HE CAMBIADO "YO SOY BETTY, LA FEA"

He Cambiado, Capítulo 12 #YoSoyBettyLaFea

Betty en cualquier otro momento había dudado en acostarse con Mario pero el alcohol le borro el buen juicio, solo pensaba en como la piel de Mario quemaba la suya, en como sus besos la devoraban, en como su sexo pedía gritos ser tomado, no pensaba con claridad, era consciente que ver a Armando la había descompuesto y que todo lo que hizo con Mario a partir del momento en que se encontraron era para darle celos a él, para cobrarle todo lo que la había hecho sufrir, todo el mal porque el que había pasado.

MC. Betty estas segura?

Be. Si. Lo volvió a besar con una pasión, con unas ganas, en ese momento estaba segura, deseaba a Mario.

Mario iba prendido a Betty y la acostó en la cama y pronto empezó a desnudarla, tenía ansias de por fin conocer su cuerpo, de descubrir que era lo que tanto guardaba y lo que encontró lo enloqueció, su piel era suave, su senos estaban hechos para su manos, sus piernas, esas piernas que tanto había admirado era justo como se las había imaginado, Betty lo miraba y sonreía, él admiraba su cuerpo.

Mario no aguanto más y comenzó a besar su cuello mientras sus manos recorrían su cuerpo, Betty daba pequeños suspiros de placer, él devoraba su boca a besos, el calor fue incrementado, Betty sintió la necesidad de sentir el cuerpo de Mario y empezó a desnudarlo lo cual lo tomo por sorpresa, esto lo había extasiado haciendo que Mario bajara a sus pechos y su lengua jugará con ellos hasta ponerlos duros, mientras bajaba siguió besándola, Betty no aguanto más y con sus manos guio a Mario a su sexo, el primer contacto fue sutil, caliente... y poco a poco se volvió más apasionado, más posesivo, su lengua era todo un instrumento que Mario sabía utilizar, Betty arqueaba su espalda quería sentirla más adentro, Betty estaba muy mojada, gemía desesperada, Mario la veía y disfrutaba su cara de placer puro, quiso nuevamente comérsela a besos y eso hacía, pero no quería dejar su sexo tranquilo y empezó a penetrarla con sus dedos, Betty sintió el contacto y esbozo un grito ahogado, el placer la estaba matando, Mario sentía sus dedos escurrir y no aguantaba más, tomo su erección que también chorreaba de ansias por entrar a ella y la penetro, fue certero, fue duro y apasionado, Betty le agradecía, su sexo le palpitaba, Mario empezó a besar sus senos al ritmo de las embestidas, Betty le pedía más y él obedeció, sentía la necesidad de arañar su espalda, quería sacar toda ese furor que llevaba dentro, ambos sudaban por todo el esfuerzo en un momento se miraron y sonrieron y como si fuese sido planeado juntos llegaron al orgasmo, ambos cayeron rendidos por el esfuerzo y durmieron abrazados.

En el Hotel Arrecife...

Eran las 4 de la mañana cuando Armando despertó de repente, entre sueños recordó que su Betty había desaparecido con Mario y conociendo a su amigo sabía la noche que habían pasado, seguro aún estaban juntos, el pensamiento lo atormento y lo obligo a levantarse, miraba por el balcón de su habitación, la ciudad estaba activa, despierta, no quería estar ahí, se sentía ahogar, así que se cambió y salió a caminar, quería escuchar más de cerca al mar.

Betty despertó por un momento no supo donde se encontraba, miro a su alrededor y vio como Mario la abrazaba, lo admiro dormir y suavemente se volteo quería tenerlo de frente, le pareció de lo más de tierno verlo así, sonrió y volvió a acurrucarse en sus brazos, estaba cálido, volvió a dormirse, hace tiempo no se sentía tan feliz..

Esa mañana más tarde...

MC. Buenos días hermosa, como amaneces?

Be. Hola dijo sonriendo tiernamente – Mario le dio un beso –

MC. Mira, te pedí el desayuno pero como no sabía que te gustaba pedí de todo un poco jajaja estabas tan linda durmiendo que no te quise despertar..

Be. Gracias jojojo . Dándole otro beso, su día había empezado espectacular.

Armando había regresado de la playa, estaba cansado, se la había pasado caminando y pensando en todos los errores que había cometido en su vida, pensaba en todas las mujeres con las que jugo y lo mal que las trato, se sentía basura. El pensar tanto le había despertado el apetito así que al llegar al hotel se dirigió de inmediato al bufet, moría de hambre, tomo unas tostadas, frutas y café, iba a coger yogurt cuando vio que al lado había jugo de mora, eso lo hizo sonreír tristemente, se sirvió y fue a su mesa a descubrir que el hambre se había ido, solo le provoca el jugo de mora, lo tomo y se levantó quería ir por Alejandra.