Después de salir de la consulta con su cardiólogo, se dirigió a la cafetería porque tenía hambre y su mamá aún no llegaba. Buscó en sus bolsillos algo de dinero y vio que no traía demasiado y esperaba que eso fuera suficiente para
—Mierda, no me alcanza —checó sus bolsillos como si mágicamente hubiese aparecido dinero en ellos.
—No deberías decir esas palabras, los chicos lindos no maldicen —escuchó detrás de él y volteó debido a la risa del chico—. Soy Haruto.
—Eh...soy Jeongwoo —dijo tímido para después extender su mano. El contrario no dudo en corresponderle el saludo.
—¿Y qué haces aquí? ¿A quien visitas? —tenía plasmada su sonrisa que lo hacía sentirse tímido ante eso.
—En realidad vengo a consulta.
—Oh —la sonrisa que tenía se desvaneció y su incomodidad se notaba—. Ya veo —se rascaba la nuca.
—Tranquilo, no pasa nada —sonrió tímidamente y el contrario también lo hizo.
—Cambiando el tema, ¿qué era lo que ibas a comprar?
—Quería un juego y un sandwich —miró a la máquina dispensadora.
—Perfecto —lo tomó de la muñeca y lo dejó en la mesa sentado.
—¿Qué? —no se soltó del agarre del pelinegro, pero su actitud lo había desconcertado un poco.
—¿Jugo de naranja y chilaquiles verdes acompañados de una ensalada de frutas está bien? —al escucharlo decir eso se desconcertó aún más.
—¿Qué?
—¿Entonces rojos o verdes?
—No te entiendo Haruto.
—Te estoy invitando a comer, ahora dime si quieres chilaquiles rojos o verdes —le dio una sonrisa pequeña.
—No es necesario que lo hagas —sonrió tímido.
—Yo invito, acepta y dejó de insistir —terminó cediendo porque recién lo conocía y no quería tener a alguien haciéndolo perder la paciencia.
Haruto era la primera persona con la que hablaba en el hospital, jamás había tenido la oportunidad de hablar con personas que se encontraran ahí, además de que él no solía ser el primero en hablar con las personas, siempre era al revés. Lo vio regresar con unos platos en manos, había comprado el ¿desayuno-comida? y 2 jugos para tomar y finalmente fruta para acompañar los chilaquiles.
—Nunca he comido chilaquiles —mencionó mientras el contrario le entregaba cubiertos.
—Yo tampoco —sonrió y empezó a oler la comida—. Jihoon hyung dice que saben bien.
—¿Quién es Jihoon?
—Mi mejor amigo, deberías conocerlo —sonrió nuevamente—. Es una gran persona aunque un poco gruñón, pero de ahí en fuera es de las mejores personas que he conocido.
—Lo tomaré en cuenta —elevó los hombros y se dispuso a comer.
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Jeongwoo salió buscando a su madre y la encontró en el pasillo esperándolo con una sonrisa en su rostro, le entregó lo que su tío le había dicho y se lo dio a la mujer y está empezó a leerlo. Una vez terminó de leer, tomó la mano de su madre y caminaron hacia la salida para irse a casa, en el trayecto Jeon reconoció al chico que había conocido ayer sentado durmiendo en la banca tratando de no caer y se rió por ello llamando la atención de la mujer.
—¿Lo conoces? —él asintió y ella sonrió—. Es tan lindo —casi chilló de emoción—. Que buenos gustos tienes Jeong —dio un codazo. Justo ahora se estaba comportando como una adolescente emocionada que le hacía bullying con quien te gustaba.
—Es solo un conocido. Para ser exactos nos conocimos ayer —frunció el ceño porque la sonrisa que tenía su madre indicaba que estaba a nada de empezar a molestarlo.
—No le quita lo lindo —se cruzó de brazos mostrándose algo infantil—. Deberías darte una oportunidad de querer a alguien.
—¡Ni siquiera me gusta madre, basta! —trató de no elevar demasiado la voz ya que aún se encontraban adentro del hospital. Su madre lo estaba molestando de nuevo con un chico. Desde que le dijo a su madre que era gay no dejaba de molestarlo con los chicos que le parecían lindos, lo shippeaba con sus amigos como si se tratase de una loca fujoshi. Era desesperante a veces.
—Ve a hablarle, ire a buscar mi auto. Adiós —le dio un pequeño empujón haciendo que le diera una patada al asiento y llamara la atención de las personas a su alrededor, eso causó que Haruto se despertará de inmediato por el ruido.
—¿Jeongwoo? —se tallaba los ojos debido a que acababa de abrir los ojos—. ¿Si eres tú, no?
—Eh...sí —tenía la cara roja de vergüenza, por suerte el otro no lo notó—. ¿Cómo estás Haruto?
—Soy tu hyung —se rió parándose—. ¿Dónde está el respeto? —tenía un sonrisa en la cara.
—¡¿En serio?! —asintió—. Perdona —se sintió algo intimidado por ello.
—No hay problema Jeongwoo —sonrió un poco—. ¿Cómo estás? ¿Todo bien?
—Em...sí. Dentro de lo que cabe todo está bien —se rascó la nuca y desvió la mirada—. ¿Y tú?
—Yo estoy bien, bueno un poco ansioso y con sueño —acomodó su cabello mientras trataba de mantener abiertos los ojos.
—¿Y eso por qué? —trató de no mostrarse tan interesado.
—Mi hermano está inconsciente. Es la razón por la que estoy aquí.
—Oh —se sintió apenado por preguntar algo así—. ¿Qué le pasó?
— Este —Haruto se veía un poco nervioso—. Intentó suicidarse.
—Ya veo. Lo siento —le apretó el hombro al mayor—. ¿Respira solo? —Haruto asintió y le dedicó una pequeña sonrisa—. La vida le dio una oportunidad y eso es bueno.
—Sí...supongo.
—Espero salgan de esta y se vuelvan más fuertes —soltó su agarre de su hombro.
—Muchas gracias. Créeme que haré lo posible por ayudar a mi hermano —Haruto le sonrió haciendo que él también sonriera—. ¿Ya te vas?
—Sí, debo ir a buscar a mamá.
—Ya veo —no dejaba de sonreír y eso provoca que Jeong se sintiera algo ¿incómodo?—. ¿Te gustaría salir alguna vez?
—¿Co-como en una cita? —mencionó sin pensarlo.
—Em...no...bueno sí...como amigos, si como amigos —su risa fue incómoda haciendo que Jeongwoo se riera por la actitud del contrario.
—Está bien —aceptó de inmediato, esa sonrisa la quería volver a ver.
—Cuando tengas tiempo, no te preocupes. ¿Me pasarías tu número? —tomó su mano y la soltó de inmediato provocando que soltara una pequeña risa.
—Sí —buscaba su teléfono en sus bolsillos. Lo sacó y empezó a dictarle el número.
—Gracias —sonrió de nuevo.
—No hay de qué —sonrió alejándose de la vista del otro para encontrarse con su madre esperándolo con una sonrisa.
—¿Qué pasó? —bufó tratando de no ser grosero con ella y decirle que no lo molestara.
—Nada madre —se metió al auto. Trató de esconder su sonrisa con el suéter, pero no le duró mucho porque su madre lo notó.
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Esa misma tarde en su casa se encontraba en la sala comiendo con su mejor amigo, sin darse cuenta estaba ansioso por recibir una llamada del chico que había visto hace unas horas.
—Hazme caso —el menor estaba jugando con su brazo.
—¿Eh? —volteó al sentir un golpe en el brazo.
—Te he estado hablando y me ignoras —se quejó cruzándose de brazos causando la risa del chico.
—Perdón hyung, he estado pensando —se rascó la nuca y dirigió la mirada hacia su amigo.
—¿Qué tanto piensas?
—Pienso en algo. No es nada —su celular empezó a sonar. No se quería parar por el, estaba del otro lado de la sala.
—¿No vas a contestar? —negó con la cabeza—. Nadie te llama y cuando lo hacen, los ignoras. Que irónico —empezó a reírse provocando que el otro frunciera el ceño.
—Hey —se paró a tomar el celular—. ¿Qué insinúas? —respondió el teléfono—. Hola, ¿Con quien tengo el gusto?
—Con Haruto —abrió los ojos. No esperaba que le llamara tan rápido—. ¿Se encuentra el joven Jeongwoo? —dijo lo último riendo.
—Ah...Hola —sonrió ignorando que su mejor amigo estaba con él.
—¿Quien es? —preguntó Yeongue ansioso ya que la sonrisa de su mejor amigo lo delataba.
—¿Me permites unos momentos? —Haruto contestó con un está bien y Jeong prosiguió a silenciar la llamada—. Nadie hyung —lo tomó del brazo tratando de no ser brusco—. Creo que deberías irte, es algo tarde —el menor lo vio con una expresión de burla.
—Si necesitas privacidad solo dilo. No hay necesidad de correrme —se rió dirigiéndose a la puerta—. No es tarde, son las 5 de la tarde.
—Eh...—el chico le dio un beso en la frente y continuó riendo.
—Suerte con tu enamorado —cerró la puerta dejando a Jeongwoo con las palabras en la boca.
—¿Eh? —se preguntó a sí mismo. Le quitó el mute a la llamada mientras se sentaba—. Listo.
—Pensé que tendría que esperar toda una vida —respondió burlándose del menor.
—Perdón —se sentó en el sillón agachando la cabeza.
—No tienes de qué disculparte. Si tengo que esperar una vida, lo hag...—paró en seco de lo que estaba diciendo.
—¿Qué? —le pareció tan tierno lo que decía Haruto que no procesaba lo que había dicho en su mente.
—Em...nada...nada. ¿Cómo estás? —por suerte cambiaron de tema.
—Bien dentro de lo que cabe —elevó sus hombros.
—¿Y eso por que?
—Tengo que seguir una dieta y me es un poco difícil —jugaba con sus dedos mientras llamaba.
—Tsss, ya veo. Iniciar una dieta es algo difícil por el cambio de alimentación.
—Sí —se paró a servirse agua—. ¿Cómo estás tú?
—Relativamente bien, Junghwan será dado de alta hoy —se escuchaba un tono animado en su voz.
—Me alegro que ya despertara.
—Gracias —Jeongwoo escucho ruido del otro lado de la línea—. ¡Auch! Le pegue con banca.
—¿Como? —trato de no reírse, pero no pudo. Escucharlo equivocarse al hablar le dio mucha risa.
—No te rías —al principio lo dijo con seriedad y después empezó a reírse—. ¿A dónde te gustaría ir?
—Mmm...¿A que te refieres?
—No sé, a comer o algo así. Un lugar para pasar el rato.
—Pues hay un nuevo local de comida al cual me gustaría ir —ignoraría las indicaciones de su médico esa vez porque llevaba meses esperando a que abrieran ese local y valdría la pena.
—¿Dónde está?
—A 3 cuadras de la primaria.
—Ok, mañana te veo ahí a las 5. Ponte lindo.
—M...—Haruto colgó dejando a Jeongwoo pensando. ¿Que diablos fue eso? Lo había invitado a salir de una forma rara. Sin embargo le pareció tierno eso—. Que chico tan extraño —se rió solo pensando en como debía actuar el día de mañana.