-Mierda, ¿insinuas que te pongo los cuernos, Stevens? -preguntó acercándose a mí, acto que hizo que yo retrocediera. Empezaba a cabrearse y no quería que eso pasara.
Comencé a tartamudear- Ehm, sí, osea, quise decir que no -hablar me costaba tanto que tuve que hacer una pausa para humedecer mis labios-. Pero estás muy distante, y no, dije que no, pero un poco sí -joder, si sigo así, me abofetearé las mejillas.
-Stevens, no joder -se acercó mucha más a mí. Tragué saliva-, ¿cómo coño puedes pensar así?
Puse los ojos en blanco.
-Oh, vamos. Como si no lo hubieses hecho ya -solté, y a los segundos quise retroceder. Ugh, bocota la mía.
-¿Perdón? -dijo enfrente mío-. Solo fue una vez, la primera vez que salimos. Y fue un accidente, joder. Iba muy borracho, ¡hostia! -cuando gritó la última palabra, empujó con fuerza una papelera que había al lado suyo, gracias a que era del instituto y estaba atornillada al suelo-. Joder, Stevens, no.
Con miedo en el cuerpo, me acerqué a él. Temía lo que pudiera hacerme- Está bien, solo ha sido una pregunta. Sé que estabas entrenando, solo que la gente... -callé ya que no quería meter a mis amigos en la pelea.
Me miró con el ceño fruncido y con los puños cerrados.
-Ajá, Stevens. No vuelvas a dudar de mí, yo no lo hago de ti.
Asentí y se volvió a acercar a mí. Esta vez para darme un beso en los labios y abrazarme por la cintura, mientras que todos los alumnos nos miraban atentos.
***
-Oh, mierda, lo siento -me arrodillé en el piso para recoger todos los papeles y post-it's que al chocarnos hemos tirado. Dejé sobre mi carpeta todo lo que creí que era mío y ayudé al chico a recoger lo suyo.
Levanté mi vista rápidamente para darme cuenta de que era el amigo de mi hermano.
-No te disculpes, preciosa -dijo con una sonrisa en su rostro-. Ha sido mi culpa, no miraba por donde iba.
-Claro que no, yo llevaba los auriculares puestos y mi música estaba a tope. Ni me di cuenta que alguien pasaba enfrente mío.
Rió y miré sus ojos azules y me sonroje con tan solo verlos.
-Sí, de hecho, aún siguen sonando -agarró un auricular y se lo acercó a su oído-. The 1975, Fresa, me encanta -pestañeé y sonreí.
-Ajá, creo que debería considerarlo mi grupo favorito. Después de Green Day, Nirvana, The xx... -me miró divertido-. Creo que todos son mis favoritas.
Reí tontamente.
-Espera, ¿me has llamado "Fresa"? -asintió pícaro-. Es la primera vez que lo hacen.
-Pues esta será la primera vez, y no será la última -se acercó a mí y casi me caigo de rodillas en el suelo al oler su perfume tan embriagador. Me besó la mejilla, demasiado cerca de la comisura de mis labios-. Me tengo que ir, Fresa.
-Espera, espera ¿tu nombre?
-Soy Justin -dijo sonriente.