Jeongwoo espero casi un mes para su cirugía. Finalmente estaba dado de alta, estaba demasiado emocionado de que ahora podía continuar su vida como una persona normal sin demasiadas limitaciones. Quería ver a su novio, llevaba casi 3 días sin verlo y le emocionaba contarle la noticia. Debía tener cuidados por estar recién operado, pero aun así su alegría era demasiada. Recibió una llamada de Jihoon, cosa que le pareció raro, él le decía que fuera rápido a casa de Haru, no sabía porque pero algo en esa llamada le aprecio extraño. Llegó finalmente y quien le abrió fue Midam que estaba con un rostro serio.
—Jeongwoo —lo llamó Jihoon—. Antes que nada, quiero que estés calmado y tranquilo. ¿Ok? —se podía notar fragilidad en su voz.
—¿Qué pasa? Me estan asustando.
—Promete que estarás tranquilo —Midam sonaba demasiado apagado para ser él.
—Es para ti —Junghwan, quien estaba demasiado callado le extendió una carta.
Hola mi vida.
Escribo esto para explicarte muchas cosas amor, primero que nada perdón por todo. Nunca fui el mejor. Te prometí tanto que ahora no podré cumplir.
Debes estar dolido ahora, pero debes estar feliz. Ahora tienes algo mío para siempre, aunque no me veas más. No, no estoy huyendo como crees. Perdón, perdón y perdón mil veces si crees que lo estoy haciendo, no tenía opción.
Estoy felíz por ti, espero que todo haya salido bien, poco a poco empezarás a entender mientras leas esto, entiendo que ahora debas sentirte confundido o aturdido por esta carta. Es normal y tranquilo, quiero que lo estés, quiero que estés tranquilo. ¿Va? No quiero que te alteres, debes estar tranquilo.
Dude demasiado al hacer esto, pero tú importabas más, quiero que me recuerdes como alguien quien te ama con locura, tanta que no importaba arriesgarme por ti.
¿Recuerdas cuando nos conocimos? Te recuerdo más hermoso que la primera vez. Tu sonrisa me cautivo y la inesperada forma en que terminamos comiendo chilaquiles y jugo natural. Ahí supe que estaba jodido por ti, pero no me di cuenta hasta semanas después.
Nuestra primera cita que decidimos llamar cita-no-cita, pero termino como no-cita, me gustó demasiado ir a ese lugar nuevo fue algo genial, hablamos de hortensias en lugar de empezar a conocernos más. Supe que eras especial por ese detalle. Por ser simplemente tú.
Nuestra primera cita ya oficial fue maravillosa, ir a la playa contigo fue genial, amé cada cosa de ti, verte sonreír mientras veíamos el atardecer en la playa. Realmente aprecié ese momento por el hecho de estar junto a ti. Supe ahí que mi corazón comenzaba a latir por ti.
Nuestra segunda y tercera cita fueron las mejores. Cantar y bailar Baby Shark en el acuario fue lo mejor, es lo más divertido que he hecho en mi vida. Realmente ame esos momentos contigo. Eres tan especial que no puedo describirlo.
Los momentos junto a ti fueron increíbles, cada anécdota, cada sonrisa.Nuestra primera navidad fue tan memorable, me diste esa felicidad que me faltaba. No olvidaré nuestras festividades juntos, tu cumpleaños, mi cumpleaños. Todo fue tan hermoso. Como olvidar cuando en Halloween nos vestimos de jabón de trastes y esponja, fue tan gracioso porque la gente nos miraba raro. Aunque comprendo porque no es habitual ver adultos jugando a ser niños en Halloween.
Eres tan especial y tan hermoso que aun tengo miedo de romperte, de hacerte daño, aunque creo que ya lo hice con esto. Perdoname de nuevo amor. No quería hacerte daño, pero espero comprendas todo. Yo quería lo mejor para ti, si tu estabas bien, yo lo estaría. Te amo lo suficiente como para haberme atrevido a esto. No te decaigas ni te desanimes, sigue con tu vida como puedas.
Te sientes confundido, triste o enojado. Sacalo, no lo guardes para ti. Nunca lo hagas. Grita, llora, haz todo lo que puedas para sacar este dolor que se que estarás sintiendo. Tal vez no lo creas, pero más adelante sabrás más. Tú continúa leyendo, no te detengas si una lágrima se te sale, no lo hagas y por favor termina de leer esta carta, hazlo, te lo pido de favor.
Hay demasiadas veces que tengo que decir que podría haber sido mejor y más fuerte por ti y por mi. Tú siempre me haces sentir bien. Tú tienes todo de mi.
Te pido perdón nuevamente, pero no tenía otra opción. Creeme que pronto nos volveremos a encontrar, solo espera amor mío.
No quiero que estes triste, recuerda los momentos felices, disfruta de tu vida ahora. No tendrás limitaciones ni restricciones. Eres libre finalmente, eres alguien nuevo finalmente. Sé que crees que realmente estoy loco o algo así, pero creem que lo hice por ti. Estoy locamente enamorado de ti, recuerdame siempre como el que te amo con locura. Pronto nos volveremos a ver y seremos felices amándonos en la eternidad.
No es un adiós, es un hasta pronto.
Vuela y se libre, disfruta todo lo que puedas. La vida puede dar muchas vueltas. Disfruta todo, realmente hazlo. No porque te lo diga, hazlo por ti., mereces ser feliz.
Ahora tienes un corazón nuevo, mi amor.
Te amo tanto.
Firma, Watanabe Haruto.
—Te amo tanto —había terminado de leer la carta y entró en una gran desesperación pensando que era una broma—. No, dime que no es verdad —negó con la cabeza—. Te amo tanto. Firma, Watanabe Haruto —leyó de nuevo lo último en voz alta.
—Yo también quería creer eso, pero no. Esto es real Jeongwoo —Jihoon se notaba demasiado apagado—. Tan real que quema.
—¿Pero como? ¿Cuando pasó?
—Haruto tuvo una clase de accidente un día antes de que entraras a quirofano, no sabiamos nada de él, hasta que llegó una llamada en donde le pidieron a Junghwan ir a reconocer el cuerpo. No creíamos en ello, hasta que Midam hyung se encargó de seguir con la llamada. Haru ese día había cargado milagrosamente la cartera y de ahí supieron que era él. En sus pertenencias tenía una credencial donde decía que era donante de órganos —Jeongwoo empezaba a entender todo ahora—. El accidente según el forense era que había sido golpeado y que habían dejado su rostro irreconocible por quemaduras. No sé cómo ni quiero saber quienes fueron, fue difícil. La señora S fue quien reconoció el cuerpo, salió de ahí llorando y canceló todos sus planes. Dejó una carta para ti y para nosotros dejó una nota. Realmente quisiera creer que esto es una broma de mal gusto, pero no es así.
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El día llegó, el día más duro para sus amigos y familiares. Era el funeral de su amado. Familiares que conoció a través de fotos llegaron y los amigos de Haruto estaban presentes. Jeongwoo no podía soportar esto, pero tenía que ser fuerte.
—¡Querida familia! ¡Estimados amigos! ¡Distinguida concurrencia! En el proemio de esta disertación quiero agradecer profundamente la generosidad de todos ustedes por haber concurrido a este cortejo fúnebre, acompañando a mi hijo a su última morada —Suni estaba mirando a su alrededor con algunas lagrimas en el rostro—. Hoy me armo de valor de hablar aquí, frente a ti, porque cuando no te lleve en mi vientre, supiste quererme asi como yo a ti. He dado discursos antes, pero ahora no encuentro las palabras suficientes para este momento, me siento tan impotente, no sé qué decir —miró a su alrededor—. Se que no fui la mejor madre, pero estuve cuando pude para ti. Siempre fuiste una persona fuerte, increíble y luchabas por lo que querías, me enorgulleciste demasiado —mientras más hablaba, más cortada se escuchaba su voz—. Es increible como la vida da vueltas tan rápido, un día estás y al otro no. Es duro asimilar que ahora ya no estás, que ya no tendré con quien discutir —soltó una risa triste—. Agradezco a la vida por ponerte en mi camino, no fue en las mejores condiciones, pero gracias a ello tuve la oportunidad de ser tu madre, cuidarte y verte crecer, verte convertirte en un buen hombre —estaba manteniendo la calma lo más que podía—. Hasta pronto, hijo mío. Te ama, tu madre.
—Hola, hoy estoy frente a ti nuevamente, pero de forma diferente —miró hacia arriba—. Crecimos juntos en Japón, pasamos buenos y malos ratos. A pesar de lo que hice tú me perdonaste, me aceptaste cuando tomé la decisión de irme a vivir contigo, me demostraste que no necesitábamos ninguna lazo para ser hermanos —volteo hacia donde yacía su cuerpo—. Me cuidaste y protegiste a pesar de todo, me diste tu tiempo —su voz empezaba a sonar entrecortada—. Me diste tu paciencia cuando no era necesario que lo hicieras, se que siempre lograba sacarte de tus casillas y sin embargo seguías para mi de forma incondicional. Recuerdo esa vez que no dormiste por estar cuidando de mí porque había tenido una pesadilla. Sin duda fuiste una gran persona y me siento orgulloso de ser tu hermano —lágrimas estaban cayendo por sus mejillas—. Lo único que me deja tranquilo y me reconforta es que ahora estás en una vida mejor, fuera de los problemas, fuera de la tristeza, sé que allá arriba estarás muy contento, aunque aquí te extrañamos mucho. No ha sido fácil asimilar tu perdida, siempre tu presencia quedará grabada en nuestras memorias —limpio sus ojos con la manga de su suéter—. Nos volveremos a encontrar en otra vida, hasta pronto y descansa en paz. Te quiero hermano mio.
—Antes que nada quisiera decirles a todos que nunca pensé en este día. Nunca me imaginé estar aquí. Y nunca me imaginé tener que decir estas palabras frente a ustedes —Jihoon sorbía con su nariz los mocos que escurría de ella—. Como muchos de ustedes saben, Haruto era mi mejor amigo, él era como el hermano que nunca tuve. Creo que casi nunca hablamos de cómo nos hicimos amigo. Nos conocimos cuando un día que salí a correr el estaba regando las flores y me cayó un chorro de agua de parte de él, al principio le reclamé por eso y termine riendo por la manera en que me pidió disculpas. Poco a poco nos conocimos más y terminamos siendo mejores amigos, yo vivo relativamente cerca, pero siempre me la pasaba más en su casa. Estuvo para mi cuando más lo necesite y yo lo estuve para él —sonrió un poco por los recuerdos—. La primera vez que estuvo para mi fue cuando mi cachorra murió, tal vez a muchos les parezca tonto, pero él no me juzgo. Ese día supe lo que era escuchar a alguien de form incondicional. Prometimos estar juntos en las buenas y en las malas —trataba de no llorar, pero sus ojos estaban cristalinos—. Meses atrás tuvimos una discusión, esa misma noche me atropellaron, yo no pense que el vendria a verme y lo hizo, suponia que estaria enojado conmigo o algo así y no fue así. Estuvo ahí para mi —de nuevo sorbió con la nariz—. Si mencionara todas las cosas que aprendí de él creo que no acabaría nunca. A él le debo tanto, porque gracias a él tengo la fuerza que nunca tuve antes de conocerlo. Me siento muy extraño, todavía hay momentos en los que me parece que todo esto fuera una pesadilla —hizo una pausa porque las lágrimas no lo dejaban continuar—. Pero cuando me doy cuenta que esto es real, lo único que me reconforta es saber que él está mejor donde está, que desde arriba él me acompañará a dónde vaya hasta que volvamos a reunirnos y reír juntos como solíamos hacerlo. Siempre seras mi mejor amigo, bro. Te deseo lo mejor desde lo más profundo de mi corazón.
—Aún no puedo creer lo que está pasando, cómo de un momento a otro todo acaba y no hay nada que podamos hacer —dió un suspiro largo—. Nos conocimos en agosto del año pasado, yo me encontraba maldiciendo porque no me alcanzaba el dinero para algo de la máquina cuando él me habló, al principio me pregunté quién era y porque me hablaba —entonces se le quebró la voz y las lágrimas recorrieron sus mejillas—. Cuando voltee a verlo, me pareció alguien demasiado atractivo —volteo hacia el cielo—. Yo no creía en el amor a primera vista, hasta que lo vi a él —narraba con mucho dolor lo que quería expresar desde muy dentro del alma—. Sin embargo, tengo que decirles que este ser, al que hemos venido a despedir hoy, además de su amor, su vida y su tiempo, me dio uno de los regalos más hermosos que le puede dar una persona a otra —suspiró mirando a su alrededor—. Me enseñó a tener confianza y fe, en mí, en la vida, en el futuro. Y en honor a esto, delante de su cuerpo y frente a su espíritu que sé que está en algún lugar del aire escuchándome, afirmo que toda está bien, y que seguirá estándolo, porque durante este tiempo a su lado aprendía a ser fuerte, luchador, confiado, y sobre todo yo mismo —sonrió por lo bajo—. Me encargaré de disfrutar cada día de existencia, como él lo hizo, y me enseñó a hacerlo —hizo una pausa corta—. Nos veremos pronto, amor mío.
Sucesivamente amigos y familia empezaron a dar sus discursos. Jeongwoo estaba consolando a Suni y ella a él, sentía que ella no debía consolarlo, pero igual lo hacía. Jihoon estaba tratando de contener sus lagrimas, jamas en la vida Jeong lo había visto así. Todo era horrible a sus ojos, quería que fuera una pesadilla y despertar, lamentablemente no era así.
—Un gran hijo, un gran amigo, una gran persona. Aquí yace Watanabe Haruto. Siempre te recordaremos —leyó el epíteto de su amado. Seguía sin creer que esto era real, pero no era así.
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Cada día se sentía más decaído, no podía con todo el dolor que sentía. Había caido en depresion total, quería hacerse la idea de que estaba soñando. Quiso quitarse la vida, pero entonces Midam lo detuvo, por azares del destino él lo llamó antes de que hiciera una locura. Sabía que necesitaba ayuda.
Los meses pasaron y finalmente pudo asimilarlo. Ya no recordaba a su primer amor como algo triste, lo recordaba como una persona que lo ayudó a mejorar como persona, que lo apoyó y estuvo con él. Guardó los recuerdos en un lugar especial, su corazón.