—¡Jin Hyung!.—Jungkook gritó cuando vio al mayor sentado en uno de los sillones de la sala, mirando su móvil de forma seria, frunciendo el ceño.
—Ya te escuché cuando empezaste a gritar desde fuera.—bromeó, soltando un suspiro relajado.
Jungkook rió y se lanzó sobre su cuerpo, abrazándolo por el cuello y sintiendo una agradable sensación al oler el tan conocido perfume que Seokjin usaba.
—Te extrañé.—murmuró contra su cuello.
—¿Como me vas a extrañar si apenas nos vimos hace unos días?.
—¿Tu no me extrañaste?.—Jungkook se alejó, mirándolo con un puchero.
Seokjin negó—.No te extrañé ni un poquito.
Jungkook hizo más pronunciado su puchero, no gustándole aquella declaración, ¿Su Jin Hyung no lo había extrañado?.
—Hey.—Seokjin rió—.¿No me digas que te vas a poner a llorar?.—le molestó—.Solo estoy bromeando, claro que te extrañé, pequeño mocoso.
—Eres malo.—Jungkook se cruzó de brazos, alejándose de el.
—Sabes que te quiero, pero me gusta molestarte y hacerte enfadar.
—Lo se.
Seokjin le sonrió, acariciando sus cabellos castaños, dándose cuenta de que los mechones rosas habían desaparecido, debía preguntarle a Jungkook si los quería de vuelta o si quería algún otro color para teñirse.
Pero antes de que consintiera de mas al niño, había algo importante de lo que quería hablar con el.
—Hay algo que quiero preguntarte antes que nada.—Seokjin guardó su móvil en el bolsillo delantero de su jean, poniéndose de pie.
Jungkook lo imitó, agarrando su mano para caminar a las escaleras que les llevaría al segundo piso, a la habitación del menor—.¿Has venido solo para preguntarme algo.
Seokjin rió, negando con la cabeza mientras subían los escalones—.No, tonto.—lo miró—.He venido a verte y a pasar algo de tiempo contigo ya que últimamente debido a mis clases no hemos pasado mucho tiempo juntos.
—Oh.—Jungkook dio un salto en el último escalón, emocionado—.¿Y que vamos a hacer? ¿Podemos ver una película? ¿Jugar a videojuegos? ¿Quieres que vayamos al cine? ¿Podemos?.—comenzó a bombardear preguntas.
—Hmm.—murmuró, abriendo la puerta de la habitación del menor, entrando y sentándose en la cama, golpeando a su lado para que el menor tomara asiento—.Primero tenemos que hablar.
Jungkook asintió, obedeciendo al mayor y tomando asiento.
—Bien.—Seokjin lo miró serio, poniéndolo nervioso—.¿Donde has estado?.
El castaño inclinó su rostro, confundido—.¿Cuando?.
—Ayer.—Seokjin aclaró—.¿Donde estuviste ayer y donde pasaste la noche, Jungkook?.
Jungkook retorció sus manos, nervioso, ¿Por que Seokjin sabía aquello?.
—Yo...estuve...bueno...con amigos..y...eso...con amigos.—titubeó.
—Jungkook.—Jin retó—.Dime la verdad.
—Es que yo...
—Tu madre me ha dicho que la próxima vez que te quedes a dormir conmigo la avisara.—lo interrumpió, frunciendo el ceño—.¿Sabes lo asustado que estaba pensando que podría haberte pasado?.—le preguntó, colocando una mano a la altura de su pecho—.Iba a llamarte pero te escuché gritarme desde fuera y me relajé, me sentí aliviado al escuchar tu voz.—confesó—.Pero eso no quiere decir que no quiera saber donde estabas, así que...—con un ademán de mano le indicó que hablara.
—Yo, estaba en casa de Yoongi Hyung.
—¿Quien es Yoongi?.—Seokjin se cruzó de brazos.
—El Hyung amargado.—susurró.
Seokjin lo miró confundido y sorprendido—.¿Y que hacías en su casa?.
—Yo...—rascó su brazo—.Ayer estaba volviendo a casa y me encontré a Kyungsoo Hyung...
Seokjin abrió la boca, sus ojos estudiando su rostro, y luego su cuerpo, seguramente buscando alguna herida.
—¿Que?.—Seokjin se alarmó—.¿Como que te lo encontraste? ¿Que sucedió? ¿Te hizo algo?.
Jungkook negó repetidas veces—.El solo me empujó, pero yo luego conseguí escapar.—tranquilizó, no le gustaba cuando Seokjin se preocupaba demasiado por el—.Pero me perdí, no sabía por donde iba, yo solo salí corriendo y de repente ya no sabía donde estaba.—siguió contando, sus manos moviéndose—.Me escondí debajo de un coche, Hyung, estaba muy asustado y temía que me agarrara así que solo se me ocurrió esconderme debajo de un coche hasta que se marchara.—miró a Seokjin encogiéndose de hombros.
El mayor asintió, tratando de conservar la calma, pero realmente por dentro estaba erupcionando, lleno de rabia, no entendía porque aquellos malditos descerebrados no dejaban a Jungkook en paz.
—¿Que pasó después?.—indicó que siguiera, agarrando una de sus manos.
—Oh, esperé a que se fuera y entonces salí de debajo del coche, pero seguía perdido, empecé a caminar para encontrar el camino de regreso.—hizo un puchero—.¡Pero solo me estaba perdiendo mas! ¡Hyung! ¡No sabía que hacer!.—sus ojos se habrían de mas con cada grito, y si no fuera una situación seria Jin se estaría riendo del menor—.Luego me encontré con Yoongi, al principio no quiso ayudarme, pero luego volvió, y me llevó a su casa, me dejó quedarme ahí, y esta mañana Jimin Hyung me acompañó hasta aquí.—terminó, esquivando algunos sucesos, como que iba a subirse al coche de un desconocido, ya que sabía que Seokjin se enfadaría y lo regañaría.
Seokjin soltó el aire que había estado reteniendo sin siquiera darse cuenta, alerta a lo que Jungkook relataba.
—Por esta vez, agradezco que esos chicos hayan estado contigo.— confesó.
—Jimin Hyung es muy lindo, ¿Verdad que si?.—Jungkook sonrió—.El siempre me trata bien y me cuida, y me ayuda..
—De todas formas, Jungkook.—le interrumpió—.No te fíes mucho de ellos.
Jungkook quiso protestar, aunque al principio lo habían tratado mal y lo habían hecho sentirse muy mal ahora eran buenos con el, los consideran sus amigos, pero no dijo nada ante la mirada seria de Seokjin.
—¿Por que no llamaste?.—el mayor alzó las cejas.
—Oh.—Jungkook se levantó de la cama y de su bolsillo trasero saco su móvil, dándoselo a Seokjin—.Se me rompió.
Seokjin lo agarró y cerró los ojos, llevado una mano a su frente—.Debes tener otro lo antes posible, no quiero que andes por ahí sin móvil, y mucho menos ahora que se que esos perros sarnosos siguen molestándote.
—Le diré a Papá que me compre uno nuevo.—aseguró.
—Bien.—dejó el móvil en la mesita, mirando al menor, quien estaba jugando con su cabello, mirando el suelo, sus ojos fijos y sin pestañear, como si algo rondara por aquella cabecita suya.
Antes de preguntar, Jungkook alzó su rostro, tintado de tristeza y miró a Seokjin fijamente.
—¿Por que ellos me molestan y me tratan tan mal?.—preguntó—.Yo no les hice nada, Hyung.—se abrazó a si mismo—.¿Es por que soy raro, o solo soy desagradable?.
—Hey.—Seokjin rápidamente rodeó al menor con sus brazos, acostándolos en la cama—.No digas esas cosas, no quitó oírte decir eso.—lo apretó contra su pecho—.Tu no tienes la culpa de que esos descerebrados sean así, hay gente que se divierte haciendo daño a los demás, que les gusta molestar a otros, pero no tiene nada que ver contigo.—esta vez acarició su cabello—.Seguro que esos idiotas tienen mas víctimas, no sólo tu.
Jungkook se encogió de hombros, girándose para poder pegar su rostro al pecho de Seokjin y relajarse con su olor, solía hacer eso en momentos en los que se encontraba nervioso. Hablar de esos idiotas lo ponía nervioso, por lo que cerró los ojos y se dejó envolver por los brazos del mayor y por su fragancia.
Seokjin sonrió, Jungkook era aquel hermano menor que nunca tuvo pero que siempre quiso tener.
Recordaba cuando el aún era pequeño, en ese entonces aun no sabía de donde venían los niños y le pedía a sus padres que le trajeran un hermanito constantemente, porque su hermano mayor solo lo molestaba y no quería jugar con el, recordaba haber llorado para que se lo trajeran, había montado una gran pataleta cuando sus padres se lo negaron.
En aquel entonces el era solo un crío, y pensaba que era algo tan fácil como ir a la tienda y comprar un dulce, por ello no entendía porque sus padres no querían ir a comprarle un hermanito, el deseaba tenerlo, muchos de sus amigos en ese entonces tenían hermanos y hermanas pequeñas, pero el no.
Y entonces sucedió, un día, como otro cualquiera, se lo encontró, como si de un regalo se tratara.
El ronroneo que salió de la boca del menor lo sacó de sus divagaciones, de sus recuerdos, sonrió al encontrarse con el rostro relajado y dormido del castaño, acariciando su cabello.
Colocándose de forma cómoda, Seokjin cerró los ojos, suspirando con tranquilidad, aquellos arrumacos también lo relajaban a el, y sin darse cuenta se había quedado dormido, no lo había notado pero tanto estudio lo había dejado agotado.
No fue hasta muchas horas mas tarde que se despertó, en realidad lo despertaron, fue el Señor Jeon, quien había sacudido su hombro suavemente.
Una amable sonrisa era dirigida en su dirección, y mirando con ternura al menor—.Siento despertarte, pero quería estar seguro de que no tendrías nada importante que hacer.
Seokjin se levantó con lentitud de no molestar a Jungkook, estirándose suavemente—.No te preocupes, hoy estoy libre.—habló con confianza, la cual se ganó desde hace mucho tiempo.
El hombre sonrió—.Entonces puedes seguir durmiendo.
Seokjin negó—.Creo que ya dormí lo suficiente, aunque, ¿Que hora es?.
—Casi son las seis.—casi rió por la sorpresa en el rostro de Seokjin, habían dormido demasiado.
—Vaya.—Seokjin miró hacia Jungkook, rascando su cabello—.Si dormimos mucho.
—¿Que hicisteis ayer?.—se cruzó de brazos—.Ya me imagino que Jungkook te tuvo de un lado a otro, por eso estás tan cansado.
—¿Ayer?.—Seokjin susurró confundido.
—Si, ayer.—el hombre rió—.El sueño te afectó realmente.—dio un suave golpe con su dedo en la frente de Seokjin—.Por cierto.—llamó su atención—.Cuando Jungkook vaya a quedarse contigo trata de avisarme, estuve preocupado.—pidió.
Seokjin estuvo a punto de negar aquello y contarle la verdad, pero se detuvo, callándose, no quería tensar la situación y meter a Jungkook en problemas. La situación ya había pasado y Jungkook estaba bien, no le había pasado nada.
—Si, lo siento.—sonrió con algo de nerviosismo que pasó desapercibido para el mayor.
El hombre asintió con una sonrisa tranquilizadora, caminando hacia la puerta de la habitación—.¿Te quedas a cenar?.—quiso saber.
—Si, gracias.—dijo simplemente.
El Señor Jeon asintió y abrió la puerta, pero antes de salir se detuvo un momento, girándose hacia Seokjin, mirándolo por unos segundos antes de desviar su mirada hacia Jungkook, quien aun permanecía dormido.
—¿Sabes que nunca estaré lo suficientemente agradecido contigo? ¿Verdad?.—y después de una suave sonrisa, salió en silencio.
Seokjin sonrió con tristeza, acariciando los cabellos del menor, y cuando este se removió le atrapó la nariz, apretando ligeramente.
Jungkook frunció el ceño y abrió sus ojos, sus pestañas revoloteando ante la bruma del sueño, y cuando visualizó a Seokjin sonrió, pero esa sonrisa fue reemplazada por un puchero.
—¡Hyung!.—chilló.
Seokjin soltó una carcajada ante la lucha que se avecinaba.