Eijirou Kirishima y el Prisio...

By Tori_Lovegood

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Eijirou pasa su tercer año amenazado por la fuga de un peligroso delincuente que va tras él. Según todos los... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
¡Publicado!

Capítulo 5

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By Tori_Lovegood

A la mañana siguiente Aoyama les entregó su nuevo horario a los alumnos mientras desayunaban. Mina vio de reojo a Sero, que se aprendía el suyo a la vez que untaba mantequilla a una tostada.

-Sero, tu horario está mal.-Antes de que el chico pudiese tomar la hoja, Mina ya la tenía entre sus manos, observándola con el ceño fruncido.-Tienes demasiadas asignaturas.

-Lo hablé con la profesora Kayama durante las vacaciones y ya está todo arreglado.

-Pero mira.-Mina le señaló esa mañana.-Ahora tienes Adivinación, Estudios Muggles y Aritmancia. No puedes estar en las tres a la vez.

-No te preocupes Mina, ya te dije que lo hablé todo con la profesora.-Sero le quitó el horario y se lo metió en el bolsillo, dando la conversación por terminada.

La chica frunció el ceño, pero no le molestó más. Enfrente suya se encontraban los otros tres chicos. Kaminari leía un libro muggle, algo que sus amigos nunca pensaron que pudiese hacer; mientras Bakugo y Kirishima hablaban de la temporada de quidditch.

Poco antes de las nueve, se levantaron de sus asientos despidiéndose de Kaminari y Sero, que iban a Estudios Muggles.

-Según el horario la clase de Adivinación está en el último piso de la torre Oeste. Tardaremos en llegar.-Dijo Kirishima.

Caminaron durante un largo rato hasta que llegaron a la torre, pero allí no había más que escaleras. Comenzaron a subirlas, pero parecía que no tenían fin. Después de quince minutos no podían más, pero escucharon unas voces lejanas que venían de la parte más alta de la torre. Con sus últimas fuerzas consiguieron llegar al rellano en el que se suponía que estaba la clase, encontrándola al fin.

Abrieron la puerta y se vieron en una sala extraña. No se parecía en nada a las demás clases del castillo. El aula era circular, adornada con diferentes cortinas y decoraciones de estrellas y animales. Tenía unas gradas amplias en las que había mesas circulares con dos taburetes para cada una. Las mesas estaban ocultas bajo manteles de color rojo vino, y con una esfera de cristal en el medio. En el centro de la sala estaba la mesa de la profesora, que era exactamente igual que las de los demás con la única diferencia de que en lugar de un taburete detrás suyo había un sillón lleno de cojines.

-Bienvenidos chicos, solo faltábais vosotros.-Dijo alguien detrás suya.

Dieron un respingo encontrándose con una mujer de cabello verde que sonreía abiertamente. Se miraron unos a otros en silencio hasta que la mujer los hizo pasar y les indicó que se sentasen mientras ella se ponía al frente de la clase.

Esa profesora llevaba una ropa bastante extraña comparado a lo que los demás profesores de Hogwarts vestían. Traía un fular verde con una camisa amarilla y una gran chaqueta marrón junto a unos pantalones caqui. Además contaba con numerosos collares y pulseras de diferentes tamaños y formas, como si fuesen amuletos.

-Bienvenidos a la clase de Adivinación.-dijo la profesora. El tono misterioso que usó no les dio buenas vibraciones a los estudiantes, que se removieron incómodos en sus asientos.-Soy la profesora Tomoko Shiretoko. Aquí exploraremos juntos el noble arte de la Adivinación, la más difícil de todas las enseñanzas. Debo advertiros desde el principio de que si no poseéis la Visión será muy difícil para vosotros aguantar las clases.-Levantó los brazos sonriendo macabramente, y recorrió con su mirada a los alumnos de tercer año.-Comencemos entonces. Las primeras semanas veremos la lectura de las hojas de té, así que por favor tomad las tazas del compañero con el que compartís mesa.

Los chicos miraron las tazas que, por arte de magia, habían aparecido ante ellos. Kirishima se sentaba con Mina, así que las intercambiaron. Mina miró los diferentes dibujos que había esparcidos por la taza, comparándolos con los de  su libro.-A ver... Aquí hay una cruz torcida, que significa sufrimiento. Pero al lado hay un sol... Osea, ¿que vas a sufrir pero eso te hará feliz?

La chica se revolvió el pelo indecisa, y Kirishima contuvo la risa al ver que la profesora se acercaba a ellos. Al ver que la chica se debatía con los símbolos de la taza, soltó un suspiro y se la quitó.

-Veamos... un halcón. Eso significa que tienes un enemigo mortal.

-Eso lo sabe todo el mundo -dijo Sero frunciendo el ceño. Tomoko se giró para mirarle, y el chico siguió hablando-. Todo el mundo sabe lo de Quien-usted-sabe. 

Sus amigos le miraron asombrados. ¿Cuándo había llegado a la clase si se suponía que estaba en Estudios Muggles? La profesora no le contestó, y dirigió su vista a la taza nuevamente, pero en cuanto sus ojos divisaron la siguiente figura, soltó un grito y arrojó la taza a la mesa, sobresaltando a los alumnos.

-Mi pobre niño...-Dijo con voz temblorosa.-Tú... Tienes el Grim.

Los murmullos no tardaron en comenzar. Los niños miraban a Kirishima fijamente, mientras él se sentía terriblemente incómodo.

-¿Qué es un crim?-Preguntó Uraraka.

-No un crim, EL Grim.-Le aclaró Jirou.-Adopta la forma de un perro espectral, es uno de los peores augurios. Un augurio de muerte.

Eijirou tragó saliva nervioso. Primero el perro de aquella noche y ahora uno que presagia su muerte. Se quedó mirando a la profesora, que dirigía su vista hacia la taza, como si tuviese miedo de tocarla nuevamente. Mientra tanto, Sero se había acercado al sitio de Kirishima y Mina, y tomó la taza.

-No creo que se parezca a un Grim.-dijo.

La profesora le miró con una mueca de desagrado, y se acercó a él.

-Perdona que te lo diga, querido, pero percibo muy poca aura a tu alrededor. Estás demasiado cerrado a ti mismo.-Se miraron durante unos segundos, y todos pudieron notar la tensión que se sentía entre los dos. Finalmente la profesora apartó su mirada y se dirigió a la clase.-Creo que hemos terminado por hoy, chicos. Podéis recoger vuestras cosas.

Todos se fueron en silencio, extrañados por los repentinos cambios de actitud de la profesora. Kirishima y los demás bajaron las escaleras, encontrando a Denki al fnal de éstas. El rubio les saludó y le habló a Sero.

-Sero, ¿no ibas al baño? ¿Por qué vienes bajando las escaleras?

Los demás lo miraron extrañado. El chico se puso nervioso y sacudió las manos restándole importacia.-El baño de aquí abajo estaba roto, tuve que subir. Ahora será mejor que vayamos a clase de la profesora Kayama o nos regañará.

Tomó a Kaminari de la muñeca y lo arrastró por el pasillo. Sus amigos los siguieron confundidos por lo que acababa de pasar. ¿Por qué le habría mentido Sero a Kaminari para ir a clase de Adivinación?

Entraron al aula y se sentaron al final de ésta para poder hablar de ser necesario. Kirishima sentía que sus compañeros le miraban, y no prestaba atención a la profesora, que explicaba qué era un animago, personas que podían mediante un hechizo transformarse en un animal cuando quisiesen. Cuando Nemuri se transformó en un gato, vio que nadie parecía si quiera sorprendido.

-¿Qué os pasa hoy? -Preguntó la profesora tras volver a su forma humana.-Es la primera vez que mi transformación no consigue sorprender o emocionar a alguien.

Todos se quedaron en silencio, pero Todoroki levantó la mano.

-Acabamos de salir de nuestra primera clase de Adivinación. Hemos estado leyendo las hojas de té.

-¡Ah, claro! ¿Quién morirá este año?

Tras unos segundos, Ejirou levantó a mano en señal de que sería él.

-Ya veo... Veréis chicos, la profesora Shiretoko predice la muerte de un alumno cada año. Ninguno ha muerto todavía. Así que no te preocupes Kirishima, si mueres no tendrás que entregar los deberes de mi asignatura.

(N.a. Seguro que era eso lo que decía porque era mi parte favorita del libro XD)

Eso pareció relajar el ambiente, y regresaron a la clase hasta que tocó el timbre y fueron a la siguiente: Cuidado de Criaturas mágicas.

Según sus horarios debían ir a la cabaña de Taishiro. Bajaron todo el camino y para cuando llegaron pudieron ver a los alumnos de Slytherin.

-Genial... Clase con los Slytherin.-Dijo Mina.

Taishiro estaba en medio del grupo de alumnos, y cuando estuvieron todos los guió con una sonrisa por las lindes del Bosque Prohibido, hasta llegar a un espacio cercado entre los árboles.

-¡Bien chicos! Ahora que estamos todos empecemos. Lo primero será que abramos los libros de texto por el capítulo uno.

-¿Cómo pretendes que lo hagamos?-La voz de Monoma resonó entre los alumnos.

-Pues acariciando el lomo, está claro.-dijo Taishiro.

-Por supuesto, era lo más obvio del mundo...-Le susurró Kirishima a Sero, riendo los dos.

-Vale, mientras lo hacéis me encargaré de traer las Criaturas.

Taishiro se alejó de ellos, y la voz de Monoma volvió a resonar en el claro.

-A mi padre no le gustará nada que ese estúpido gigante nos de clases cuando se lo cuente.

-Cierra la boca, Monoma.-Le contestó Kirishima enfadado.

Seguro que hubiesen comenzado una discusión de no ser porque Taishiro había regresado acompañado por una criatura. Tenía la cabeza de un águila, el cuerpo de un caballo, y poseía alas. Todos se quedaron maravillados con ese hermoso ejemplar.

-Esto es un hipogrifo chicos. Lo primero que tenéis que saber de ellos es que son muy orgullosos. Nunca ofendáis a ninguno, porque podría ser lo último que hagáis. Siempre debéis hacer una reverencia y después esperar para que os acepte. Si responde con una inclinación, significa que podréis tocarlo. Si no, es mejor que os alejéis de él enseguida.-Hizo una pausa mirando a sus alumnos con una sonrisa.-Bien, ¿quién quiere ser el primero en saludarlo?

Todos los alumnos se echaron hacia atrás, incluidos Kirishima y sus amigos. El hipogrifo imponía mucho y ellos deseaban seguir con todas las partes de su cuerpo intactas.

Al menos hasta que Eijirou sintió un empujón que lo echó hacia delante. Al girarse no pudo saber quién lo había hecho.

-¡Muy bien Eijirou! Vamos, acércate a Buckbeak.

Kirishima dio unos pasos hacia el hipogrifo, al que Taishiro había soltado.

-Bien, antes de nada mírale a los ojos.

Buckbeak miraba al chico fijamente, y Kirishima sintió que comenzaba a temblar ligeramente.

-Perfecto Eijirou, inclina un poco la cabeza.

Algo reacio, hizo lo que Taishiro le indicaba, todo sin apartar la mirada del hipogrifo. Duró unos segundos así, y cuando parecía que el animal no iba a realizar ningún movimiento, dobló una de sus rodillas e hizo una reverencia a Kirishima.

La clase entera, menos Monoma y su grupo, aplaudió al chico. Sus amigos gritaban alegres y Eijirou se sintió eufórico.

-¡Qué bien Eijirou, el hipogrifo dejará que lo montes!

-¡¿Qué?! ¡No, espera!

Pero el medio gigante ya lo había tomando en hombros y lo había sentado sobre el lomo de la criatura. Taishiro le dio un golpe a Buckbeak en la parte trasera y éste salió disparado hacia el cielo, con un chico agarrado completa y absolutamente a su cuello para no caerse.

Kirishima estaba más que acostumbrado a volar, sí, pero no en un animal que en cualquier momento podría dejarle caer. No podía agarrarse con mucha fuerza de sus crines por temor a hacerle daño, cosa que no pasaba con su escoba.

Sin embargo, a los pocos minutos, se abrió ante él un paisaje impresionante. Se podía ver Hogwarts en todo su esplendor, con el lago detrás brillando debido a la luz del sol. Las montañas y prados de color verde en el fondo era algo magnífico. Eso nunca había podido verlo con su Nimbus 2000.

Pero ese momento de paz duró poco tiempo. Buckbeak decidió aterrizar, y como si de una montaña rusa se tratase se inclinó lo máximo posible descendiendo a una gran velocidad. Al pelirrojo estuvo a punto de salírsele el corazón, y cuando volvieron con sus compañeros tenía un pelo horrible y la cara muy pálida.

Todos sus compañeros corrieron hacia él emocionados y preguntándole cómo había sido la experiencia. Eijirou se sentía algo abrumado así que agradeció que Bakugo les amenazase con volarles la cabeza de una explosión si no lo dejaban tranquilo.

Se bajó del lomo de Buckbeak y fue con sus amigos, alejándose del animal. Monoma no estaba para nada satisfecho con el éxito de su enemigo.

-No puede ser tan difícil si el estúpido de Kirishima lo ha hecho.

Se acercó furioso hacia el hipogrifo. Taishiro intentó detenerlo pero fue demasiado tarde. Monoma no se había inclinado, sino que alzó el brazo para agarrar a la criatura, que se defendió con sus garras provocándole un profundo corte al rubio.

-¡Bestia estúpida, me heriste! ¡Me voy a morir!

Monoma se encontraba en el suelo sujetándose el brazo herido mientras lloraba haciendo una escena innecesaria.

-No te estás muriendo.-Taishiro lo tomó en brazos para llevarlo a la enfermería.-La clase ha terminado, volved a las salas comunes.

Le vieron irse deprisa con el chico aún llorando exageradamente en dirección a la enfermería. Los alumnos de Slytherin despotricaban contra Taishiro, pero se asustaron al ver a Bakugo sacar su varita.

Los de Gryffindor rieron ante eso, el rubio era temido por todos, incluso por sus enemigos.

Aprovechando que ya se habían callado, fue hacia Kirishima, que miraba preocupado hacia donde su profesor se había ido.

-Oye pelos de mierda, no te preocupes. El gigante estará bien.

-Sí. La enfermera Chiyo puede curar cualquier cosa.-Mina se puso a su otro lado para intentar alentarle, seguida de Sero y Kaminari.

-Aprovechemos que tenemos tiempo libre y vayamos a la Sala Común.-Propuso kaminari.-Podemos coger algún juego de mesa e ir con TetsuTetsu y los demás.

Durante el resto de la tarde estuvieron jugando con sus amigos a diferentes juegos. Se unió el grupo de Todoroki, y también Jirou porque Yaoyorozu la obligó.

A la hora de la cena, no vieron al semigigante, pero sí a Monoma con una gruesa venda en su brazo, y presumiendo ante algunas chicas la herida que se había hecho.

-Horas antes estaba llorando como una nenaza y ahora lo presume como si fuese una herida de guerra. No hay quien entienda a ese idiota.-Dijo kaminari.

Sero asintió dándole la razón, y decidieron terminar de cenar ignorando a Monoma y su grupo.

Después decidieron quedarse en la Sala Común. Habían comprobado para su alivio que Taishiro estaba en su cabaña. Kirishima propuso ir a verlo, pero Mina les ordenó que no podían salir, por precaución.

-Hizashi Yamada sigue rondando por ahí Kirishima, no sabes lo que pueda hacerte. Es mejor que no salgamos, mañana iremos a ver a Taishi.

Él resopló. Era imposible que ese criminal hubiese conseguido esquivar a los dementores, pero aún así decidió esperar hasta el día siguiente para hablar con Taishiro, para que sus amigos no se preocuparan.

En lo que no se fijó, fue en unos ojos amarillos que observaban el castillo desde la penumbra del bosque.

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