Contra Todo # SagaM & A II

By tinta-en-papel

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LIBRO DOS Después de una decepción amorosa Gabriela Mont huyó de su hogar con su hijo en su vientre tratando... More

Vistazo
Prólogo
Capítulo 01 "Una Mont"
Capítulo 02 "Nuevo Decreto Real"
Capítulo 03 "Serias Conversaciones"
Capítulo 04 "Heller"
Capítulo 05 "Noche Blanca"
Capítulo 06 "Desconfianza"
Capítulo 07 "Perdón"
Capítulo 08 "Sin Opciones"
Capítulo 09 "Magia"
Capítulo 10 "Vulnerable"
Capítulo 11 "Desastre"
Capítulo 12 "Hogar"
Capítulo 13 "¿Es un chiste?"
Capítulo 14 "Próspera Vida"
Capítulo 15 "El secreto mejor guardado"
Capítulo 16 "Jenica Sans"
Capítulo 18 "La primera video llamada"
Capítulo 19 "Largo, Sans"
Capítulo 20 "Tercera y última"
Capítulo 21 "Lugares Nuevos"
Capítulo 22 "Dos Opciones"
Capítulo 23 "Momento Adecuado"
Capítulo 24 "Previa: Parte uno"
Capítulo 25 "Previa: Parte dos"
Capítulo 26 "Previa: Parte tres"
Capítulo 27 "Es hora"
Capítulo 28 "Sorpresas"
Capítulo 29 "Culpable"
Capítulo 30 "El día"
Capítulo 31 "Duras Decisiones"
Capítulo 32 "Perdiendo las esperanzas"
Epílogo

Capítulo 17 "Pequeña Criatura"

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By tinta-en-papel

Lunes, 02 de enero, 2022.

Ayer la noticia de que Gabriela y Trevor estaban juntos azotó a la familia. Fue algo que todos esperaban pero ninguno había pensado siquiera que Trevor se le confesaría ese día. Era para sorprenderse gratamente, obviamente el único desdichado por la noticia era Ion, quien mantenía silencio y desviaba la vista de la nueva pareja y de todo lo que se moviera.

Su mente ya estaba ocupada en cómo reaccionaría Alexandrum al enterarse que ambos están juntos. Supo de inmediato que la amenaza de Alex no había funcionado, pues Gabriela aún seguía aquí, con una sonrisa y de la mano de su nuevo Mate.

Sin embargo él sabe que la advertencia de Alex no fue totalmente en vano, podía ver que Gabriela estaba nerviosa de igual manera desde que bajó a anunciar qué sería su hijo. Ella no lo pudo ocultar de él, claro que no, porque él estaba involucrado. Distraer a Trevor era su tarea y la cumplió como fue debida. Al principio había dudado si hacer un trato con Alexandrum fuera buena idea, pero al final aceptó de igual manera. Así que actuaría casi como un espía dentro del castillo y como su queridísimo hermano había encontrado finalmente a su Alma tenía una excusa para quedarse en el lugar sin que nadie sospechara.

"Tengo que asegurarme de que esa perra no le haga daño a mi hermano como lo hicieron con Jenica", fue lo que había dicho, claramente a nadie le calló bien esa respuesta, pero ninguno replicó su estadía.

Por su parte, Trevor y Gabriela, aún acostados en la cama, discutían en cómo decirles a los reyes que alguien amenazó al reino. Digamos que no es una noticia leve, se trata de la protección del reino, de la manada y de ellos mismos. Por ende el cómo lo digan servirá de mucho a cómo lo tomen, nadie quiere que la alianza que hasta ahora había existido entre Noche Blanca y los vampiros se venga abajo por un idiota.

—Si les decimos todo lo que avanzamos se acabará— dijo Gabriela.

—Sin embargo tenemos que decirles, no podemos pelear esta guerra solos y lo sabes, simplemente hay que decirles la verdad, lo van a entender— le contestó.

—Sí, lo sé, pero tengo un mal presentimiento de todo esto, Trev, algo no me cuadra, como el cómo entró al castillo y luego desapareció.

—Hablaremos de eso con Giuliana y Max ¿Si?— ella asintió— ¿vamos?

—No, un ratito más— dijo acurrucándose más en el pecho del chico. Este sonrió, le dio un beso en la cabeza, acarició la espalda de Gabriela y apoyó su mentón en la cabeza de la chica.

Gabriela se concentró en el ritmo que emite el corazón del vampiro, es tranquilo y casi hipnotizante.

—Pensé que el corazón de los vampiros no latían—dijo cerrando sus ojos y respirando profundo.

—No lo hace. Un vampiro nace como humano, sin embargo el corazón de un vampiro deja de latir a los ocho años, justo cuando salen los colmillos y se activan todas las habilidades, excepto la de envejecer.

— ¿Entonces?

—Después de detenerse hay solo una cosa que puede volver a hacerlo latir, aunque no cumpla la función de un corazón normal— la chica lo miró y él a ella.

— ¿Y qué es?

—Su Alma— le sonrió— ustedes identifican a su Mate por el olor, nosotros porque hacen latir nuestro corazón, literalmente.

— ¿Yo hago latir tu corazón?— preguntó totalmente divertida.

—Tú eres la única que hace latir mi corazón— respondió con la misma sonrisa— literal— rieron. Casi a los segundos Gabriela se quejó— ¿Estás bien?

—Sí, sí, no es nada, simplemente que este niño está pegando bien fuerte— respiró hondo y se enderezó hasta sentarse en la cama, inmediatamente Trevor se sentó a su lado y la miró— estoy bien, estoy bien, no es nada, solo son contracciones.

— ¿Estás segura?— Gabriela no alcanzó a contestar cuando lanzó un grito de dolor— ¡Gabi!— gritó Trevor saltando de la cama y corriendo a su lado. La chica respiraba agitadamente por la nariz y por la boca.

—Trev, acabo de romper fuente— le dijo totalmente sorprendida. Se suponía que faltaban dos semanas para que su hijo naciera, pero aquí está, con la fuente rota y unas contracciones horribles. Trevor quedó paralizado en ese instante. La miró con los ojos y la boca bien abiertos.

—Ay no ¿Qué hago ahora?— preguntó totalmente perdido, miró de lado a lado pensando en qué hacer.

—Trevor, maldita sea ¡Toma el bolso, hay que ir a la clínica!— le gritó Gabriela poniendo los pies en el suelo, quedándose sentada sobando su barriga y tratando de respirar normalmente.

— ¡Sí! Sí, el bolso— recorrió rápidamente la habitación con la vista— ¿¡Dónde mierda está el bolso!?— preguntó entrando en pánico.

— ¡Por la mierda, Trevor, vuelve a la tierra, está frente a ti!— gritó entre contracciones, en este momento está adolorida, nerviosa, aterrada y enojada. La bipolaridad es algo aterrador.

— ¡Lo siento, lo siento!

— ¿Qué son esos gritos?— pregunta Giuliana entrando por la puerta junto con Max atrás. No hizo el amén si quiera de mirar a Gabriela cuando supo perfectamente qué pasaba— Oh, mierda ¡Max anda a encender el auto!—le ordenó e inmediatamente Max salió corriendo. Giuli tomó el bolso que aún estaba frente a Trevor y caminó rápidamente hacia la chica que se retorcía de dolor en la cama— Ya, Gabi, tienes que estar tranquila, trata de respirar ¡Trevor hay que irnos!

— ¡Claro, hay que irnos!—dijo saliendo apresuradamente por la puerta. Ambas chicas quedaron mirando la puerta casi sin poder creérselo. Se hubieran largado a reír de no ser por otra de las contracciones de Gabriela.

— ¡Trevor, grandísimo idiota, se te olvida algo!— le gritó Gabriela totalmente harta del dolor. Trevor apareció por la puerta corriendo, se disculpó y tomó a su Alma en brazos lo más delicadamente que pudo.

Así, con Giuliana con el bolso detrás de ellos, caminaron rápidamente hasta el auto que Max tenía preparado abajo.

— ¡Nandru, cuida a Dracul!— gritó Giuliana al pasar a su lado. El nombrado asintió con la cabeza y miró la escena anonadado.

En el auto todo es un completo caos, Max y Giuliana tratan de calmar a Trevor al mismo tiempo que a Gabriela, pero simplemente era imposible con los gritos constantes de Gabriela en el auto.

—Gabi, trata de respirar, inhala y exhala— le sugirió Giuliana, pero su respuesta fue un grito enorme.

— ¡Eso es más fácil decirlo que hacerlo!— gritó Gabriela apretando la mano de Trevor.

—Cariño, me vas a arrancar la mano— le dijo en completa desesperación.

— ¡Cállate, Trevor Razvan Sans!— inmediatamente se calló.

El auto va a toda velocidad por la carretera, esquivando autos. Finalmente doblan a la izquierda en una esquina y entran al estacionamiento de la clínica.

—Vamos, Gabi, aguanta un poco más— le dijo Trevor tomándola en brazos.

—Avísale a Jason— logró decir entre quejidos.

—Lo haré, no te preocupes— entró con ella a la clínica donde inmediatamente la pusieron en una camilla y la llevaron al piso de maternidad para prepararla.

[...]

Son las una de la mañana, han pasado tres horas, Giuliana y Max están esperando en la sala de espera a que salga Trevor, quien acompañó a Gabriela en el trabajo de parto.

—Giuliana ¿Podrías quedarte quieta? Me estás mareando— se escuchó la voz de Steph salir por el parlante del teléfono de la mencionada. Giuli subió el celular y apuntó la cámara a su rostro.

—Lo siento, es que es desesperante estar aquí esperando noticias.

—Imagínate para nosotros que estamos enterándonos de todo solo por webcam.

— ¿Jason ya llegó?

—No te preocupes por él, concéntrate en el bebé— le responde Steph mostrando una sonrisa. Damon, quien está a su lado niega con la cabeza divertido.

—Así que aún no llega, se va a perder el nacimiento de su propio hijo, a Gabriela no le gustará la noticia— responde Giuliana. Max a su lado la mira, sabe que no está nada contenta de que Jason no está ahí pendiente de su hijo, sin embargo no habló.

—Giuli, no sabes absolutamente nada de Jason, así que solo déjalo así.

—Sé lo suficiente para saber que es un verdadero idiota—responde poniendo los ojos en blanco.

—Giuliana— le advierte Max.

—Es que me da mucha rabia, primero engaña a Gabriela y la deja embarazada, después la busca por cielo, mar y tierra, viene hasta aquí para llevársela y ahora no está para el nacimiento de su propio hijo ¿Le encuentras lógica?

—No es nuestro problema lo que haga o no, Giuli— la chica bufó y volvió a mirar la pantalla de su celular.

—Al menos díganme dónde está el desgraciado para no pensar tan mal de él— la pareja del otro lado de la pantalla se mira, serios y sin hablar...al menos en voz alta. Finalmente Steph volvió a mirar a la pantalla y a hablar.

—En cosas de la manada.

— ¿O sea que la manada es más importante que su propio hijo? Que estupidez.

—Giuliana, basta— le pidió Max.

La aparición de Trevor logró cambiar el tema. Inmediatamente la pareja se acercó y Giuliana apuntó la cámara a Trevor. El chico tiene una enorme sonrisa plantada en su rostro.

—Parece que todo salió muy bien.

—Es...fantástico.

— ¿Cómo están?— pregunta Damon.

—Están bien, ambos están muy bien, deberían verlo, es una cosita tan pequeña.

—Cuidado, Trevor, veo corazones en tus ojos—bromeó Steph.

—A propósito ¿Dónde está Jason?

—Ese idiota— bufa Giulina, Max la mira al instante regañándola, lo que hace que se calle y cruce de brazos.

— ¿Qué pasó?

—Está ocupado con cosas de la manada, al amanecer estará de vuelta.

—A Gabriela no le va a gustar mucho— le respondió cruzándose de brazo.

—Te diré lo mismo que le dijo mi hermosa prometida a Giuliana: No sabes absolutamente nada de Jason, así que solo déjalo así— le respondió Damon mientras entraba a enojarse. La mano de Steph le sobó la espalda y se dirigió a un indignado Trevor.

—Trev, escucha, han pasado cosas, te lo digo yo, tienes que creerme cuando te digo que Jason tiene una muy buena excusa para no estar aquí en este momento, si hubiera sido cualquier otro día o quizás si hubiera sido mucho más temprano estaría aquí, pero ahora simplemente no puede atender y para eso estamos nosotros.

—Está, como quieran, ahora vayamos a ver a los importantes.

Finalmente, en cuanto vieron a Gabriela con el pequeño en brazos toda la mala leche se volvió alegría. Giuliana le tiró el celular a Max y corrió hasta Gabriela.

—Es hermoso, Gabi— dijo la chica mirando al bebé que mamaba con tantas ganas. Gabriela sonrió— y tú no te ves nada mal, eh, para ser tu primera vez.

—Gracias— rio.

— ¡Soy tía!— se escuchó desde el teléfono. Gabriela miró inmediatamente y sonrió al ver a Steph saltando como loca en su puesto— ¡Ah, esto es emocionante!— volvió a gritar. Por su parte Damon miraba a su mejor amiga con una sonrisa.

—No le haga caso a Giuliana, te ves horrible.

—Oye, gracias— le respondió ella sacando la lengua.

—Podrás ser madre, pero aun eres muy infantil.

— ¿Y tú? Te vas a casar pero aun eres un idiota.

Damon se preparó para responder, sin embargo un estruendoso ruido detuvo sus palabras antes de que salieran. Un aullido aterrador salió por el parlante, Gabriela se estremeció y el bebé comenzó a llorar.

— ¿Qué fue eso?— le preguntó mientras meneaba al bebé ligeramente para tratar de calmarlo. Miró la pantalla. La pareja estaba mirando en la misma dirección más allá de la pantalla. Finalmente fue Steph quien, al momento de mirar a Damon, habló.

—No vayas— le pidió.

—Tengo que ir— le contestó de vuelta sonriéndole a medias.

—No, Damon, después de lo que pasó la última vez...

—Lo que pasó esa vez fue error mío, no volverá a suceder ¿Sí?— la respuesta de Steph fue detenida por otro estruendoso ruido. El bello corporal de Gabriela se le erizó al escuchar nuevamente el mismo aullido, el bebé nuevamente comenzó a llorar y no lo culpaba, ese no es un aullido normal, da miedo con solo escucharlo y quien lo esté produciendo es un peligro. Fue gracias a eso que Jason le vino a la mente, él no se veía por el video chat y algo le decía que estaba afuera controlando lo que estuviera produciendo aquel espantoso y aterrador aullido de rabia— será mejor que me vaya— con un beso en la frente se despidió de Steph y sin despedirse de su amiga se marchó a quién sabe dónde.

Gabriela miró a Steph, se ve afligida, asustada por algo o quizás por alguien, su humor cambió completamente, ya no está sonriendo, ya no está saltando en su puesto, ya no está diciéndole al mundo que por fin es tía, no, ahora está ahí, con la mirada perdida en lo que parece ser un escritorio donde está el celular, una mueca de seriedad y los puños apretados.

Cerró los ojos con fuerza cuando otro aullido se escuchó, apretó los labios y sin mirar a la pantalla dijo con voz débil y apagada.

—Será mejor que cuelgue, llamaremos mañana a la hora del almuerzo, felicidades por tu hijo, Gabi, es una hermosura.

—Steph, ¿Qué está...— sin embargo su pregunta quedó a la mitad al momento de que colgaran desde el otro extremo de la señal.

Instantáneamente el bebé dejó de llorar y volvió a pedir leche. Gabriela lo acercó a su mama y le dio justo en el gusto. Sonrió al verlo tomar con tantas ganas. Le acercó su dedo índice a su mano y el niño la apretó con fuerza, tanta como tuviera. Trevor se acercó a ella, se acomodó en la orilla de la camilla y pasó un brazo por detrás de su espalda, abrazándola. Miró al niño y sonrió.

Sin embargo algo, no sabe qué, le dijo a Gabriela que no estaba bien, sin embargo no se dio el lujo para pensar más en ello. Sabía que Damon, Steph y Jason se encargarían de lo que fuese que estuviera pasando en ese momento.

—Y bien ¿Cuál es el nombre de esta pequeña criatura?— preguntó Max hablando por fin después de haberse mantenido al margen todo este tiempo.

—Spencer, Spencer Thomas Night.

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