: No sé con quién estaría tonteando por el teléfono. A lo mejor era contigo, Sam... Bueno, el caso es que Alex acabó dando un sorbo a su teléfono móvil y tirando la taza de café sobre la mesa, encima de su trabajo. Tuvo que pasarse la noche entera escribiéndolo de nuevo.

-Sam: ¿Eso es por lo que estabas tan cabreada aquél día y me dijiste que no habías podido dormir nada por mi culpa?

-Alex: Sí... - dijo.

-Sam: ¡¿Y qué culpa tenía yo?! – bromeó.

-Alex: Me volvía imbécil cada vez que hablaba contigo.

-Kara: Sigues volviéndote imbécil cuando hablas con ella. Eso que vas a llevarte a la boca es el salero, Alex...

-Alex: Mierda... - dijo dejándolo sobre la mesa de nuevo.- Creo que va a ser buena idea lo del cambio de parejas para esta tarde. Ahora mismo, Lena podría quedarse sin prometida.

-Kara: Has empezado tú.

-Sam: Niñas, dejad de pelearos... - dijo mirándome – Se comportan como si tuvieran cinco años... Pero dentro de cinco minutos volverán a estar en plan cariñoso. No pueden vivir la una sin la otra. Ya te acostumbrarás...

-Lena: Bien... - dije riéndome. Miré a Kara. Parecía feliz de tener a su hermana cerca. Y parecía estar menos nerviosa. Sin duda, la presencia de Alex la tranquilizaba.

Terminamos de comer y, tal y como dijimos, yo me fui con Alex esta vez.

KARA

Fuimos a la primera tienda que teníamos planeada para esa tarde, pero no vi nada que me gustara. Íbamos de camino a la segunda, cuando vi un precioso vestido en el escaparate de una pequeña tienda.

-Kara: Entremos aquí.

-Sam: ¿Aquí? Es una tienda normal.

-Kara: Pero mira ese vestido, es perfecto.

-Sam: Pero no es de novia...

-Kara: Es blanco, ¿no? – dije entrando y probándomelo - ¿y bien?

-Sam: Te queda perfecto...

-Kara: Entonces decidido, me llevo este...

-Sam: Bien... Ahora hay que buscar unos zapatos...

-Kara: ¿Podemos dejarlo para mañana?

-Sam: Sí, claro, ¿estás bien?

-Kara: Algo cansada...

-Sam: ¿Quieres volver al hotel?

-Kara: Sí...

-Sam: Vale, llamaré a Alex y a Lena para decirles que volvemos – dijo, saliendo a llamar mientras yo pagaba el vestido y salía poco después. - ... Vale, nos vemos allí. – dijo colgando – Kara, estás muy pálida...

-Kara: ¿Podemos coger un taxi?

-Sam: Sí... Ven, siéntate. Alex y Lena también van para el hotel.

-Kara: ¿Por qué? Ellas pueden seguir mirando.

-Sam: Al parecer Lena ya tiene su traje y se han preocupado.

-Kara: ¿Qué les has contado?

-Sam: Que estabas cansada y no tenías buena cara.

-Kara: Sam...

-Sam: Es verdad, no la tienes.

Esperamos sentadas en un banco hasta que llegó el taxi y nos llevó al hotel. Íbamos de camino al ascensor, cuando me apoyé en Sam.

-Sam: Kara...

-Kara: Estoy muy mareada....- dije, intentando agarrarme a Ella. Todo me daba vueltas y mi vista empezaba a nublarse.

-Sam: Ya vamos a la habitación, aguanta un... ¡Kara! – fue lo último que escuché antes de desmayarme.

LENA

Acababa de comprar el traje para la boda en la primera tienda en la que habíamos entrado después de comer. No quise mirar más, porque sabía que si veía algún otro, luego me iba a costar mucho decidirme. Y quería acabar rápido. Alex y yo fuimos a tomar un café y aprovechamos para hablar y conocernos un poco más. Le pedí a Alex que me contase cosas de Kara y me enseñó una foto de ella y de Kara cuando eran niñas, del mismo día que la adoptaron. Las dos estaban preciosas, pero la mirada triste de Kara me partió el alma. Aun así, al ver esa fotografía, deseé que nuestros bebés fueran niñas y se parecieran a ella. También me enseñó otra de ellas dos hace apenas un año. Kara tenía ese brillo en la mirada y esa sonrisa que tanto me habían gustado y que me enamoraron la primera vez que la vi.

En ese momento, el teléfono de Alex sonó y ella se puso seria de golpe. Cuando colgó me miró.

-Alex: Volvemos al hotel... - dijo.

-Lena: ¿Qué pasa?

-Alex: Era Sam. Kara no se encuentra bien...

-Lena: ¿Cómo que no se encuentra bien? ¿No sería mejor que fueran a un médico?

-Alex: Parece que sólo está cansada, y Kara quiere volver al hotel. Pero aun así quiero verla.

-Lena: Sí, vamos... - dije pagando. Cogimos un taxi para llegar antes.

Al llegar al hotel, vimos que había algo de jaleo junto al ascensor.

-Alex: ¿Qué habrá pasado?

-Lena: No lo sé... ¿Crees que habrán llegado ya?

-Alex: Llamaré a Sam – dijo marcando. En ese momento, escuchamos el teléfono de Sam justo al lado del ascensor y corrimos hacia allí. Al llegar, vimos a Kara en el suelo y a Sam agachada a su lado, tratando de hacerla reaccionar.

-Lena: ¡Kara! – dije, dejando caer todo lo que llevaba en la mano al suelo y agachándome a su lado. – Kara, cariño...

-Alex: ¿Qué ha pasado? – preguntó, mirando a Sam. - ¡Apártense, dejen sitio, por favor!

-Sam: No lo sé... - sollozó - Volvimos porque decía que estaba cansada. La verdad es que estaba algo pálida, así que cogimos un taxi. Cuando llegamos junto al ascensor, dijo que estaba muy mareada y se desmayó.

-Alex: ¿Se cayó, llegó a golpearse, Sam?

-Sam: No. Pude sujetarla a tiempo y la tumbé con cuidado.

-Alex: Bien... - dijo agachándose junto a Kara y dándole un suave golpecito en la mejilla – Kara...

-Lena: Kara, cielo... - dije cogiendo su mano con una de las mías y poniendo la otra sobre su vientre. Me estaba poniendo muy nerviosa y empecé a llorar – Alex...

-Alex: Kara... Vamos, despierta. Kara... - dijo mirando a su alrededor – Aquí hay demasiada gente, la llevaré a la habitación. Sam, pide que manden un médico – dijo, mientras la cogía en brazos con cuidado y llamaba al ascensor.

Yo recogí todas las cosas que había tirado antes, y también las de Sam, que estaban al lado de Kara. Alex y yo entramos con ella en el ascensor. Pasé la tarjeta por el lector de la puerta para poder entrar en la habitación, pero no funcionaba.

-Lena: Vamos... ¡¿Qué demonios pasa?!

-Alex: La estás pasando al revés, Lena. Tranquilízate....

-Lena: No puedo tranquilizarme... - dije, abriendo por fin. Alex dejó a Kara sobre la cama con cuidado y yo dejé todo en un rincón, acercándome a la cama después.

-Alex: Kara... Vamos... - dijo, golpeando de nuevo la mejilla de Kara con suavidad. Llamaron ala puerta y fui a abrir. Sam entró en ese momento.

-Sam: El médico viene de camino.

-Alex: ¿Cuánto lleva así?

-Sam: Acababa de desmayarse cuando llegasteis.

-Lena: Kara... Cariño, mírame, vamos... - dije cogiendo su mano de nuevo – Venga, abre los ojos.

-Alex: Sam, ayúdame... - dijo, poniendo las piernas de Kara en alto – Lena, desabróchale el sujetador.

-Lena: Sí... - dije metiendo las manos por dentro de la camiseta de Kara y tratando de desabrocharlo – No puedo...

-Alex: Lena... Eh... - dijo, sujetándome por los brazos – Tranquila. Kara está bien, ¿vale? Puede haber sido una bajada de tensión, no pasa nada... No debería tardar en despertarse. Pero hay que ayudarla a respirar mejor, aflojando las prendas que le puedan estorbar, ¿vale?

-Lena: Vale... - die mirándola y desabrochando el sujetador de Kara – Ya está...

-Alex: Bien... - dijo sonriéndome.

Me senté junto a Kara y le aparté el pelo del rostro. Alex y Sam se quedaron de pie, junto a la ventana, sin apartar la vista de Kara.

-Lena: Cariño... - susurré.

-Kara: ¿Lena...? – dijo abriendo los ojos.

-Lena: Hola... - dije sonriéndola - ¿Cómo estás?

-Kara: Mareada... - dijo intentando levantarse.

-Alex: No... Quédate tumbada un rato... - dijo, sentándose junto a ella – Tranquila...

Llamaron a la puerta y Sam fue a abrir. Eran el director del hotel y el médico. El médico nos pidió esperar fuera, pero me negué a separarme de Kara. Aceptó que me quedase si prometía no molestar y dejó que Alex, como estudiante de medicina y hermana de Kara, también se quedase. Sam y el director tuvieron que esperar fuera.

El médico la examinó y le dijo a Kara que esperase tumbada un poco más. Luego nos explicó a Alex y a mí que todo estaba bien.

-Médico: Lo más seguro es que haya sido una bajada de tensión, producida por demasiado calor, o estar demasiado tiempo de pie...

-Alex: Hemos pasado toda la mañana caminando, de compras, luego fuimos a comer, y de nuevo de compras. La verdad es que no hemos parado en casi todo el día.

-Médico: Entonces lo más seguro es que haya sido por eso. – miró a Kara, sonriéndola - A partir de ahora, lo mejor es que descanse todo lo que pueda, que no pase demasiado rato de pie o se canse demasiado. Tenga cuidado con el calor, y procure llevar algo de azúcar en el bolso, por si vuelve a marearse. Eso le ayudará a evitar otro desmayo.

-Lena: ¿Entonces ella y los bebés están bien?

-Médico: Sí. Pero si quieren quedarse más tranquilas, pasen mañana por algún hospital para que la revisen. Pero no creo que sea necesario. – Se acercó a Kara y cogió sus manos –¿Sigue mareada?

-Kara: No.

-Médico: Bien. Ahora, va a quedarse un rato sentada – dijo ayudándola y colocando un par de cojines detrás de Kara para que estuviese cómoda – Si dentro de unos minutos sigue sin mareos, podrá levantarse. Despacio y con mucho cuidado. Después, una ducha para relajarse, una cena ligera y dormir, sería la mejor opción para hoy. ¿De acuerdo?

-Kara: Sí... Gracias.

-Alex: Le acompaño fuera... - dijo saliendo con el médico.

Yo me quedé con Kara, sentándome junto a ella y abrazándola.

-Lena: Menudo susto... No vuelvas a hacerme esto, por favor...

-Kara: Lo siento...

-Lena: Creí que me daba algo cuando te vi en el suelo... Me asusté muchísimo. Pero me alegro que decidieras volver al hotel, cariño...

-Kara: No quería asustarte. Tampoco a Sam, ni a Alex... - dijo, empezando a llorar.

-Lena: Lo sé... - dije, secando sus lágrimas – No, no llores, tranquila... Ahora debes estar tranquila, ¿Vale? Esperaremos un poco y te ayudaré a ducharte.

-Kara: Puedo hacerlo sola...

-Lena: Lo sé... Pero no vamos a arriesgarnos a que vuelvas a marearte otra vez y te caigas en la ducha. No quiero que os pase nada... - dije, acariciando su vientre.

-Kara: Está bien...

Alex y Sam volvieron a entrar y se acercaron.

-Alex: ¿Cómo estás?

-Kara: Mejor... Siento haberte asustado, Sam.

-Sam: No pasa nada... Me alegro de haber estado contigo para evitar que te cayeras – dijo sonriéndola.

-Alex: Ahora tienes que descansar. Sam y yo vamos a nuestra habitación. Lena, si necesitas ayuda, avísanos por favor... O si se pone peor o...

-Lena: Tranquila Alex... La ayudaré a ducharse, pediré que nos suban la cena y nos iremos a dormir. Las dos.

-Alex: Bien... Vendré a veros antes de que os acostéis... - dijo, acercándose a Kara y besando su frente – te quiero...

-Kara: Y yo a ti...

-Lena: Eh... ¿Voy a tener que ponerme celosa?

-Sam: Eso digo yo...

-Alex: Sabes que a ti también te quiero... - dijo besándola.

-Sam: Lo sé, tú no te cansas de decírmelo, y yo no me canso de escucharlo.

-Kara: Por favor, iros a un hotel...

-Alex: Ya estamos en uno, ¿lo has olvidado...?

-Kara: Vale, pero a hacer guarradas a vuestra habitación, vamos... Marchaos... Y no os preocupéis, estoy bien. Tengo a la mejor enfermera de todas conmigo. – dijo, besándome.

-Alex: Vale... Hasta luego – dijo, saliendo con Sam.

Varios minutos después ayudé a Kara a levantarse y desnudarse con cuidado. Después de una ducha rápida, pero relajante, la ayudé a secarse y a ponerse el pijama y Kara se sentó de nuevo en la cama. Pedí algo ligero para cenar. Después de la cena, ambas nos tumbamos y hablamos hasta que Kara se quedó dormida, pegada a mí todo lo que podía, abrazándome.

-Lena: Te quiero... - susurré en su oído.

La besé con cuidado de no despertarla y, tras la visita de Alex, para ver cómo seguía Kara, me tumbé de nuevo a su lado y me quedé despierta toda la noche, vigilándola, atenta a cualquier movimiento o gesto extraño.

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