—Haeundae —pronunció en un suspiro. Por alguna razón se encontraba ahí, esperaba algo que en realidad no sabía que era. Los niños jugando, la brisa del mar, la arena entre sus dedos, recuerdo empezarona llegar a su memoria. Comenzaba a sentir miedo, ¿Por qué decidió ir al lugar que indicaba la carta? ¿Y si lo matan? Muchas preguntas llegaron a su mente.
Esa mañana discutió con mamá Junghwan, le dijo que era peligroso ir si no sabía quién era la persona, pero a Jeongwoo le valio madres y ahora estaba abrazando sus piernas sentado frente al mar. Midam le dijo que fuera con cuidado y contraatacó a Junghwan diciéndole que él no era la mejor persona para decirle ello ya que cuando se conocieron Jung aceptó rápido salir con él a tomar algo. Jung solo se sintió avergonzado y le dijo que usara suéter para luego salir casi corriendo de casa en pijama.
—Disculpa la tardanza —volteo lentamente al oír esa voz—. Hortensias azules para pedir disculpas.
—¿Qué mierda? —abrió sus ojos como platos, dejo de abrazar sus piernas para pararse y retroceder un poco. No era posible lo que estaba viendo—. Tú...Tú...Tú...
—¿Yo qué? —preguntó con un tono preocupada. Jeongwoo no creía lo que estaba viendo.
—Tú no eres real. ¿Es una broma de mi mente acaso? —seguía retrocediendo mientras se acercaba la persona frente a él—. Tú —señaló con el dedo, siguió retrocediendo y cayó a la arena al tropezar con una piedra—. Tú estás muerto.
—Yo también lo creía —dijo con un tono burlón—. Tengo muchas cosas que explicarte.
—No es posible que estés vivo. ¡Yo mismo fui a tu funeral! —Jeongwoo seguía retorcediendo mientras se acercaba con lentitud a él.
—Déjame explicarte —lo tomó de la mano e inmediatamente el contrario quitó su mano.
—¡Alejate de mi! —retrocedió una vez más cayendo al agua.
—Vas a enfermar —se metió al agua—. Tú te enfermas rápido.
—No te me acerques —se estaba metiendo más al mar—. No me toques —seguia alejándose de la orilla.
—No seas necio —lo tomó de la cintura y solo recibió golpes—. No me golpees, me duele —de la forma que pudo lo sacó cargandolo en sus hombros mientras Jeongwoo golpeaba su espalda—. Estás pesadito.
—¡So Haruto, bájame! —paró en seco su caminar, hace años que no usaba su nombre coreano que casi deja caer a Jeongwoo por el impacto que causó oír eso—. ¿Qué mierda pasa por tu cabeza? ¿Has enloquecido?
—No me has dejado explicarte —se acercó y recibió un manotazo.
—No quiero que me expliques nada —a Haruto no le quedó de otra que casi arrastrarlo a su carro—. ¿Qué haces? —se estaba quejando, de alguna forma no puso resistencia.
—Andas muy agresivo —dijo poniendo el seguro para niños—. De aquí no sales hasta que te explique todo.
—¿Me estás secuestrando?
—No es secuestro si te dejaste llevar —sonrió burlescamente y Jeongwoo solo se cruzó de brazos—. Sigues igual de precioso.
—No estamos para eso, habla ahora —estaba molesto, demasiado molesto.
—¿Cómo has estado?
—¿En serio me preguntas eso? ¿Cómo crees que estuve? —lo miró de una manera tan fría que Haru sintió escalofríos—. Estuve mal, demasiado mal por tu culpa. Fue una brillante idea fingir tu muerte —dijo lo ultimo con demasiado sarcasmo.
—Lo sé —pronunció en seco mientras manejaba—. Creeme que no me la he pasado bien, 5 años de mi vida sin ti fueron los peores.
—No pareció importarte —comenzaba a elevar su timbre de voz.
—He estado pendiente de ti todo este tiempo. En Francia estuve demasiado inquieto.
—¿Francia? ¿Qué mierda hacías ahí?
—Es una larga historia —suspiro un poco.
—Ya me tienes aquí, ahora cuenta.
—Bueno...Cuando encontramos a tu madre y tu tuviste ese infarto, entre en total desesperación, después de hablar con tu tío y Midam, fui al banco a retirar dinero para ir a un lugar que una vez me mencionó Jihoon hyung, ese lugar tiene pésima fama y me puse a tomar solo, no sabia que hacer ni como ayudarte. Así fui yendo todas las noches, un día que estaba más ebrio que sobrio, aposté con un viejo amigo de la primaria, él usó mi situación para incitar a apostar, yo aposté un millón de wones esa vez —Jeongwoo se quedó impresionado de la cantidad de dinero—. Él me dijo que si ganaba, además de ganar 3 millones de wones, me ayudaría a conseguir un donante, yo firme y acepte las condiciones. Fue una mala idea firmar ello. Impresionantemente gané.
—¿Qué?
—Espera, aun no termino —lo interrumpió—. Al ganar la condición era que me fuera del país, yo no sabía exactamente la razón, pero estaba feliz porque serías libre y vivirás feliz. Lo hice por ti, ignore muchas cosas en ese momento, la carta la escribí llorando. Me dijo que si quería regresar, tendría que dejar pasar 5 años como mínimo. Ya ellos no meterían las manos por mi. La persona que tomo mi identidad era una persona que le debía cuentas a ese tipo, yo me enteré cuando estaba en Francia y cambié mi número, yo no sabia, pero de alguna forma me sentía culpable por ello.
—¿Qué clase de persona era?
—Yo no sabía que estaba tratando con un mafioso. Me hicieron hacer muchos procedimientos, me pidieron medio millón de wones y yo se los dí, ese dinero lo usaron para comprar al forense. Fue directamente a donde estaba viviendo y me confeso todo para después decirme cobarde e irse con un gran risa en su cara.
—¿Pero qué estabas pensando?
—No he terminado, espera y ahorita grita, golpéame todo lo que quieras —Haruto frenó frente a un edificio—. Antes de que huyera, hablé con Jihoon hyung. Días después me llamó y cuando escuchó que le conteste me dijo lo que había pasado, yo entré en shock al escucharlo decir que yo estaba muerto y en esos momentos solo supe decir que se mantuviera callado.
—¿Entonces dices que él sabía todo? —Haruto asintio—. ¿Qué mierda?
—Hyung guardó muy bien el secreto, pero siempre que llamábamos me contaba de ti, de ustedes y también me decía que se sentía muy mal por callar eso. Hace poco regresé a Corea y lo llamé diciéndole que ya era hora de arreglar las cosas, solo se limitó a decirme que confiaba en mi.
—¿Ahora que harás? —se seguía sintiendo molesto, pero de cierta forma aliviado.
—Reconquistarte —dijo con demasiada seguridad y tomó a Jeongwoo del brazo.
—¿Qué? —gritó tratando de poner fuerza, la gente los quedaba viendo, pero decidieron ignorarlos y seguir con lo suyo—. ¿Te has vuelto loco? —seguía quejándose y más porque Haru lo empujo dentro al elevador.
—No, solo quiero recuperar a mi amor —dijo de manera arrogante—. ¿No puedo?
—No y ya suéltame —Haru solo estaba riendo—. Deja de reirte.
—Me es inevitable, eres tan adorable —de nuevo lo tomó del brazo y Jeong al ver que era necio se dejó llevar—. Vas a entrar a bañarte y toma la ropa que quieras de los cajones, no quiero que te enfermes —cerró con llave la puerta detrás de él.
—¿Qué hay de ti? —se dio cuenta de lo que dijo por la expresión que puso el contrario.
—Yo me bañare después —empezó a reírse—. ¿Acaso quieres que me bañe contigo?
—No, ya me voy —estaba pensando en que mierda pasaba. No quería ver a Haruto a la cara ahora, pero tenía un problema y era que no sabía cuál era el baño.
—El baño es el que está a tu derecha—habló Haru quien lo veía desde la cocina.
Jeong solo entró rápido al maldito baño y decidió que era mejor no salir, pero si no salía se quedaría encerrado con Haruto y eso no lo quería. Estaba en un dilema mientras las gotas caían en su cara, se había metido con ropa porque realmente estaba confundido y enojado, lo que menos le importaba era mojarse más.
—¿Me prestas tu teléfono? —preguntó mientras se secaba el cabello.
—¿A quién llamaras? —preguntó mientras le daba el teléfono.
—¿A Junghwan? Vivo con él y parece mamá.
—¿Qué le dirás? ¿Qué te reuniste conmigo y pasaras la noche en mi casa? Recuerda que él no sabe nada. Mejor llama a Jihoon hyung.
—No sé porque acepte quedarme contigo —empezó a marcar.
—Porque no puedes llegar a casa con ropa que no es tuya puesta —se rió un poco.
—Estaba esperando tu llamada idiota. ¿Ya sabes que harás? —Jihoon contestó casi inmediatamente—. Espero seas directo porque estoy revisando trabajos.
—No soy Haru si eso esperabas —se rió un poco.
—Mierda, ya te encontró....espera...¿Qué haces con él?
—Larga historia, ahora quiero pedirte un favor.
—Si es dinero, no tengo.
—Eso no. Quiero que le digas a Junghwan que pasaré contigo la noche o algo así, por culpa del idiota que está aquí —Haruto solo se hizo el ofendido—. No puedo regresar a casa hoy, por favor.
—Está bien, pero no debes poner excusas para decirme que se van a reconciliar —se rió el mayor.
—¿Qué?
—Usen protección, adios.
—¿Quieres que nos reconciliemos ahora o cuando me bañe?
—Tú sí que eres idiota —se sentó cruzándose de brazos y vio como Haru estaba riendo mientras iba al baño.
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—¿Vas a dejar de seguirme?
Había pasado una semana desde que Haruto decidió aparecer y se estaba tomando en serio lo de que estaría con él todo el tiempo posible, porque si Jeongwoo decía que iba ir al teatro, él iba, si decía que iba a ir a buscar trabajo, ahí iba.
—No —estaba caminando a su lado—. Hasta que me perdones.
—Entonces toda la vida —habló con el ceño fruncido—. ¿Dejaras de tomar mi mano?
—No quiero.
—Me voy a ir al infierno haber si tambien me sigues hasta ahí —habló con sarcasmo.
—Puedes arrastrarme a través del infierno, si eso significara que podría sostener tu mano —sonrió apretando la mano del contrario—. Eres todo lo que necesito, nunca me iré —Jeong volteo a verlo—. No ahora.
—¿Cuando piensas decirle a tu familia y a los demás que estás vivo?
—Cuando sea el tiempo correcto, aún no —dejó de caminar—. ¿Te he dicho ya cuanto me encantas?
—Sí, ahora cállate que eres hostigoso y pareces un chicle.
—Eres tan hermoso.