José Miguel guardó silencio.
Valentina: mi cielo, por favor respóndeme, te prometo que no voy a enojarme contigo.
Valentina acarició la mejilla de José Miguel.
José Miguel: tienes razón, hemos tenido problemas por no hablar claro; cuando nos informaron del estado de ambos después de sus cirugías, supimos que Fernando necesitaba una transfusión, sólo tú parecías ser compatible, me negué a que te usaran como donante por miedo a que tu recuperación se retrasara, por eso decidí buscar un donante por mi cuenta.
Valentina: pero sabes que ese tipo de decisiones son personales.
José Miguel: lo sé y te pido una disculpa.
Valentina: mi vida, Fernando está muy enfermo y si para salvarle la vida tenía que retrasar mi progreso, habría valido la pena, después de todo gracias a él estoy viva.
José Miguel: sé que tiene cáncer y está en la etapa terminal, Felipe nos los dijo.
Valentina: su estado es gravísimo, intentó todo , gastó miles de pesos en tratamientos pero su enfermedad no se detuvo, está desahuciado; sólo quería pasar los últimos meses o semanas, lo que le queda de vida en San Pedro.
José Miguel: cerca de ti.
Valentina: pues...
José miguel: no es difícil adivinar que te ama.
Valentina: entonces te molesta su presencia?
José Miguel: cuando llegó a la hacienda sentí muchos celos no te lo voy a negar, pero después de lo que hizo por ti y nuestra hija entiendo que es una buena persona, pero me gustaría entender por qué le pediste ayuda, sabes que yo doy mi vida por ustedes.
Valentina: estabas tan nervioso como yo cuando Rosendo se llevó a la niña, Fernando podía pensar con cabeza fría, estaba asustada, sé que si tú me hubieras acompañado habrías matado a Rosendo y eso jamás me lo habría perdonado.
José Miguel: se lo merece!
Valentina: pero tú no tienes por qué manchar tus manos con la sangre
José Miguel: mi padre, si! Me dio la vida pero sabes perfectamente que lo desprecio profundamente además él me corresponde, un padre no se hace por dar vida, tu misma lo sabes, quieres a tu tía Isabel como a tu madre y quisiste a Benita de igual forma.
Valentina: es cierto, engendrar no te convierte automáticamente en padre, es el amor, los cuidados los que hacen que una persona se merezca ese título.
José Miguel: mejor cambiamos de tema no?, a ver cuéntame de dónde conoces a Fernando?
Valentina tragó saliva y empezó a toser.
José Miguel corrió y le pasó un vaso de agua.
Valentina: Gracias.
Mientras los gemelos comían junto a sus abuelas y Don Ernesto les platicaban lo felices que estaban por la pequeña celebración que habían hecho en el kínder por el regreso de Cecilia Benita.
Cecilia Benita: abuelita Isabel, crees que podamos hacer una fiesta de bienvenida a mi mamita cuando salga del hospital?
Isabel: es una gran idea.
Don Ernesto: los ayudaremos en lo que quieran.
Leonor: pero primero tienen que hablar con su papá.
Isabel: claro, entre todos podemos hacer algo bien bonito.
José Federico: podemos invitar a nuestros tíos, nuestros primos, abuelitos, a Chuy, Teresita, sus papitos; híjole! Creo que tendremos que romper nuestro cochinito hermana.
Cecilia Benita: si! Son un montón.
Don Ernesto, Isabel y Leonor rieron con las ocurrencias de los hermanos.
José Miguel: te sientes mejor?
Valentina: si; bueno respondiendo a tu pregunta, Fernando y yo fuimos a la misma universidad, nos convertimos en grandes amigos y luego...
José Miguel: luego qué?
Valentina: nos hicimos novios.
José Miguel: claro, ahora entiendo todo.
Valentina: no creas que tenga malas intenciones, sabes de sobra sus razones para estar aquí.
José Miguel: lo sé perdón! Pero no puedo evitar ponerme celoso.
Valentina empezó a reír.
José Miguel: y por qué te ríes?
Valentina: ven acá.
José Miguel se acercó un poco más a Valentina.
Valentina: pon tu mano aquí.
Valentina señaló su corazón.
José Miguel: no entiendo.
Valentina: sientes cada latido?
José Miguel: si
Valentina: eres tú quien le da sentido a todo, cada latido representa todo el amor que te tengo, eres mi compañero de vida, mi cómplice, mi alma gemela, a Fernando lo quise mucho pero era muy joven entiendes? No sabía nada del amor, lo supe cuando te conocí.
José Miguel: y que pasó con él? Terminaron?
Valentina: No exactamente, estábamos bien y de un momento a otro se fue del país; creí que se había burlado de mí.
José Miguel: y no fue así?
Valentina: no! Hasta hace poco supe las causas de su viaje tan precipitado, uno de sus padres enfermó y debía ser atendido de emergencia por eso dejaron todo por salvar su vida.
José Miguel: puedo entenderlo, por mi padre regresé a San Pedro.
Valentina: lo ves? Hiciste realidad uno de sus deseos antes de morir, mi amor sólo te pido que toleres más a Fernando, él quiere morir aquí, lo mínimo es que hagamos que sus últimos días sean felices.
José Miguel: está bien bonita, será como tú digas.
Después de unos minutos Isabel y Leonor llegaron a hacerle compañía a Valentina.
Leonor: hijo, ve con los niños, nosotros nos quedaremos con tu esposa.
Isabel: si! Ándale, te esperan para hacer la tarea, Don Ernesto está reemplazándolos a ambos en los negocios de la hacienda
Valentina: no sé qué haríamos sin él.
José Miguel: es muchísima la ayuda que nos ha prestado, pero es cierto, voy a pasar un rato con mis niños, en la noche regreso para quedarme con Valentina.
Isabel: si quieres yo lo hago José miguel.
José miguel: no doña Isabel, anoche no pude hacerlo y quiero permanecer a su lado mientras siga internada.
Leonor: pero hijo
Isabel: déjalo Leonor, este muchacho es terco y si quiere cuidar a mi sobrina pues me parece perfecto, pero mañana te regresas temprano para llevar a los niños al kínder y descansar un poco y así nosotras regresamos.
José Miguel: pues suena bien no?
Valentina: todo ya está calculado, ve con los niños.
José Miguel: pero antes...
José Miguel besó tiernamente a su esposa.
Valentina: dales muchos besos de mi parte y las gracias por su dibujo.
José Miguel: si mi bonita! Te amo.
Valentina: yo también te amo.
Valentina le mandó un beso a lo lejos cuando José Miguel estaba justo en la puerta.
Isabel: hija te ves muy bien.
Leonor: ayer estabas bien pálida me alegra verte tan repuesta.
Valentina: en realidad me voy sintiendo mejor.
Isabel: y te duele mucho la herida?
Valentina: más o menos.
Leonor: Felipe nos dijo que la bala fue superficial y eso evitó que te desangraras.
Valentina.: si la verdad corrí con suerte.
Leonor: y tu amigo Fernando cómo sigue?
Valentina: delicado.
Sandra entró en la habitación.
Sandra: perdón, buenas tardes, es que Fernando quiere verte.
Isabel: no creo que sea buena idea que te levantes.
Valentina: tía me siento muy bien, además seguro quiere hablar sobre algo.
Leonor.: no creo que a mi hijo le guste.
Valentina: él sabe que Fernando es sólo un amigo, ya lo hablamos.
Isabel: está bien entonces ven te ayudo.
Leonor: entiendo, ese muchacho arriesgo su vida por ustedes y lo mínimo es que puedas estar pendiente de su salud.
Leonor e Isabel ayudaron a Valentina a ponerse de pie, caminaron por el pasillo en compañía de Sandra y llegaron a la habitación de Fernando.
Fernando: Valentina!! por favor acércate, quiero decirte algo.
Valentina se sentó a su lado, él la tomó de las manos.
Leonor e Isabel se miraron entre sí.