Después de tomar sus medicamentos Valentina dormía profundamente, José Miguel la observaba con sus ojos enamorados, mientras acariciaba su rostro le expresaba bellas palabras.
José Miguel "Mi bonita, no sabes lo mucho que extrañé tenerte a mi lado, te amo tanto, eres la razón de mi existir, tuve tanto miedo de que algo malo te pasara, pero ahora estás aquí conmigo, voy a cuidar de ti siempre"
Se acostó a su lado y la abrazó.
Al día siguiente cuando Valentina despertó José Miguel no estaba en la habitación, se levantó y se puso su bata, se asomó a la ventana y desde allí pudo ver el hermoso día soleado.
José Miguel: bonita! No tienes que levantarte, te traje el desayuno, ven siéntate.
Valentina: buenos días mi cielo!
Valentina besó a su esposo.
Valentina: y los niños?
José Miguel: están terminando de desayunar.
Valentina: que hora es?
José Miguel: van a dar las 8.
Valentina: qué! Comó pude dormir tanto?
José Miguel: necesitabas descansar, la hacienda está funcionando perfectamente no te preocupes, En un rato tu tía y Don Ernesto se regresan a la ciudad.
Valentina: esta vez su visita fue muy corta.
José Miguel: así es; Juan los llevará al aeropuerto aprovechando que llevará a los gemelos al kínder, mientras siéntate, yo mismo te daré el desayuno.
Valentina: estás loco!
José Miguel: un poquito, así que ven siéntate, no me voy de aquí hasta que vea esos platos vacios.
Valentina se sentó y José Miguel le dio el desayuno, casi terminando, los niños, Don Ernesto e Isabel entraron para despedirse.
Isabel: ay hija, me alegra verte tan recuperada, de verdad que me encantaría quedarme más tiempo pero Ernesto y yo tenemos un compromiso en México.
Valentina: gracias tía, no te preocupes, estaré bien.
José Miguel: doña Isabel la cuidaré como lo que es, lo más preciado que tengo.
Cecilia Benita: mamita ya nos vamos, por favor quédate quitecita.
José Federico: si necesitas algo le avisas a la abuela Leonor o a Iluminada.
Valentina y los demás se vieron y rieron a la vez.
Don Ernesto: parece que tienes dos enfermeros más.
Valentina: les prometo que me voy a portar bien.
Valentina chocó las manos con sus hijos.
José Miguel: si su mamá no sigue las recomedaciones del doctor no le daremos postre en la comida.
Los niños se cruzaron de manos a la vez y asintieron observando a su mamá.
Iluminada: con permisito, Juan ya los está esperando.
Ernesto: Valentina, que te recuperes pronto, si necesitas algo me llamas, espero que nuestra próxima visita sea más larga.
Valentina: esta, es su casa, muchas gracias por venir.
Isabel: no olvides que te quiero mucho.
Valentina: yo también tía, por favor me avisas cuando lleguen.
Isabel: claro, estaremos en contacto.
José Federico: mamita nos vemos en la tarde.
Los gemelos abrazaron a su madre, luego Isabel y Don Ernesto se despidieron, los 4 salieron de la habitación.
Después de tomar su baño con la ayuda de José Miguel, Valentina quiso caminar un poco por la hacienda del brazo de su esposo, hasta que llamaron de la procesadora de lácteos y él tuvo que irse, en su lugar Leonor se quedó a acompañarla.
Leonor: me dijo mi hijo que piensan comprar un perro para mis nietos.
Valentina: es cierto, llevan meses pidiendo uno.
Leonor: un perro es un gran compañero de juegos, sabes que en las fundaciones que visito en la ciudad hay una donde puedes adoptar una mascota.
Valentina: y cree que tengan algún cachorrito?
Leonor: eso creo, cada semana llegan perros, algunos enfermos, otros abandonados, déjame averiguo si tienen alguno, alguna raza en particular?
Valentina: no sé mucho de eso, lo importante es que sea dócil y pueda entrenarse.
Leonor: perfecto; quieres un poco de café?
Valentina: si por favor.
Leonor se dirigió a la cocina mientras Valentina al estudio, quería llamar al hospital y saber como estaba Fernando.
Alonso llegó a la hacienda pero primero pasó a saludar a Analia que estaba en las caballerizas.
Analia: entonces ya te vas?
Alonso: en la tarde, te dije que sólo venía por el fin de semana, y bueno quería despedirme de ti.
Analia: y de Valentina supongo.
Alonso: también, pero no es lo que piensas; Valentina siempre va a ser parte importante de mi vida.
Analia: no comprendo como después de lo que hiciste ella te considere su amigo.
Alonso: por que es buena, además ya no soy el hombre que tanto daño le hizo, sólo te pido que no vuelvas a mencionarlo, no quiero que me veas de esa manera, sino como él hombre en el que me he convertido.
Analia: por que te importa tanto lo que piense?
Alonso: por que te veo de otra manera.
Analia: cómo?
Alonso no supo resistirse a sus ganas de besarla, Iluminada pasaba para traerle algo de comer a Analia.
Iluminada: perdón, eh! No sabía que usted estaba aquí.
Alonso y Analia se apartaron.
Iluminada: aquí está su tecito y sus galletitas.
Analia: Gracias Iluminada.
Alonso: Iluminada, Valentina está en la hacienda?
Iluminada: si! Hace ratito entró a la casa con la señora Leonor.
Alonso: entonces iré a despedirme de ella, con permiso.
Mientras Leonor hacia una llamada a la capital en el despacho con Valentina tocaron a la puerta.
Valentina: adelante.
Alonso: cómo estás Valentina?, vine a despedirme, buenos días señora.
Leonor colgó.
Leonor: buenos días, los dejo.
Valentina: ya te vas?
Alonso: si! Fue un viaje relámpago, pero me alegra que ya estés aquí en tu casa sana y salva.
Valentina: gracias por venir, dale un abrazo muy fuerte a Santi por favor.
Alonso: por supuesto.
Alonso abrazó fuertemente a Valentina.
Alonso: me despides de José Miguel y de tus hijos
Valentina: claro.
Alonso se retiró de la hacienda, pero mientras iba camino al aeropuerto se dio cuenta que tenia sentimientos encontrados, por un lado Analia, el beso había significado mucho para él y por el otro Valentina, la mujer que por años había amado, quién era la dueña de su corazón?
José Miguel regresó mientras Valentina estaba al teléfono, al verla tan afligida se acercó, cuando colgó le preguntó que pasaba.
Valentina: es Fernando.
José Miguel: que pasa con él?
Valentina: está empeorando, Felipe me dijo que su dolor es extremo, tienen que sedarlo con más frecuencia.
José Miguel abrazó a su esposa.
José Miguel: bonita si es la voluntad de Dios hay que aceptarla.
Valentina: pero él es bueno, no merece morir así.
José Miguel: está enfermo, él lo sabía por eso vino a San Pedro.
Valentina: no es justo, que personas tan buenas se vayan así y personas malvadas sigan lastimando a la gente.
Valentina estaba muy sensible, no pudo evitar llorar por la impotencia de no poder hacer nada para salvar a su amigo.
Fernando estaba entre la vida y la muerte, si bien la transfusión sanguínea lo había ayudado su enfermedad seguía avanzando y era inevitable un doloroso final.
Los gemelos llegaron del kínder muy animados, mientras se cambiaban Leonor les comentó a Valentina y José Miguel que regresaría a la ciudad en un par de días pues debía planear un evento en la capital a favor de mujeres abusadas al que no podía faltar.
José Miguel: y cuando regresas?
Leonor: en realidad no lo sé, hay muchos pendientes, además también estamos pensando junto con las mujeres retiradas que apoyan una de las fundaciones en ir a un crucero.
Valentina: esa es una gran idea, usted merece un descanso después de tanto trabajar para ayudar a tantas personas.
Leonor: por años vivi sin darle importancia a las escases de muchos y ahora sólo quiero colaborar con ellos, sé que es lo que Federico hubiera querido de mi.
José Miguel: donde esté mi papá debe estar orgulloso de lo que haces.
Cecilia Benita: ya está la comida? Es que tengo mucha hambre.
Iluminada: ya casi vamos a servir.
Valentina: por que no le ayudas a Iluminada a servir el postre?
Cecilia Benita: Si!! Yo voy.
José Federico: entonces yo ayudo a poner la mesa.
Leonor: que niños tan colaboradores!
José Miguel: Valentina y yo acordamos darles poco a poco responsabilidades, no queremos que al tenerlo todo quieran comerse el mundo, deseamos hacer de ellos adultos sencillos y responsables.
Valentina: son muy buenos niños, por eso se merecen el perrito.
Leonor: son unos excelentes padres,a propósito de eso, llamé a un contacto en la capital y me prometió reservar un cachorrito en cuanto llegue.
José Miguel: de verdad? Es una gran noticia, se van a poner felices.
Iluminada apareció con los gemelos, entre los 3 terminaron la mesa, todos pasaron a comer.
Valentina: me gustaría echarle un vistazo a la procesadora de lácteos y empacadora.
Leonor: pero te ordenaron reposo.
Valentina: sólo quiero ir y ver como estan las cosas.
José Miguel: bonita todo marcha muy bien, quédate tranquila.
Valentina: y si me acompañas? Te prometo que no será por mucho rato.
Cecilia benita: yo quiero ir.
José Federico: yo también, sólo nos han llevado a donde están las vacas, queremos ver más acción.
Cecilia Benita: ándale papito! nos portaremos bien.
Valentina: bueno son 3 votos a favor, que dices?
Leonor: no creo que te puedas negar, hijo tómalo como un pequeño tour, finalmente mis nietos algún día tomaran las riendas de los negocios de la hacienda, es bueno que desde ya vayan conociendo.
Valentina: eso es totalmente cierto.
José Miguel: bien, entonces en una hora vamos, les parece bien?
Todos asintieron.
José Miguel: pero primero tú medicina eh bonita.
José Federico: voy por el agua.
Cecilia Benita: y yo por tus pastillas.
José Miguel: están en el buró, sobre uno de mis libros.
Los gemelos corrieron.
Leonor: voy a ir al pueblo a ver a Enriqueta necesitan algo?
José Miguel: la verdad no, tu bonita?
Valentina: nada gracias.
José Miguel: dile a Juan que te lleve.
Leonor : permiso.
José Miguel se quedó viendo a su esposa.
Valentina: y tú? Que tanto me ves?
José Miguel: es que eres hermosa.
Valentina: mi cielo, tú eres el hombre más guapo y maravilloso del mundo entero.
José Miguel: sabes que no imaginé que se pudiera amar tan intensamente como te amo a ti.
Valentina: yo tampoco, eres mi alma gemela, mi mejor amigo, mi cómplice.
José Miguel: te puedo hacer una pregunta?
Valentina: la que quieras.
José Miguel: te gustaría tener otro bebé?
Valentina observó a José Miguel extrañada...