𝐑𝐞𝐝𝐚𝐦𝐚𝐧𝐜𝐲 | 𝐊𝐚𝐦𝐮...

By BlackhairedPrincess_

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El olor de la sangre caliente de sus enemigos lo incitaba a seguir luchando, a anhelar más de aquello, era su... More

INTRO
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 1
Capitulo 2

Final

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By BlackhairedPrincess_




Capítulo final:Abandono

Donde los rayos del sol no llegan a colarse, en un oscuro cuarto donde sus pensamientos de asesinato y furia lo invaden. Comienza una disputa por el bien de su hija. Ese hombre cuatro ojos estaba muy cerca de Natsume, tanto que le daba inseguridad. No sabe el porqué, simplemente dice que es malo que ese azabache esté con Suiren, porque tal vez la niña se puede llegar a confundir y puede llamarlo a Shinpachi, papá. Y si ocurre eso Kamui lo destrozaría.
Comenzó a ponerse paranoico, la tierra lo ponía así. Se fue de su cuarto en dirección a la plaza, donde el castaño estaría. Lo encontró paseando con su paraguas y se dirigió a él algo impaciente.

—Nos vamos —Abuto ya se estaba preguntando si debían irse sin el capitán o no. Pero esa orden, le había sorprendido mucho.

—¿Sucedió algo?—Preguntó curioso, ver a su capitán dando esa orden con ese humor era porque algo malo había ocurrido.

—Desde hoy tendremos nuevamente una mujer en la nave. Mi hija, será una gran pirata, me superará.

—¿Qué hay de Natsume?

—Esa maldita puede quedarse, no tiene la capacidad de criar a Suiren. Los humanos que la rodean son enfermos—Cada vez que pensaba en ese azabache gafudo le ponía los pelos de punta, y deseaba matar.

—¿Y ella estará de acuerdo?

—¿Quién estar de acuerdo con qué? —Natsume se acerca a ellos confundida, creyó escuchar que se llevarían a su hija.

Kamui se gira, pudiendo ver como esa yato se acercaba con su paraguas en mano, —¿Por qué te fuiste así? Supuse que estarías aquí, pero-

—Me voy con Suiren.—Interrumpe— nos vamos de la tierra—Le dijo sin tapujos

—¿De qué estás hablando?—Dijo sin poca paciencia pero disfrazada con una sonrisa

Él sonríe de la misma forma —Ahhh~ es que no quiero que una inútil cuide de mi hija

Sin que pudiera percibirlo, tenía el puño de Natsume en su cara, lo hizo volar hacia atrás hasta y choco con un árbol que se partió al medio. Se levanto y la miro sonriente, corrió hacia ella para golpearla.

—¡¿Qué mierda tienes en la cabeza Kamui?! ¡No vas a quitarme a mi hija!—Vocifero a todo pulmón, su maldita sonrisa la odiaba. Esquivó el ataque del pelirrojo, pero el segundo no pudo, y recibió un gran golpe en su estómago que la obligó no solo a escupir sangre, sino también a retroceder hacia atrás a toda velocidad, cierto hombre la sostuvo a distancia amortiguando la distancia a la que iba.

Shinpachi había sostenido a Natsume. —¿Te encuentras bien? —Pregunta preocupado

Ella se levanta ignorando a Shinpachi por completo mientras miraba a Kamui con furia. La pacífica cara del pelirrojo desapareció al notar la presencia del cuatro ojos. Ella corrió hacia él con intensiones asesinas.

Intento llamarla—¡N-natsu-

—Déjalos—Abuto se colocó a su lado—deja que peleen.

Sus patadas, su bronca, su adrenalina. Ambos estaban a punto de sacar su lado oscuro y matarse. Pero Kagura se coloca en medio estirando sus manos. Y ambos se detienen, tratando de frenar lo más que podían. Dejando la marca de sus zapatos en la tierra.

—¡¿Son estupidos?! —Exclama Kagura enojada mientras miraba de mala manera a su hermano y seguía con sus manos estiradas.

—Él cree que puede quitarme a Suiren

—Pasaste ocho años con ella, es mi turno

—No creo que lo más conveniente sea que Suiren se separe de su mamá, Kamui. —Trató de calmar las aguas, esos dos comenzarían una guerra mundial.

—Cierra la boca, no tienes hijos—Le refuta Kamui molesto, ella no entendía de hijos. No es mamá.

—No le hables así a tu hermana—Sougo se apareció con sus manos en el bolsillo, pero en guardia mentalmente por si debía batallar con ese oji azul.

—¡No necesito un defensor maldito pervertido!—Le grita la bermellón ruborizada

Natsume se acerca a Kagura y le baja el brazo mientras mira a Kamui. —Te haré trizas—Amenaza

Él entonces se acerca a Kagura y le baja el brazo—Voy a descuartizarte

—Jamás estuviste, no tienes derecho a reclamarla

—No fue su culpa, él no sabía que estabas embarazada. Pero capitán, no puedes llevarte a Suiren. —Explicó Abuto —Ella es la mamá

—Tal vez si puede —Dijo Sougo pensativo

—¡C-cállate sadico idiota! —Kagura se coloca a su lado—¿Qué estas diciendo?

—Que Suiren pase un tiempo en el espacio con él. —El castaño ahora mira a Natsume—Tómalo como un descanso Natsu, y si no vuelve, iremos a buscarlo. Te lo prometemos.

Pensó que sería una manera de calmar esa culpa que sentía. Ella miró a Sougo, y luego miró al pelirrojo cruzando de brazos. —¿La protegerás?

Realmente no quería devolverla. Pero la idea del policía era una forma. Y tal vez a su hija le agrade vivir con Kamui un tiempo.

—Si la pequeña conejita desea quedarse en la nave, sería un placer tenerte nuevamente con nosotros—Abuto mira a Natsume.

Ella jamás pensó la idea de volver arriba y dejar la tierra. Se había quedado en ese lugar por el deseo de Kouka. Kagura le hablo de ella. Y realmente piensa que cumplir el deseo de la abuela de Suiren era lo mejor y más cómodo. A pesar del sol.
Todos ahora miraron a Kamui, esperando una respuesta a lo que Abuto ofrecía. Sinceramente esa idea le agradaba, porque lo que le molestaba era ese gafas, y si tenía a las dos con él, Shinpachi no se acercaría a ninguna de las dos. —Si, pueden quedarse.

.

A través de las sombras. Al borde de la noche, los demonios yato dormían en su nave, esperando la dulce mañana para irse, y ahora con un nuevo miembro. Suiren.El plan era el siguiente, la pequeña conejita iría con Kamui por un tiempo, y luego Natsume los acompañaría. Ella tenía algunas pendientes en la tierra, además de querer que ellos pasen tiempo solos.  Kamui no durmió, su semblante miraba el techo, estaba recostado, y pensaba en la promesa que le hizo a Natsume.
Suiren es su sangre, es su hija, y la protegería aún si su vida dependía de ello. Visualizaba en cómo sería su vida ahora, y en cómo podía criarla él solo.
Decidió ver la luna con sus ojos, airearse un poco con la dulce ventisca veraniega.
Al salir, inhalo por su nariz mientras cerraba sus ojos y mantenía su cabeza al frente. Abre sus párpados rápidamente para formar una sonrisa sadica. Abuto y dos más salieron de la nave. —¡Nos atacan! —Exclama el castaño con alegria.

—¡Al parecer nos divertiremos antes de irnos!—Le responde. Los yato, con sed de sangre, comienzan a luchar con un gran número de debiluchos que planeaban robar sus cargas. No fue nada difícil, eran moscas para ellos. Pequeñas hormigas. Habían muerto todos y cada uno de ellos. El pelirrojo se acercó a Abuto, pero el castaño fijaba su mirada al frente, estaba preocupado. Y ante la duda él gira su mirada, se arrepintió de hacerlo. Ahí estaba su hija, su pequeño conejito realmente asustado. Temblaba, y su semblante expresaba susto, temor, sus ojos violetas tenían miedo, y su blanquecina piel sudaba al ver a su papá manchado de sangre en las manos con algunas manchas en toda su ropa y rostro.
El pelirrojo no sabía que hacer, se quedó estático, el rostro de su pequeña hizo que su corazón se encogiera, y sintiera algo que jamás había sentido. Tal vez ese sentimiento de culpa, de tristeza, de soledad, si. Si lo sintió de nuevo. Era el sentimiento de saber que perdiste a alguien querido. Ese amargo sabor recorría su ser y ahora, no podía hacer nada.
Kamui da un paso adelante, pero la pequeña retrocede asustada y corre. Huyendo de él.

—¡Conejita! —Exclama Abuto preocupado.
Miro a su capitán —¡Ve a buscarla!—Ordenó desesperado

No contesto, mordió su labio mientras la veía irse, ahora perdió su vista entre aquellos árboles. El capitán se da la vuelta sereno—Ordena a los demás que nos vamos.

—pero-

—¡Nos vamos! —Vocifera enojado

.

Años después de esa aterradora noche para ambos, esas dos almas cuyos lazos estaban unidos, se preguntaban si se volverían a ver algún día. Abuto hizo lo imposible para volver a la tierra, y un día sin opción para su capitán, tuvieron que bajar a ese planeta cargado de dolor, emoción y mala fortuna.
Kamui se mostró serio, como si no le importara bajar a ese lugar luego de mucho tiempo. Aunque por dentro, quería verla, y disculparse!por no ser un padre. Él tiene un sentimiento feo en su interior, no se arrepiente de la noche con Natsume, se arrepiente de la mañana que se fue de la tierra al despertar con ella desnuda a su lado, y se arrepiente de esa noche en la que perdió a su hija y decidió huir. Sabía que sería asesinado si iba a la casa de los Yorozuya. ¿Dónde la encontraría? Sola, sin nadie que pudiera interponerse como su hermana o Natsume. Si no la encuentra se iría sin molestar.

Hizo sus cosas, bajando cargamentos y charlando con quienes debía hablar cerca de muelle. Entre las cajas, pudo divisar una mujer, que creía que era Natsume, pero no lo era, desapareció, y decidió seguirle el rastro. Solo ve su espalda, que lo guía lejos, estaba perdiéndola entre las cajas que había. Parecía un laberinto. Al salir, justo en el atardecer, donde el color naranja y rosa predominaban el cielo. Bajo el puente del centro de edo ahí había una mujer, una adolescente de quince años, con una figura ya marcada, con una falda negra y un top del mismo color, también en sus hombros una capa blanca que le llegaba hasta los pies, y un liso cabello castaño oscuro que llegaba a su cintura.

Sus ojos violetas, expresaban enojo. Pero dentro escondían su dolor.

Salió de las sobras que el puente le daba para acercarse a él a cierta distancia para mirarlo en su totalidad, cruza de brazos, trata de decir algo, pero no puede, deja caer sus brazos, no tiene fuerza, su garganta comenzó a arder. Su papá estaba ahí, enfrente suyo. Con una disculpa en la boca. Ninguno de los dos pudo hablar, sus gargantas están secas con palabras que no pueden verbalizar, él tomó coraje y comenzó su breve encuentro con unas simples palabras.—Tu rostro al verme esa noche sigue presente en mi memoria como un insoportable dolor de cabeza... te protegí al irme.

—¿De quién? ¿De ti? ¿Tenias miedo de matarme? —preguntaba desafiante pero con sus ojos realmente cristalizados.

—Me aterré cuando me miraste así... no soy la clase de persona que tiene ... una conexión profunda con los demás —Trato de decir, no sabía que expresarle, no le salía nada.

Todo en ella comenzaba a surgir, su voz quebradiza, su semblante triste, su profundo dolor, odiaba todo, era muy pequeña para una situación muy grande
—Te espere por años... para que pudieras explicarme, para que te disculparas... para que me demuestres que me amabas... pero no lo hiciste, tú jamás viniste.

Sus reclamos tenían la total verdad y razón. Pero a pesar de que prometió protegerla, no estaba seguro si podía defenderla de él mismo. — Lo único que recuerdo —Ella se quebraba con sus palabras, su garganta ardía y su tristeza aumentaba al igual que sus ganas de llorar —... es ver a un monstruo que se hacía llamar mi papá... cubierto de sangre, ese hombre que me llamaba conejita, o jugaba conmigo con pinturas... jamás se acercó a mi a explicarme porque hacía lo que hacía, y me dolió aún más que me dejarás que lo que has hecho esa noche.

Los ojos de Kamui se cristalizaron—...presente o no, iba a herirte de todas formas, porque soy así. Los padres causan dolor en mi experiencia.

—...y ahora en la mía también...

Las cascadas del manantial caían a la par de sus lágrimas. Las gotas de lluvia que caían en la otra parte del mundo, no eran nada comparado con ella, quien después de años, por fin ve nuevamente a su papá. No pudo contenerlas y las limpió inútilmente.

Al ver a su hija llorar. Sintió una presión en su pecho, un aire frío correr dentro de él. Se vio reflejado, recordó cuando sufrió por la falta de su papá, y por la maldita perdida de su mamá. No quiere si quiera imaginar lo que sufrió. Esta arrepentido, pero ni una palabra puede puede expresar lo que sentía, su arrepentimiento. Nada podía decir, solo recibir lo que le decía.

—Suiren-

—Solo vete, no puedo seguir con esto...

—Necesito que me escuches-

—¡No!—Exclama levantando la voz, ella no quería seguir herida, no podía, cada palabra suya terminaba con un "Adiós", y ya no quería más una tonta despedida, ella quería que se fuera. —s-solo vete.

Él no quería perderla, se negaba, —Suiren yo-

Como advertencia ella golpea la pared de piedra, ella salió disparada y desaparece, ya que el puente se cayó en mil pedazos.
Se había vuelto fuerte, muy fuerte, y él no estuvo ahí para entrenar con ella y verla crecer. Da un paso atrás arriba de todo ve a su hija por última vez, mira su rostro, y se da la vuelta para partir.
Se arrepiente, en verdad lo hace, debió actuar de otra manera pero era la única forma en la que podía reaccionar ante tales sucesos. Con todo el dolor del mundo los dos se separan, son padre e hija, un lazo inquebrantable, se quieren el uno al otro, pero no podían permanecer juntos, no podían vivir como padre e hija nunca más.
Los dos se causaban dolor a pesar de quererse.

Lo peor de todo era separarse... pero decidieron hacerlo de esa manera.

End

Gracias por leer esta breve historia y perdón por no subirlo antes.
Intente y reintente hacer un final feliz. Pero si soy sincera y siendo Kamui mi personaje favorito de Gintama y mi top favorito de TODO. No podía imaginármelo como buen papá, o haciendo las cosas bien, o aprendiendo de sus errores del pasado, creo que buscaría una forma de huir de Suiren, porque se asustó, porque ella es tan buena para él que no quiere transformar esa luz en oscuridad.

Repito, ES LO QUE YO CREO. Si ustedes piensan que él sí puede, los felicito por pensar en positivo 😂

-capitulo 3
-capitulo 4
-capitulo 5
-final
-capítulo 1 (extra)
-capítulo 2 (extra)

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