Alonso observó a su alrededor.
Alonso: vaya! no sabia que tendrían una fiesta.
Valentina: quién es?
José Miguel: es Alonso, pasa.
Alonso entró y saludó efusivamente a Valentina y a cada uno de los presentes.
Alonso: no sabía que tenias una bienvenida.
Gabriela: ni nosotros que estabas aquí.
Alonso: llegue ayer, me enteré de lo que pasó con Valentina y quise verla personalmente.
Alonso le entregó las flores a Valentina.
Valentina: me alegra verte, Iluminada por favor ponlas en agua y sírvele postre y café.
Alonso: Gracias. Y tu hija cómo está?
Valentina: está muy bien.
Alonso: y crees que necesite ayuda psicológica? Digo, lo que vivió debió ser traumático.
Valentina: Por ahora todo está bien, Gabi estará al pendiente en la escuela por si surge algo.
Alonso: entiendo.
Horacio: y tu hijo?
Alonso: en México con su abuela, tenía muchas ganas de ver a Valentina pero tiene clases, quizás en las próximas vacaciones lo traiga conmigo.
Valentina: Santi siempre será bienvenido en la hacienda.
Alonso: Gracias Valentina.
José Miguel: voy a echarle un vistazo a los niños.
Iluminada apareció con el postre y el café para Alonso; todos platicaron por un buen rato, después de unas 3 horas de charla y juego entre los niños los invitados se retiraron; Valentina quería ayudar con el desorden pero José Miguel no lo permitió y con la ayuda de Iluminada recogió todo el desorden.
Valentina: no me trates como enferma, me siento perfectamente.
José Miguel: no es eso, recuerda que debes descansar.
Valentina: es que no quiero irme a la cama todavía, me siento inútil sin hacer algo productivo.
José miguel: bueno que te parece si revisas las tareas de los niños mientras nosotros arreglamos todo esto?
Cecilia Benita: voy por mis cuadernos.
José Federico: yo también.
José Miguel: ves? Vas a estar ocupada un buen rato.
Leonor: de verdad pueden estar tranquilos, yo estaré al pendiente mientras Valentina se recupera por completo.
Isabel: es que no quiero irme tan pronto,.
Don Ernesto: pero Isabel tenemos un viaje planeado, Valentina y la niña están muy bien, si surge algo Leonor nos mantendrá al tanto.
Isabel: mañana en la tarde nos vamos si?
Don Ernesto: bien.
Valentina revisaba la tarea de sus gemelos cuando José Miguel se ofreció en hacer la cena.
Iluminada: Hijole padrón es que de veritas me da harta pena.
José Miguel: de verdad vete tranquila con tu mamá Iluminada, ella y Timo te deben estar esperando, yo me encargo de la cena, ya hiciste mucho hoy con todos los invitados.
Iluminada: muchas gracias.
Iluminada se fue, Isabel y Leonor bajaron a la cocina y al ver a José Miguel preparando la cena sólo se ofrecieron a ayudarlo.
Después de cenar Valentina quiso leerle un cuento a sus hijos.
Cecilia Benita: te extrañé mucho, pero siempre supe que estarías bien, Benita y la abuela Cecilia me dijeron.
Valentina observó extrañada a su hija.
Valentina: cómo? No entiendo mi vida.
Cecilia Benita: cuando estaba encerrada y dormía las vi en mis sueños, me dijeron que tú me salvarías y estaríamos bien.
Valentina estaba realmente aterrada.
Valentina: que más te dijeron?
Cecilia Benita: que cuidarían de nosotros siempre, mamita, la abuela es muy joven y bonita.
Valentina: lo sé, murió hace muchos años, y me dices que también viste a Benita? Cómo está?
Cecilia Benita: es un señora muy buena onda, dijo que te quiere mucho, siempre sonríe, mamita por que las personas buenas como ellas se van al cielo tan pronto si aquí las queremos tanto?
Valentina: por que...
La pregunta había tocado el corazón de Valentina y con Lágrimas en sus ojos intentó explicarle.
Valentina: mi amor, a veces Dios necesita personas buenas de aquí para que le ayuden en el cielo, por eso se las llevó.
Cecilia Benita: pero eso te hizo llorar como ahora, eso es malo.
Valentina: no! Porque ellas va estar siempre con nosotros aunque no podamos verlas físicamente.
Cecilia Benita: cómo?
Valentina: aquí, en el corazón, su recuerdo estará siempre vivo, y si ellas te dijeron que cuidarían de nosotros desde donde están así será.
Cecilia Benita: ahh entonces son algo así como angelitos?
Valentina: más o menos.
José Federico se cepillaba los dientes y le enseñaba a su papá que ya lo hacía cada vez mejor.
José Federico: me siento muy feliz papito.
José Miguel: yo también lo estoy, con tu mamá de regreso.
José Federico: y tú ya no estás triste.
José Miguel: bueno si me viste así fue porque estaba preocupado, pero te prometo que nada malo va a pasarnos mientras estemos juntos, ahora vamos que tu mamá y tu hermana nos esperan para leer el cuento.
José Federico: me llevas en los hombros?
José Miguel: claro, sube.
Mientras en casa de Gabriela.
Horacio: no entiendo que hace Alonso en San Pedro.
Gabriela: vino a ver a Valentina.
Horacio: desde tan lejos? No será que busca algo más?
Gabriela: no creo, el no se ha metido entre Valentina y José Miguel desde que se casaron, respeta su matrimonio.
Horacio: eso es cierto pero mira, en 7 años ha tenido como 5 novias y con ninguna ha llevado a algo serio siempre las corta, y eso pasa cuando se ama a otra mujer.
Gabriela: tú crees que después de todo lo que ha pasado aun ame a Valentina?
Horacio: puede ser no?
Gabriela: más bien creo que sigues sin tragarte a Alonso.
Horacio: entre otras cosas, está bien lo acepto, es que se cree irresistible.
Gabriela: Alonso ya no es el patán que lastimó tanto a mi amiga, ha cambiado mucho.
Horacio: pues si pero siento que si me acerco mucho a él traicionó la amistad de José Miguel, ya ves que aunque lo tolera no lo considera su amigo y hoy fue evidente que le molestó su presencia.
Gabriela: tienes razón, a lo mejor se deba a que fueron rivales, definitivamente José Miguel no va estar tranquilo hasta que Alonso se consiga una esposa.
Horacio: lo ves?
Gabriela: entonces tenemos que buscarle una.
Horacio: que?? Estás loca?
Gabriela: no me acabas de decir que quieres que tu mejor amigo deje de sentirse incomodo cuando este en el mismo lugar que el ex de su esposa?
Horacio: ya me confundiste.
Gabriela: ay no contigo no se puede.
Valentina arropaba a su hija cuando ella quiso compartir algo más que le sucedió mientras estaba secuestrada.
Cecilia Benita: mami, te quiero preguntar algo.
Valentina: lo que quieras mi vida, de que se trata?
José Miguel entraba trayendo sobre sus hombros a su hijo.
Cecilia Benita: el señor malo que me llevó me dijo algo muy feo.
Valentina: que te dijo?
Cecilia Benita: me dijo que el abuelo Federico no era mi abuelo sino él.
Valentina puso su mano sobre su frente, intentaba pensar rápido y darle una respuesta convincente a su hija.
Cecilia Benita: porque dijo eso mamita? Un señor tan malo no puede ser mi abuelo verdad? mi abuelo es Federico el papá de mi papito.
Al escuchar esta pregunta y observar la expresión de su esposa, José Miguel intervino.
José Miguel: a veces las personas se equivocan.
Valentina dio media vuelta y cruzó la mirada con su esposo, entendió que él iba a darle una buena explicación a su hija.
José Miguel. Princesa, he aprendido que las mentiras no son buenas consejeras, así que les diremos la verdad; lo que ese hombre te dijo es cierto.
Cecilia Benita abrió sus enormes ojos y se tapó la boca.