—Midam hyung dijo que está en camino —mencionó Junghwan mientras veía su celular.
—Eso es bueno hijo, sirve que te vas con él —su madre le revolvió el cabello—. Te ves cansado.
—También quería ver a Jihoon hyung antes de irme.
—No estoy de acuerdo de que te vayas con él.
—No empieces Haruto, si tanto te molesta vete con ellos y listo —Suni estaba tomando un café mientras trataba de no tener un pelea con Haruto tan temprano.
—Por mi no hay problema y creo que por hyung tampoco —elevó los hombros y se sentó cruzando las piernas sosteniendo el celular—. Le preguntaré como sea.
—¿Ves? Exageras tus celos —lo decía Suni en manera de burla.
—No grito por respeto al hospital —se cruzó de brazos.
—Dijo que no hay problema —sonrió el menor y haruto solo rodó los ojos.
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Abrió los ojos y lo primero que vio fue un chico frente a él leyendo un libro, ese libro parecía ser de cuentos, cosa que le pareció extraño pero gracioso a la vez. El chico bajó el libro y lo vio con sorpresa y se acercó.
—¿Jihoon verdad?
—Eh...sí
—¿Cómo te encuentras?
—¿Bien? —soltó una pequeña risa.
—Perdón, mi madre fue quien te atropelló —se encontraba rascándose la nuca.
—No hay problema, también fue culpa mía por cruzarme cuando el semáforo estaba en verde.
—Pero igual te pido perdón por parte de los dos.
—Si lo que te preocupa es si levantaré cargos, no te preocupes. No tengo razón para hacerlo.
—Gracias.
—¿Por qué agradeces? —trato de sentarse pero un dolor en el abdomen lo detuvo.
—Es mejor que no te pares, creo que te golpeaste fuerte las costillas.
—Ya lo note —cerró un ojo por el dolor que le causó el movimiento—. Debería agradecerte por no dejarme tirado.
—Mi madre creyó que te había matado, yo solo me reí porque al verte en el suelo quejándote notamos que no estabas muerto. Fue algo raro si lo digo ahora.
—Un poco, pero gracias por quedarte.
—Es lo mínimo que podemos hacer, tu familia llegó hace unas horas.
—Gracias por avisarles que estaba aquí.
—Estamos en Ulsan, eso es lo raro.
—¿Ulsan? ¿Tanto caminé?
—No lo sé, pero aquí nos trajeron las ambulancias, supongo que era porque estábamos más cerca de Ulsan que de Busán.
—Ya veo.
—Te veías triste cuando estabas en el piso.
—Oh —agachó la cabeza.
—Tranquilo, no puedo juzgarte nada.
—Gracias —sonrió un poco—. ¿Cómo te llamas?
—Cierto, no me he presentado. Me llamo Jyunhao —se acercó dándole la mano.
—Park Jihoon, aunque eso ya lo sabes por alguna razón —sonrió.
—Wang Jyunhao —soltaron sus manos—. Cuando estabas en el suelo quejándote tuve que buscar alguna identificación y pues ahí decía Parque...Park Jihoon.
—¿Eres extranjero? —se reía a pesar de que le dolía hacerlo.
—Soy taiwanés, mi coreano no es demasiado bueno aun.
—Genial —sonrió un poco.
—Deja aviso a tu familia que ya despertaste. Nos vemos luego —se despidió con la mano y salió por la puerta dejando a Jihoon pensando.
¿Tanto lloró que Jyunhao notó su tristeza cuando estaba en el suelo? Estaba mal, demasiado mal.
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Después de que Yoon le diera su merecida regañada a su hijo y después le diera un gran abrazo, salió dejando entrar a Haruto quien se sentía algo nervioso por la reacción que tendría el mayor al verlo.
—¿Hola? —saludó tímido y Jihoon solo lo quedó viendo.
—Hola —dijo con un tono a secas.
—¿Cómo estás?
—Además de tener una pierna rota y moretones en mi abdomen, estoy bien —sonrió un poco.
—Sabes que no hablo de eso.
—Lo sé —de nuevo volvió a sonreírle—. Solo necesitaba decirlo, no te preocupes por mi. Ahora tendré que enfocarme en mi pierna rota.
—¿Eso es bueno?
—En cierta forma sí. Gracias Haruto.
—¿Por qué me agradeces hyung? —estaba sorprendido, no había hecho algo exactamente pero Jihoon le estaba agradeciendo.
—Por no alejarte de mí a pesar de mis sentimientos.
—Prometimos que estaríamos juntos en las buenas y en las malas, bro —lo dijo dándole una sonrisa al mayor.
—Gracias —cambió su mirada hacia la ventana.
—Perdóname bro, no quería que nada de esto te pasara.
—Haruto, nada de esto fue tu culpa, no tienes porqué pedir perdón.
—Gracias hyung —se acercó y abrazó a su mejor amigo.
—Sí Haruto, pero no me aprietes tanto que me duelen las costillas.
—Perdón —dijo aflojando su abrazo.
—Esta bien, pero quítate que me duele —se notaba el dolor en su expresión. Haruto solo se rió de su cara.
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—Yo quería ir de copiloto —se quejó mientras se cruzaba de brazos.
—Haru, entiende que tengo fracturado el brazo.
—Que es hyung —Junghwan solo se rió de su hermano. Agarró una costumbre de decirle sin honoríficos solo para verlo enojarse por ello.
—Ahí viene Midam hyung, se amable con él.
—¿Por qué a él si le dices hyung?
—Porque lo quiero, duh —le dio una palmada en la frente. Haruto frunció el ceño.
—Hola —abrió la puerta saludando a ambos chicos.
—Hyung —sonrió y este le revolvió el cabello.
—¿Cómo estás pequeño? —frunció nuevamente el ceño Haru, no aprobaba esa relación. Se centró en escuchar música ignorando completamente a ambos. No quería escuchar sus conversaciones.
Pasó el rato y dejaron de conversar ya que Junghwan había tomado la decisión de dormir un poco. Midam se limitó a tararear una canción, ahí fue cuando Haruto se quitó los audífonos y trató de sonar relajado al hablar.
—No me agradas para Junghwan —o tal vez no sonó tan relajado como quería.
—Lo sé —hablo con un tono normal.
—¿Solo eso vas a decirme? —se desconcertó al ver el semblante serio del mayor, esperaba otra reacción que pidiera las razones.
—¿Qué podría decirte? Lo que me importa es lo que Junghwan quiera —sonrió levemente—. Al final de cuentas me quiere a mi.
—¿Cómo puedes estar tan tranquilo cuando el hermano de tu pareja te dice que no le agradas?
— Porque las relaciones son de 2. Además a tu madre le caigo bien, ¿Qué podría pedir? —elevó sus hombros—. No soy monedita de oro como para caerle bien a todos. Aunque yo no te he hecho nada para caerte mal en realidad jaja.
—No me parece que Junghwan este con alguien mayor que el por 4 años.
—5 —Haruto casi escupe al oír eso—. Cumplo 22 años en octubre.
—¿Qué intenciones tienes con mi hermano?
—Ser su novio —soltó a la ligera—. El tiempo dirá qué pasará entre nosotros.
—¿Vas serio con él?
—Tengo 21 años, claro que voy serio. No estoy para tonterías.
—Ok, te creo. No me recalques tu edad porque me incomoda
—Lo sé —sonrió levemente, estaba fastidiando a Haruto y le caía en gracia.
—¿Siempre eres así?
—¿Cómo?
—Inexpresivo, directo y seguro de lo que habla.
—La mayor parte del tiempo si.
—Como Junghwan te escogió, creo que tendré que tolerarlo. Es su decisión al final de cuentas.
—Gracias.
—Solo espero no se quede contigo toda la vida y se casen, eso si que no lo soportaría.
—Nunca digas de esa agua no beberé —soltó una risa—. La vida da muchas vueltas cuñadito.
—No me digas así, es raro para mi.
—Lo sé, es divertido hacerlo.