Betty en cualquier otro momento había dudado en acostarse con Mario pero el alcohol le borro el buen juicio, solo pensaba en como la piel de Mario quemaba la suya, en como sus besos la devoraban, en como su sexo pedía gritos ser tomado, no pensaba con claridad, era consciente que ver a Armando la había descompuesto y que todo lo que hizo con Mario a partir del momento en que se encontraron era para darle celos a él, para cobrarle todo lo que la había hecho sufrir, todo el mal porque el que había pasado.
MC. Betty estas segura?
Be. Si. Lo volvió a besar con una pasión, con unas ganas, en ese momento estaba segura, deseaba a Mario.
Mario iba prendido a Betty y la acostó en la cama y pronto empezó a desnudarla, tenía ansias de por fin conocer su cuerpo, de descubrir que era lo que tanto guardaba y lo que encontró lo enloqueció, su piel era suave, su senos estaban hechos para su manos, sus piernas, esas piernas que tanto había admirado era justo como se las había imaginado, Betty lo miraba y sonreía, él admiraba su cuerpo.
Mario no aguanto más y comenzó a besar su cuello mientras sus manos recorrían su cuerpo, Betty daba pequeños suspiros de placer, él devoraba su boca a besos, el calor fue incrementado, Betty sintió la necesidad de sentir el cuerpo de Mario y empezó a desnudarlo lo cual lo tomo por sorpresa, esto lo había extasiado haciendo que Mario bajara a sus pechos y su lengua jugará con ellos hasta ponerlos duros, mientras bajaba siguió besándola, Betty no aguanto más y con sus manos guio a Mario a su sexo, el primer contacto fue sutil, caliente... y poco a poco se volvió más apasionado, más posesivo, su lengua era todo un instrumento que Mario sabía utilizar, Betty arqueaba su espalda quería sentirla más adentro, Betty estaba muy mojada, gemía desesperada, Mario la veía y disfrutaba su cara de placer puro, quiso nuevamente comérsela a besos y eso hacía, pero no quería dejar su sexo tranquilo y empezó a penetrarla con sus dedos, Betty sintió el contacto y esbozo un grito ahogado, el placer la estaba matando, Mario sentía sus dedos escurrir y no aguantaba más, tomo su erección que también chorreaba de ansias por entrar a ella y la penetro, fue certero, fue duro y apasionado, Betty le agradecía, su sexo le palpitaba, Mario empezó a besar sus senos al ritmo de las embestidas, Betty le pedía más y él obedeció, sentía la necesidad de arañar su espalda, quería sacar toda ese furor que llevaba dentro, ambos sudaban por todo el esfuerzo en un momento se miraron y sonrieron y como si fuese sido planeado juntos llegaron al orgasmo, ambos cayeron rendidos por el esfuerzo y durmieron abrazados.
En el Hotel Arrecife...
Eran las 4 de la mañana cuando Armando despertó de repente, entre sueños recordó que su Betty había desaparecido con Mario y conociendo a su amigo sabía la noche que habían pasado, seguro aún estaban juntos, el pensamiento lo atormento y lo obligo a levantarse, miraba por el balcón de su habitación, la ciudad estaba activa, despierta, no quería estar ahí, se sentía ahogar, así que se cambió y salió a caminar, quería escuchar más de cerca al mar.
Betty despertó por un momento no supo donde se encontraba, miro a su alrededor y vio como Mario la abrazaba, lo admiro dormir y suavemente se volteo quería tenerlo de frente, le pareció de lo más de tierno verlo así, sonrió y volvió a acurrucarse en sus brazos, estaba cálido, volvió a dormirse, hace tiempo no se sentía tan feliz..
Esa mañana más tarde...
MC. Buenos días hermosa, como amaneces?
Be. Hola dijo sonriendo tiernamente – Mario le dio un beso –
MC. Mira, te pedí el desayuno pero como no sabía que te gustaba pedí de todo un poco jajaja estabas tan linda durmiendo que no te quise despertar..
Be. Gracias jojojo . Dándole otro beso, su día había empezado espectacular.
Armando había regresado de la playa, estaba cansado, se la había pasado caminando y pensando en todos los errores que había cometido en su vida, pensaba en todas las mujeres con las que jugo y lo mal que las trato, se sentía basura. El pensar tanto le había despertado el apetito así que al llegar al hotel se dirigió de inmediato al bufet, moría de hambre, tomo unas tostadas, frutas y café, iba a coger yogurt cuando vio que al lado había jugo de mora, eso lo hizo sonreír tristemente, se sirvió y fue a su mesa a descubrir que el hambre se había ido, solo le provoca el jugo de mora, lo tomo y se levantó quería ir por Alejandra.
Ar. Buenos días Alejandra, dijo sacudiéndola un poco.
Al. Hola! Dijo sonriéndole – estaba más dormida que despierta – que haces cambiado? Ya comiste?
Ar. No, salí a caminar y como te veías cansada no quise despertarte (mentira), pensó.
Al. Si lindo gracias la verdad es que me costó dormirme anoche, ya estas mejor? Pregunto temiendo la respuesta.
Ar. Claro, vamos a desayunar?
Al. Déjame me baño y bajamos, dijo dándole un beso que no fue respondido. Esa fue la respuesta a la que temió.
Armando espero nuevamente en el balcón deseaba encontrarse a Betty, hablar solo los dos, explicarle como fueron las cosas, no importaba si ella estaba con Mario, él tenía el derecho a darle una explicación y Betty tenía la obligación de escucharlo, no podía solamente ignorarlo, ella se lo debía, si es cínico pensar así pero me lo debe, por este amor que siento me lo debe. Bajo con Alejandra a desayunar se sirvió dos jugos de mora más y pico un poco de fruta, aún tenía a Betty en su sistema, ella era su nudo en el estómago, su ganas de llorar, su ganas de gritar, Betty era el todo de Armando.
Al. Armando te pasa algo? Te noto tenso.
Ar. (Si me pasa de todo, me pasa Betty), No nada... bueno sí, tengo algunas cosas de la empresa en la cabeza dijo sonriendo.
Al. Mmmm... seguro que es eso?
Ar. Aleja porfa es muy temprano, no empieces si? De verdad no quiero ser grosero.
Al. Armando no lo digo por mal en serio, si no te sientes bien aquí vámonos.
Ar. Me siento bien Aleja, no te preocupes porfa.
Siguieron desayunando en total silencio, se veían y sonreían, la situación era incomoda a simple vista, pero ambos insistían en fingir.
Betty había llevado a Mario para que se quedará en su apartamento estaba por irse para Bogotá y quería pasar lo que quedaba de fin de semana con él, se la habían pasado arrumados todo el día, era increíble lo cómodos que estaban, como si llevaron años de relación, su conexión era linda, y procuraban mantenerla.
Be. Mario, quieres pizza de cena? Te has devorado todo jojojoj no hay nada que comer.
MC: Bueno yo si veo algo que puedo comer jajaja tranquila hermosa, pide lo que quieras.
Be. Me gusta que me digas así. Dijo sonrojándose. – Mario se acercó a ella. La brazo – y dándole muchos besos dijo.
MC. Hermosa! Hermosa! Hermosa, seguía besándola. – Betty sonreía consentida, Mario la estaba enamorando –
MC. Hermosa – Dijo sonriendo – te puedo hacer una pregunta?
Be. La que quieras – le dio un beso en la nariz –
MC. Quieres ser mi novia?
Betty se le lanzo y le dio un fuerte abrazo.
Be. Si!! Dijo emocionada, lo llenaba de besos en toda la cara.
MC. Hermosa pero eso sí tenme mucha paciencia aunque no me creas, eres mi primera novia! No tengo mucha experiencia en esto.
Be. Ay Mario! Yo te conocía la fila de mujeres con la que salías, no me digas mentiras, dijo con falsa molestia.
MC. Hermosa si yo sé, pero no fueron novias, amigas solamente... no te pongas brava si?
Be. Entonces empiézame a distinguir quienes son tus amigas y quienes tus amiguitas, por que imagínate... Betty se empezó a preocupar, sintió miedo.
MC. Hermosa que pasa? dijo abrazándola, bajo su cara intentándose poner a su altura.
Be. Mario, tu y yo sabemos tu historial, y pensando en eso no sé, me preocupa... ya falta poco para que te vayas y no sé cómo llevaremos esta relación, no sé cómo puedo confiar en ti... le dio la espalda.
Mario la volteo, agarro su cara con las dos manos y empezó a besarla.
MC. Betty, tú me cambias, cuando estoy contigo no soy el Mario Calderón que conocías, y lo sabes, no tienes de que preocuparte de verdad, yo muero por ti – la besa – por tus piernas – la besa – por tu cara – la besa – por toda tù! – la abraza fuerte, Betty se reconforta.
Be. Está bien, pero mira ya pasado mañana te vas, no hemos hablado de eso, bueno yo he querido evitar el tema.
MC. Pues yo he venido pensando en eso, si las cosas con Michel se dan puedo quedarme a vivir acá, con lo que me da Ecomoda y otros negocios que tengo puedo subsistir, pero precisamente debo viajar a Bogotá, Armando me había propuesto vender mi parte, pero si me retiro de Fashion Group ya no puedo hacerlo, me quedo corto de dinero.
Be. Si crees que Armando entenderá? Mira que nos vio el fin de semana y sé que no le dio gusto vernos juntos.
MC. Tiene que entender, él es muy maduro, además no creo que tenga que enterarse por ahora, es mejor así por mis negocios ya después no importa, hablare hoy con Gabriela, sé que entenderá, es más voy a llamarla ahora, dame un segundo.
En Bogotá...
Armando tenía una semana de haber llegado de Cartagena, mantenía un genio de perros, y recordó que tenía reunión con Mario para cuadrar la venta de sus acciones en Ecomoda, recordar a Mario era recordar a Betty y su noche juntos, por más que quiso no pudo encontrarla de nuevo, nuevamente tenía esa sensación de derrota que lo acompañaba día a día desde que Betty había renunciado a Ecomoda. Alejandra ya no le provocaba, ninguna mujer sabía igual a Betty y el solo quería probarla a ella, su cuerpo, sus labios, su alma... Ya no iba al apartamento de Alejandra, los primeros días le sacaba excusas, con el tiempo ella entendió y decidió no buscarlo más, le dolía, pero era consciente que había aceptado ese juego.
Al. Hola Armando, mira vengo a dejarte los informes de los puntos de venta en Caracas, me avisas si necesitas algo más. Le sonrió.
Ar. Listo Aleja, gracias... Ah! Una cosita más, te puedes comunicar con Gabriela, para ver a qué hora llega (realmente le interesaba Mario) gracias.
Al. Dale listo no te preocupes, ya pongo a Sandra en eso. Dijo saliendo de su oficina, Sandra hablaba con Berta, Alejandra le aviso y paso a su oficina, pensaba en su situación con Armando, en como lo veía cada vez más delgado, ya casi no comía debes en cuando lo veía tomando jugo de mora y nada más, en ese momento sonó su teléfono.
Sa. Doctora le comunico a Doña Gabriela.
Al. Gracias Sandra. - Hola Gaby! Como te va?
Ga. Hola mujer! Bien, bien, te cuento que ya vamos en camino, aunque el trancón en Bogotá es una cosa de locos, pero ya vamos llegando, estamos a escasos cinco minutos.
Al. Bueno nos vemos a acá, listo!! Chao!
Gabriela y Mario iban hablando cuando sonó el celular de él.
Be Hola!!, como estas? Como llegaste?
MC. Hola Hermosa (sintió pena por Gabriela) si llegue bien, voy camino a Ecomoda, como estas?
Be. Más o menos, te extraño jojojo
MC: Yo también sabes... espero solucionar todo rápido acá... Por cierto hermosa! Te tengo una buena noticia no renuncie al Fashion Group, Gabriela me pidió encargarme de los negocios con Ecomoda, entonces me quedaré a vivir en Colombia.
Be. Pero Mario Ecomoda está en Bogotá, yo ya no vivo allá y lo sabes...
MC. Betty pero por lo menos vamos a estar en el mismo país, yo te iré a visitar y tú a mí, de paso verás a tus papás, no tengo que estar 100% en planta, no te preocupes, si? Además siempre tengo que estar yendo a Cartagena por el negocio con Michel, terminar de firmar unos papeles con mi hermosa presidente, nos veremos pronto, no te pongas así, porfa?
Be. Está bien, perdóname... es que debes entenderme, no será lo mismo no tenerte aquí conmigo.
MC. No te preocupes, ya tengo todo solucionado yo aún tengo mi apto aquí en Bogotá, me toca buscar uno en Cartagena y tú me vas a ayudar en eso, si?
Be. Bueno, luego hablamos me están buscando, besitos!
MC. Besitos, -- Mario se voltea para que Gabriela no lo oiga lo cual le causa mucha gracia a ella, pues están en un carro... no hay a donde más rodarse –
En Ecomoda...
Al. Ya llegaron, Mariana los acaba de anunciar, donde los recibimos? – Armando sintió un nudo en el estómago –
Ar. En sala de juntas, es más cómodo. Tenía la mirada perdida.
Al. Listo ya los hago pasar, te esperamos allá.
Todos en Ecomoda estaban sorprendidos por ver al Doctor Mario de nuevo por allá, se imaginaron que nunca más lo verían después de la tremenda pelea que había tenido con Don Armando, las del cuartel estaban preparadas para ver otra batalla campal.
Al. Hola Mario, como estas? Perdón por no saludarte bien en Cartagena ya te imaginaras.
MC: Tranquila Alejandra, si alguien debe disculparse debo ser yo. Le dio un cálido abrazo.
Ga. Hola Mujer, cada día estas más bella eh, cómo vas?
Al, Hola!! Bien, pero pasen porfa, Armando esta con Uds. en unos minutos.
Todos tomaron sus asientos, Mario estaba nervioso.
Ar. Buenas tardes! Armando miro a Mario, ambos estaban incomodos.
Ga. Hola Guapo, como estas?
Ar. Hola Gabriela. Armando evadía la mirada de Mario, se veía descompuesto, todos empezaron a notar su incomodidad.
Ar. Mario... tiempo sin verte. No lo miro a la cara.
MC. Bien Armando bien. Mario bajo la mirada, ambos la estaban pasando mal, ambas mujeres se miraron preocupadas, las dos estaban enteradas de la situación. Mario y Gabriela habían hecho una gran amistad y él le había contado la verdadera razón de la pelea.
La junta paso sin mayor problema, llego el momento en el que Mario le contaba a Armando que desistía de vender su parte de Ecomoda ya que seguiría vinculado a ella por Fashion Group, Armando acepto de muy mala gana.
Ga. Bueno creo que todo quedo listo, Mario se encargara de nuestra oficina, es importante que le ubiquen una espacio en la planta de Ecomoda, pero él va a estar constantemente viajando para visitar otras extensiones del Fashion con la que contamos.
Al. Le podemos dar la oficina que era de Bet... perdón.
Armando y Mario se miraron Alejandra lo había dicho sin pensar, ninguno dijo nada.
Ga. Tranquila Alejandra no pasó nada.
Alejandra le sonrió tristemente, Armando y Mario seguían sin hablar.
Ga. Bueno Mario yo creo que nos vamos, tenemos más cosas por hacer hoy.
MC. Bueno Alejandra un placer encontrarte de nuevo, Armando... - se miraron y con un gesto de cabeza les basto como despedida –
Armando se despidió de Gabriela y rápidamente se marchó para su oficina, no soportaba más un segundo allí, pensó que con el acercamiento en Cartagena iba mejorar su relación pero fue lo contrario, se sentía más alejado de Mario, su amistad había acabado.
Los meses pasaron Armando y Mario poco a poco iban recuperando su relación, Armando aun desconocía la situación entre Mario y Betty y evitaba a toda costa hablar de ella o de cualquier cosa que la relacionara. Mario sentía deseos de contarle que tenía una relación a distancia con Betty pero no podía, las cosas estaban yendo muy bien, no podía arruinarla.
Continuara...