Camuflarse.
Sobresalir.
Encubrir.
Mentir.
Fingir.
Encajar.
No todas las máscaras son iguales.
Hay colores que las acompañan.
Tonos sombríos y decolorados.
Los diseños. Las cubiertas. El relieve. La textura.
Hay máscaras invisibles y otras visibles.
Las invisibles no pueden revelarse
¿Por qué?
Porque los demás lo han dado por hecho.
Han creído que es solo una parte de su personalidad.
Conviven con ello y la mentira pasa a ser cotidiana.
Cada día ensayan un número más.
Cada día son desapercibidas.
Es falso y lo saben, va a deteriorarse con el paso del tiempo, ¿Por qué no pueden ser ellos mismos?
¿Que hay de malo con ser auténticos?
Se sientan en su trono invisible.
Son alabados por mostrar "perfección" y cero vulnerabilidad.
A simple vista podrían ser personas admirables.
¿Quien sabe? Podrían hechizar a todo un multitud y llegar a convertirse en un icono.
Ese es el juego de la mentira.
Es como una bola de nieve que rueda por el manto invernal incrementando su tamaño.
Pero ... ¿Que ocurre con las máscaras visibles? Están tan impregnadas en nuestros rostros.
Forman parte de nuestras miradas.
De las sonrisas falsas y cínicas.
Son el tema candente de los chismorreos.
Brotan de los labios cada vez ocurre algún incidente.
Algunos lo interpretan como quien sólo desea sobresalir y está dispuesto a empaparse de falsedad.
Algunos lo interpretan como valientes, interesantes y desafiantes.
Mientras sigamos siendo humanos las máscaras van a esconder detalles , detalles que no van a ser aceptados por esta sociedad.
Porque "lo bueno es malo."
Y "lo malo es bueno."
Dedicado a los fantasmas que se apoderan de los cuerpos.
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