CAPITULO EDITADO
Nkosi
Día siguiente...
Me despierto y me siento en la cama son todavía poder abrir los ojos por la luz del sol que me da en la cara cuando mis ojos se acostumbraron, me di la vuelta, para confirmar que Sasha este todavía en la cama, pero no es así, miro el reloj que marcan las 10:00 a.m.
Escucho risas afuera de la habitación, me pongo mi chaleco y cualquier pantalón que tenga cerca de mí, al estar cambiado decido salir, camino hasta la sala y me encuentro con Sasha y mi madre hablando y sonriendo.
Aclaro la garganta y mi mujer se da la vuelta igual que Marisa quien se pone tensa al instante.
¿Esa mujer no escucho lo que le dije ayer?
— Buenos días cariño — me saluda Sasha mientras se para y camina al lado mío, me abraza y me da un beso en los labios.
— Buenos días — contesto mirando a mi mujer con una gran sonrisa.
— Te estábamos esperando para desayunar todos juntos — expresa con una sonrisa.
— Querida, yo me tengo que ir. Tengo cosa que hacer y mi esposo está esperándome — explica mi madre nerviosa.
— Pero, no has desayunado — insiste Sasha, me mira con un puchero.
¿Por qué le insiste tanto? ¿No se recuerda lo que le conté ayer sobre ella?
— Quédate a desayunar — digo con una voz fría.
Solo hare esto por Sasha.
— Está bien — murmura creyendo que nadie la escucha, un silencio incomodo y con tensión se hace presente. Observo que Sasha se adelanta para ir a la cocina, me doy la vuelta al instante para encararle a mi madre.
— ¿Porque sigues aquí? No te deje en claro que no te quería ver con mi mujer — gruño enojado.
— Ella se despertó temprano, no pensé que me vería en la cocina haciendo mi desayuno cuando iba prepara mis maletas, me detuvo para hablar conmigo — se excusa con temor.
— Cariño, vengan a desayunar — grita Sasha desde la cocina, por unos segundos cierros los ojos, debo admitir que me estoy empezando a irritar y echo mi cabeza para atrás.
— Enseguida, vamos — grito y vuelvo mi vista a mi madre.
— Desayunas todo y te vas. No te quiero aquí — digo me doy la vuelta y me dirijo hacia la cocina con una sonrisa, abrazo a mi mujer por la espalda y beso su cuello, se da la vuelta, le acerco más a mi para darle un beso, pero fue interrumpido cuando alguien entra a la cocina.
— Disculpen, no quiero interrumpir — dice mi madre apenada y bufo.
— Descuida — manifiesta sonriendo mi mujer entregando una taza a mi madre y comenzamos a desayunar.
¿Por qué Sasha es tan buena?
Una hora más tarde...
Mi mamá se fue a preparar su pequeña maleta para irse del Club, ella se excuso con Sasha y se fue a la habitación de huéspedes.
— ¿Qué haremos hoy? — pregunta mi mujer mientras limpia lo que ensuciamos en el desayuno.
— ¿Qué quieres hacer? — pregunto con interés.
— Podemos pasearnos. Quiero helado — sugiere con un puchero.
— Entonces iremos a tomar helado — accedo sonriendo cuando terminamos de limpiar todo, mi mujer se fue a prepararse para pasearnos.
Una hora más tarde...
— ¿Vamos? — pregunta mi mujer, alzo la vista para mirar y me quedé embobado porque se ve hermosa con su vestido floreado y con su hermosa trenza.
Es tan tierna y dulce siendo ella misma no quiero que cambie para nada.
— Cariño ¿Estas bien? — pregunta preocupada, sacudo mi cabeza y asiento con la cabeza.
— Si, claro. Vamos a tomar helado — contesto con una sonrisa mientras entrelazamos nuestras manos.
— ¿Tu madre no vendrá con nosotros? — pregunta.
No tiene por qué venir con nosotros. Ella se irá de aquí.
— Tiene cosas que hacer — miento con descaro.
— Está bien cariño — dice con una sonrisa. Salimos de la casa club, nos vamos hacia la camioneta, entramos y acelero para ir a nuestro destino.
Horas más tarde...
Hace tres horas desde que salimos de la casa club, nos paseamos viendo algunas cosas en el centro comercial. Estamos haciendo fila para comer una hamburguesa luego iremos a tomar helado cuando tenemos el pedido de la comida, nos sentamos en el patio de comida.
— Me quiero disculpar contigo — confiesa Sasha.
— ¿Por qué? — cuestiono con curiosidad.
— Porque insistí que estes con tu madre en la mañana cuando no querías hacerlo, perdón, Nkosi — dice apenada.
— No te preocupes por eso — es lo único que digo con tranquilidad.
Mi mamá hace mucho que ya no forma parte de mi familia.
Miro a mi hermosa mujer que tengo frente mío está con una sonrisa en su rostro, tomando helado, no me arrepiento de estar con ella.
— Te amo mi princesa — expreso.
— Te amo cariño — contesta y besa mis labios.
Esta mujer me volverá loco.
Días más tarde...
Ezosi venia todos los días para ver el estado de su hermana menor y no lo culpo si tengo una hermana pequeña también me preocuparía por ella así que no intervengo en la relación de ellos dos.
— Nkosi, hice los pases con mi hermano mayor ¿Sabes? sé que es apresurado todo, pero no quiero ser una persona con rencor y quiero que mi hijo o hija tenga a una persona de mi familia presente — confiesa mi mujer con una sonrisa.
— Apoyo tu decisión, amor — admito con sinceridad porque quiero que mi mujer este feliz.
Solo espero que esa felicidad se mantenga así.