Karen: mamá está aquí... -Dije cuando entré a la habitación- ¿qué paso? -Le dije a Manu-
Manu: dile a Mateo que me coja el teléfono o me planto en la puerta de tu casa.
Karen: llamas en un mal momento... -Dije aguantando las lágrimas. Mateo entró por la puerta en ese momento- espera...
Le di el móvil a Mateo sin llegar a mirarle a la cara, salió por la puerta sin dirigirme una palabra y cerré tras sí. Me pasé un buen rato intentando tranquilizarlos, una vez se despiertan es casi imposible que vuelvan a dormir. Y más siendo solo una
-Narra Mateo-
Manu: eres la persona más estúpida que he conocido
Mateo: necesitó pensar... -Musite por lo bajo-
Manu: ¿pensar?, ¿en qué?
Mateo: en todo... He visto mucho y creo que ahora necesito un tiempo para procesarlo. -En ese momento Karen salía de la habitación-
Karen: ¿te vas a ir? -Dijo en lo alto de la escalera, yo me di la vuelta a mirarla pero no respondí- ¡te estoy hablando!
Mateo: Manu, después hablamos... Colge el teléfono y la miré sin expresión en la cara
-Narra Karen-
Karen: así qué ¿no solocte basta con llamarme p*ta sino que también piensas desaparecer de nuestras vidas?
Mateo: Karen, no he hablado de desaparecer, sino de darme un tiempo. -Dijo distante-
Karen: ¿tiempo?, tiempo que yo estaré aquí, buscandome la vida de un lado a otro mientras tú vives pensando que no tienes cargos familiares... ¡un padre no puede pedirle tiempo a sus hijos!, ¡porqué son tuyos, TUYOS!... -Mis gritos salían ahogados, no parecían gritos sino palabras desentonadas- ¿es que ya no me quieres?
Mateo se apoyó sobre sus rodillas y suspiró. El silencio dolió mas que una palabra
Karen: ¿es eso, verdad?, ya no sientes lo mismo, me ves como una p*ta traidora y por eso te quieres separar de mí... -Sequé mis lágrimas y lo miré- si es así puedes irte cuando quieras...
Subí las pocas escaleras que había bajado y me metí en mi habitación, me metí en la ducha aún llorando y golpee los azulejos con el puño
No quería pensar que esto estaba pasando de verdad. Quizás saldría de la ducha y no habría nadie en el sillón, ni en la cama. Quizás realmente me había dejado de querer.
Pase mi toalla alrededor de mi cuerpo y por miedo a que la realidad me hiciera mas daño del necesario no quise salir de allí, ni asegurarme de que el coche seguía fuera... Pero lo hice y el coche no estaba. Se había ido. Me acosté en la cama y me quede dormida
El sueño no duro mucho, a la 1 de la mañana escuche llorar a uno de los niños. Lo primero que hice fue mirar si Mateo estaba a mi lado, cosa que no era asi, ahogue un llanto y me levante sin ganas, con los ojos pegados y camine hasta la habitación de ellos, era David. Lo cogi en brazos y tras asegurarme que no tenia que cambiarle el pañal baje con el para prepararle otro biberón
Veía poco, encedi la luz del pasillo y camine hasta la cocina. Prepare un biberón y me marche al salón a dárselo