Llevaba todo el fatídico día haciendo cuentas detrás de la barra mientras Lucas y los demás se dedicaban a repartir bebidas. Hacían ni más ni menos que 164 días que no veía a Mateo, 164 crudas noches que soñaba con que volvía. Hacía 147 días desde que había empezado a trabajar en la discoteca, 147 días en los que Mateo no había estado ahí para preguntarme cómo me iba en el trabajo. 52 días del primer cumpleaños de mis hijos, fecha en la que él no se había prestado ni a llamar a nadie para preguntar por ellos. Y lo que más me dolía... Hacía 18 días de la llegada de esa carta, de esa P*TA CARTA DE MI*RDA que me había hecho llorar una semana. La había leído tantas veces, que me lo sabía mejor que el libro que le leía todas las noches a mis hijos.
"Estimada señora Palacios:
Por la presente que me ha sido otorgada, mi cliente Mateo Palacios Corazzina quiere pedirle a usted, mujer y madre de sus hijos, el divorcio a mutuo acuerdo. Además de ello, si se opone al divorcio en mutuo acuerdo llegaremos a tribunales."
Ya me extrañaba el por qué mis padres les habían puesto mi apellido de soltera a la discoteca, estarían en sobreaviso. No me he equivocado, desde la huida de Mateo, el apoyo de su padre había sido increíble... Era más mi padre que el suyo en esos momentos.
Se me saltó una lágrima al recordarlo, pero me mantuve fuerte al ver que muchas personas entraban en la discoteca e iban directos a la barra. No me extrañaba que hubiera tanta gente, esa noche el Dj sería Manu, pues era su sueño desde hacía años y yo quería apoyarlo como él lo hacía a mí.
X: Disculpe señorita, dos margaritas.
Sonreí mientras servía esas bebidas como Manu me había enseñado. Estaba cansada, agotada... Llevaba la noche anterior despierta y esa pintaba lo mismo. Le entregué las copas y volví a mi estado de lapsus mientras veía como Lucas atendía a unas cuantas personas más.
Lucas: ¿Cómo te sientes? -Me preguntó cuándo terminó de servir las copas-
Karen: Bien...-Suspiré. Pinta bien la noche.
Lucas: La verdad es que sí...-Dijo apoyándose en la barra junto a mí y susurró- Pero sabes que no te hablo de eso...
Karen: ya, pero, ¿Qué te voy a decir? ¿Qué estoy mal? ¿Qué sin el es mas difícil? –Lucas suspiro bruscamente-
Lucas: tienes razón, pero al menos puedes estar tranquila por tus hijos
Karen: ya...
Cuando Lucas se iba a alejar de mi, lleve mi mirada fugaz a la entrada. Solo esperaba que me estuviera fallando la vista. No podía hablar, me temblaba la voz, asi que sujete con mi mano el hombro de Lucas y el miro hacia allí